La cuestión racial sacude a las Iglesias de “la región de la Biblia”
A PRINCIPIOS del siglo diecinueve, se podían encontrar iglesias de la misma organización religiosa tanto en el Norte como en el Sur. La esclavitud de los negros, también, apareció en ambas secciones del país. Pero la esclavitud de los negros no dio buenos resultados en el Norte, donde había una mayor concentración de comercio, manufactura y expansión hacia el Oeste. Sin embargo, en el Sur donde los cultivos de algodón era la base de la economía, la esclavitud proveía mano de obra barata.
Al dividirse políticamente las dos secciones del país debido a la cuestión de la esclavitud, también se separaron religiosamente. Las Iglesias del Norte condenaban a la esclavitud como ‘profana,’ mientras que las Iglesias del Sur la llamaban “sagrada.” Los fanáticos religiosos del Sur buscaron textos aislados de la Biblia para tratar de apoyar lo apropiado de imponer la esclavitud de los negros. En 1844 la Iglesia Metodista del Norte y del Sur se dividió debido a la cuestión de la esclavitud negra; los bautistas hicieron otro tanto un año después. Entonces, en 1861, el año en que estalló la guerra de Secesión, los presbiterianos se dividieron a lo largo de la línea política Mason-Dixon.
Las Iglesias del Sur hasta se envolvieron en el negocio de la esclavitud, según E. M. Poteat, hijo, ministro de la Iglesia Bautista Pullen Memorial, en Raleigh, Carolina del Norte. Dice: “No solo hombres cristianos tenían esclavos para la gloria de Dios, sino que frecuentemente las Iglesias mismas adelantaban los intereses del Reino de los cielos alquilando esclavos que habían llegado a ser bienes muebles de la Casa de Dios.”
Así la esclavitud de los negros llegó a arraigarse firmemente en el Sur. Sin embargo, no debemos olvidar que, si la esclavitud de los negros hubiera sido económicamente provechosa en el Norte, donde había existido anteriormente, las Iglesias allí, sin duda, la hubieran apoyado tan apasionadamente como las del Sur.
Después que el Sur quedó derrotado al concluir la guerra de Secesión de 1865, su clero, no obstante, se apegó a lo que era singularmente suyo... del protestantismo de la “región de la Biblia.” “Si no podemos ganar nuestra independencia política, establezcamos por lo menos nuestra independencia mental,” insistía un predicador metodista de Misisipí al fin de la Confederación. La publicación Southern White Protestantism in the Twentieth Century por K. K. Bailey dice: “Los guías sureños estaban convencidos de que la religión blanca del Sur era de una forma más pura que la de la misma confesión en el Norte.”
Los esclavos quizás hayan sido liberados legalmente después de la guerra de Secesión, pero el negro permaneció excluido del trato social. ¡Los extremistas en el Sur apoyaban la supremacía de los blancos! Aun predicadores metodistas y bautistas estaban alistados en el temido Ku-Klux-Klan para acosar a los negros emancipados. La mayor parte de la población negra estuvo encadenada por décadas a la pobreza y la ignorancia después de la Proclamación de Emancipación en 1863.
Como consecuencia de ser excluidos de la sociedad, los negros no tenían suficiente educación seglar para leer la Biblia. Y puesto que por lo general no eran bien recibidos en las iglesias de los blancos, comenzaron a celebrar sus propios servicios, los cuales al principio, consistieron de poco más que hablar y cantar. Hicieron sus propias canciones, los ‘cantos religiosos de los negros.’ Cualquier sermón que se daba a menudo no era más que un relato bíblico que había sido transmitido de padre a hijo y que en el proceso había sido grandemente adornado.
Pero aun si los blancos hubieran permitido que los negros se unieran a sus Iglesias, pocos lo hubieran hecho. Como dice el autor del libro Deep South: “Puesto que el cristianismo personificado por el bautista y metodista anglosajón fue la única religión que ellos conocían, y eso estaba tan definidamente asociado con el amo y terrateniente blanco, existía el temor de que se les obligaría a pasar la eternidad donde el Dios de la raza blanca continuaría imponiendo sobre ellos las mismas crueldades e injusticias que siempre habían conocido.”
La historia de los Estados Unidos muestra que el negro ha querido tener poco que ver con el Dios racista de los blancos. La mayoría de ellos ha preferido su propia clase de religión fundamentalista.
Entonces, dramáticamente, en 1954, toda la naturaleza de los acontecimientos empezó a cambiar en el Sur. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos derribó la segregación en las escuelas. Desde entonces los negros han revuelto la “región de la Biblia.” Las paredes que por cien años esclavizaron la mente y espíritu de los negros se están derrumbando y está emergiendo una generación de negros con educación universitaria que hablan claro y demandan igualdad con los blancos.
Los viejos argumentos sureños religiosos de la supremacía de los blancos han perdido su agarre ante la ofensiva de la legislación federal y los movimientos de protesta con apoyo nacional. Mucha gente ha abandonado a las Iglesias que anteriormente tenían opiniones racistas. Sin embargo, en los radicales cambios de los pasados pocos años, las Iglesias de los negros en el Sur no han resultado indemnes.
Más bien, las iglesias de los negros se han convertido en lugares de reunión para organizar protestas y manifestaciones. Los predicadores negros, prominentes en la lucha por la justicia social, hasta buscan puestos políticos desde el concejo municipal hasta el Senado.
Además, el negro de término medio se ha hecho más materialista como resultado de las demandas por igualdad. U.S. News & World Report dice: “Los clérigos negros están percibiendo un aumento en la indiferencia religiosa entre la gente para quien la Iglesia de los negros solía ser el soporte principal de la vida.” (25 de septiembre de 1972) Es cierto, muchos negros en el Sur siguen siendo profundamente religiosos y respetan la Biblia. Pero los bruscos cambios en el panorama social y religioso están desarrollando un nuevo estado de ánimo. Como dijo un blanco, el negro en el Sur ahora “tiene poco sentimiento de culpa si decide abandonar la iglesia y convertirse en un agnóstico o en un ateo.”
La aparición de la integración y el aumento del poder de los negros han contribuido a que la religión fundamentalista, “blanca” y “negra,” pierda terreno en “la región de la Biblia.” Pero, ¿qué otros factores han servido también para abrir brechas en él, hasta ahora firme, frente religioso de las tierras del Sur?
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LA REGIÓN DE LA BIBLIA