Por qué podemos estar seguros de que se acerca un mundo mejor
¿NO ES cierto que uno se siente inclinado a confiar en algunas cosas, pero no en otras? Por ejemplo, si uno lee en el diario que el Sol saldrá a cierta hora, probablemente lo creerá. ¿Por qué? Porque los movimientos de la Tierra y el Sol son tan regulares y precisos que esas predicciones se pueden hacer con exactitud.
Pero, por otra parte, ¿qué hay si un político le dice que cuando sea elegido, el promedio de desempleo disminuirá, las relaciones con los otros países mejorarán y se disfrutará de una prosperidad económica? Lo que él dice le inspira poca confianza, ¿no es así? ¿Por qué? Porque, aunque él sea sincero, uno comprende que su poder y capacidad para cumplir sus promesas están limitados.
Los jóvenes, especialmente, tienden a ser pesimistas acerca de los esfuerzos que los hombres hacen por corregir los problemas. Y la realidad es que gran parte de la Tierra está quedando más contaminada con cada día que pasa, se siguen despilfarrando sus recursos naturales, se exterminan las formas de vida silvestre, aumentan las escaseces de alimento, continúa la carrera armamentista, y así por el estilo. Sin embargo, las perspectivas para el futuro no son tan deprimentes como algunos quizás piensen.
Considere por unos minutos un aspecto del cuadro que a menudo se pasa por alto pero que muestra por qué podemos esperar con confianza lo que está por suceder.
Razones para la confianza
Si pensamos acerca de ello, podemos ver en las cosas a nuestro alrededor buenas razones para confiar en cuanto al futuro. Por ejemplo: Los movimientos uniformes, regulares de la Tierra y otros cuerpos del espacio. Debido a sus órbitas invariables y confiables, no solo podemos contar con que el Sol saldrá a cierta hora mañana por la mañana, sino que hasta se pueden predecir los eclipses con siglos de anticipación. Además, por ser constante la velocidad con que viaja la Tierra a unos 107.000 kilómetros por hora, se mantiene a exactamente la distancia apropiada del Sol —no demasiado cerca ni demasiado lejos— para que la vida sea agradable y deleitable sobre la Tierra.
Pero hay veintenas de otros factores que hacen posible una vida feliz aquí. La Tierra consistentemente da una vuelta completa sobre su eje cada veinticuatro horas. Esto suministra horas de luz y oscuridad regulares y que se pueden predecir. Pero, ¿qué hay si algunas veces rotara en diez horas, o en treinta horas, o cincuenta, o lo que sea? Sería imposible predecir la duración del día y de la noche. No se podría planear; se podría realizar poco trabajo verdadero. Habría confusión. Y si la Tierra rotara una vez al año, una mitad de la Tierra sería una desolación helada a temperaturas bajo cero y la otra mitad sería un horno inhabitado.
La atmósfera de la Tierra, compuesta de una mezcla de diferentes gases, también provee razón para confiar. Esta rodea a nuestro planeta como un inmenso “océano.” Tal como los peces perecen fuera del agua, así moriríamos nosotros si no pudiéramos seguir respirando esta mezcla apropiada de gases atmosféricos. Pero por miles de años, en toda parte alrededor de la Tierra, la atmósfera ha permanecido estable, manteniendo exactamente la mezcla correcta para sostener la vida. Y todo este tiempo la atmósfera ha protegido a las cosas vivientes de ciertos rayos nocivos del Sol; ha impedido que se pierda el calor de la Tierra en la frialdad del espacio exterior, y ha protegido a la creación humana de los meteoros que por lo general se queman al penetrar en la atmósfera superior.
Un escritor del New England Journal of Medicine comentó: “El cielo es una realización maravillosa. . . . Dudo de que cualquiera de nosotros pudiera pensar en algún modo de mejorarlo, salvo quizás cambiar una nube local de aquí a allá en alguna ocasión. La palabra casualidad no sirve para explicar estructuras de tal magnificencia.”
El suelo, también, está diseñado notablemente para nuestro beneficio, y nos suministra una base para tener confianza. Un dedal lleno de tierra contiene miles de millones de organismos vivos. Muchos de estos organismos descomponen los desperdicios y a las criaturas muertas, y así limpian la tierra. Algunos toman el nitrógeno del aire y lo convierten en compuestos de nitrógeno. Esto es importante, puesto que las plantas necesitan nitrógeno y no lo pueden utilizar directamente de la atmósfera. ¿No parece evidente que una Fuente Inteligente es responsable de los muchos procesos y ciclos asombrosos que hacen que la vida sobre la Tierra no solo sea posible, sino potencialmente muy deleitable?
