El interés en la Biblia aumenta en Italia
MUCHOS italianos sinceros están investigando la Palabra de Dios para hallar las soluciones a los problemas de la vida. Se complacen en lo que hallan y están llegando a ser siervos de Dios y proclamadores de las buenas nuevas de su reino mesiánico. Algunas experiencias típicas de la vida real muestran cuán firme es el deseo que tienen de aprender más acerca de Dios, y los obstáculos que están venciendo al hacerlo.
A menudo ver o leer la Biblia es algo nuevo para muchas personas, aunque son cristianos nominales. Esta era la situación en el caso de una persona sincera. Dice:
“Era católico, aunque no era muy diligente en asistir a la iglesia. Sin embargo, cuando iba a la iglesia lo hacía con cierta convicción y seriedad. Pero el sentimiento de futilidad seguía creciendo en mi corazón y sinceramente deseaba llegar a ser más merecedor como adorador de Dios. No tenía conocimiento alguno de la Biblia; de modo que comencé a pensar acerca de leerla. Puesto que tengo un hermano que es sacerdote católico, le pedí que me consiguiera una Biblia. Me regaló un ejemplar y me dijo: ‘Léela y entonces platicaremos.’ En cuanto empecé a leerla noté el contraste entre las enseñanzas de la Biblia y las de la Iglesia. Mientras tanto, un amigo me habló acerca de algunos testigos de Jehová a quienes había conocido en Turín. De modo que los localicé e hice arreglos para tener un estudio de la Biblia con ellos. Mi hermano hizo cuanto pudo por desanimarme, y aunque por un tiempo tuvo éxito, pronto reanudé mi estudio, progresé, y en 1974 me bauticé. Ahora me da gozo vivir y ya no tengo el sentimiento de futilidad que tenía cuando no conocía la Palabra de Dios.”
Conocer el nombre de Dios esclarece
Uno de los rasgos de las “buenas nuevas” es dar a conocer el nombre de Dios, Jehová. Un hombre del sur de Italia relata los efectos que este conocimiento tuvo en él, diciendo:
“Encontré a los testigos de Jehová por primera vez hace muchos años. Entonces era un católico ferviente y la sola idea de perderme la misa dominical era un pecado inconcebible. Por esta razón no quería escuchar a los Testigos cuando venían a mi puerta. Sin embargo, por fin concordé en tener una consideración bíblica. Una de las primeras cosas que aprendí fue el nombre de nuestro Dios... Jehová. Lo que más me sorprendió fue el número de veces que las Santas Escrituras mencionan este nombre de Dios, y el hecho de que Jesús mismo (en la oración modelo que dejó para sus discípulos) colocara en primer plano la santificación de este nombre. Pronto vi que muchas de las enseñanzas que yo creía no tenían apoyo en las Escrituras, pues solo eran tradiciones inventadas por el hombre. De modo que hice los cambios necesarios en mi vida. Presenté mi renuncia de la Iglesia, dejé los diferentes clubes deportivos de la parroquia e hice otros cambios. Más tarde, mi esposa y yo nos bautizamos en agua como siervos de Jehová y su Hijo, Jesucristo.”
El mensaje de vida de la Biblia atrae a muchos
El deseo de obtener la vida eterna que la Biblia pregona sirve de móvil para que muchas personas examinen la Palabra de verdad de Dios. Un toscano escribe lo siguiente:
“Mi vida solía ser igual que la de muchos católicos. Creía en la existencia de Dios y seguía las enseñanzas tradicionales de la Iglesia. Un día dos testigos de Jehová vinieron a mi puerta y quedé particularmente sorprendido con una de sus preguntas: ‘¿Le gustaría ver a sus hijos casarse y a sus nietos y bisnietos crecer hasta llegar a ser adultos?’ Puede imaginarse que me interesé en la propuesta, pues tengo 13 hijos. Además, como celador del cementerio local, había pasado la mayor parte de mi vida rodeado de muertos. Por lo tanto, la vida eterna de la cual se habla en la Biblia me parecía imposible, a pesar de mi religión. Acepté un estudio de la Biblia allí mismo. Pronto los miembros de mi familia comenzaron a oponérseme. Los sacerdotes de la localidad también participaron en crearme problemas y también hubo otras dificultades, como el ser amenazado con perder mi trabajo. Sin embargo, perseveré y esto ha traído buenos frutos. Ahora mi esposa está interesada en las ‘buenas nuevas’ y mi familia está estrechamente unida. Con regularidad estudio la Biblia con mis hijos a fin de acrecentar su fe y doy gracias a Jehová por haberme ayudado a hallar paz mental, una relación correcta con él y una esperanza sólida para el futuro.”
