Según Marcos*
1 [El] principio de las buenas nuevas* acerca de* Jesucristo: 2 Así como está escrito en Isaías el profeta: “(¡Mira! Envío a mi mensajero* delante de tu rostro, que preparará tu camino;)+ 3 ¡escuchen!, alguien clama en el desierto: ‘Preparen el camino de Jehová,* hagan rectas sus veredas’”.+ 4 Juan el bautizante* se presentó en el desierto, predicando bautismo [en símbolo] de arrepentimiento para perdón de pecados.+ 5 Por consiguiente, todo el territorio de Judea y todos los habitantes de Jerusalén salían a donde él, y eran bautizados por él en el río Jordán, y confesaban abiertamente sus pecados.+ 6 Ahora bien, Juan estaba vestido de pelo de camello y con un cinturón de cuero alrededor de los lomos,+ y comía langostas insectiles+ y miel silvestre.+ 7 Y predicaba, diciendo: “Después de mí viene alguien más fuerte que yo; no soy digno de agacharme y desatar las correas de sus sandalias.+ 8 Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con espíritu santo”.+
9 En el transcurso de aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado en el Jordán por Juan.+ 10 E inmediatamente que subió del agua vio que los cielos se abrían, y que, como paloma, el espíritu descendía sobre* él;+ 11 y de los cielos salió una voz: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado”.+
12 E inmediatamente el espíritu* lo impelió a irse al desierto.+ 13 De modo que él continuó en el desierto cuarenta días,+ y fue tentado por Satanás,+ y estaba con las bestias salvajes, pero los ángeles le ministraban.+
14 Ahora bien, después que Juan fue arrestado, Jesús entró en Galilea,+ predicando las buenas nuevas de Dios+ 15 y diciendo: “El tiempo señalado se ha cumplido,+ y el reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse+ y tengan fe en las buenas nuevas”.
16 Al ir andando a lo largo del mar de Galilea, vio a Simón+ y a Andrés el hermano de Simón echando [sus redes] en el mar, pues eran pescadores.+ 17 De modo que Jesús les dijo: “Vengan en pos de mí, y haré que lleguen a ser pescadores de hombres”.+ 18 Y en seguida ellos abandonaron sus redes y le siguieron.+ 19 Y después de ir un poco más adelante, vio a Santiago [hijo] de Zebedeo y a Juan su hermano, de hecho, mientras estaban en su barca remendando sus redes;+ 20 y sin demora los llamó. Ellos, a su vez, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se fueron en pos de él. 21 Y entraron en Capernaum.+
Luego que fue sábado, él entró en la sinagoga y se puso a enseñar. 22 Y quedaban atónitos por su modo de enseñar,+ porque allí estaba enseñándoles como quien tiene autoridad, y no como los escribas.+ 23 También, a la sazón había en la sinagoga de ellos un hombre bajo el poder de un espíritu inmundo, y este gritó,+ 24 diciendo: “¿Qué tenemos que ver contigo,* Jesús Nazareno?+ ¿Viniste a destruirnos? Sé+ exactamente quién eres, el Santo+ de Dios”.+ 25 Pero Jesús lo reprendió, diciendo: “¡Calla, y sal de él!”.+ 26 Y el espíritu inmundo, después de convulsionarlo y gritar a voz en cuello, salió de él.+ 27 Pues bien, todos quedaron tan pasmados que empezaron una discusión entre sí, y dijeron: “¿Qué es esto? ¡Una nueva enseñanza! Con autoridad ordena hasta a los espíritus inmundos, y le obedecen”.+ 28 De modo que el informe acerca de él se extendió inmediatamente en toda dirección por toda la comarca de Galilea.+
29 E inmediatamente salieron de la sinagoga y entraron en la casa de Simón+ y Andrés, con Santiago y Juan. 30 Ahora bien, la suegra de Simón+ estaba acostada enferma, con fiebre,+ y en seguida le dijeron acerca de ella. 31 Y, yendo a ella, él la levantó, tomándola de la mano; y la fiebre la dejó,+ y ella se puso a ministrarles.+
32 Después de caer la tarde, cuando se había puesto el sol, empezaron a traerle todos los que se hallaban mal,+ y los endemoniados;+ 33 y toda la ciudad estaba reunida justamente a la puerta. 34 De modo que curó a muchos que se hallaban mal de diversas enfermedades,+ y expulsó muchos demonios, pero no dejaba hablar a los demonios, porque sabían que él era Cristo.+
35 Y levantándose muy de mañana, mientras todavía estaba oscuro, salió y se fue a un lugar solitario,+ y allí se puso a orar.+ 36 Sin embargo, fueron en busca de él Simón y los que con él estaban, 37 y lo hallaron, y le dijeron: “Todos te buscan”. 38 Pero él les dijo: “Vamos a otra parte, a las villas cercanas, para que predique+ también allí, porque con este propósito he salido”.+ 39 Y sí fue, predicando en las sinagogas de ellos por todas partes de Galilea, y expulsando los demonios.+
40 También vino a él un leproso, y le suplicó hasta de rodillas, diciéndole: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme”.+ 41 Con esto, él se enterneció,+ y extendió la mano y lo tocó, y le dijo: “Quiero. Sé limpio”.+ 42 E inmediatamente la lepra desapareció de él, y quedó limpio.+ 43 Además, le dio órdenes estrictas y en seguida lo despidió, 44 y le dijo: “Mira que no digas nada a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote+ y ofrece a favor de tu limpieza las cosas que Moisés prescribió,+ para testimonio a ellos”.+ 45 Pero después de haberse ido, el hombre comenzó a proclamarlo en gran manera, y a divulgar el relato, de modo que [Jesús]* ya no podía entrar abiertamente en ciudad alguna, sino que continuaba afuera en lugares solitarios. No obstante, seguían viniendo a él de todas partes.+
2 Sin embargo, después de algunos días volvió a entrar en Capernaum, y corrió la noticia de que estaba en casa.+ 2 Por consiguiente, muchos se reunieron, a tal grado que ya no cabían, ni siquiera cerca de la puerta, y él se puso a hablarles la palabra.+ 3 Y vinieron unos hombres trayéndole un paralítico, llevado por cuatro.+ 4 Pero como no pudieron traerlo directamente a [Jesús]* a causa de la muchedumbre, quitaron el techo por encima de donde él estaba y, habiendo cavado una abertura, bajaron la camilla en que estaba acostado el paralítico.+ 5 Y cuando Jesús vio la fe de ellos,+ dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados son perdonados”.+ 6 Ahora bien, estaban allí algunos de los escribas, sentados, y razonaban en sus corazones:+ 7 “¿Por qué habla este hombre de esta manera? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?”.+ 8 Pero Jesús, habiendo discernido inmediatamente por su espíritu que razonaban de aquella manera dentro de sí, les dijo: “¿Por qué razonan estas cosas en sus corazones?+ 9 ¿Qué es más fácil?, ¿decir al paralítico: ‘Tus pecados son perdonados’, o decir: ‘Levántate y toma tu camilla y anda’?+ 10 Pero para que sepan ustedes que el Hijo del hombre+ tiene autoridad para perdonar pecados sobre la tierra+... —dijo al paralítico—: 11 Te digo: Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa”.+ 12 Con eso, él sí se levantó, y tomó inmediatamente su camilla y salió andando delante de todos ellos,+ de modo que todos ellos simplemente se embelesaron, y glorificaron a Dios, y dijeron: “Jamás hemos visto cosa semejante”.+
13 Salió de nuevo a la orilla del mar; y toda la muchedumbre siguió viniendo a él, y les enseñaba. 14 Mas al ir pasando, alcanzó a ver a Leví+ [hijo] de Alfeo sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”. Y levantándose, le siguió.+ 15 Más tarde sucedió que estuvo reclinado a la mesa en casa de este, y muchos recaudadores de impuestos+ y pecadores estaban reclinados con Jesús y sus discípulos, porque había muchos de ellos, y le seguían.+ 16 Pero los escribas de los fariseos, cuando vieron que comía con los pecadores y recaudadores de impuestos, se pusieron a decir a sus discípulos: “¿Come él con los recaudadores de impuestos y pecadores?”.+ 17 Al oír esto, Jesús les dijo: “Los fuertes no necesitan médico, pero los que se hallan mal sí. No vine a llamar a justos, sino a pecadores”.+
18 Ahora bien, los discípulos de Juan y los fariseos practicaban el ayuno. De modo que vinieron y le dijeron: “¿Por qué practican el ayuno los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos, pero tus discípulos no practican el ayuno?”.+ 19 Y Jesús les dijo: “Mientras el novio está con ellos, los amigos del novio* no pueden ayunar,+ ¿verdad? Entretanto que tienen con ellos al novio, no pueden ayunar.+ 20 Pero vendrán días en que el novio les será quitado, y entonces ayunarán en aquel día.+ 21 Nadie cose un remiendo de paño no encogido en una prenda de vestir exterior vieja; si lo hace, su plena fuerza tira de ella, lo nuevo de lo viejo, y el desgarrón se hace peor.+ 22 Además, nadie pone vino nuevo en odres viejos; si lo hace, el vino revienta los cueros, y el vino se pierde, así como también los cueros.+ Más bien, el vino nuevo se pone en odres nuevos”.+
23 Ahora bien, sucedió que él iba pasando por los sembrados de grano en día de sábado, y sus discípulos comenzaron a caminar y a arrancar+ las espigas.+ 24 De modo que los fariseos empezaron a decirle: “¡Mira eso! ¿Por qué están haciendo ellos en día de sábado lo que no es lícito?”.+ 25 Pero él les dijo: “¿No han leído ni siquiera una vez lo que David+ hizo cuando se halló en necesidad y le dio hambre, a él y a los hombres que estaban con él?+ 26 ¿Que entró en la casa de Dios, en el relato acerca de Abiatar+ el sacerdote principal,* y comió los panes de la presentación,*+ que a nadie es lícito+ comer, sino a los sacerdotes, y dio algo también a los hombres que estaban con él?”.+ 27 De modo que siguió diciéndoles: “El sábado vino a existir por causa del hombre,+ y no el hombre por causa del sábado;+ 28 así es que el Hijo del hombre es Señor hasta del sábado”.+
3 Una vez más entró en una sinagoga, y allí estaba un hombre con una mano seca.+ 2 De modo que lo estaban observando detenidamente para ver si curaría al hombre en sábado, para poder acusarlo.+ 3 Y él dijo al hombre que tenía la mano seca: “Levántate [y ponte] en medio”. 4 Entonces les dijo: “¿Es lícito en sábado hacer un hecho bueno, o hacer un hecho malo?, ¿salvar un alma,* o matarla?”.+ Pero ellos se quedaron callados. 5 Y después de darles una mirada en derredor con indignación, estando él cabalmente contristado por la insensibilidad de sus corazones,+ dijo al hombre: “Extiende la mano”. Y la extendió, y la mano le fue restaurada.+ 6 Visto aquello, los fariseos salieron e inmediatamente se pusieron a celebrar consejo con los partidarios de Herodes*+ contra él, para destruirlo.+
7 Pero Jesús, con sus discípulos, se retiró al mar; y una gran multitud de Galilea y de Judea lo siguió.+ 8 Hasta de Jerusalén y de Idumea y del otro lado del Jordán y de los alrededores de Tiro+ y de Sidón, una gran multitud, al oír cuántas cosas hacía, vino a él. 9 Y él dijo a sus discípulos que le tuvieran dispuesta de continuo una barquilla para que la muchedumbre no lo oprimiera. 10 Porque curó a muchos, y el resultado fue que todos los que tenían dolencias penosas caían sobre él para tocarlo.+ 11 Hasta los espíritus inmundos,+ siempre que lo contemplaban, se postraban delante de él y clamaban, diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”.+ 12 Pero muchas veces les ordenó rigurosamente que no lo dieran a conocer.+
13 Y ascendió a una montaña y mandó llamar a los que quiso,+ y ellos se fueron a donde él.+ 14 Y formó [un grupo de] doce, a quienes también dio el nombre de “apóstoles”, para que continuaran con él y para enviarlos a predicar+ 15 y a tener autoridad para expulsar los demonios.+
16 Y el [grupo de] doce que él formó fueron: Simón, a quien también dio el sobrenombre de Pedro,+ 17 y Santiago [hijo] de Zebedeo, y Juan el hermano de Santiago+ (también dio a estos el sobrenombre de Boanerges,* que significa Hijos del Trueno), 18 y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago [hijo] de Alfeo, y Tadeo, y Simón el cananita 19 y Judas Iscariote, que más tarde lo traicionó.+