Considere la función de las plantas y lo que esto indica acerca de nuestro futuro. Quizás usted haya leído tales comentarios como: ‘Las plantas hunden sus raíces para conseguir agua y levantan sus tallos para recibir la luz solar.’ Pero pregúntese: ‘¿Por qué? ¿Cómo?’ Usted sabe que las plantas no tienen cerebro y por lo tanto no son capaces de pensamiento consciente. Sin embargo, ¿pudo usted jamás haber concebido la tremenda variedad de deliciosos alimentos que producen las plantas para nuestro placer?
¿Cómo elaboran las plantas este alimento que nutre a toda cosa viviente? Se sabe que la clorofila de las plantas actúa sobre el anhídrido carbónico y el agua. Pero lo que realmente sucede todavía es un misterio para las criaturas humanas. Science News Letter señaló lo siguiente:
“Es aquí que las ‘deidades’ realizan su milagro. La luz solar suministra la energía para el gran cambio químico, y la clorofila actúa como el ‘tablero de mando’ que controla la reacción. Bajo la influencia de estos dos, el anhídrido carbónico y el agua ahora se combinan para crear la base de todo alimento, una azúcar simple. Todas las numerosas grasas, proteínas e hidratos de carbono que usan las plantas y los animales tienen que ser creados más tarde de esta azúcar.”
Cientos de factores se combinan para no solo hacer posible la vida sobre la Tierra, sino hacerla potencialmente muy feliz. Considere la luz. No solo es vital para la producción de todos los alimentos, sino que nos bendice con maravilloso color y belleza. El color de las cosas realmente está en la luz que brilla sobre ellas. Asombrosamente, ¡la luz se puede separar en decenas de miles de tintes o colores! ¡Cuán agradable, cuán milagrosa es la luz!
Sin embargo, muchas otras cosas causan asombro también, tales como la infinita variedad de los sonidos, los sabores y los olores que contribuyen tanto para hacer agradable y placentera nuestra vida. Estas cosas son imponentemente complejas. El hombre no las creó. Él ni siquiera comprende a todas ellas cabalmente. Cuando pensamos en ello, ¿no nos hacen comprender los muchos procesos y ciclos, que nuestro planeta Tierra tuvo un Diseñador? Sí, los muchos factores interdependientes que trabajan en armonía para sustentar la vida sobre la Tierra producen un maravilloso sistema, mucho, mucho más complicado que cualquier cosa que el hombre haya diseñado o construido.
¿Qué nos dicen todo el pensamiento y trabajo que vemos en las complicadas funciones de la Tierra? Nos dicen que el Creador de todo ello está interesado en hacer placentera y feliz la vida para todos los que viven aquí. Y esto nos da razones para mirar al porvenir con confianza. Por lo que hemos visto, seguramente el Creador quiere que la vida sobre la Tierra sea placentera y feliz, y claramente él tiene el poder para llevar a cabo su voluntad.
¿Qué hay del daño ya cometido?
Es cierto que algunas personas creen que el futuro de la humanidad sobre la Tierra ya ha sido gravemente dañado. Se ha abusado de enormes sectores de tierra, lo que ha resultado en destruir o estorbar en gran manera la capacidad que tiene para producir alimento. Pero, ¿es permanente este daño?
No, no necesariamente. Quizás usted esté familiarizado con zonas que han sido terriblemente dañadas por la contaminación, por desastres naturales o por prácticas agrícolas destructivas. Sin embargo, la tierra tiene asombrosas capacidades de restauración intraconstruidas, como se nota en los lugares donde incendios destructores y erupciones volcánicas han devastado la tierra. Con el tiempo la vegetación ha vuelto a florecer y adornar estas zonas. Y cuando se ha controlado la contaminación causada por el hombre, los ríos que habían parecido irremediablemente arruinados volvieron a contener peces y a servir como un saludable lugar donde nadar.
Hasta la tierra que fue convertida en una desolación improductiva debido al abuso por parte del hombre puede restaurarse. Un caso que sirve de ejemplo es el Cercano Oriente y el Oriente Medio. En un tiempo hubo zonas muy fértiles, según testifican historias antiguas, pero entonces fueron arruinadas y yacieron desoladas por siglos. Sin embargo, en tiempos recientes, parte de esta tierra ha sido restaurada y hecha productiva. El experto en alimentos Walter C. Lowdermilk, después de una investigación para la O.N.U., concluyó que “Israel está restaurando para el cultivo una tierra arruinada por mil años de abuso.”