Ancianos se interesan en servir a Dios
Las “buenas nuevas” que proclaman en Italia los testigos de Jehová están atrayendo a personas de todas las edades, hasta “ancianitos,” los cuales, como es lógico, están pensando muy seriamente en la vida y desean tener una esperanza para el futuro. Una sexagenaria nos relata su experiencia, diciendo:
“Desde los 10 años de edad, es decir, por 50 años, había asistido a misa y tomado la comunión todas las mañanas. Mi hija mayor, que también era católica devota, había hablado con los testigos de Jehová. Debido a ciertas preguntas que surgieron, sentimos la necesidad de aclarar ciertos puntos doctrinales con un sacerdote calificado. Quedé extremadamente sorprendida cuando el teólogo que consultamos declaró explícitamente que ni el limbo ni el purgatorio existen. Me pareció que todo lo que yo creía se desplomaba a mi alrededor. Me di cuenta de que las cosas que había estado haciendo por toda una vida quizás hubieran sido en vano... por ejemplo, todas las oraciones y misas que había dicho por los muertos. En una conversación posterior le pedimos que nos explicara la Trinidad, y mi hija preguntó: ‘Si Jesucristo es Dios, ¿por qué trató Satanás de tentarlo si sabía que él era Dios mismo? ¿No se daría cuenta de que hubiera sido inútil hacerlo?’ La respuesta del sacerdote fue bastante inaceptable. Dijo: ‘Satanás no sabía que Jesús era Dios.’ Desde entonces decidimos participar en conversaciones con los testigos de Jehová, y usar solo la Biblia como la base de éstas. Pronto otros seis miembros de la familia y yo aceptamos la verdad y ahora estoy bautizada como adoradora verdadera de Jehová Dios, feliz de servirle en armonía con la verdad de su Palabra.”
¿Es correcto cambiar de religión?
¿Puede cambiar de religión con la aprobación de Dios la persona que ha ingresado en una orden religiosa? Un anterior monje católico nos relata su historia, declarando:
“El día en que cumplí 35 años de edad fue un día muy memorable para mí porque coincidió con el día en que decidí dejar el monasterio en el que había vivido por muchos años. ¿Por qué tomé esta decisión? Como resultado de las desilusiones que experimenté. La fría atmósfera que impregnaba el ambiente, el uso del lenguaje formal al dirigirnos a nuestros superiores, la constante reclusión para meditar y hacer penitencia, los votos de pobreza y obediencia llevados hasta medidas extremas a fin de mortificarnos... todas estas cosas hacían de esta vida una vida sumamente infeliz. Otra razón de mi descontento era mi convicción de que la Biblia era la Palabra de Dios. Pero no podía entenderla. Les hacía preguntas a mis superiores, pero solía recibir las respuestas: ‘Usted no puede entender estas cosas.’ Por fin, después de todos aquellos años decidí marcharme. El abad me dio la dispensación de mis votos, diciendo coléricamente: ‘¡Tome su pasaporte al infierno!’
“Después de esto hallé un trabajo en la ciudad y una habitación en una casa privada. Una noche, al llegar tarde a la casa, pasé para dar las buenas noche a mi casera y me invitó a tomar parte en una conversación que ella estaba teniendo con dos hombres. Vi que estaban estudiando la Biblia. ‘¡Caramba!’ pensé erróneamente, ‘¡he tomado una habitación con protestantes!’ Sin embargo, acepté la invitación. Después, decidí aceptar un estudio bíblico en mi propia habitación. Comencé a reexaminar mi religión muy cuidadosamente, pero esto meramente confirmó lo que ya sabía. Además, la Iglesia estaba vacía y era fría. Entonces asistí a una reunión en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová. ¡Qué diferencia! Todo el mundo hablaba con todo el mundo, todos se conocían bien, y se impartía valiosa instrucción. Pronto tuve suficiente valor como para perderme la misa del domingo por primera vez. Más tarde asistí a una asamblea de distrito de los testigos de Jehová. Miré a mi alrededor con mucho cuidado, para ver si otras congregaciones tenían la misma fe y espíritu, y me ganaron de su parte cuando vi el idéntico espíritu, la fe y amor fraternal entre todos los concurrentes. Por fin me bauticé exactamente un año después de dejar el monasterio.”
Como escribió el apóstol Pablo: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir alma y espíritu, y coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.” (Heb. 4:12) La Palabra de Dios puede transformar vidas. Su verdad esclarece la mente y el corazón, y da propósito en la vida y esperanza para el futuro. Los que sinceramente la estudian desarrollan un amor por su prójimo. Este amor a menudo es la primera cosa que atrae a las personas que sinceramente buscan a Dios. Jesús señaló que esto sería cierto cuando dijo: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”—Juan 13:35.
Así, las “buenas nuevas” que proclaman los testigos de Jehová están hallando un lugar acogedor en el corazón de muchos italianos. Las 42 congregaciones de los testigos de Jehová que actualmente existen en Roma, así como las más de 1.200 congregaciones que hay en el resto de Italia, están floreciendo y aumentando. ¡En las recientes asambleas que los Testigos celebraron en Roma y Milán hubo una concurrencia de más de 111.000 personas! y 2.288 personas se bautizaron, para unirse a propagar las “buenas nuevas” a muchas más personas temerosas de Dios aquí en Italia.