Y entró en una casa. 20 Una vez más se juntó la muchedumbre, de modo que ellos no podían siquiera tomar una comida.+ 21 Pero cuando sus parientes+ oyeron esto, salieron para apoderarse de él, porque decían: “Ha perdido el juicio”.+ 22 También, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: “Tiene a Beelzebub,* y expulsa los demonios por medio del gobernante de los demonios”.+ 23 De modo que él, después de llamarlos a sí, empezó a decirles con ilustraciones:* “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Pues, si un reino llega a estar dividido contra sí mismo, ese reino no puede estar en pie;+ 25 y si una casa llega a estar dividida contra sí misma, esa casa no podrá estar en pie.+ 26 También, si Satanás se ha levantado contra sí mismo y ha llegado a estar dividido, no puede estar en pie, sino que tiene fin.+ 27 De hecho, nadie que ha logrado entrar en la casa de un hombre fuerte puede saquear+ sus bienes muebles a menos que primero ate al fuerte, y entonces saqueará su casa.+ 28 En verdad les digo que todas las cosas les serán perdonadas a los hijos de los hombres, no importa qué pecados y blasfemias cometan blasfemamente.+ 29 Sin embargo, cualquiera que blasfema contra el espíritu santo no tiene perdón jamás, sino que es culpable de pecado eterno”.+ 30 Esto, porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.+
31 Entonces vinieron su madre y sus hermanos,+ y, como estaban parados fuera, le enviaron recado para llamarlo.+ 32 Sucedía que una muchedumbre estaba sentada alrededor de él, de modo que le dijeron: “¡Mira! Tu madre y tus hermanos [están] fuera [y] te buscan”.+ 33 Mas él, respondiendo, les dijo: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”.+ 34 Y habiendo mirado alrededor a los que estaban sentados en torno de él en círculo, dijo: “Vean: ¡mi madre y mis hermanos!+ 35 Cualquiera que hace la voluntad de Dios, este es mi hermano y hermana y madre”.+
4 Y de nuevo comenzó a enseñar a la orilla del mar.+ Y una muchedumbre muy grande se reunió cerca de él, de modo que él subió a una barca y se sentó más allá en el mar, pero toda la muchedumbre a la orilla del mar estaba en la ribera.+ 2 De modo que se puso a enseñarles muchas cosas con ilustraciones,+ y les decía en su enseñanza:+ 3 “Escuchen. ¡Miren! El sembrador salió a sembrar.+ 4 Y al ir sembrando, parte [de la semilla] cayó a lo largo del camino, y las aves vinieron y se la comieron.+ 5 Y otra [parte] cayó sobre el pedregal, donde, por supuesto, no tenía mucha tierra, y brotó inmediatamente por no tener profundidad de tierra.+ 6 Mas cuando salió el sol, se chamuscó, y, por no tener raíz, se marchitó.+ 7 Y otra [parte] cayó entre los espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.+ 8 Mas otras cayeron sobre la tierra excelente,+ y, creciendo y aumentando, empezaron a dar fruto, y llevaban de a treinta y de a sesenta y de a ciento por uno”.+ 9 Entonces agregó la palabra: “El que tiene oídos para escuchar, escuche”.+
10 Ahora bien, cuando quedó solo, los que se hallaban alrededor de él con los doce se pusieron a interrogarle acerca de las ilustraciones.+ 11 Y él procedió a decirles: “A ustedes se les ha dado el secreto sagrado+ del reino de Dios, mas a los de afuera todas las cosas ocurren en ilustraciones,+ 12 para que, aunque estén mirando, miren y sin embargo no vean, y, aunque estén oyendo, oigan y sin embargo no capten el sentido de ello, ni nunca se vuelvan y se les dé perdón”.+ 13 Además, les dijo: “Ustedes no saben esta ilustración, así es que ¿cómo entenderán todas las demás ilustraciones?
14 ”El sembrador siembra la palabra.+ 15 Estos, pues, son aquellos a lo largo del camino donde se siembra la palabra; mas luego que [la] han oído viene Satanás+ y se lleva la palabra que ha sido sembrada en ellos.+ 16 Y, así mismo, estos son los [que han sido] sembrados sobre los pedregales: luego que han oído la palabra, la aceptan con gozo.+ 17 Sin embargo, no tienen raíz en sí mismos, sino que continúan por un tiempo; entonces, luego que surge tribulación o persecución a causa de la palabra, se les hace tropezar.+ 18 Y hay otros que son sembrados entre los espinos; estos son los que han oído la palabra,+ 19 pero las inquietudes+ de este sistema de cosas* y el poder engañoso de las riquezas+ y los deseos+ de las demás cosas van entrando y ahogan la palabra, y esta se hace infructífera.+ 20 Finalmente, los que han sido sembrados en la tierra excelente son los que escuchan la palabra y la reciben favorablemente y llevan fruto de a treinta y a sesenta y a ciento por uno”.+
21 Y siguió diciéndoles: “No se trae la lámpara para ponerla debajo de la cesta de medir, o debajo de la cama, ¿verdad? Se trae para ponerla sobre el candelero, ¿no es así?+ 22 Porque nada hay escondido salvo con el propósito de que sea expuesto; nada ha llegado a estar cuidadosamente ocultado, sino con el propósito de que venga al descubierto.+ 23 El que tiene oídos para escuchar, que escuche”.+
24 También les decía: “Presten atención a lo que oyen.+ Con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes,+ sí, hasta se les añadirá.+ 25 Porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”.+
26 Y siguió diciendo: “De esta manera el reino de Dios es como cuando un hombre echa la semilla sobre la tierra,+ 27 y duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece alta —precisamente cómo, él no lo sabe+—. 28 Por sí misma la tierra gradualmente fructifica: primero el tallo de hierba, luego la espiga, finalmente el grano lleno en la espiga. 29 Pero tan pronto como el fruto lo permite, él mete la hoz, porque ha llegado el tiempo de la siega”.
30 Y siguió diciendo: “¿A qué hemos de asemejar el reino de Dios, o en qué ilustración lo presentaremos?+ 31 Como un grano de mostaza, que al tiempo que se sembró en la tierra era la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra+..., 32 pero cuando se ha sembrado, sale y se hace mayor que todas las demás legumbres, y produce grandes ramas,+ de modo que las aves del cielo+ pueden hallar albergue bajo su sombra”.+
33 De manera que con muchas ilustraciones+ de ese tipo les hablaba la palabra, hasta el grado que podían escuchar. 34 Verdaderamente, sin ilustración no les hablaba, pero privadamente explicaba a sus discípulos todas las cosas.+
35 Y en aquel día, al anochecer, les dijo: “Pasemos a la otra ribera”.+ 36 Por eso, después de haber despedido ellos a la muchedumbre, lo llevaron en la barca, tal como estaba, y había con él otras barcas.+ 37 Ahora bien, estalló una grande y violenta tempestad de viento, y las olas seguían lanzándose dentro de la barca, de modo que faltaba poco para que la barca se llenara.+ 38 Pero él estaba en la popa, durmiendo sobre una almohada. De modo que lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que estemos a punto de perecer?”.+ 39 Con eso, él se despertó, y reprendió al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Calla!”.+ Y el viento se apaciguó, y sobrevino una gran calma.+ 40 De modo que les dijo: “¿Por qué se acobardan? ¿Todavía no tienen fe?”. 41 Pero ellos sintieron un temor extraordinario, y se decían unos a otros: “¿Quién, realmente, es este, porque hasta el viento y el mar le obedecen?”.+
5 Ahora bien, llegaron a la otra orilla del mar, al país de los gerasenos.*+ 2 E inmediatamente después que él salió de la barca, vino a su encuentro de entre las tumbas conmemorativas un hombre bajo el poder de un espíritu inmundo.+ 3 Este tenía su guarida entre las tumbas; y hasta aquel entonces absolutamente nadie podía atarlo firmemente ni siquiera con una cadena, 4 porque muchas veces había sido sujetado con grilletes y cadenas, mas las cadenas las había roto con estallido, y los grilletes realmente quedaban hechos pedazos; y nadie tenía fuerzas para domarlo. 5 Y continuamente, noche y día, aquel estaba en las tumbas y en las montañas dando gritos y cortándose con piedras. 6 Pero al alcanzar a ver a Jesús desde lejos, corrió y le rindió homenaje, 7 y, habiendo clamado en alta voz,+ dijo: “¿Qué tengo que ver contigo,* Jesús, Hijo del Dios Altísimo?+ Te pongo bajo juramento+ por Dios que no me atormentes”.+ 8 Porque él le había estado diciendo: “Sal del hombre, espíritu inmundo”.+ 9 Pero se puso a preguntarle: “¿Cuál es tu nombre?”. Y él le dijo: “Mi nombre es Legión,+ porque somos muchos”.+ 10 Y le suplicó muchas veces que no enviara a los espíritus fuera del país.+
11 Ahora bien, allí junto a la montaña una gran piara de cerdos+ estaba paciendo.+ 12 De modo que ellos le suplicaron, diciendo: “Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos”. 13 Y él se lo permitió. Con eso, los espíritus inmundos salieron, y entraron en los cerdos; y la piara se precipitó por el despeñadero en el mar, unos dos mil de ellos, y uno tras otro se ahogaron en el mar.+ 14 Pero sus porquerizos huyeron y lo informaron en la ciudad y en la región rural; y la gente vino a ver qué era lo que había acontecido.+ 15 De modo que llegaron a Jesús, y contemplaron al endemoniado sentado, vestido y en su cabal juicio, este que había tenido la legión; y tuvieron temor. 16 También, los que lo habían visto les contaron cómo le había ocurrido esto al endemoniado, y acerca de los cerdos. 17 Así que comenzaron a suplicarle que se fuera de sus distritos.+
18 Entonces, al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado se puso a suplicarle que le dejara continuar con él.+ 19 Sin embargo, él no le dejó, sino que le dijo: “Vete a casa a tus parientes,+ e infórmales acerca de todas las cosas que Jehová*+ ha hecho por ti, y de la misericordia+ que te tuvo”. 20 Y él se fue y comenzó a proclamar* en la Decápolis*+ todas las cosas que Jesús había hecho por él, y toda la gente se admiraba.+
21 Después que Jesús hubo pasado de nuevo a la ribera opuesta en la barca, se le reunió una gran muchedumbre; y él estaba a la orilla del mar.+ 22 Ahora bien, uno de los presidentes de la sinagoga, Jairo por nombre, vino, y, al verlo, cayó a sus pies+ 23 y le suplicó muchas veces, diciendo: “Mi hijita está gravísima. Sírvete venir y poner las manos+ sobre ella, para que recobre la salud y viva”.+ 24 Ante aquello, él se fue con él. Y le seguía una gran muchedumbre, y lo apretaba.+
25 Ahora bien, había una mujer que padecía flujo de sangre+ desde hacía doce años,+ 26 y muchos médicos le habían hecho pasar muchas penas,+ y ella había gastado todos sus recursos y no se había beneficiado, sino que, al contrario, había empeorado. 27 Cuando ella oyó las cosas acerca de Jesús, vino por detrás, entre la muchedumbre, y le tocó+ la prenda de vestir exterior; 28 porque decía: “Si toco nada más que sus prendas de vestir exteriores, recobraré la salud”.*+ 29 E inmediatamente se secó la fuente de su sangre, y sintió en su cuerpo que había sido sanada de la penosa enfermedad.+
30 Inmediatamente, también, Jesús reconoció en sí mismo que de él había salido poder,+ y, volviéndose entre la muchedumbre, se puso a decir: “¿Quién tocó mis prendas de vestir exteriores?”.+ 31 Mas sus discípulos empezaron a decirle: “Ves la muchedumbre que te aprieta,+ y ¿dices tú: ‘¿Quién me tocó?’?”. 32 Sin embargo, él miraba alrededor para ver a la que había hecho esto. 33 Pero la mujer, atemorizada y temblando, sabiendo lo que le había pasado, vino y cayó delante de él y le dijo toda la verdad.+ 34 Él le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud.* Ve en paz,*+ y queda sana de tu penosa enfermedad”.+
35 Mientras él todavía estaba hablando, vinieron algunos hombres de la casa del presidente de la sinagoga y dijeron: “¡Tu hija murió! ¿Por qué molestar ya al maestro?”.+ 36 Mas Jesús, oyendo por casualidad la palabra que se hablaba, dijo al presidente de la sinagoga: “No temas, ejerce fe solamente”.+ 37 Y no dejó que nadie siguiera con él, sino Pedro y Santiago y Juan el hermano de Santiago.+
38 De modo que llegaron a la casa del presidente de la sinagoga, y él contempló la ruidosa confusión y a los que lloraban y daban muchos plañidos, 39 y, después de entrar, les dijo: “¿Por qué causan ruidosa confusión y lloran? La niñita no ha muerto, sino que duerme”.+ 40 Ante aquello, ellos empezaron a reírse de él desdeñosamente. Pero, habiendo echado fuera a todos, él tomó consigo al padre y a la madre de la niñita y a los que estaban con él, y entró a donde estaba la niñita.+ 41 Y, tomando la mano de la niñita, le dijo: “Tál·i·tha cú·mi”, que, traducido, significa: “Jovencita, te digo: ¡Levántate!”.+ 42 E inmediatamente la jovencita se levantó y echó a andar, pues tenía doce años. Y en seguida estuvieron fuera de sí con gran éxtasis.+ 43 Pero él les ordenó repetidas veces que no dejaran que nadie se enterara+ de esto, y dijo que le dieran a ella algo de comer.
