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¡Despertad! 1972
g72 8/12 págs. 19-23

Cómo se construyen los Salones del Reino

CADA semana, por término medio, se comienzan a construir tres Salones del Reino de los testigos de Jehová en los Estados Unidos. Hasta la fecha, más de 3.000 han sido completados. En muchos otros países —en todos los continentes— también se están construyendo estos lugares de adoración.

El creciente interés en una genuina educación bíblica ha creado la necesidad de tantos Salones del Reino. En solo cuatro años el número de los testigos de Jehová en los Estados Unidos ha aumentado en casi 100.000; en todo el mundo suman más de 1.600.000. Sin embargo, ¡los Salones del Reino en la actualidad a menudo están atestados con más personas interesadas que con Testigos mismos! Por lo tanto, para dar cabida a todos, se ha puesto en marcha uno de los más extraordinarios programas de edificación.

El diseño básico de los Salones del Reino está gobernado por el propósito especial que sirven... como lugares en los que la gente se congregue para estudiar la Biblia y asociarse con otros cristianos. Aquí escuchan conferencias que edifican su fe en la Biblia y pueden participar en programas que incluyen la participación del auditorio.

El rasgo principal del Salón del Reino es una pequeña sala de conferencias. Por lo general puede acomodar entre 100 y 300 personas. Por lo general hay una plataforma elevada o escenario, a unos 30 centímetros sobre el resto de la sala. Los asientos quizás sean sillas plegables de madera, sillas de plástico moldeado, o butacas de teatro retapizadas. Puesto que el salón es para el estudio de la Biblia, está bien iluminado, lo cual hace recordar una gran aula moderna de escuela. No hay altar o ídolos.

Por lo general el Salón del Reino tiene una habitación más pequeña que sirve como biblioteca. Adicionalmente, hay cuartos de aseo y un guardarropa, o por lo menos una sección para colgar las prendas exteriores de vestir. También hay mostradores para entregar la literatura bíblica que es distribuida en el vecindario.

Aunque tienen estas semejanzas básicas, los Salones del Reino varían mucho en su construcción, diseño y decoración. Quizás sean construidos de ladrillo, piedra, madera, u otros materiales, lo cual a menudo depende de lo que localmente sea más barato. Pueden tener una variedad de diseños, tener uno o dos pisos, con sótanos o sin ellos, y tienen casi una infinita variedad de decoraciones, tanto en el interior como en el exterior.

Trabajando juntos para edificar

Lo que es extraordinario acerca de este tremendo programa de edificación no es el diseño arquitectónico de los Salones del Reino, ni siquiera el gran número de ellos que se han erigido. Más bien, es la manera en que son construidos... por medio de contribuciones y trabajo voluntarios.

Por lo general la mayoría del trabajo es efectuado por los mismos Testigos. A menudo participan en él la mayoría de los miembros de la congregación, entre ellos las mujeres y a veces hasta los niños. De esta manera los costos de construcción se reducen grandemente, lo cual depara un lugar de adoración que de otro modo no se podría obtener.

A veces la prensa pública toma nota de la construcción de Salones del Reino, como sucedió con el Daily Herald, de Austin, Minnesota, el otoño pasado. Acompañando el dibujo arquitectónico del salón, el diario informó:

“Para el 1 de enero de 1972 se espera la finalización del nuevo Salón del Reino de los Testigos de Jehová de la zona de Austin . . . el 22 de julio se inició la construcción de la estructura de un piso de 9,75 x 18,89 metros . . . El valor total del terreno y del edificio una vez terminado será de unos 50.000 dólares. El trabajo voluntario por miembros de la congregación durante los fines de semana así como también durante la semana mantendrá el costo real alrededor de los 25.000 dólares.”

Con frecuencia los fines de semana había veinte o más trabajando. Compañeros Testigos traían las comidas al mismo lugar de la construcción. Varias mujeres trabajaron junto a los hombres. Una disfrutó de operar la hormigonera, mientras otras paleaban arena y limpiaban los desechos. Hasta los niños mayores participaban en clavar clavos y traer las herramientas a otros trabajadores. El proyecto de construcción atrajo mucha atención en una ciudad de 27.000 habitantes.

