¿Le gustaría comprar un cuadro?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Italia
LA DEMANDA de cuadros o pinturas en Italia verdaderamente ha aumentado en los últimos años, y con este aumento, de cuando en cuando, la prensa publica historias de robos espectaculares... pinturas bien conocidas son llevadas de las iglesias católicas romanas y galerías de arte. Se cree que con frecuencia los cuadros robados se venden en el extranjero para adornar las paredes de algún patrocinador del arte. Se pudiera decir que el comprar cuadros de todas clases está de moda hoy, no solo en Italia, sino también en muchos otros países.
¿Y qué hay de usted? ¿Ha alquilado un nuevo apartamiento y le parece que alguna pared está demasiado desnuda? ¿Desea adornar el cuarto de estar y hacerlo más atractivo? ¿O está pensando en invertir parte de su capital en obras de arte? Sea como fuere, algunas personas consideran que un buen cuadro es precisamente lo que satisface sus necesidades.
Pero no todos saben cómo hacer una elección. Si se interesa en conseguir algún buen consejo, conocemos un artista que durante treinta años se ha dedicado a la pintura. Algunas de sus obras están en los museos de arte del mundo. Si quiere acompañarnos, le haremos una visita.
Somos afortunados en encontrarlo en su estudio y desocupado por el momento. Después de las presentaciones usuales, explicamos que nuestras intenciones son comprar algunos cuadros y que nos agradaría su consejo sobre el asunto.
“¿Cuánto desean gastar?” nos pregunta. “En el mercado los cuadros llevan toda clase de precios.”
Recogiendo una atractiva escena junto al Sena, coloca el cuadro en un ángulo apropiado para la luz del estudio. Luego, con una sonrisa, continúa: “Este es un modo fácil que muchos han seguido. Consigan un catálogo impreso, acompañado generalmente por una presentación agradable con testimonios de mérito y otra información, y allí encontrarán fotos de los cuadros con datos relativos al tamaño, precio y autor. En este caso es un trato comercial puro y neto.”
¿Es posible que el precio sea superior al valor real del cuadro que se intente adquirir?
“Oh, sí. El precio puede ser exorbitante. Se paga la publicidad.” Luego, haciendo ademanes con los brazos y la cabeza, continúa: “Desgraciadamente, es muy fácil ser engañado.”
¿Hay alguna regla para establecer el precio apropiado, basado en el tamaño del cuadro, o de acuerdo con alguna otra norma?
“Bueno,” dice con calma y tono mesurado, “absolutamente no es posible establecer el verdadero valor simplemente por el tamaño. De hecho un cuadro pequeño podría valer mil millones de liras, y un cuadro grande solo 100.000 liras.”a
Lo miramos con desaliento mientras se mueve hacia un cuadro grande de una mujer joven que atrae nuestra atención. Lo contemplamos desde un ángulo lateral. El juego de luces y sombras crea una armonía muy agradable. ¡Estupendo! ¿Pero, cómo sabemos si es original o simplemente una copia?
“Probablemente piensen que debe haber algunas personas que son competentes para juzgar si es un original legítimo,” dice él, como si supiera la pregunta que estamos a punto de hacerle. “Sí, están los profesores de academia, los grandes maestros, escritores y expertos del arte. Pero consideremos los hechos. Recientemente se puso en exhibición un famoso cuadro atribuido a un artista italiano, ‘La Gioconda’ o ‘Mona Lisa.’ Algunos dicen que lo pintó Leonardo de Vinci. Pero no todos los expertos están seguros. Si no es posible reconocer la técnica de un artista tan grande y famoso, ¿cómo se puede distinguir la obra de un pintor menos conocido?”
“Y es necesario recordar,” continúa nuestro amigo artista, “que el nombre del pintor en el cuadro es lo que establece el precio en gran parte. Ilustremos: Un gran artista puede pasar sin ser reconocido y, por lo tanto, no tener éxito. Como resultado, sus cuadros tienen menos valor en el mercado. Por otra parte, las obras de los artistas que han recibido mucha publicidad, tienen mucho mayor precio.”
Todo esto fue muy interesante. Nuestra pregunta siguiente fue más específica. ¿Cómo podemos decidir si deberíamos comprar determinado cuadro o no?
