Domingo 20 de abril
Sean razonables y siempre sean apacibles con todos los hombres (Tito 3:2).
Un compañero de clase quizás diga que los testigos de Jehová deberían cambiar su punto de vista sobre la homosexualidad. Tal vez tengamos que asegurarle que respetamos el derecho que tienen todas las personas a tomar sus propias decisiones (1 Ped. 2:17). Quizás así nos dé la oportunidad de explicarle por qué es bueno seguir las normas de la Biblia. Si alguien que no está de acuerdo con nuestras creencias expresa con firmeza su opinión, no nos precipitemos y demos por hecho que sabemos lo que cree. Digamos que un compañero de clase te dice que es ridículo creer en Dios. ¿Darías por sentado que él cree en la evolución y sabe mucho del tema? En realidad puede que nunca le haya dado muchas vueltas al asunto. Quizás podrías enviarle un enlace a un artículo o video de jw.org sobre la creación. Es posible que después esté dispuesto a ver alguno más contigo. Hablarle con respeto tal vez lo anime a replantearse su opinión. w23.09 39:12, 13
Lunes 21 de abril
Tú, oh, Jehová, eres bueno y estás dispuesto a perdonar; tu amor leal por todos los que te llaman es inmenso (Sal. 86:5).
Podemos estar seguros de que, aunque hayamos cometido un error, seremos útiles para Jehová y recibiremos sus bendiciones siempre y cuando hagamos todo lo posible por corregir nuestra conducta y sigamos apoyándonos en él (Prov. 28:13). Aunque Sansón era imperfecto y se equivocó con Dalila, no tiró la toalla, sino que siguió sirviendo a Jehová. Y Jehová no lo dio por perdido; lo volvió a usar para lograr algo increíble. Lo siguió viendo como un hombre de gran fe, y por eso lo incluyó en la lista de siervos fieles que se encuentra en el capítulo 11 de Hebreos. Nos anima mucho saber que nuestro Padre celestial nos quiere y desea darnos fuerzas, sobre todo cuando pasamos por problemas y necesitamos su ayuda. Por eso, al igual que Sansón, pidámosle a Jehová: “Por favor, acuérdate de mí. Oh, Dios, dame fuerzas” (Juec. 16:28). w23.09 37:18, 19
Martes 22 de abril
Estén muy pendientes de la presencia del día de Jehová (2 Ped. 3:12).
Sabemos que el día de Jehová está cerca. Por eso queremos darles a otras personas la oportunidad de escuchar las buenas noticias del Reino. Pero en algunos momentos quizás no nos atrevamos a hablar. ¿Por qué? Por el miedo a otras personas. Es lo que sintió Pedro la noche en que juzgaron a Jesús. No se identificó como uno de sus discípulos y en varias ocasiones negó conocerlo (Mat. 26:69-75). Pero superó sus miedos, y más tarde pudo afirmar: “No teman lo que ellos temen ni se inquieten” (1 Ped. 3:14). Sus palabras nos confirman que es posible superar el temor a los demás. ¿Qué nos ayudará a lograrlo? Pedro nos aconseja: “Santifiquen al Cristo como Señor en sus corazones” (1 Ped. 3:15). Hacer esto incluye meditar en el puesto y el poder de nuestro Señor y Rey, Jesucristo. w23.09 41:6-8