6 Y partió de allí y entró en su propio territorio, y sus discípulos le siguieron.+ 2 Llegado el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y la mayor parte de los que estaban escuchando quedaron atónitos y dijeron: “¿De dónde consiguió este hombre estas cosas?+ ¿Y por qué se le habrá dado esta sabiduría a este hombre, y que tales obras poderosas sean ejecutadas por medio de sus manos? 3 Este es el carpintero,+ el hijo de María+ y el hermano de Santiago+ y de José* y de Judas y de Simón,+ ¿no es verdad? Y sus hermanas están aquí con nosotros, ¿no es verdad?”. De modo que empezaron a tropezar a causa de él.+ 4 Pero Jesús pasó a decirles: “El profeta no carece de honra sino en su propio territorio+ y entre sus parientes y en su propia casa”.+ 5 De modo que no pudo hacer allí ninguna obra poderosa salvo poner las manos sobre unos cuantos enfermizos y curarlos. 6 De hecho, se admiró de la falta de fe de ellos. Y recorría las aldeas en circuito, enseñando.+
7 Entonces mandó llamar a los doce, e inició el enviarlos de dos en dos,+ y empezó a darles autoridad sobre los espíritus inmundos.+ 8 También, les dio órdenes de que no llevaran nada para el viaje, sino solamente un bastón; ni pan, ni alforja,+ ni dinero de cobre en las bolsas de sus cintos,+ 9 pero que se ataran sandalias, y no llevaran puestas dos prendas de vestir interiores.+ 10 Además, les dijo: “Dondequiera que entren en una casa,+ quédense allí hasta que salgan de aquel lugar.+ 11 Y dondequiera que algún lugar no los reciba ni los oiga, al salir de allí sacudan el polvo que está debajo de sus pies, para testimonio* a ellos”.+ 12 De modo que ellos salieron y predicaron para que la gente se arrepintiera;+ 13 y expulsaban muchos demonios+ y untaban con aceite+ a muchos enfermizos y los curaban.+
14 Ahora bien, esto llegó a oídos del rey Herodes, porque el nombre de [Jesús]* se hizo notorio, y la gente decía:* “Juan el bautizante* ha sido levantado de entre los muertos, y por eso operan en él obras poderosas”.+ 15 Pero otros decían: “Es Elías”.+ Y otros decían: “Es profeta como uno de los profetas”.+ 16 Pero cuando Herodes lo oyó, se puso a decir: “El Juan a quien decapité, este ha sido levantado”.+ 17 Pues Herodes mismo había enviado a arrestar a Juan y lo había atado en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo su hermano, porque se había casado con ella.+ 18 Porque Juan había dicho repetidas veces a Herodes: “No te es lícito tener a la esposa de tu hermano”.+ 19 Pero Herodías le abrigaba rencor+ y quería matarlo, pero no podía.+ 20 Porque Herodes le tenía temor+ a Juan, sabiendo que era varón justo y santo;+ y lo tenía protegido. Y después de oírlo+ estaba muy indeciso en cuanto a qué hacer; sin embargo, continuaba oyéndole con gusto.
21 Pero vino un día oportuno+ cuando Herodes, en su cumpleaños,+ dio una cena para sus hombres de primer rango y para los comandantes militares* y para los insignes de Galilea. 22 Y entró la hija de la misma Herodías y danzó y agradó a Herodes y a los que con él estaban reclinados.+ El rey dijo a la jovencita: “Pídeme lo que quieras, y te lo daré”. 23 Sí, le juró: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré,+ hasta la mitad de mi reino”.+ 24 Y ella salió y dijo a su madre: “¿Qué debo pedir?”. Ella dijo: “La cabeza de Juan el bautizante”.+ 25 Inmediatamente ella entró de prisa al rey e hizo su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. 26 Aunque se contristó profundamente, el rey, sin embargo, no quiso desatenderla, a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa.+ 27 De modo que el rey inmediatamente despachó a uno de la guardia y le mandó traer la cabeza [de Juan]. Y este se fue y lo decapitó en la prisión,+ 28 y trajo la cabeza de aquel en una bandeja, y se la dio a la jovencita, y la jovencita se la dio a su madre.+ 29 Cuando los discípulos de él lo oyeron, vinieron y tomaron el cadáver y lo pusieron en una tumba conmemorativa.+
30 Y los apóstoles se reunieron delante de Jesús y le informaron todas las cosas que habían hecho y enseñado.+ 31 Y él les dijo: “Vengan, ustedes mismos, en privado, a un lugar solitario,+ y descansen un poco”.+ Porque eran muchos los que venían e iban, y ellos no tenían tiempo libre siquiera para tomar una comida.+ 32 De modo que se fueron en la barca a un lugar solitario donde estuvieran solos.+ 33 Pero la gente los vio ir y muchos llegaron a saberlo, y de todas las ciudades concurrieron allá a pie, y se adelantaron a ellos.+ 34 Pues, al salir, él vio una muchedumbre grande, y se enterneció+ por ellos, porque eran como ovejas sin pastor.+ Y comenzó a enseñarles muchas cosas.+
35 Para entonces la hora se había hecho tarde, y sus discípulos se le acercaron y se pusieron a decirle: “El lugar es aislado, y la hora es ya muy avanzada.+ 36 Despídelos para que se vayan a la región rural y a las aldeas de alrededor y se compren algo de comer”.+ 37 Él, respondiendo, les dijo: “Denles ustedes de comer”. Entonces ellos le dijeron: “¿Nos iremos y compraremos doscientos denarios* de panes y se [los] daremos a comer?”.+ 38 Les dijo: “¿Cuántos panes tienen? ¡Vayan a ver!”. Después de averiguarlo, dijeron: “Cinco, además de dos pescados”.+ 39 Y mandó que toda la gente se reclinara por compañías+ sobre la hierba verde.+ 40 Y se recostaron en grupos de a ciento y de a cincuenta.+ 41 Entonces, tomando los cinco panes y los dos pescados, él miró al cielo y dijo una bendición,+ y partió+ los panes e iba dándolos a los discípulos para que los pusieran delante de la gente; y dividió los dos pescados para todos. 42 De modo que todos comieron y quedaron satisfechos;+ 43 y recogieron los trozos: doce cestas llenas, aparte de los pescados. 44 Además, los que comieron de los panes fueron cinco mil varones.+
45 Y, sin demora, él obligó a sus discípulos a subir a la barca e ir adelante a la ribera opuesta hacia Betsaida, en tanto que él mismo despedía a la muchedumbre.+ 46 Pero después de haberse despedido de ellos, se fue a una montaña a orar.+ 47 Cuando ya había anochecido, la barca estaba en medio del mar, pero él solo en tierra.+ 48 Y cuando vio que se hallaban en un aprieto+ al remar, porque el viento estaba en su contra, como a la cuarta vigilia de la noche* vino hacia ellos, andando sobre el mar; pero pensaba pasarlos de largo. 49 Al alcanzar a verlo andando sobre el mar, ellos pensaron: “¡Es un fantasma!”, y gritaron.+ 50 Porque todos lo vieron y se perturbaron. Pero él inmediatamente habló con ellos, y les dijo: “Cobren ánimo; soy yo; no tengan temor”.+ 51 Y subió a la barca con ellos, y el viento se apaciguó. Con esto, se asombraron mucho dentro de sí,+ 52 pues no habían captado el significado de los panes, sino que su corazón continuaba embotado e incapaz de entender.+
53 Y habiendo hecho la travesía, vinieron a Genesaret y anclaron cerca de allí.+ 54 Pero luego que salieron de la barca, la gente lo reconoció, 55 y corrieron por toda aquella región y comenzaron a llevar en camillas a los que se hallaban mal, a donde oían que él estaba. 56 Y dondequiera que entraba en aldeas, o en ciudades, o en región rural,+ ponían a los enfermos en las plazas de mercado, y le suplicaban que les dejara tocar+ siquiera el fleco+ de su prenda de vestir exterior. Y cuantos sí lo tocaban recobraban la salud.*+
7 Ahora bien, los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén se juntaron en torno de él.+ 2 Y cuando vieron a algunos de los discípulos de él tomar su comida con manos contaminadas, es decir, no lavadas+ 3 —porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos que se laven las manos hasta el codo,* teniendo firmemente asida la tradición de los hombres de otros tiempos, 4 y, al volver del mercado, no comen a menos que se limpien por rociadura; y hay muchas otras tradiciones+ que han recibido para tenerlas firmemente asidas: bautismos de copas y cántaros y vasos de cobre+—; 5 de modo que estos fariseos y escribas le preguntaron: “¿Por qué no proceden tus discípulos conforme a la tradición de los hombres de otros tiempos, sino que toman su comida con manos contaminadas?”.+ 6 Él les dijo: “Aptamente profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito:+ ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí.+ 7 En vano me siguen adorando, porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres’.+ 8 Soltando el mandamiento de Dios, ustedes tienen firmemente asida la tradición de los hombres”.+
9 Además, siguió diciéndoles: “Diestramente ponen ustedes a un lado el mandamiento+ de Dios para retener su tradición. 10 Por ejemplo, Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’,+ y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte’.*+ 11 Pero ustedes dicen: ‘Si un hombre le dice a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es corbán*+ (es decir, una dádiva dedicada+ a Dios)”’*..., 12 ya no le dejan hacer ni una sola cosa por su padre o su madre,+ 13 y así invalidan la palabra de Dios+ por la tradición suya que ustedes transmitieron. Y hacen muchas cosas+ parecidas a esto”. 14 Entonces, llamando a sí otra vez a la muchedumbre, procedió a decirles: “Escúchenme, todos ustedes, y capten el significado.+ 15 Nada hay que entre en el hombre de fuera de él que pueda contaminarlo; mas las cosas que proceden del hombre son las cosas que contaminan al hombre”.+ 16* ——
17 Ahora bien, cuando hubo entrado en una casa, apartado de la muchedumbre, sus discípulos se pusieron a preguntarle acerca de la ilustración.+ 18 De modo que les dijo: “¿Están ustedes también faltos de percepción como ellos?+ ¿No se dan cuenta de que nada que de fuera entra en el hombre puede contaminarlo, 19 puesto que no entra en [su] corazón, sino en [sus] intestinos, y sale a la cloaca?”.*+ Así declaró limpios todos los alimentos.*+ 20 Además dijo: “Lo que procede del hombre es lo que contamina al hombre;+ 21 porque de dentro, del corazón de los hombres,+ proceden razonamientos perjudiciales: fornicaciones,*+ hurtos, asesinatos,+ 22 adulterios, codicias,+ actos de iniquidad, engaño, conducta relajada,*+ ojo envidioso,* blasfemia, altanería, irracionalidad. 23 Todas estas cosas inicuas proceden de dentro y contaminan al hombre”.+
24 Levantándose de allí, se fue a las regiones de Tiro y Sidón.+ Y entró en una casa y no quería que nadie llegara a saberlo. Sin embargo, no pudo pasar inadvertido;+ 25 antes bien, inmediatamente una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo oyó acerca de él, y vino y se postró a sus pies.+ 26 La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia; y siguió pidiéndole que expulsara de su hija al demonio.+ 27 Pero él empezó por decirle: “Primero deja que los hijos se satisfagan, porque no es correcto tomar el pan de los hijos+ y echarlo a los perritos”.+ 28 Pero, en respuesta, ella le dijo: “Sí, señor; sin embargo, los perritos, debajo de la mesa, comen de las migajas+ de los niñitos”.+ 29 Ante aquello, él le dijo: “Por haber dicho esto, ve; el demonio ha salido de tu hija”.+ 30 De modo que ella se fue a su casa y halló+ a la niñita acostada en la cama, y que el demonio había salido.
