Las drogas: ¿cuán real es su peligro?
CUANDO cuatro estudiantes de la Universidad Kent State de Ohio, EE. UU., fueron muertos por tropas de la Guardia Nacional en mayo de 1970, se agitó la ira de una nación entera. Sin embargo, se dice que ese mismísimo fin de semana diecisiete jovencitos murieron por abuso de drogas tan solo en la ciudad de Nueva York.
La guerra en Vietnam ha matado a más de 44.000 norteamericanos. Esto ha sido ultrajante para muchos y ha causado tremenda contienda civil. Sin embargo, se dice que en ese mismo período más de 140.000 norteamericanos han muerto de causas relacionadas con las drogas.
¿Por qué no hay un estallido de ira similar a causa de las muertes por drogas? Una razón es que ahora muchos jóvenes, y adultos también, creen que el uso de drogas no es necesariamente perjudicial o incorrecto. Dicen que no todo el que las toma resulta seriamente perjudicado o muerto. Eso es cierto. Pero esto también es cierto: ¡en casi toda localidad el abuso de las drogas mata y deja lisiada a mucha más gente que las balas!
Lo que está sucediendo
Lo que está sucediendo en cuanto a las drogas hace que los peritos sacudan la cabeza en señal de incredulidad. ¿Por qué? Por el fantástico aumento en el número de personas que toman drogas. La palabra que más a menudo se usa para describir la situación es epidemia.
En Suecia durante la década de 1960 el número de nuevos adictos a las drogas se duplicó cada dos años y medio. ¡En años recientes se duplicó cada doce meses! En los Estados Unidos el uso de las drogas ha crecido como la marea. Algunos cálculos indican que veinte millones o más de personas han usado drogas ahora, ¡con la proporción de aumento de 7 por ciento cada mes! John Ingersoll, director del Negociado de Narcóticos y Drogas Peligrosas, declaró que ha “estallado como un problema de proporciones aterradoras . . . que aumenta a proporción pasmosa.”
Jóvenes y ancianos, ricos y pobres, negros y blancos están envueltos en el problema. No hace mucho los arrestos incluyeron a hijos de los siguientes: el difunto senador Robert Kennedy; su cuñado Sargent Shriver; el presidente de la Asamblea de California, Unruh; y el gobernador Cahill de Nueva Jersey.
La Cámara de Comercio de Nueva York informó que el abuso de las drogas en el mundo de los negocios ha aumentado a “grado alarmante” y ha llegado a ser un “problema que aumenta siniestramente.” En Vietnam también ha alcanzado “proporciones epidémicas” entre los soldados según testigos presenciales. Hasta está llegando a ser de moda entre los adultos el pasar marihuana a todos en las fiestas tan casualmente como pasarían cigarrillos.
En muchos colegios de enseñanza superior y universidades el estudiante que no ha probado por lo menos una droga es la excepción. Pero ya el tomar drogas no se circunscribe a la universidad. Está avanzando como incendio forestal a las escuelas secundarias, y ahora hasta a algunos años de primaria. Edward Kelly, director de la oficina del campo neoyorquino del Negociado de Control del Abuso de las Drogas, dijo: “Francamente, la disposición de los estudiantes es tal hoy que fuman, comen, inhalan o se inyectan cualquier cosa que les emocione.”
¿Es todo este uso de drogas solo una manía popular pasajera? Note lo siguiente:
“Si a usted le parece que ahora es serio el problema que existe con la heroína, espere, porque al paso que vamos ahora, dentro de unos dos años toda secundaria y todo colegio de enseñanza superior del país estarán inundados de heroína.”—Dr. D. A. Louria, presidente, Junta Estatal de Nueva York sobre la Afición a las Drogas.
“El uso de drogas ilegales está demasiado arraigado en la universidad como para ser una simple manía popular. Casi todos los psiquiatras que han examinado los móviles individuales de los estudiantes que están experimentando con las drogas ofrecen potentes razones que indican por qué lo único que puede pasar es que el problema crezca.”—The Poisoned Ivy, por William Surface.
