Miércoles 21 de mayo
Haz que tus esclavos sigan hablando de tu palabra con gran valor (Hech. 4:29).
Justo antes de volver al cielo, Jesús les recordó a sus discípulos que tenían que dar testimonio de él “en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta la parte más lejana de la tierra” (Hech. 1:8; Luc. 24:46-48). Poco tiempo después, los líderes judíos arrestaron a Pedro y a Juan, y los llevaron ante el Sanedrín. Allí les ordenaron que dejaran de predicar y los amenazaron (Hech. 4:18, 21). Pedro y Juan dijeron: “Si es correcto a los ojos de Dios obedecerlos a ustedes en vez de a Dios, júzguenlo ustedes mismos. Pero nosotros no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído” (Hech. 4:19, 20). Cuando los pusieron en libertad, los dos apóstoles se reunieron con otros discípulos. Juntos le oraron a Jehová para que los ayudara a seguir haciendo su voluntad. Y Jehová respondió esta sentida oración (Hech. 4:31). w23.05 20:11, 12
Jueves 22 de mayo
Este es mi Hijo amado (Mat. 17:5).
Jehová y su querido Hijo han pasado incontables años juntos. Por eso están tan unidos y se quieren tanto. Su relación es la más antigua del universo. En el texto de hoy, Jehová dijo abiertamente que amaba a Jesús. Él no se limitó a decir “Este es el que tiene mi aprobación”, sino que, como quería que supiéramos cuánto lo ama y lo orgulloso que estaba de Jesús y de lo que pronto haría, dijo: “Este es mi Hijo amado” (Efes. 1:7). Jesús estaba totalmente seguro de lo que Jehová sentía por él. Estaba tan convencido de que su Padre lo amaba que lo dijo vez tras vez (Juan 3:35; 10:17; 17:24). w24.01 4:8
Viernes 23 de mayo
Es preferible una buena reputación a grandes riquezas (Prov. 22:1).
Imagínese que alguien a quien aprecia dice algo terrible sobre usted. Usted sabe que es una mentira, pero algunos se la creen y, lo que es peor, comienzan a repetirla y la mentira se esparce. ¿Cómo se sentiría? Seguramente muy mal, ¿no es cierto? Este ejemplo puede ayudarnos a entender cómo se sintió Jehová cuando uno de sus hijos espirituales mintió sobre él y manchó su reputación. Eva se creyó aquella mentira y, como resultado, nuestros primeros padres se rebelaron contra Jehová. Por culpa de esto, todos los seres humanos pecamos y con el tiempo morimos (Gén. 3:1-6; Rom. 5:12). De hecho, las mentiras que Satanás ha esparcido han provocado todos los problemas que hay en el mundo, como la muerte, las guerras y el sufrimiento. Sin duda, Jehová se siente muy mal debido a todas esas mentiras y sus consecuencias. Pero eso no lo ha convertido en alguien amargado o resentido. Al contrario, la Biblia dice que sigue siendo el “Dios feliz” (1 Tim. 1:11). w24.02 6:1, 2