31 Entonces, saliendo él de nuevo de las regiones de Tiro, se fue por Sidón al mar de Galilea y subió por en medio de las regiones de Decápolis.*+ 32 Aquí le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla, y le suplicaron que pusiera la mano sobre él.+ 33 Y él se lo llevó aparte de la muchedumbre, en privado, y puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua.+ 34 Y con una mirada al cielo+ suspiró+ profundamente y le dijo: “Éffatha”, esto es: “Sé abierto”. 35 Pues bien, las facultades de oír de aquel fueron abiertas,+ y el impedimento* de su lengua fue desatado, y empezó a hablar normalmente. 36 Con eso, él les ordenó que no lo dijeran a nadie;+ pero cuanto más les ordenaba, tanto más lo proclamaban.+ 37 De hecho, estaban atónitos+ de una manera sumamente extraordinaria, y decían: “Todas las cosas las ha hecho bien. Hasta a los sordos hace oír y a los mudos hablar”.+
8 En aquellos días, cuando otra vez hubo una muchedumbre grande y no tenían qué comer, mandó llamar a los discípulos y les dijo:+ 2 “Me compadezco+ de la muchedumbre, porque ya son tres días que han permanecido cerca de mí y no tienen qué comer; 3 y si los envío en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino. De hecho, algunos de ellos son de muy lejos”. 4 Pero sus discípulos le contestaron: “¿De dónde podrá alguien aquí en un lugar aislado satisfacer a estos con panes?”.+ 5 A pesar de eso, él procedió a preguntarles: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos dijeron: “Siete”.+ 6 Y mandó que la muchedumbre se reclinara sobre el suelo, y tomó los siete panes y, habiendo dado gracias,+ los partió, e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la muchedumbre.+ 7 También tenían unos cuantos pescaditos; y él, habiéndolos bendecido, les dijo que también sirvieran estos.+ 8 De modo que comieron y quedaron satisfechos, y recogieron trozos sobrantes, siete cestas de provisiones llenas.+ 9 Sin embargo, eran unos cuatro mil [hombres]. Por fin los despidió.+
10 E inmediatamente subió a la barca con sus discípulos y entró en las partes de Dalmanuta.+ 11 Aquí salieron los fariseos y comenzaron a disputar con él, buscando de él una señal procedente del cielo, para ponerlo a prueba.+ 12 De modo que él gimió profundamente+ con su espíritu, y dijo: “¿Por qué busca señal esta generación? Verdaderamente digo: No se le dará señal alguna a esta generación”.+ 13 Con eso los dejó, volvió a embarcarse, y se fue a la ribera opuesta.
14 Sucedió que se les olvidó llevar panes, y, con la excepción de un pan, no tenían nada consigo en la barca.+ 15 Y él se puso a ordenarles expresamente y a decir: “Mantengan los ojos abiertos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”.+ 16 De modo que iban discutiendo los unos con los otros sobre el hecho de que no tenían panes.+ 17 Notándolo él, les dijo: “¿Por qué discuten sobre el no tener panes?+ ¿Todavía no perciben ni captan el significado? ¿Tienen su corazón embotado e incapaz de entender?+ 18 ‘Aunque tienen ojos, ¿no ven?; y aunque tienen oídos, ¿no oyen?’+ ¿Y no se acuerdan, 19 cuando partí los cinco panes+ para los cinco mil [hombres], cuántas cestas llenas de trozos recogieron?”. Le dijeron: “Doce”.+ 20 “Cuando partí los siete para los cuatro mil [hombres], ¿cuántas cestas de provisiones llenas de trozos recogieron?”. Y le dijeron: “Siete”.+ 21 Entonces les dijo: “¿Todavía no captan el significado?”.+
22 Ahora bien, arribaron a Betsaida. Aquí le trajeron un ciego, y le suplicaron que lo tocara.+ 23 Y tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea, y, habiendo escupido+ sobre los ojos de este, puso las manos sobre él y se puso a preguntarle: “¿Ves algo?”. 24 Y el hombre miró hacia arriba,* y decía: “Veo hombres, porque observo lo que parece árboles, pero están andando”. 25 Entonces él volvió a poner las manos sobre los ojos del hombre, y el hombre vio con claridad, y quedó restaurado, y veía todo distintamente. 26 De modo que él lo envió a su casa, diciendo: “Pero no entres en la aldea”.+
27 Entonces Jesús y sus discípulos partieron para las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino se puso a interrogar a sus discípulos, diciéndoles: “¿Quién dicen los hombres que soy?”.+ 28 Ellos le dijeron: “Juan el Bautista,*+ y otros: Elías,+ y otros: Uno de los profetas”.+ 29 Y él les hizo la pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?”. Respondiendo, Pedro* le dijo: “Tú eres el Cristo”.+ 30 Entonces les ordenó con firmeza que no dijeran a nadie acerca de él.+ 31 También, comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por los ancianos y los sacerdotes principales y los escribas, y ser muerto,+ y levantarse tres días después.+ 32 De hecho, con franqueza les hacía aquella declaración. Mas Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo.+ 33 Él se volvió, miró a sus discípulos, y reprendió a Pedro, y dijo: “Ponte detrás de mí, Satanás, porque tú no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”.*+
34 Entonces llamó a sí a la muchedumbre con sus discípulos y les dijo: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento* y sígame de continuo.+ 35 Porque el que quiera salvar su alma,* la perderá; mas el que pierda su alma por causa de mí y de las buenas nuevas, la salvará.+ 36 En realidad, ¿de qué provecho le es al hombre ganar todo el mundo y pagarlo con perder su alma?+ 37 ¿Qué, realmente, daría el hombre en cambio por su alma?+ 38 Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del hombre también se avergonzará+ de él cuando llegue en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.+
9 Además, siguió diciéndoles: “En verdad les digo: Hay algunos de los que están de pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios ya venido en poder”.+ 2 Por consiguiente, seis días después Jesús tomó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, y los llevó a una montaña encumbrada donde estuvieran solos. Y fue transfigurado delante de ellos,+ 3 y sus prendas de vestir exteriores se volvieron relucientes, mucho más blancas de lo que pudiera blanquearlas cualquier limpiador de ropa en la tierra.+ 4 También, se les apareció Elías con Moisés, y estaban conversando con Jesús.+ 5 Y, tomando la palabra, Pedro dijo a Jesús: “Rabí, es excelente que estemos aquí, de modo que erijamos tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elías”.+ 6 De hecho, no sabía cómo debía responder, porque estaban aterrados a gran grado. 7 Y se formó una nube que los cubría con su sombra, y de la nube salió una voz:+ “Este es mi Hijo,+ el amado; escúchenle”.+ 8 De repente, sin embargo, miraron alrededor y no vieron a nadie con ellos ya, sino a Jesús solo.+
9 Mientras venían bajando de la montaña, él les ordenó expresamente que no contaran+ a nadie lo que habían visto, hasta después que el Hijo del hombre se hubiera levantado de entre los muertos.+ 10 Y tomaron la palabra a pecho,* pero entre sí trataban acerca de lo que quería decir esto de levantarse de entre los muertos. 11 Y se pusieron a interrogarle, diciendo: “¿Por qué dicen los escribas que Elías+ tiene que venir primero?”.+ 12 Él les dijo: “Elías sí viene primero y restaura todas las cosas;+ pero ¿cómo es que está escrito respecto al Hijo del hombre que él tiene que pasar por muchos sufrimientos+ y ser menospreciado?+ 13 Pero yo les digo: Elías,+ de hecho, ha venido, e hicieron con él cuantas cosas quisieron, así como está escrito de él”.+
14 Ahora bien, al acercarse a los demás discípulos, notaron una muchedumbre grande alrededor de ellos, y a unos escribas que disputaban con ellos.+ 15 Pero luego que toda la muchedumbre alcanzó a verlo, quedó aturdida, y, corriendo hacia él, lo saludaban. 16 Y él les preguntó: “¿Qué disputan con ellos?”. 17 Y uno de entre la muchedumbre le contestó: “Maestro, te traje a mi hijo porque tiene un espíritu mudo;+ 18 y dondequiera que lo prende lo echa al suelo, y [el muchacho] echa espumarajos y hace rechinar los dientes y pierde la fuerza. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron”.+ 19 En respuesta, él les dijo: “Oh generación falta de fe,+ ¿hasta cuándo tengo que continuar con ustedes? ¿Hasta cuándo tengo que soportarlos? Tráiganmelo”.+ 20 De modo que se lo llevaron. Pero al verlo, el espíritu en seguida convulsionó [al muchacho],* y este, cayendo al suelo, se revolcaba, espumajeando.+ 21 Y [Jesús] preguntó al padre de él: “¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?”. Dijo él: “Desde niño; 22 y repetidas veces lo echaba en el fuego así como en el agua para destruirlo.+ Pero si puedes hacer algo, compadécete de nosotros y ayúdanos”. 23 Jesús le dijo: “Esa expresión: ¡‘Si puedes’! ¡Todas las cosas son posibles para uno si tiene fe!”.+ 24 Clamando inmediatamente, el padre del niñito decía: “¡Tengo fe! ¡Ayúdame donde necesite fe!”.*+
25 Jesús, notando ahora que una muchedumbre venía corriendo en masa hacia [ellos], reprendió+ al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: sal de él y no entres más en él”. 26 Y después de clamar y hacer muchas convulsiones, salió;+ y [el muchacho] quedó como muerto, de modo que la mayor parte de ellos decía: “¡Está muerto!”. 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo alzó, y él se levantó.+ 28 Por eso, después que hubo entrado en una casa, sus discípulos procedieron a preguntarle privadamente: “¿Por qué no pudimos expulsarlo nosotros?”.+ 29 Y él les dijo: “Este género con nada puede salir salvo con oración”.+
30 Partieron de allí y siguieron su camino a través de Galilea, pero él no quería que nadie llegara a saberlo. 31 Porque enseñaba a sus discípulos y les decía: “El Hijo del hombre ha de ser entregado* en manos de los hombres, y lo matarán,+ pero, a pesar de que lo maten, se levantará tres días después”.+ 32 Sin embargo, ellos no entendían el dicho, y tenían miedo de interrogarle.+
33 Y entraron en Capernaum. Ahora bien, cuando estuvo en la casa, les hizo la pregunta: “¿Qué discutían en el camino?”.+ 34 Se quedaron callados, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién era el mayor.+ 35 De modo que él se sentó y llamó a los doce y les dijo: “Si alguien quiere ser el primero, tiene que ser el último de todos y ministro de todos”.+ 36 Y tomando a un niñito, lo puso de pie en medio de ellos y lo rodeó con los brazos y les dijo:+ 37 “Cualquiera que reciba a uno de tales niñitos sobre la base de mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, no me recibe a mí [solamente], sino [también] al que me envió”.+
38 Juan le dijo: “Maestro, vimos a cierto hombre que expulsaba demonios por el uso de tu nombre y tratamos de impedírselo,+ porque no nos acompañaba”.+ 39 Pero Jesús dijo: “No traten de impedírselo, porque nadie hay que haga una obra poderosa sobre la base de mi nombre que pronto pueda injuriarme;+ 40 porque el que no está contra nosotros, está a favor nuestro.+ 41 Porque cualquiera que les dé de beber un vaso+ de agua debido a que pertenecen a Cristo,+ verdaderamente les digo, de ninguna manera perderá su galardón. 42 Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen, mejor le sería que se le pusiera alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y realmente fuera arrojado al mar.+
43 ”Y si en cualquier tiempo tu mano te hace tropezar, córtala; mejor te es entrar manco en la vida que con dos manos irte al Gehena,* al fuego que no se puede apagar.+ 44* —— 45 Y si tu pie te hace tropezar, córtalo; mejor te es entrar cojo en la vida+ que con dos pies ser arrojado al Gehena.+ 46* —— 47 Y si tu ojo te hace tropezar, tíralo;+ mejor te es entrar con un solo ojo en el reino de Dios que con dos ojos ser arrojado al Gehena,+ 48 donde su cresa no muere y el fuego no se apaga.+
49 ”Pues todos tienen que ser salados+ con fuego. 50 La sal es excelente; pero si en cualquier tiempo la sal pierde su fuerza,* ¿con qué la sazonarán?+ Tengan sal+ en ustedes, y mantengan paz+ entre unos y otros”.