Esto concuerda con la profecía bíblica. Llamando a nuestros tiempos los “últimos días,” la Palabra de Dios predijo que los individuos serían “amadores de sí mismos,” “sin gobierno de sí mismos,” “amadores de placeres.”—2 Tim. 3:1-5.
Sin embargo, algunos sostienen que aunque esté aumentando el tomar drogas, no es tan malo como parece. Dicen que el usar drogas, especialmente las ‘más benignas,’ no es perjudicial, y señalan a la marihuana como ejemplo.
¿Es inofensiva la marihuana?
La marihuana se prepara de las hojas de la planta Cannabis sativa, enrollada en papel delgado, y la cual se fuma. Muchos alegan que el fumar marihuana es inofensivo. Pero eso es lo que se dijo antes acerca de fumar cigarrillos. Ahora sabemos que los cigarrillos matan.
Se clasifica a la marihuana como alucinador (una droga que afecta la mente) ‘benigno.’ Puede producir una forma de embriaguez. Y precisamente por eso la mayoría de la gente la fuma. Quiere una euforia, ‘sentirse bien.’ El mismísimo hecho de que la persona siente una euforia muestra que su mente está siendo afectada.
Al principio, tal vez el fumar marihuana no produzca ningún efecto señalado. Esto a menudo estimula a las personas a continuar fumándola. Les parece que otros han exagerado al hablar de sus efectos perjudiciales. Pero el uso continuo puede resultar en efectos de acumulación. El continuar usándola puede hacer que la balanza se incline hacia la embriaguez por la marihuana. Marihuana de calidad más fuerte puede apresurar la embriaguez.
La embriaguez con marihuana incluye alguna pérdida de coordinación del cuerpo. La velocidad del pulso aumenta. Puede haber una disminución anormal de la temperatura del cuerpo. Hay inflamación de las membranas mucosas y de los conductos bronquiales. Cuando se usan dosis más grandes o más fuertes, pueden acontecer alucinaciones vívidas.
En pruebas hechas a conductores de automóviles bajo la influencia de la marihuana se registraron muchas deformaciones. Algunos pensaron que estaban en una montaña rusa. Pero el camino era plano. Un conductor se imaginó que iba cabeza abajo. También dijo que parecía que había una almohada entre su pie y el pedal del freno. Algunos conductores dijeron que habían conducido durante media hora. El tiempo verdadero solo fue de unos tres minutos. Su juicio había recibido daño, prescindiendo de lo que hubieran pensado.
David Archibald, director ejecutivo de la Fundación para la Investigación de la Afición a las Drogas de Ontario, dijo:
“No hay duda en cuanto a que si 100 personas usan marihuana, algunas sufrirán efectos perjudiciales. Cierta proporción entrará en dificultad bastante seria como resultado de utilizar esta droga. . . . Si están trastornados emocionalmente, la marihuana acentuará la inclinación que tiene el usuario a la depresión y puede producir depresión. Si el individuo tiene la tendencia a ser maníaco [enajenado], la marihuana puede acentuar esta tendencia y producir una reacción maníaca.”
En qué puede resultar
Al que fuma marihuana le parecerá mucho más fácil tomar drogas ‘fuertes’ que al que no la fuma. Entra en un círculo de asociados que usan drogas y que están expuestos a vendedores de drogas. Por medio de esta asociación se ejerce influencia en él para que experimente con drogas más fuertes.
En los últimos años, lo que antes era una cifra de aproximadamente 50.000 fumadores de marihuana en los Estados Unidos ha llegado a ser una cifra aproximada de 15 a 20 millones que la usan o la han probado. Y la cifra de los relativamente pocos que tomaban drogas más fuertes se ha convertido en una cifra de varios millones. La historia de la mayoría de los que usan drogas más fuertes muestra que comenzaron fumando marihuana. Así, el Sr. Ingersoll dice: “Parece razonable asumir que si muchos individuos no se envolvieran con la marihuana, jamás llegarían a usar las drogas más potentes y peligrosas.”