El nuevo Salón del Reino de Milo, Maine, atrajo una atención parecida. El Daily News de Bangor publicó una foto de éste e informó: “El salón fue construido por los miembros de la iglesia, y el único gasto de construcción en el que se incurrió fue el de contratar la supervisión necesaria para dirigir el relleno de los cimientos con hormigón.”

Durante el transcurso de la construcción una prominente señora bautista le dijo a un Testigo mientras éste compraba unos materiales de construcción: “Espero que tengan mejor éxito que el que tenemos nosotros en conseguir ayuda para nuestros planes de edificación. Por lo general terminamos con uno o dos haciendo todo el trabajo.” A menudo hubo hasta veinte Testigos trabajando en el Salón del Reino, y la construcción se terminó en siete meses.

En Upper Sandusky, Ohio, el remodelado salón de helados Dairy Queen que se usaba como Salón del Reino ya no podía contener la concurrencia en aumento. Así es que se decidió construir un nuevo salón. La excelente cooperación de los miembros de la congregación queda ejemplificada por lo que sucedió en el día fijado para levantar la armazón del edificio. Llovía a cántaros, ¡y a pesar de eso se presentaron unos veinticinco trabajadores! Durante el transcurso de la construcción, hombres, mujeres y niños, participaron en el trabajo. De esta manera por un poco más de 17.000 dólares se construyó un nuevo Salón del Reino, uno que los tasadores municipales avaluaron en 60.000 dólares.

Una experiencia interesante ocurrió cuando el trabajo recién comenzaba. Un vecino ofreció su excavadora para excavar los cimientos. Pero a su llegada se halló que ninguno de los Testigos sabía cómo manejarla. El dueño dijo que él la manejaría pero que tenía que plantar maíz. Así es que un Testigo que es agricultor plantó el maíz para el hombre mientras él manejaba la excavadora.

Se requieren buenos planes y organización para edificar un Salón del Reino, especialmente cuando la mayoría de los trabajadores voluntarios no tienen experiencia. Por lo general se nombra como encargado a alguien que sepa lo que se debe hacer, el cual suministra las necesarias asignaciones de trabajo. Estrecha cooperación produce como resultado trabajo de calidad y velocidad de construcción que con frecuencia asombran a los otros.

Cooperación de otras congregaciones

Por lo general una congregación no construye su Salón del Reino por sí sola. No tiene suficientes trabajadores capacitados para hacerlo, por lo menos no para hacerlo en un tiempo razonable. Por eso, otras congregaciones ponen manos a la obra y ayudan, como pasó en Webb City, Misuri.

Más de cincuenta Testigos de congregaciones cercanas se reunieron durante un fin de semana y levantaron la armazón principal del Salón del Reino y colocaron el techo. Las mujeres prepararon las comidas para los trabajadores. Solucionado el problema principal, la obra prosiguió suavemente en su mayoría con la ayuda de trabajadores inexpertos. En seis meses se terminó un nuevo Salón del Reino.

La situación fue similar en Barstow, California; ni un solo Testigo era del ramo de la construcción. Sin embargo, cuando se tomó la decisión de construir, la respuesta de los que oyeron acerca de ésta fue abrumadora. Muchos hicieron llamadas telefónicas de larga distancia para ofrecerse y brindar su equipo. Más de cincuenta Testigos vinieron de otros lugares para ayudar.

Estos trabajadores voluntarios llegaban el viernes por la noche y dormían en sus casas rodantes y campamentos, o pasaban la noche en las casas de los Testigos locales. Entonces trabajaban en el Salón del Reino durante todo el fin de semana. En poco más de tres meses se completó un excelente salón con un área de 325 metros cuadrados.

El Salón del Reino en Canton, Illinois, fue construido de manera similar. Un Testigo de Lincoln bondadosamente le enseñó a los Testigos locales cómo echar los cimientos; un Testigo de Pekin dirigió la construcción de la armazón del edificio; nueve expertos albañiles de congregaciones vecinas colocaron casi 10.000 ladrillos en un día; un Testigo de Kankakee colocó las puertas; Testigos de Springfield, Pekin y Rock Island ayudaron con la instalación eléctrica, y un Testigo de Peoria instaló los accesorios y otro colocó la alfombra. Los miembros de la congregación local ayudaron a sus compañeros cristianos quienes amorosamente brindaron estos servicios.