10 Levantándose de allí, vino a los términos de Judea y al otro lado del Jordán, y de nuevo las muchedumbres se le reunieron, y según tenía por costumbre, de nuevo se puso a enseñarles.+ 2 Entonces se le acercaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, se pusieron a preguntarle si le era lícito al varón divorciarse de su esposa.+ 3 Él, respondiendo, les dijo: “¿Qué les mandó Moisés?”. 4 Ellos dijeron: “Moisés permitió escribir un certificado de despedida y divorciarse [de ella]”.+ 5 Pero Jesús les dijo: “En vista de la dureza del corazón de ustedes+ les escribió este mandamiento. 6 Sin embargo, desde [el] principio de la creación ‘Él* los hizo macho y hembra.+ 7 Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne’;+ de modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”.+ 10 Y en la casa de nuevo,+ los discípulos le interrogaban acerca de esto. 11 Y él les dijo: “Cualquiera que se divorcie* de su esposa y se case con otra comete adulterio+ contra ella, 12 y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio”.+
13 Entonces la gente empezó a traerle niñitos para que los tocara; pero los discípulos corrigieron [a la gente].+ 14 Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: “Dejen que los niñitos vengan a mí; no traten de detenerlos, porque el reino de Dios pertenece a los que son así.+ 15 En verdad les digo: El que no reciba el reino de Dios como un niñito, de ninguna manera entrará en él”.+ 16 Y tomó a los niños en los brazos y empezó a bendecirlos, poniendo las manos sobre ellos.+
17 Y al salir él para seguir su camino, cierto hombre vino corriendo y cayó de rodillas delante de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?”.*+ 18 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno?+ Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.+ 19 Conoces los mandamientos: ‘No asesines,+ No cometas adulterio,+ No hurtes,+ No des falso testimonio,+ No defraudes,+ Honra a tu padre y a tu madre’”.+ 20 El hombre le dijo: “Maestro, todas estas cosas las he guardado desde mi juventud”. 21 Y mirándolo, Jesús sintió amor por él, y le dijo: “Una cosa falta en cuanto a ti: Ve, vende las cosas que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven, sé mi seguidor”.+ 22 Mas él se entristeció por el dicho, y se fue contristado, porque tenía muchas posesiones.+
23 Después de mirar alrededor, Jesús dijo a sus discípulos: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero+ entrar en el reino de Dios!”.+ 24 Pero los discípulos estaban sorprendidos+ de sus palabras. En respuesta Jesús les dijo de nuevo: “Hijos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios! 25 Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”.+ 26 Quedaron aún más atónitos, y le dijeron: “¿Quién, de hecho, puede ser salvo?”.+ 27 Mirándolos directamente, Jesús dijo: “Para los hombres es imposible, mas no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios”.+ 28 Pedro comenzó a decirle: “¡Mira! Nosotros dejamos todas las cosas y te hemos estado siguiendo”.+ 29 Jesús dijo: “En verdad les digo: Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas,+ 30 que no reciba el céntuplo+ ahora en este período de tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones,+ y en el sistema de cosas* venidero vida eterna. 31 Sin embargo, muchos que son primeros serán últimos; y los últimos, primeros”.+
32 Ahora bien, iban avanzando por el camino que sube a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos, y ellos estaban asombrados; pero los que venían siguiendo temían. De nuevo llevó aparte a los doce y comenzó a decirles estas cosas destinadas a sobrevenirle:+ 33 “Aquí estamos, subiendo hacia Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sacerdotes principales y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a [hombres de] las naciones,+ 34 y se burlarán de él y le escupirán y lo azotarán y lo matarán, pero tres días después se levantará”.+
35 Y Santiago y Juan, los dos hijos de Zebedeo,+ se le acercaron y le dijeron: “Maestro, queremos que hagas por nosotros cualquier cosa que te pidamos”.+ 36 Él les dijo: “¿Qué quieren que les haga?”. 37 Le dijeron: “Concédenos sentarnos, uno a tu derecha y uno a tu izquierda, en tu gloria”.+ 38 Mas Jesús les dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo* con que yo soy bautizado?”.+ 39 Ellos le dijeron: “Podemos”. Ante eso, Jesús les dijo: “La copa que yo bebo ustedes beberán, y con el bautismo con que yo soy bautizado ustedes serán bautizados.+ 40 Sin embargo, esto de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía darlo,+ sino que pertenece a aquellos para quienes se ha preparado”.
41 Ahora bien, cuando los otros diez oyeron de esto, comenzaron a indignarse contra Santiago y Juan.+ 42 Mas Jesús, habiéndolos llamado a sí, les dijo: “Ustedes saben que los que parecen gobernar a las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellas.+ 43 No es así entre ustedes; antes bien, el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes,+ 44 y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser el esclavo de todos.+ 45 Porque aun el Hijo del hombre no vino para que se le ministrara,+ sino para ministrar y para dar su alma* en rescate+ en cambio por muchos”.+
46 Y entraron en Jericó. Pero cuando salían de Jericó él y sus discípulos y una muchedumbre considerable, Bartimeo (hijo de Timeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.+ 47 Al oír que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: “¡Hijo de David,+ Jesús, ten misericordia de mí!”.+ 48 Ante eso, muchos se pusieron a decirle rigurosamente que se callara; pero él siguió gritando mucho más: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”.+ 49 De modo que Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “Cobra ánimo, levántate; te llama”.+ 50 Tirando su prenda de vestir exterior, él se puso de pie de un salto y fue a Jesús. 51 Y en respuesta a él, Jesús le dijo: “¿Qué quieres que te haga?”.+ El ciego le dijo: “Rabboni,* que recobre la vista”.+ 52 Y Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha devuelto la salud”.*+ E inmediatamente recobró la vista,+ y se puso a seguirle en el camino.+
11 Ahora bien, cuando se acercaban a Jerusalén, a Betfagué y a Betania,+ al monte de los Olivos, él despachó a dos de sus discípulos+ 2 y les dijo: “Vayan a la aldea que está a su vista, y luego que entren en ella hallarán un pollino atado, sobre el cual ninguno de la humanidad se ha sentado aún; desátenlo y tráiganlo.+ 3 Y si alguien les dice: ‘¿Por qué están haciendo esto?’, digan: ‘El Señor lo necesita, y en seguida lo enviará de vuelta acá’”.+ 4 De modo que se fueron y hallaron el pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle secundaria, y lo desataron.+ 5 Pero algunos de los que estaban de pie allí se pusieron a decirles: “¿Qué están haciendo, desatando el pollino?”.+ 6 Ellos dijeron a estos así como Jesús había dicho; y ellos los dejaron ir.+
7 Y llevaron el pollino+ a Jesús, y pusieron sus prendas de vestir exteriores sobre [el pollino], y [Jesús] se sentó en él.+ 8 También, muchos tendieron sus prendas de vestir exteriores+ en el camino, pero otros cortaron follaje+ de los campos.+ 9 Y los que iban delante y los que venían detrás clamaban: “¡Salva, rogamos!*+ ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!*+ 10 ¡Bendito es el reino venidero de nuestro padre David!*+ ¡Salva, rogamos, en las alturas!”.* 11 Y él entró en Jerusalén, en el templo; y miró todas las cosas alrededor, y, como la hora era ya avanzada, salió para Betania con los doce.+
12 Al día siguiente, cuando habían salido de Betania, le dio hambre.+ 13 Y de lejos alcanzó a ver una higuera que tenía hojas, y fue a ver si acaso hallaba algo en ella. Mas, al llegar a ella, nada halló sino hojas, porque no era la época de los higos.+ 14 Así que, tomando la palabra, le dijo: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti”.+ Y sus discípulos estaban escuchando.
15 Luego llegaron a Jerusalén. Allí él entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los bancos de los que vendían palomas;+ 16 y no dejaba que nadie llevara utensilio alguno por el templo, 17 sino que siguió enseñando y diciendo: “¿No está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración+ para todas las naciones’?+ Pero ustedes la han hecho una cueva de salteadores”.+ 18 Y lo oyeron los sacerdotes principales y los escribas, y se pusieron a buscar cómo destruirlo;+ porque le temían, pues toda la muchedumbre estaba continuamente atónita de su enseñanza.+
19 Y cuando se hacía tarde en el día, salían de la ciudad. 20 Pero cuando estaban pasando muy de mañana, vieron la higuera ya marchitada, desde las raíces.+ 21 Entonces Pedro, acordándose de ello, le dijo: “¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste se ha marchitado”.+ 22 Y respondiendo, Jesús les dijo: “Tengan fe en Dios. 23 En verdad les digo que cualquiera que diga a esta montaña: ‘Sé alzada y echada al mar’, y no duda en su corazón, sino que tiene fe en que va a ocurrir lo que dice, así lo tendrá.+ 24 Por eso les digo: Todas las cosas que oran y piden, tengan fe en que pueden darse por recibidas, y las tendrán.+ 25 Y cuando estén de pie orando, perdonen+ lo que tengan contra alguno; para que su Padre que está en los cielos también les perdone sus ofensas”.+ 26* ——
27 Y vinieron de nuevo a Jerusalén. Y al ir él andando por el templo, los sacerdotes principales y los escribas y los ancianos se le acercaron+ 28 y se pusieron a decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas?, ¿o quién te dio esta autoridad para hacer estas cosas?”.+ 29 Jesús les dijo: “Yo les haré una pregunta. Contéstenme, y yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas.+ 30 El bautismo+ de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Contéstenme”.+ 31 De modo que razonaban entre sí, diciendo: “Si decimos: ‘Del cielo’, dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’.+ 32 Pero, ¿nos atrevemos a decir: ‘De los hombres’?”... Temían a la muchedumbre, porque todos estos sostenían que Juan realmente había sido profeta.+ 33 Pues, en respuesta a Jesús dijeron: “No sabemos”. Y Jesús les dijo: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas”.+
12 También, comenzó a hablarles con ilustraciones: “Un hombre plantó una viña,+ y la rodeó de una cerca, y cavó un estanque para el lagar y erigió una torre,+ y la arrendó a cultivadores,+ y viajó al extranjero.+ 2 Pues bien, a su debido tiempo envió un esclavo a los cultivadores, para que consiguiera de los cultivadores parte de los frutos de la viña.+ 3 Pero estos lo tomaron, lo golpearon severamente y lo enviaron sin nada.+ 4 Y de nuevo él les envió otro esclavo; y a ese lo hirieron en la cabeza y lo deshonraron.+ 5 Y envió otro, y a aquel lo mataron; y muchos otros, a algunos de los cuales golpearon severamente y a algunos de los cuales mataron. 6 Tenía todavía uno, un hijo amado.+ Se lo envió por último, diciendo: ‘Respetarán a mi hijo’.+ 7 Mas aquellos cultivadores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero.+ Vengan, matémoslo, y la herencia será nuestra’.+ 8 De modo que lo tomaron y lo mataron,+ y lo echaron fuera de la viña.+ 9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, y destruirá a los cultivadores, y dará la viña+ a otros.+ 10 ¿Nunca leyeron esta escritura: ‘La piedra+ que los edificadores rechazaron, esta ha llegado a ser la principal piedra angular.+ 11 De parte de Jehová* ha venido a ser esto, y es maravilloso a nuestros ojos’?”.+
12 Ante aquello, buscaban cómo prenderlo, pero temían a la muchedumbre, pues se dieron cuenta de que él, al hablar la ilustración, estaba pensando en ellos. De modo que lo dejaron, y se fueron.+
13 Entonces le enviaron algunos de los fariseos y de los partidarios de Herodes,*+ para sorprenderlo en su habla.+ 14 Al llegar estos, le dijeron: “Maestro, sabemos que eres veraz y no te importa nadie, porque no miras la apariencia exterior de los hombres, sino que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad:+ ¿Es lícito pagar la capitación a César,* o no? 15 ¿Debemos pagar, o no debemos pagar?”.+ Echando de ver su hipocresía, él les dijo: “¿Por qué me ponen a prueba? Tráiganme un denario* para verlo”.+ 16 Trajeron uno. Y él les dijo: “¿De quién es esta imagen e inscripción?”. Ellos le dijeron: “De César”.+ 17 Jesús entonces dijo: “Paguen* a César las cosas de César,+ pero a Dios las cosas de Dios”.+ Y se maravillaban de él.+
18 Entonces vinieron a él saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le hicieron la pregunta:+ 19 “Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguien muere y deja atrás una esposa, pero no deja hijo, su hermano+ debe tomar la esposa y levantar prole de ella a su hermano.+ 20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó una esposa, mas no dejó prole cuando murió.+ 21 Y el segundo la tomó, pero murió sin dejar prole; y el tercero lo mismo. 22 Y ninguno de los siete dejó prole. Con posterioridad a todos, también la mujer murió.+ 23 En la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa ella? Porque los siete la tuvieron por esposa”.+ 24 Jesús les dijo: “¿No es por esto por lo que están equivocados, por no conocer ni las Escrituras ni el poder de Dios?+ 25 Porque cuando se levantan de entre los muertos, ni se casan los hombres ni se dan en matrimonio las mujeres, sino que son como los ángeles en los cielos.+ 26 Mas concerniente a los muertos, de que son levantados, ¿no leyeron en el libro de Moisés, en el relato acerca de la zarza, cómo Dios le dijo: ‘Yo soy el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’?+ 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados”.+