“Entre otras cosas,” se nos dice, “se puede notar la cantidad de detalles en el cuadro, lo cual da una idea del cúmulo de trabajo que se necesitó para completarlo. También debiera considerarse si es la clase de arte que honra al gran Creador. Y, finalmente, debe considerarse el tema mismo, es decir, ¿le gusta lo que ve y estimula sus sentimientos? ¿Encajará en el lugar en que intenta colgarlo? Si se decide a comprarlo, el precio podría variar de 50.000 a 500.000 liras. ¿Le conviene gastar eso?”
Hubo grandes artistas en el Renacimiento. Esto lo sabemos. Y hoy, ciertos artistas siguen de algún modo esa forma de pintura, lo que hace surgir en nuestra mente otras preguntas. ¿Qué consideración deberíamos dar a las diversas tendencias modernas que se hallan tan a menudo en el mercado? ¿Por qué se habla tan a menudo con desprecio de éstas?
“Me alegro de que me hayan hecho esa pregunta,” contesta el artista con un dejo de emoción en su voz. “A veces se ponen precios exagerados en lo que verdaderamente solo son mamarrachos de pintura que ofenden los ojos. ¿Cómo se hace esto? Bueno, hay especuladores que crean una hueste de patrocinadores del arte. Estos comerciantes están dispuestos a rebajarse a cualquier cosa por dinero. Popularizan así a seudoartistas que invaden el mercado de cuadros con presentaciones monstruosas que deforman la realidad e insultan a los observadores.”
Pero no podemos dejar de pensar que si sus cuadros se venden en tan grandes cantidades, a alguien deben gustarles. De modo que le preguntamos a nuestro amigo acerca de las escuelas modernas de pintura. ¿Se les reconoce como escuelas que tienen verdadero mérito? ¿Han contribuido al arte de la pintura?
“Para hacer un examen rápido,” responde nuestro artista, “permítanme mencionarles a los Impresionistas franceses y también a los Impresionistas toscanos (1800-1900). Estos fueron grupos deseosos de romper con las tradiciones esquemáticas y maneristas del período clásico siglo XVIII y que se extendió al siglo subsiguiente. Entonces hay formas más modernas de impresionismo, así como también los futuristas, los abstraccionistas, los cubistas, los surrealistas y los esencialistas. Cada uno de ellos tiene sus discípulos y vendedores que, para no decir algo peor, tienen puntos de vista muy firmes en cuanto a lo que es bueno y lo que es malo en el arte.”
Entonces nuestro amigo sintetizó con finura la discusión, diciendo: “Cuando vayan a comprar un cuadro, tengan muy presente su meta. ¿Quieren comprar un cuadro simplemente como inversión? Entonces compren uno, no importa lo feo que sea, que tenga las credenciales de un artista famoso. Pero si su meta es decorar su hogar, entonces tomen en consideración el resto del decorado de la habitación. Adquieran uno que les guste, uno con el cual puedan vivir día tras día. No es la publicidad de la firma que hace que ese cuadro les sea importante a ustedes. La obra debería tener significado. Debería hacerles pensar en algún aspecto de la creación de Jehová, llenando su mente y corazón de aprecio por Su amor y bondad. Debería hacerlos sentir eso de modo emocional y espiritual. Por supuesto, deberían recordar que la ley de Dios prohíbe el uso de ídolos o imágenes como ayudas de adoración, como está escrito en el libro bíblico de Primera de Juan, capítulo 5, versículo 21. El deseo debería ser, más bien, tener algo que sea un ornamento agradable.”
Ya es hora de que dejemos a nuestro amigo artista. Al expresar nuestro agradecimiento por su amabilidad en darnos esta información, no podemos evitar pensar que la habilidad artística es un don de nuestro Hacedor. Por lo tanto hemos determinado que el cuadro que compremos sea una obra de arte hermosa y una que honre y alabe a nuestro grandioso Creador. El salmista, bajo inspiración, debe haber tenido presente algún pensamiento similar cuando escribió: “Bendigan a Jehová, todas las obras suyas, en todos los lugares de su dominación. Bendice a Jehová, oh alma mía.”—Sal. 103:22.
[Nota]
a Hoy la lira italiana cuesta alrededor de 1,6 centavos de dólar.