La gente de Canton quedó asombrada por el hervidero de actividad. El presidente de una compañía de ahorros y préstamos, que vive al otro lado de la calle del salón, dijo que estaba asombrado de ver a tanta gente trabajar junta para colocar todos los ladrillos en un día. Hasta el alcalde de Canton asistió a la recepción de inauguración en noviembre.

A veces congregaciones vecinas ayudan financieramente a la erección de un edificio para Salón del Reino. En enero de 1970 se formó en Shakopee, Minnesota, una congregación de Testigos de Jehová, y al principio las reuniones se celebraron en el banco local. Para ayudar a este nuevo grupo a construir su Salón del Reino, siete congregaciones de la zona contribuyeron fondos para la obra.

Consiguiendo materiales de construcción

Además de estas ayudas voluntarias, otra manera con la que los testigos de Jehová a menudo pueden solventar los gastos de construcción del Salón del Reino, es usando materiales de construcción disponibles. A veces éstos pueden conseguirse gratis.

Por ejemplo, en la zona de North Bonneville hay abundancia de hermosas rocas. Estas fueron recogidas y usadas en la construcción de un nuevo Salón del Reino. Además, la madera de arce que se usó en el interior del salón fue obtenida de cuatro arces donados por un Testigo.

En Milo, Maine, varios Testigos, que trabajan en la industria maderera para papel y construcción, cortaron toda la madera que se necesitaba para su Salón del Reino, unos 1.486 metros cuadrados. La hicieron aserrar en un aserradero local, la apilaron y la dejaron secar.

El nuevo Salón del Reino de Colfax, California, es poco común pues tanto su interior como su exterior están decorados con rocas de lava sin labrar obtenida de los lechos de lava del monte Lassen. Los hombres, mujeres y niños de la congregación viajaron hasta allí y transportaron las piedras en camiones.

Los Testigos en Westminster, Colorado, hicieron algo parecido. Un Testigo, que tiene una mina arriba en las montañas, dijo que por todas partes había abundancia de la hermosa piedra ágata musgosa, pero que era difícil llegar hasta ella. Informa un Testigo local: “Reunimos unas diez camionetas, varios de nuestros hermanos y hermanas cristianos y una merienda y nos dirigimos a las montañas. Formamos una cadena humana y pasamos las rocas montaña abajo. Con cuatro o cinco viajes de esa clase tuvimos más que suficientes rocas. Esto ahorró una gran cantidad de dinero y lucen muy atractivas en nuestro nuevo Salón del Reino.”

También es interesante la manera en la que esta congregación obtuvo la madera para su salón. Se supo que el ejército estaba vendiendo algunos grandes cuarteles por solo 200 dólares en un pueblo a 800 kilómetros de distancia. Así es que un viernes unos cuarenta Testigos se reunieron y viajaron allí. Uno de ellos relata lo que pasó:

“Al día siguiente la gente local se paró alrededor y observó asombrada a medida que los tablones literalmente pasaban volando por cada ventana durante todo el día. Esa noche dormimos en el Salón del Reino del pueblo. Para el mediodía del domingo habíamos desmantelado completamente los cuarteles y habíamos cargado la madera en un camión grande que había sido donado por uno de los Testigos. Tuvimos suficiente madera hasta para hacer una hermosa cerca blanca alrededor de nuestro terreno.”

De manera similar la congregación de Ellicott City, Maryland, desarmó un cobertizo para ganado de 1.858 metros cuadrados cerca de los Corrales de Ganado Unión de Baltimore. Esto les ahorró unos 5.000 dólares. Además, encontraron y transportaron la mayor parte de sus 25.000 ladrillos, a un costo promedio de tres centavos por ladrillo.