28 Ahora bien, uno de los escribas que había llegado y los había oído disputar, sabiendo que él les había contestado de excelente manera, le preguntó: “¿Cuál mandamiento es el primero de todos?”.+ 29 Jesús contestó: “El primero es: ‘Oye, oh Israel, Jehová* nuestro Dios es un solo Jehová,*+ 30 y tienes que amar a Jehová* tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma* y con toda tu mente y con todas tus fuerzas’.+ 31 El segundo es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’.+ No hay otro mandamiento mayor que estos”. 32 El escriba le dijo: “Maestro, bien dijiste de acuerdo con la verdad: ‘Uno Solo es Él, y no hay otro fuera de Él’;+ 33 y esto de amarlo con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y esto de amar al prójimo como a uno mismo, vale mucho más que todos los holocaustos y sacrificios”.+ 34 Ante aquello, Jesús, discerniendo que había contestado inteligentemente, le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Pero nadie tenía ánimo ya para interrogarle.+
35 Sin embargo, al responder, Jesús se puso a decir mientras enseñaba en el templo: “¿Cómo es que los escribas dicen que el Cristo es hijo de David?+ 36 Por el espíritu santo+ David mismo dijo: ‘Jehová* dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”’.+ 37 David mismo lo llama ‘Señor’, pero ¿cómo sucede que él sea su hijo?”.+
Y la gran muchedumbre le escuchaba con gusto.+ 38 Y en su enseñanza él procedió a decir: “Cuídense de los escribas+ que quieren andar por todos lados en ropas largas y quieren saludos en las plazas de mercado* 39 y asientos delanteros en las sinagogas y lugares muy prominentes en las cenas.+ 40 Ellos son los que devoran las casas+ de las viudas y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán juicio más pesado”.+
41 Y se sentó con las arcas de la tesorería+ a la vista, y se puso a observar cómo la muchedumbre echaba dinero* en las arcas de la tesorería;* y muchos ricos echaban muchas monedas.+ 42 Luego vino una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas,* que tienen muy poco valor.*+ 43 Entonces él llamó a sí a sus discípulos y les dijo: “En verdad les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que están echando dinero en las arcas de la tesorería;+ 44 porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su indigencia, echó cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”.+
13 Al ir saliendo él del templo, uno de sus discípulos le dijo: “Maestro, ¡mira!, ¡qué clase de piedras y qué clase de edificios!”.+ 2 Sin embargo, Jesús le dijo: “¿Contemplas estos grandes edificios?+ De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra+ que no sea derribada”.+
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos con el templo a la vista, Pedro+ y Santiago y Juan y Andrés empezaron a preguntarle privadamente:+ 4 “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal cuando todas estas cosas estén destinadas a alcanzar una conclusión?”.*+ 5 De modo que Jesús comenzó a decirles: “Cuidado que nadie los extravíe.+ 6 Muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: ‘Yo soy ese’, y extraviarán a muchos.+ 7 Además, cuando oigan de guerras e informes de guerras, no se aterroricen; [estas cosas] tienen que suceder, pero todavía no es el fin.*+
8 ”Porque se levantará* nación contra nación y reino contra reino,+ habrá terremotos*+ en un lugar tras otro, habrá escaseces de alimento.+ Estos son principio de dolores de angustia.+
9 ”En cuanto a ustedes, cuídense; los entregarán a los tribunales locales,*+ y serán golpeados en las sinagogas+ y tendrán que estar de pie ante gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio* a ellos.+ 10 También, en todas las naciones primero tienen que predicarse*+ las buenas nuevas.+ 11 Pero cuando vayan conduciéndolos para entregarlos, no se inquieten de antemano acerca de qué hablar;+ más bien, lo que se les dé en aquella hora, eso hablen, porque no son ustedes los que hablan, sino el espíritu santo.+ 12 Además, el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo,+ y los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir;+ 13 y ustedes serán objeto de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre.+ Pero el que haya aguantado hasta el fin*+ es el que será salvo.+
14 ”Sin embargo, cuando alcancen a ver la cosa repugnante+ que causa desolación+ parada donde no debe (use discernimiento el lector),+ entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.+ 15 El que esté sobre la azotea no baje, ni entre a sacar nada de su casa;+ 16 y el que se halle en el campo no vuelva a las cosas atrás para recoger su prenda de vestir exterior.+ 17 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días!+ 18 Sigan orando que no ocurra en tiempo de invierno;+ 19 porque aquellos días serán [días de] una tribulación+ como la cual no ha sucedido una desde [el] principio de la creación que Dios creó hasta aquel tiempo,* y no volverá a suceder.+ 20 De hecho, a menos que Jehová*+ hubiera acortado los días, ninguna carne se salvaría. Mas por causa de los escogidos+ que él ha escogido+ ha acortado los días.+
21 ”Entonces, también, si alguien les dice: ‘¡Miren! Aquí está el Cristo’, ‘¡Miren! Allá está’,+ no [lo] crean.+ 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas+ y darán señales y prodigios+ para descarriar, si posible, a los escogidos.+ 23 Ustedes, pues, estén alerta;+ les he dicho todas las cosas de antemano.+
24 ”Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, 25 y las estrellas estarán cayendo del cielo, y los poderes que están en los cielos serán sacudidos.+ 26 Y entonces verán al Hijo del hombre+ viniendo* en las nubes con gran poder y gloria.+ 27 Y entonces él enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos+ desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.+
28 ”Ahora bien, aprendan de la higuera la ilustración: Luego que su rama nueva se pone tierna y hace brotar sus hojas, ustedes saben que está cerca el verano.+ 29 Así mismo también ustedes, cuando vean acontecer estas cosas, sepan que él está cerca, a las puertas.+ 30 En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación* hasta que acontezcan todas estas cosas.+ 31 El cielo+ y la tierra pasarán, pero mis palabras+ no pasarán.+
32 ”Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.+ 33 Sigan mirando, manténganse despiertos,+ porque no saben cuándo es el tiempo señalado.+ 34 Es como un hombre que, al viajar al extranjero,+ dejó su casa y dio la autoridad a sus esclavos, a cada uno su trabajo, y mandó al portero que se mantuviera alerta. 35 Por lo tanto, manténganse alerta,+ porque no saben cuándo viene el amo de la casa, si tarde en el día* o a medianoche* o al canto del gallo* o muy de mañana;*+ 36 para que, cuando él llegue de súbito, no los halle durmiendo.+ 37 Pero lo que les digo a ustedes, a todos lo digo: Manténganse alerta”.+
14 Ahora bien, dos días después+ era la pascua+ y [la fiesta+ de] las tortas no fermentadas. Y los sacerdotes principales y los escribas buscaban cómo prenderlo mediante un ardid astuto, y matarlo;+ 2 porque repetidas veces decían: “No en la fiesta; puede que haya alboroto del pueblo”.+
3 Y mientras él estaba en Betania, en casa de Simón el leproso,+ estando reclinado a la mesa, vino una mujer con una cajita de alabastro llena de aceite perfumado, nardo genuino, muy costoso. Rompiendo la cajita de alabastro, ella se puso a derramarlo sobre la cabeza de él.+ 4 Al ver esto, hubo algunos que expresaban indignación entre sí: “¿Por qué se ha efectuado este desperdicio del aceite perfumado?+ 5 ¡Pues este aceite perfumado pudiera haberse vendido por más de trescientos denarios* y haberse dado a los pobres!”. Y estaban muy disgustados con ella.+ 6 Pero Jesús dijo: “Déjenla. ¿Por qué tratan de causarle molestia? Excelente obra ha hecho ella para conmigo.+ 7 Porque siempre tienen a los pobres+ con ustedes, y cuando quieran pueden hacerles bien, pero a mí no siempre me tienen.+ 8 Ella hizo lo que pudo; se anticipó a ponerme aceite perfumado sobre el cuerpo en vista del entierro.+ 9 En verdad les digo: Dondequiera que se prediquen las buenas nuevas en todo el mundo,+ lo que hizo esta mujer también se contará para recuerdo de ella”.+
10 Y Judas Iscariote, uno de los doce, se fue a los sacerdotes principales para traicionarlo a ellos.+ 11 Estos, al oírlo, se regocijaron, y prometieron darle dinero en plata.+ De modo que él se puso a buscar cómo traicionarlo convenientemente.+
12 Ahora bien, el primer día de* las tortas no fermentadas,+ cuando acostumbraban sacrificar la [víctima de la] pascua, sus discípulos+ le dijeron: “¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la pascua?”.+ 13 Entonces él envió a dos de sus discípulos y les dijo: “Vayan a la ciudad, y se encontrará con ustedes un hombre que lleva una vasija de barro con agua.+ Síganlo, 14 y donde entre, digan al amo de casa: ‘El Maestro dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados para mí donde yo pueda comer la pascua+ con mis discípulos?”’.+ 15 Y él les mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado en preparación; y allí hagan los preparativos para nosotros”.+ 16 De modo que los discípulos salieron, y entraron en la ciudad y lo hallaron así como él les había dicho; e hicieron preparativos para la pascua.+
17 Cuando hubo anochecido, él vino con los doce.+ 18 Y estando ellos reclinados a la mesa y comiendo, Jesús dijo: “En verdad les digo: Uno de ustedes, que come+ conmigo, me traicionará”.+ 19 Ellos comenzaron a contristarse y a decirle uno por uno: “No soy yo, ¿verdad?”.+ 20 Él les dijo: “Es uno de los doce, que moja conmigo en la fuente común.+ 21 Cierto, el Hijo del hombre se va, así como está escrito respecto a él, mas ¡ay de aquel hombre por medio de quien el Hijo del hombre es traicionado! Le hubiera sido mejor a aquel hombre no haber nacido”.+
22 Y mientras continuaban comiendo, él tomó un pan, y habiendo dicho una bendición, lo partió y se lo dio a ellos, y dijo: “Tómenlo; esto significa mi cuerpo”.+ 23 Y tomando una copa, ofreció gracias y se la dio a ellos, y todos bebieron de ella.+ 24 Y les dijo: “Esto significa* mi ‘sangre+ del pacto’,+ que ha de ser derramada+ a favor de muchos.+ 25 En verdad les digo: De ningún modo beberé yo más del producto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo* en el reino de Dios”.+ 26 Por último, después de cantar alabanzas,*+ salieron al monte de los Olivos.+
27 Y Jesús les dijo: “A todos ustedes se les hará tropezar, porque está escrito: ‘Heriré al pastor,+ y las ovejas serán esparcidas’.+ 28 Pero después que yo haya sido levantado iré delante de ustedes a Galilea”.+ 29 Pero Pedro le dijo: “Aun si a todos los demás se les hace tropezar, sin embargo a mí no se me hará”.+ 30 Ante aquello, Jesús le dijo: “En verdad te digo: Hoy tú, sí, esta noche, antes que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”.+ 31 Pero él se puso a decir con insistencia: “Aunque tenga que morir contigo, de ningún modo te repudiaré”. También, todos los demás decían la misma cosa.+
32 Entonces llegaron a un lugar cuyo nombre era Getsemaní, y él dijo a sus discípulos: “Siéntense aquí mientras yo oro”.+ 33 Y tomó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan,+ y comenzó a aturdirse y a perturbarse penosamente.+ 34 Y les dijo: “Mi alma está hondamente contristada,+ hasta la muerte. Quédense aquí y manténganse alerta”.+ 35 Y yendo un poco más adelante caía al suelo y oraba que, si fuera posible, pasara de él aquella hora.+ 36 Y decía: “Abba,* Padre,+ todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”.+ 37 Y vino y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: “Simón, ¿duermes? ¿No tuviste las fuerzas para mantenerte alerta una sola hora?+ 38 Varones, manténganse alerta y orando,+ para que no entren en tentación. El espíritu, por supuesto, está pronto, pero la carne es débil”.+ 39 Y de nuevo se fue y oró, diciendo la misma palabra.+ 40 Y vino otra vez y los halló durmiendo, pues tenían los ojos cargados, de modo que no sabían qué contestarle.+ 41 Y vino la tercera vez y les dijo: “¡En una ocasión como esta ustedes duermen y descansan! ¡Basta! ¡Ha llegado la hora!+ ¡Miren! El Hijo del hombre es traicionado en manos de pecadores.+ 42 Levántense, vámonos.+ ¡Miren! El que me traiciona se ha acercado”.+
43 E inmediatamente, mientras todavía hablaba, llegó Judas, uno de los doce, y con él una muchedumbre con espadas y garrotes, de parte de los sacerdotes principales y de los escribas y de los ancianos.+ 44 Ahora bien, el que lo traicionaba les había dado una señal fija, diciendo: “Al que bese, ese es; deténganlo y llévenselo con seguridad”.*+ 45 Y vino en seguida y se acercó a él y dijo: “¡Rabí!”, y lo besó+ muy tiernamente. 46 De modo que ellos le echaron mano y lo detuvieron.+ 47 Sin embargo, uno de los que estaban de pie allí sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote y le quitó la oreja.+ 48 Mas, tomando la palabra, Jesús les dijo: “¿Salieron con espadas y garrotes como contra un salteador para arrestarme?+ 49 Día tras día estaba con ustedes en el templo enseñando,+ y sin embargo no me detuvieron. No obstante, es con el fin de que se cumplan+ las Escrituras”.+
50 Y todos lo abandonaron+ y huyeron.+ 51 Pero cierto joven que llevaba puesta sobre su [cuerpo] desnudo una prenda de vestir de lino fino se puso a seguirlo de cerca; y trataron de prenderlo,+ 52 pero él dejó atrás su prenda de lino y se escapó desnudo.*
53 Entonces condujeron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron todos los sacerdotes principales y los ancianos y los escribas.+ 54 Mas Pedro, de lejos, lo siguió+ hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado junto con los servidores de la casa y calentándose delante de la brillante lumbre. 55 Mientras tanto, los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban testimonio contra Jesús para darle muerte,+ pero no hallaban ninguno.+ 56 Muchos, en realidad, testificaban falsamente contra él,+ pero sus testimonios no estaban de acuerdo.+ 57 También, algunos se levantaban y daban falso testimonio contra él, diciendo: 58 “Nosotros le oímos decir: ‘Yo derribaré este templo* que fue hecho de manos y en tres días edificaré otro, no hecho de manos’”.+ 59 Pero tampoco sobre esta base estaba de acuerdo su testimonio.