Durante una discusión escolar, un joven estudiante dijo a un ex-adicto a las drogas ‘fuertes’: “Nos parece que podemos usar exclusivamente marihuana. Nos parece que no tenemos que seguir adelante a las drogas fuertes. ¿Qué dices en cuanto eso?” El ex-adicto, un joven de diecisiete años, uno de doce ex-adictos que fueron presentados en el programa, contestó: “Pero eso es lo que todos pensábamos. Todos nosotros. ¿Y sabes lo que sucedió? Todos resultamos ‘pescados’ por el vicio; ése fue el resultado. Podíamos detenernos. Pero no nos detuvimos. ¡Y ustedes no se detendrán; por eso, no empiecen!”
Tragedia del uso de drogas fuertes
Entre las drogas más fuertes están la LSD (dietilamida de ácido lisérgico), narcóticos como la heroína, estimulantes químicos que se conocen como anfetaminas y agentes que alivian la tensión, conocidos como barbitúricos. Cada año aparecen nuevas variedades.
Una cantidad insignificante de LSD lleva a una persona a un ‘viaje’ alucinante que puede durar de ocho a dieciséis horas. Hay distorsión de tiempo, profundidad, visión, color y sonido. Se deteriora severamente la facultad de tomar decisiones sensatas. Pueden acontecer alucinaciones días, o hasta meses, después de la última dosis.
Un hombre que tenía exceso de peso y que había tomado LSD cogió un cuchillo y comenzó a rebanar grasa de su cuerpo. Murió desangrado. Otro hombre apuñaló a su suegra 105 veces. Más tarde no recordaba que hubiera cometido este asesinato. Otros han sido recluidos en instituciones para enfermos de la mente. Un muchachito de dos años y medio accidentalmente tomó una de las tabletas de LSD de su madre. Fue llevado apresuradamente al hospital en condición crítica. Muchos se han lisiado y han lastimado a otros de diversas maneras.
La heroína, que se obtiene del opio, es una de las drogas más enviciadoras y destructivas. Su uso le proporciona a la persona una euforia, una confianza despreocupada en sí misma; una sensación de bienestar. Pero al continuar usándola, se necesita cada vez más de la droga para alcanzar ese punto. Sobreviene una verdadera afición física.
El adicto a la heroína a menudo está desnutrido porque no siente hambre. Tal vez tenga que pagar tanto por su droga que no pueda darse el lujo de comer alimento decente. De hecho, por lo general tiene que hurtar para sostener su costoso hábito. En su condición de desnutrición es probable que contraiga infecciones. También, al usar técnicas de inyecciones sin esterilización, puede contraer hepatitis, envenenamiento mortífero de la sangre y abscesos del hígado, el cerebro y los pulmones. Un adicto reconoció lo siguiente: “Nuestra vida es tan difícil que la cárcel es un lugar donde podemos recobrar la salud.”
Los que usan heroína viven bajo constante amenaza de muerte por una dosis excesiva o por el uso corriente. De hecho, la ciudad de Nueva York informa que la afición a la heroína ahora es por mucho la causa principal de muerte entre las personas de catorce a treinta y cinco años de edad.
Una muchacha bien intencionada, pero ingenua, le preguntó a un ex-adicto a las drogas: “Pero, ¿no ensanchó parte de su facultad de estar consciente de las cosas su experiencia con las drogas?” Él contestó: “Se pensaría que en esos años yo habría aprendido algo constructivo... pero lo único en que puedo pensar es tragedia.”
Se calcula que en la actualidad aproximadamente el 90 por ciento de los que reciben tratamiento por afición a las drogas ‘fuertes’ por lo general regresan a las drogas. No, no hay garantía de una curación médica. La realidad es que el naufragio físico y mental, aun la muerte, son garantías mucho más probables.