Por lo tanto, aunque uno tenga razón para preocuparse por la manera en que el hombre ha abusado de la Tierra, se le asegura que el daño no es permanente. Los jóvenes no tienen por qué inquietarse pensando que la generación de sus padres contaminará el ambiente a tal grado que lo arruine para las generaciones futuras. ¿Por qué podemos estar tan seguros?
Más base para confiar
Aquí es donde la Biblia entra en el cuadro. Nos habla del propósito que el Creador tiene para la Tierra y toda la humanidad. No dirige nuestras esperanzas hacia el sistema de cosas actual que está fracasando, sino que revela el propósito que tiene Dios de acabar con la confusa e ineficaz gobernación de esta Tierra bajo los centenares de gobiernos políticos de la actualidad. Dios hizo que el profeta Daniel predijera Su propósito de reemplazar estos gobiernos con un solo gobierno de Su propia hechura, Su reino por Su Hijo Jesucristo. Observe esta promesa de la Biblia:
“En los días de aquellos reyes [o gobernaciones] el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino [de Dios] . . . triturará y pondrá fin a todos estos reinos [gobiernos políticos de los hombres], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Dan. 2:44.
¿Cuándo sucederá esto? Según se señaló en el artículo anterior la Biblia nos ayuda a determinar cuándo por medio de darnos una “señal” compuesta de muchos rasgos. Dentro de cierta generación todos los rasgos de esta “señal” acontecerían. Cuando ocurriera esto, el tiempo de Dios para poner fin a este corrupto sistema estaría cerca. ¿Se está cumpliendo ahora la “señal”?
Puede determinarlo por usted mismo. Lea en la Biblia el capítulo 24 de Mateo, el capítulo 21 de Lucas y también 2 Timoteo 3:1-5. Allí observará que tales cosas como guerra, escaseces de alimento, pestilencias, grandes terremotos, desafuero, delincuencia juvenil, junto con ansiedad e incertidumbre, marcarían el tiempo del fin de este sistema. ¿No son éstas las mismísimas cosas que vemos ocurrir con gran frecuencia e intensidad hoy? Ninguna generación de la historia humana hasta ahora ha experimentado todas estas cosas con tal intensidad como la nuestra. ¡Esto significa que el nuevo sistema de Dios se ha acercado!
La Biblia describe los cambios grandiosos que esto pronto significará para la humanidad. Dios promete acabar para todo tiempo con las disputas y las peleas políticas. Todos los que vivan en el nuevo sistema de Dios serán personas amadoras de la paz que hayan cumplido la profecía bíblica de Isaías 2:4: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”
Habiéndose acabado las guerras, las carreras armamentistas y los sistemas comerciales codiciosos, ya no habrá contaminación del aire, del agua y de la tierra. Sí, la Biblia dice que Dios va a “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18) Esto significa que, con el tiempo, por todas partes el aire recuperará su frescura y fragancia, cada río y arroyo burbujeará otra vez con agua pura, y la tierra será restaurada a plena productividad. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra.”—Sal. 72:16.
Además, la Biblia muestra que toda la humanidad obediente disfrutará de salud perfecta. Ya no habrá enfermedades ni epidemias, ni siquiera la deterioración del cuerpo a medida que uno envejece. La promesa de la Biblia es que Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.”—Rev. 21:4.
Estas son tan solo unas cuantas de las promesas bíblicas concerniente al propósito de Dios de bendecir a la humanidad con paz, salud y felicidad. ¡Seguramente Aquel que concibió y puso en funcionamiento los complejos procesos y ciclos que sustentan la vida sobre la Tierra puede cumplir sus promesas! Y tenemos toda razón para creer que lo hará.
Quizás usted no se haya dirigido a la Palabra de Dios para enterarse del propósito que el Creador tiene para la Tierra y la humanidad. Lo instamos a que lo haga. Entonces verá por qué verdaderamente podemos estar seguros de que se acerca un mundo mejor.
[Ilustración de la página 9]
Los movimientos uniformes de los planetas dan razón para confiar en las promesas de su Creador
[Ilustración de la página 10]
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
LUZ DEL SOL ENTRA HOJAS
ANHÍDRIDO CARBÓNICO ENTRA HOJAS
AGUA ENTRA RAÍCES
[Ilustración de la página 11]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
ENTRA OXÍGENO SALE
SALE ANHÍDRIDO CARBÓNICO ENTRA
La Tierra tiene muchos procesos y ciclos maravillosos, como el ciclo de oxígeno y anhídrido carbónico. ¿No nos hacen reconocer que nuestro planeta Tierra tuvo un Diseñador?