60 Por fin se levantó en medio de ellos el sumo sacerdote e interrogó a Jesús, diciendo: “¿No respondes nada? ¿Qué es lo que estos testifican contra ti?”.+ 61 Mas él se quedó callado y no respondió nada.+ De nuevo el sumo sacerdote se puso a interrogarle, y le dijo: “¿Eres tú el Cristo el Hijo del Bendito?”.+ 62 Entonces Jesús dijo: “Lo soy; y ustedes verán al Hijo del hombre+ sentado a la diestra+ del poder y viniendo* con las nubes del cielo”.+ 63 Ante esto, el sumo sacerdote rasgó sus prendas de vestir interiores+ y dijo: “¿Qué más necesidad tenemos de testigos?+ 64 Ustedes han oído la blasfemia.+ ¿Qué se les hace evidente?”. Todos ellos lo condenaron, declarándolo expuesto a muerte. 65 Y algunos comenzaron a escupirle+ y a cubrirle todo el rostro y a darle de puñetazos y a decirle: “¡Profetiza!”. Y, dándole de bofetadas, lo recibieron los servidores del tribunal.+
66 Ahora bien, mientras Pedro estaba abajo en el patio, vino una de las sirvientas del sumo sacerdote,+ 67 y, viendo a Pedro que se calentaba, lo miró directamente y dijo: “Tú, también, estabas con el Nazareno, este Jesús”.+ 68 Pero él lo negó, diciendo: “Ni lo conozco, ni entiendo* lo que dices”, y salió fuera al vestíbulo.+ 69 Allí la sirvienta, al verlo, comenzó de nuevo a decir a los que estaban de pie por allí: “Este es uno de ellos”.+ 70 De nuevo lo negaba. Y otra vez, después de poco, los que estaban de pie por allí se pusieron a decir a Pedro: “Ciertamente eres uno de ellos, porque, de hecho, eres galileo”.+ 71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar:+ “No conozco a este hombre de quien hablan”.+ 72 E inmediatamente cantó un gallo por segunda vez;+ y Pedro recordó el dicho que Jesús le había hablado: “Antes que un gallo cante dos veces, me repudiarás tres veces”.+ Y, abatido, rompió a llorar.+
15 E inmediatamente al rayar el alba los sacerdotes principales tuvieron consulta con los ancianos y los escribas, aun todo el Sanedrín,+ y ataron a Jesús y se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.+ 2 De modo que Pilato le hizo la pregunta: “¿Eres tú el rey+ de los judíos?”. En respuesta, él le dijo: “Tú mismo [lo] dices”.+ 3 Pero los sacerdotes principales procedieron a acusarlo de muchas cosas.+ 4 Entonces Pilato se puso a interrogarlo de nuevo, diciendo: “¿No respondes nada?+ ¡Mira cuántas acusaciones hacen contra ti!”.+ 5 Pero Jesús ya no respondió más, de manera que Pilato se maravillaba.+
6 Ahora bien, de fiesta en fiesta este solía ponerles en libertad un preso, que ellos solicitaban.+ 7 Por entonces el llamado Barrabás estaba en cadenas con los sediciosos, que en su sedición habían cometido asesinato.+ 8 De modo que la muchedumbre se presentó y comenzó a hacer petición según lo que él solía hacer para ellos. 9 Pilato les respondió, y dijo: “¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?”.+ 10 Pues se daba cuenta de que por envidia+ lo habían entregado los sacerdotes principales.+ 11 Pero los sacerdotes principales excitaron a la muchedumbre para que les pusiera en libertad a Barrabás, más bien.+ 12 Respondiendo de nuevo, Pilato les decía: “Entonces, ¿qué haré con el que ustedes llaman rey+ de los judíos?”.+ 13 Otra vez clamaron: “¡Al madero* con él!”.+ 14 Pero Pilato les decía: “Pues, ¿qué mal ha hecho?”. Pero ellos clamaron más y más: “¡Al madero con él!”.+ 15 Con eso, Pilato, deseando satisfacer a la muchedumbre,+ les puso en libertad a Barrabás, y, habiendo hecho que le dieran latigazos a Jesús, lo entregó para que fuera fijado en un madero.+
16 Entonces los soldados lo llevaron dentro del patio, es decir, al palacio del gobernador; y convocaron al entero cuerpo de soldados,+ 17 y lo ataviaron de púrpura, y entretejieron una corona de espinas y se la pusieron.+ 18 Y comenzaron a saludarlo: “¡Buenos días,+ rey de los judíos!”. 19 También, le daban en la cabeza con una caña y le escupían y, doblando las rodillas, le rendían homenaje.+ 20 Por fin, cuando se hubieron burlado de él, lo despojaron de la púrpura y le pusieron sus prendas de vestir exteriores. Y lo condujeron fuera para fijarlo en el madero.*+ 21 También, obligaron a rendir servicio a uno que iba pasando, a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, para que levantara su madero de tormento.*+
22 De modo que lo llevaron al lugar de Gólgota, que, traducido, significa Lugar del Cráneo.*+ 23 Aquí trataron de darle vino drogado con mirra,+ pero él rehusó tomarlo.+ 24 Y lo fijaron en el madero y repartieron sus prendas de vestir exteriores+ echando suertes sobre ellas para decidir quién se llevaba qué.+ 25 Era ya la hora tercera,*+ y lo fijaron en el madero. 26 Y la inscripción del cargo+ contra él estaba escrita encima: “El rey de los judíos”.+ 27 Además, con él fijaron en maderos a dos salteadores, uno a su derecha y uno a su izquierda.+ 28* —— 29 Y los que pasaban le hablaban injuriosamente,+ meneando la cabeza y diciendo: “¡Bah! Tú, supuesto derribador del templo* y edificador de él en tres días,+ 30 sálvate bajando del madero de tormento”.+ 31 Del mismo modo también los sacerdotes principales se burlaban entre sí junto con los escribas y decían: “A otros salvó; ¡a sí mismo no se puede salvar!+ 32 Baje ahora el Cristo el rey de Israel del madero de tormento, para que veamos y creamos”.+ Hasta los que estaban fijados en maderos junto con él lo vituperaban.+
33 Cuando llegó a ser la hora sexta,* una oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona.*+ 34 Y a la hora nona Jesús clamó con voz fuerte: “É·li, É·li, ¿lá·ma sa·baj·thá·ni?”,* que, traducido, significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.+ 35 Y algunos de los que estaban de pie cerca, al oírlo, empezaron a decir: “¡Miren! Llama a Elías”.*+ 36 Pero uno corrió, empapó una esponja en vino agrio, y, poniéndola en una caña, le daba de beber,+ diciendo: “¡Déjen[lo]! Veamos si Elías viene a bajarlo”.+ 37 Pero Jesús dio un grito fuerte, y expiró.+ 38 Y la cortina+ del santuario* se rasgó en dos, de arriba abajo.+ 39 Ahora bien, cuando el oficial del ejército* que estaba de pie allí donde lo tenía a la vista vio que había expirado en estas circunstancias, dijo: “Ciertamente este hombre era Hijo de Dios”.*+
40 Había también unas mujeres mirando desde lejos,+ entre ellas María Magdalena, así como también María la madre de Santiago el Menos y de Josés,* y Salomé,+ 41 las cuales acostumbraban acompañarlo+ y ministrarle cuando estaba en Galilea, y muchas otras que habían subido junto con él a Jerusalén.+
42 Entonces, como ya era una hora avanzada de la tarde, y puesto que era Preparación, es decir, la víspera del sábado, 43 vino José de Arimatea, miembro estimable del Consejo, que también esperaba, él mismo, el reino de Dios.+ Cobrando ánimo, entró ante la presencia de Pilato y pidió el cuerpo+ de Jesús. 44 Pero Pilato deseaba saber si ya estaba muerto, y, mandando llamar al oficial del ejército, le preguntó si ya había muerto. 45 Entonces, una vez que se aseguró de ello por el oficial del ejército, concedió el cadáver a José.+ 46 Este, en efecto, compró lino fino, y lo bajó, lo envolvió en el lino fino y lo puso+ en una tumba+ que estaba labrada en una masa rocosa; e hizo rodar una piedra hasta la puerta de la tumba conmemorativa.+ 47 Pero María Magdalena y María la madre de Josés* se quedaron mirando dónde había sido puesto.+
16 Entonces, cuando el sábado+ hubo pasado, María Magdalena,+ y María la madre de Santiago, y Salomé compraron especias para ir a untarlo.+ 2 Y muy de mañana, el primer día+ de la semana, vinieron a la tumba conmemorativa, cuando el sol había salido.+ 3 Y se decían unas a otras: “¿Quién nos removerá la piedra de la puerta de la tumba conmemorativa?”. 4 Pero alzando los ojos, vieron que la piedra había sido removida, a pesar de ser muy grande.+ 5 Cuando entraron en la tumba conmemorativa, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de una ropa larga blanca, y se aturdieron.+ 6 Él les dijo: “Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, que fue fijado en un madero.*+ Fue levantado;+ no está aquí. ¡Miren! El lugar donde lo pusieron.+ 7 Pero vayan, digan a sus discípulos y a Pedro: ‘Él va delante de ustedes a Galilea;+ allí lo verán, así como les dijo’”.+ 8 De modo que, cuando salieron, huyeron de la tumba conmemorativa, porque temblor y fuerte emoción se habían apoderado de ellas. Y no dijeron nada a nadie, porque temían.*+
CONCLUSIÓN CORTA
Algunos manuscritos y versiones recientes contienen una conclusión corta después de Marcos 16:8, como sigue:
Pero todas las cosas que se habían mandado las relataron brevemente a los que estaban alrededor de Pedro. Además, después de estas cosas, Jesús mismo envió por medio de ellos desde el oriente hasta el occidente la santa e incorruptible proclamación de la salvación eterna.