Además, las puertas de vidrio del salón principal así como el relleno de las alfombras se consiguieron de un viejo y lujoso hotel de Baltimore que estaban demoliendo. Las sillas vinieron del pabellón de la Kodak en la Feria Mundial de Nueva York de 1964 a 1965. Y a cambio del uso de una máquina niveladora, la congregación recogió la cosecha de un campo de maíz.

Variedad en Salones del Reino

La disponibilidad de materiales de construcción, la clase de vecindario y las habilidades y gusto para decorar de los Testigos locales han producido una gran variedad en los Salones del Reino. De hecho, es raro que dos de ellos sean iguales.

Por ejemplo, las puertas de entrada del nuevo Salón del Reino de Colfax, California, quizás sean distintas a cualquier otra. Han tallado en ellas escrituras que hablan del Paraíso perdido (Gén. 3:23, 24) y del Paraíso recobrado (Rev. 21:3, 4), junto con espinos y cardos, y uvas y hojas de parra. Hasta el diario local publicó una foto de estas puertas talladas por un Testigo.

Algunos salones se construyen en ciudades grandes, tal como el nuevo Salón del Reino en Hollywood, California. Tiene un estilo que encaja bien con lo que se esperaría en esa comunidad.

El nuevo Salón del Reino de Shakopee, Minnesota, por otra parte, es de un estilo rústico, el cual hace juego con los hogares de esa zona rural. Debido a estar construido en una ladera, tiene un sótano por entrada, que sirve de entrada principal. En el sótano hay una zona de entrada de buen tamaño, con cuartos de aseo, guardarropa, biblioteca, zona para la literatura, así como un pequeño apartamento donde pueden hospedarse los ministros visitantes. El acceso al salón en el piso superior es por medio de una escalera en la zona de entrada.

En Westminster, Colorado, el nuevo Salón del Reino está ubicado de manera totalmente diferente, con sus 325 metros cuadrados de área extendidos en un solo piso. Una ancha acera lo lleva a uno a través de dos grandes puertas de vidrio con grandes tiradores de nogal hasta una espaciosa sala de entrada. Adentro, uno se enfrenta a una pared de ladrillos con arcadas hacia la izquierda y hacia la derecha que llevan al salón.

El salón alfombrado está inclinado hacia el escenario. Tiene 180 asientos permanentes, con espacio para 100 sillas plegables. El escenario está en el centro más bien que en un extremo, y las sillas forman un semicírculo alrededor de éste, así es que todo el auditorio está comparativamente cerca al conferenciante. La biblioteca puede acomodar adicionalmente a otras cuarenta o cincuenta personas. Altavoces llevan el sonido desde el salón, o éste puede ser desconectado cuando la biblioteca se usa como una segunda aula durante las sesiones de la Escuela del Ministerio Teocrático.

Un Salón del Reino mucho más pequeño fue construido por la congregación de North Bonneville, Washington, de unos cuarenta Testigos. Ubicado en un marco rodeado de árboles con un frente de rocas, este Salón del Reino, con su techo de duelas, paramento de cedro y puertas de cedro sólido, ciertamente es pintoresco. El interior está pintado de un color veteado que hace juego con las molduras y muebles de arce.

En ciudades más grandes, con frecuencia se remodelan edificios viejos para hacer Salones del Reino. Por ejemplo, en Brooklyn, Nueva York, una tienda de muebles fue recientemente transformada en un salón en forma de L. El edificio no tiene ventanas como un resguardo contra el vandalismo (una característica común de muchos Salones del Reino en las ciudades), y es grande, pues puede acomodar cómodamente a más de 400 personas. Se están haciendo más corrientes salones más grandes para acomodar el número en aumento de personas interesadas que concurren a las reuniones en los Salones del Reino.

Tal vez hay un Salón del Reino en su comunidad. Si es así, es muy probable que haya sido construido por los testigos de Jehová. ¿Por qué no lo visita y lo ve por sí mismo? Con seguridad que será bien recibido. Los testigos de Jehová se sentirán felices de darle un recorrido y mostrarle sus características. Y si se queda y escucha el programa tal vez vea por qué tantas personas ahora concurren a los Salones del Reino para instrucción bíblica.

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