Crueldades siguen sin freno en Malawi
A FINES de 1975, la gente por todo el mundo quedó horrorizada al saber de las atrocidades que se cometían en escala masiva contra cristianos —los testigos de Jehová— en Malawi, un país del África oriental. Expresiones de repugnancia ascendieron en lugar tras lugar ante el barbarismo... violaciones, golpes, tortura de hombres y mujeres.
¿Han cesado estas crueldades? ¿Han intervenido los funcionarios encargados de hacer cumplir las leyes para poner fin al agravio que se comete contra esta pequeña minoría religiosa al robarle las libertades que la constitución de Malawi le garantiza? ¿Se ha oído a los funcionarios encumbrados del país hablar claro en condenación de la brutalidad como medio de adelantar las causas políticas?
La respuesta es: No.
Considere lo que les pasó a mediados de enero de 1976 a catorce cristianos, miembros de la Congregación de Kalilombe de los Testigos de Jehová, situada en la frontera de Malawi y Mozambique. Estos tres hombres y once mujeres fueron prendidos por miembros de la Liga Juvenil (un ramo del Partido del Congreso dominante de Malawi). Durante medio día fueron golpeados viciosamente detrás de puertas cerradas. Entonces la policía se llevó a nueve de las mujeres al hospital para recibir tratamiento. A los demás Testigos los detuvieron en custodia protectoria. ¿En qué condiciones se hallaban? A dos de ellos —Josiya A. Chambala y Tennison Joyabe— les habían quebrado las piernas y los brazos los miembros de la Liga Juvenil. Las dos mujeres también tenían rotos los brazos como resultado de los golpes. ¿Y sus atacadores brutales? Siguen andando por todas partes como hombres libres sin que nadie alce un dedo para hacer que sean enjuiciados ni levante la lengua para condenar su crueldad.
Aún peor fue lo que les sucedió a dos cristianos, Harry Kampango y Aizeki Zoyaya de la aldea de Tembenu. El jefe de su aldea y el presidente del Partido del Congreso de Malawi, Chintengo, los denunció ante la sucursal de la zona del partido en Jenara. ¿Su crimen? No habían comprado tarjetas como miembros del partido político dominante de Malawi. Los dos cristianos, que se hallaban ocupados en la pacífica tarea de cultivar sus plantíos, fueron conducidos a la sucursal del partido y entregados allí. El presidente de la Liga Juvenil, que se llama Kachoka, les ató los brazos por detrás y los encerró en una caseta de baños. Durante tres días los golpearon severamente y les negaron todo alimento y agua. Entonces, el 2 de enero de 1976, les dieron muerte a estos dos Testigos por medio de mutilarlos físicamente, habiéndoles cortado los genitales. Arrojaron sus restos a un hoyo profundo.
Con el tiempo, la policía se enteró de los asesinatos. El 7 de enero vinieron para llevarse los cadáveres, pero no pudieron recobrarlos del hoyo. Le dijeron a la gente que llenara el hoyo, enterrando los cuerpos. Ese mismo día, el Sr. Makhumula Nkhoma, el ministro regional del Sur, llegó a la aldea desde Zomba. No le dijo nada a la gente en condenación de la persecución de los testigos de Jehová.
Es cierto que el asesino, Kachoka, fue encarcelado. Cuando se le preguntó quién mató a los dos hombres, respondió: “Yo mismo los maté. Porque estaban débiles de hambre y no tenían fuerza, no resistieron.” ¿Pero qué se ha hecho para asegurar que no ocurran otras atrocidades semejantes? ¿Qué hay de los individuos que habían preparado el camino para estos asesinatos? ¿Qué condenación pública ha hecho, ya sea en la prensa o por radio, el gobierno o los funcionarios del partido? Otra vez la respuesta es: Ninguna.
Si éstos fueran casos raros, la situación no sería tan repugnante. Al contrario, esto solo es una muestra de una tremenda campaña para destruir una minoría religiosa indefensa, una campaña que se ha llevado a cabo ya por más de diez años. Si se le hace a usted difícil creer esto, considere lo siguiente.
[Ilustración de la página 3]
THE UMTALI POST (Rhodesia)
19 de nov. de 1975
THE OBSERVER (Londres, Ing.)
7 de dic. de 1975
SUNDAY ADVOCATE-NEWS
(Barbados), 4 de ene. de 1976
THE JAPAN TIMES, 6 de ene. de 1976
PUBLIC EMPLOYEE PRESS
(Nueva York), 16 de ene. de 1976
Los titulares dicen: “Persecución de los Testigos”; “El martirio de cristianos de hoy día”; “Se cometen atrocidades contra testigos de Jehová que rehúsan afiliarse al partido”; “Informes de persecución religiosa en Malawi”; “Táctica como de nazis en África Central.”