CONCLUSIÓN LARGA
Ciertos manuscritos (ACD) y versiones (VgSyc,p) antiguos añaden la siguiente conclusión larga, pero אBSysArm la omiten:
9 Después que él se levantó muy de mañana, el primer día de la semana, apareció primero a María Magdalena, de quien había expulsado siete demonios. 10 Ella fue e informó a los que habían estado con él, mientras ellos estaban lamentándose y llorando. 11 Pero ellos, cuando oyeron que él vivía de nuevo y que había sido visto por ella, no creyeron. 12 Además, después de estas cosas apareció en otra forma a dos de ellos que iban andando, mientras estaban en camino al campo; 13 y estos volvieron y lo informaron a los demás. Tampoco creyeron a estos. 14 Pero más tarde apareció a los once mismos, estando ellos reclinados a la mesa, y les reconvino su falta de fe y dureza de corazón, porque no creyeron a los que lo habían visto ya levantado de entre los muertos. 15 Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, mas el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 y con las manos tomarán serpientes, y si beben algo mortífero no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán”.
19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.
“Marcos.” Gr.: Már·kon, del lat.: Már·cum.
“Buenas nuevas.” O: “el evangelio; las buenas noticias”. Gr.: eu·ag·gue·lí·ou; lat.: e·van·gé·li·i.
“Acerca de.” O: “de”.
O: “ángel”.
Véase Ap. 1D.
O: “sumergidor; zambullidor”. Gr.: ba·ptí·zon.
O: “hacia dentro de”; es decir, para entrar en él.
O: “la fuerza activa”. Gr.: to pnéu·ma; J17,18,22(heb.): ha·rú·aj. Véase Gé 1:2, n: “Activa”.
Modismo; pregunta de repulsa. Véase Ap. 7B.
Lit.: “él”.
Lit.: “él”.
Lit.: “los hijos de la cámara nupcial”.
“En el relato acerca de Abiatar el sacerdote principal.” Lit.: “sobre (en) Abiatar sacerdote principal”. DWItmssSys, Mt 12:4 y Lu 6:4 omiten esta porción. Compárese con una construcción similar en Mr 12:26; Lu 20:37.
O: “el pan de la proposición”.
O: “una vida”. Gr.: psy·kjén; lat.: á·ni·mam; J17,18,22(heb.): né·fesch. Véase Ap. 4A.
O: “con los herodianos”.
“Boanerges.” Sir.: Benai Reghschi; J17(heb.): Beneh-reghóhsch; J18(heb.): Beneh-rá·ghesch.
“Beelzebub”, VgSypJ18; אACDW (gr.): Be·el·ze·bóul; B(gr.): Be·e·ze·bóul; J22(heb.): Ba·‛al-zevúl.
O: “parábolas”.
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.
“Gerasenos”, א*BDVg; ACSyh,p: “gadarenos”.
Modismo; pregunta de repulsa. Véase Ap. 7B.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “estar anunciando; estar pregonando”. Gr.: ke·rýs·sein. Véase 13:10, n.
O: “Diez Ciudades”. Gr.: De·ka·pó·lei.
O: “quedaré salva”.
O: “te ha salvado”.
“En paz.” Gr.: eis ei·ré·nen; lat.: in pá·ce; J17,18,22(heb.): lescha·lóhm.
“José”, אVg; ABCDSyh,p: “Josés”.
“Testimonio.” Gr.: mar·tý·ri·on; lat.: te·sti·mó·ni·um.
Lit.: “porque el nombre de él”.
“La gente decía”, BW; אACSyh,p,s: “él decía”.
O: “sumergidor; zambullidor”. Gr.: ba·ptí·zon.
Lit.: “los quiliarcas”. Gr.: kji·li·ár·kjois, “jefes de 1.000 soldados”; lat.: tri·bú·nis.
El denario era una moneda romana de plata que pesaba 3,85 g (0,124 oz. t.).
O: “eran salvos; se salvaban”.
O: “se laven las manos y el puño”.
O: “muera sin falta (de seguro)”.
Gr.: Kor·bán; lat.: cór·ban; J17,18,22(heb.): qor·bán. Véanse Le 1:2, primera n: “Ofrenda”; Ne 10:34, n.
O: “una dádiva votiva”.
אB omiten este v.; ADVgSyh,p,sArm: “Si alguien tiene oídos para escuchar, que escuche”. (Compárese con 4:9, 23.)
O: “el pozo negro; retrete; excusado”.
Según אAB; algunos mss: “¿[...] a la cloaca, lo que prueba que todos los alimentos son limpios?”.
“Fornicaciones.” Gr.: por·néi·ai; lat.: for·ni·ca·ti·ó·nes; J18,22(heb.): zenu·ním. Véase Ap. 5A.
“Conducta relajada.” Gr.: a·sél·guei·a; Vgc(lat.): im·pu·di·cí·ti·ae; J22(heb.): zim·máh. Véase Gál 5:19, n: “Relajada”.
O léase: “ojo inicuo”.
O: “Diez Ciudades”. Gr.: De·ka·pó·le·os.
O: “la atadura”.
O: “recobró la vista; vio de nuevo”.
O: “Sumergidor; Zambullidor”. Gr.: Ba·pti·stén.
“Pedro”, אAB; Syp: “Simón”; Sys: “Kefa”. Véase Mt 16:18, n: “Rocosa”.
O: “no tienes la mente de Dios, sino la de los hombres”.
Véase Ap. 5C.
O: “vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): naf·schóh (de né·fesch). Véase Ap. 4A.
O: “retuvieron para sí la palabra”.
Lit.: “a él”.
Lit.: “¡Ayuda mi falta de fe!”.
O: “traicionado”.
Véase Ap. 4C.
אBCW omiten este v.; AD: “donde su cresa no muere y el fuego no se apaga”. (Compárese con el v. 48.)
אBCW omiten este v.; AD: “donde su cresa no muere y el fuego no se apaga”. (Compárese con el v. 48.)
O: “llega a estar sin salinidad”.
“Él”, אBC; ADVgSyh,p,sArm: “Dios”.
Lit.: “se soltara (aflojara) de”. Véase Mal 2:16, n.
“Vida eterna.” Gr.: zo·én ai·ó·ni·on; lat.: ví·tam ae·tér·nam; J17,18,22(heb.): jai·yéh ‛oh·lám.
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·ni; J17,22(heb.): u·va·‛oh·lám, “y en el orden de cosas”.
O: “la sumersión (inmersión); la zambullida”. Gr.: bá·pti·sma.
O: “vida”. Véase Mt 20:28, n: “Alma”.
“Rabboni.” Véase Jn 20:16.
O: “te ha salvado”.
Lit.: “Hosanna”. Gr.: Ho·san·ná; J7-14,16-18,22(heb.): Hoh·scha‛-ná’, “Salva, rogamos”.
Véase Ap. 1D.
“El reino venidero de nuestro padre David”, אBCD; ASyh: “el reino de nuestro padre David que viene en el nombre del Señor”; J7,8,10-14,16,17: “el reino de nuestro padre David que viene en el nombre de Jehová”.
O: “en los lugares más altos”.
אBWSys omiten este v.; ACDVgSyp: “Pero si no perdonan, tampoco perdonará su Padre que está en los cielos las ofensas de ustedes”. (Compárese con Mt 6:15.)
Véase Ap. 1D.
O: “y de los herodianos”.
O: “al emperador”. Gr.: Kái·sa·ri.
Véase 6:37, n.
Lit.: “Devuelvan”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
O: “tu vida”. Gr.: tes psy·kjés sou; J17,18,22(heb.): naf·schekjá.
Véase Ap. 1D.
O: “los lugares de reunión (asamblea)”.
Lit.: “[dinero de] cobre”.
O: “en la tesorería sagrada”.
Lit.: “dos leptones”. Un leptón era la más pequeña moneda judía de cobre o de bronce. Véase Ap. 8A.
Lit.: “que son un cuadrante”. Una moneda romana de cobre o de bronce que valía la sexagésima cuarta parte de un denario. Véase Ap. 8A.
O: “un fin conjunto”. Véase Mt 13:39, n: “Conclusión”.
O: “fin consumado; fin completado; final”. Gr.: τέλος (té·los).
O: “será agitada; será despertada”.
“Terremotos.” Gr.: sei·smói.
O: “a los Sanedrines Menores”.
“Testimonio.” Gr.: mar·tý·ri·on; lat.: te·sti·mó·ni·um.
O: “anunciarse; pregonarse”. Gr.: ke·ry·kjthé·nai; lat.: prae·di·cá·ri. Compárese con Da 5:29, n: “Anunciaron”.
Véase v. 7, n.
Lit.: “hasta el tiempo actual”.
Véase Ap. 1D.
“Viniendo.” Gr.: er·kjó·me·non.
“Generación.” Gr.: gue·ne·á; diferente de gué·nos, “raza”, como en 1Pe 2:9.
“Tarde en el día.” La primera vigilia según dividían la noche los griegos y los romanos, desde la puesta del sol hasta aproximadamente las 9 de la noche.
“Medianoche.” La segunda vigilia según dividían la noche los griegos y los romanos, desde aproximadamente las 9 de la noche hasta la medianoche.
“Canto del gallo.” La tercera vigilia según dividían la noche los griegos y los romanos, desde la medianoche hasta aproximadamente las 3 de la mañana.
“Muy de mañana.” La cuarta vigilia según dividían la noche los griegos y los romanos, desde aproximadamente las 3 de la mañana hasta la salida del sol.
Véase 6:37, n.
Véase Mt 26:17 n.
O: “es”, en el sentido de significar, dar a entender, representar. Véase Mt 26:26, n.
“Lo beba nuevo”, es decir, beber el producto nuevo o fresco de la vid.
O: “himnos; salmos”. Con toda probabilidad los Salmos de Hallel. Véase Sl 114:1, n.
Palabra aram. que significa: “el padre”, o quizás: “¡Oh Padre!”. Gr.: Ab·bá; J17,22(heb.): ’Ab·bá’.
O: “sin falta”.
O: “ligeramente vestido”. Véase Mt 25:36, n.
O: “esta habitación (morada) divina”. Gr.: na·ón; lat.: tém·plum; J17,18,22(heb.): ha·heh·kjál, “el palacio (templo)”.
“Viniendo.” Gr.: er·kjó·me·non.
O: “Ni sé ni entiendo”.
Véase Ap. 5C.
Véase v. 13, n.
Véase Ap. 5C.
“Lugar del Cráneo.” Gr.: Kra·ní·ou Tó·pos; lat.: Cal·vá·ri·ae ló·cus.
“Hora tercera”, es decir, aproximadamente las 9 de la mañana.
אABCD omiten este v.; VgSyh,p: “Y se cumplió la escritura que dice: ‘Y fue contado con los desaforados’”. (Compárese con Lu 22:37.)
Véase 14:58, n.
“Hora sexta”, es decir, aproximadamente las 12 de la mañana.
“Hora nona”, es decir, aproximadamente las 3 de la tarde.
“Eli, Eli, ¿lama sabajthani?” Compárese con Sl 22:1, n: “Dejado”.
Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. J17,18(heb.): ’E·li·yá·hu.
Véase 14:58, n.
O: “centurión”. Gr.: ken·ty·rí·on; oficial al mando de 100 soldados.
O: “un hijo de Dios”; o: “un hijo de un dios”.
“Josés”, אABCDSyh,p; ItVgSys: “José”.
“Josés”, אcBCSyh,p; AVg: “José”.
Véase Ap. 5C.
El manuscrito L 019 (Codex Regius del siglo VIII) contiene tanto la conclusión larga como la corta después del v. 8; pone primero la conclusión corta y antepone a cada conclusión una nota que dice que estos pasajes son corrientes en algunos círculos, aunque aparentemente no reconoce como autoritativa a ninguna de las dos conclusiones.