¿Qué puede hacer usted acerca de la inflación?
ES POCO lo que usted, personalmente, puede hacer para detener la inflación mundial. Usted no puede controlar los presupuestos del gobierno, las deudas crecientes de otras personas ni las normas económicas de las naciones. Pero hay cosas que puede hacer que le ayudarán en su lucha contra los aprietos monetarios.
Primero, si usted vive en algún país de los más desarrollados, la solución puede ser el adoptar una norma de vida más recatada. Es decir, puede significar vivir sin ciertas cosas que haya llegado a dar por sentadas, cosas que en primer lugar la mayoría de la gente de países más pobres nunca ha tenido. Aunque esa perspectiva pueda parecer muy desagradable, hay que considerarla de frente para evitar una frustración en incremento.
También, a medida que el aprieto económico aumenta, los cónyuges tienen que hablar franca y calmadamente en cuanto a cómo han de usar los ingresos. La necesidad de comunicarse en cuanto a cómo emplear el dinero aumenta en los casos en que la esposa también trabaja seglarmente. Si el esposo, o la esposa, gasta dinero sin consultar con el otro cónyuge, puede haber más problemas.
Los gastos de alimentación de la familia se pueden rebajar en 20 por ciento si no se permite que los hijos acompañen a los padres cuando éstos van a comprar comestibles
La tendencia en el coste de los alimentos es a subir, subir y subir. ¿Cómo han ahorrado dinero con relación a los alimentos algunas familias, aparte del modo evidente de comprar menos de los alimentos más caros? Un corresponsal de ¡Despertad! en el Japón dice:
“Lo que más gasto significa por sí solo dentro del presupuesto de las familias japonesas es el alimento. Debido a eso, la gente examina cuidadosamente las secciones de anuncios de los periódicos para aprovechar las ventas especiales que haya en los días de compra.
“Además, sucede que en muchos supermercados, poco antes de la hora de cerrar, los comerciantes bajan el precio de algunos artículos en un esfuerzo por venderlos antes de que termine el día. O puede ser que temprano en la mañana siguiente pongan esos mismos artículos a la venta a precios reducidos para deshacerse de ellos antes de que se dañen. Algunas amas de casa se esfuerzan por comprar en esas ocasiones, y mantener a la familia razonablemente alimentada a precios moderados.”
Joseph Coyle, publicador de información acerca de los alimentos en los Estados Unidos, alega que uno puede economizar de 20 a 40 por ciento del dinero que gasta en las compras si prepara una lista de lo que quiere comprar después de estudiar los anuncios sobre los alimentos que estarán a mejores precios los días de compras. En algunos lugares hay tiendas de tipo escueto que venden a precio reducido debido a que tienen menos gastos.
Hubo un año, poco tiempo atrás, en que las casas productoras de comestibles de los Estados Unidos emitieron 62 mil millones de cupones en los cuales se ofrecían precios reducidos, por un valor promedio de 15 centavos de dólar por cupón. Esos cupones se hallan en revistas, periódicos y publicaciones que anuncian ventas. La clave no estriba en comprar un producto sencillamente porque se anuncia a precio reducido, sino en comprar a esos precios el producto que uno necesita.
La revista Newsweek hizo notar lo siguiente: “Los gastos de alimentación de la familia . . . se pueden rebajar en 20 por ciento si no se permite que los hijos acompañen a los padres cuando éstos van a comprar comestibles... de modo que no los persuadan a hacer compras adicionales.” Además, el preparar una lista de las cosas que verdaderamente se necesitan (no sencillamente lo que se desea) es importante para no comprar ‘por capricho’ en las tiendas. Al ir de compras, busque productos que, aunque no tengan marcas reconocidas, tengan el mismo valor nutritivo que las marcas que se anuncian y cuesten menos.
En el Brasil, un esposo cuya familia ha sido afectada por la inflación comenta: “Tuvimos que abandonar ciertos lujos, y mi esposa ofrece toda cooperación. Nunca tira nada de lo que sobra de las comidas.” En otros casos, para economizar, el esposo se lleva el almuerzo al trabajo en vez de comer en restaurantes.
Es razonable economizar por medio de eliminar lo que no sea indispensable
Cuando la situación económica está en aprietos, es razonable economizar por medio de comprar menos de cuanto no sea indispensable, o eliminarlo. En esa categoría cae el hábito del tabaco. Esto no solo es costoso, sino mortífero, puesto que el 90 por ciento de todos los casos de cáncer pulmonar y muchos otros trastornos de la salud vienen del fumar, un hábito que ciertamente es una “contaminación de la carne.” (2 Cor. 7:1) Los que han dejado ese hábito por medio de ejercer gobierno de sí mismos economizan cientos de dólares al año.
De modo semejante, las bebidas alcohólicas son costosas, y el uso excesivo de éstas puede perjudicar la salud, y hasta la vida familiar. Aunque en la Biblia no se condena el uso moderado de las bebidas alcohólicas, sí se condena el abuso de éstas. (Pro. 23:29-35; 1 Cor. 6:9, 10) También se pueden economizar cientos de dólares al año en este asunto.
Otra fuente de economía tiene que ver con la recreación. Realmente no es necesario gastar cientos o miles de dólares para disfrutar de un cambio que refresque de la rutina del trabajo. La publicidad comercial puede dar la impresión de que el viajar a lugares distantes y alojarse en hoteles lujosos es indispensable, pero no es así. El viajar a lugares de interés que estén cerca del hogar, hacer excursiones con la familia, visitar a amigos y otras formas de recreación poco costosas pueden ser muy agradables. Hay programas de televisión que son convenientes y pueden ayudar a llenar el vacío que resulta de dejar de frecuentar los cines o teatros caros.
En el pasado las familias no tenían aparatos radiorreceptores, equipos estereofónicos, televisores, cines ni otras formas modernas de entretenimiento. En aquellos tiempos la familia de término medio rara vez, si alguna, comía en restaurantes. Sin embargo, tenían formas sanas de recreación y disfrutaban de la vida... quizás más que nosotros en el mundo complejo de hoy día. Es cierto que los tiempos son diferentes, pero los seres humanos no son tan diferentes. Todavía pueden disfrutar de formas de recreación más simples y menos costosas.
Actualmente muchas personas ahorran dinero por medio de hacer su propia ropa. A este respecto, el manifestar iniciativa y la práctica realmente resultan provechosos. Tomemos el ejemplo de un ama de casa a quien le gustó un traje relativamente sencillo que vio en una tienda, pero que costaba más de 50 dólares. En vez de comprar el traje, ella compró una tela parecida e hizo el traje por menos de cinco dólares.
Hay tiendas que venden ropa usada en muy buenas condiciones, de modo que puede economizarse una gran cantidad de dinero. Hay personas que reducen sus gastos por medio de lavar la ropa ellas mismas en vez de enviarla a la tintorería. Lavan a mano, en agua tibia, artículos como suéteres en vez de enviarlos a limpiar en seco, y envían a la tintorería solo las cosas que no pueden limpiar ellas mismas.
Un factor importante en cuanto a economizar en los gastos relacionados con la ropa es no dar excesiva importancia a la moda. Muchas personas desechan ropa buena sencillamente porque la moda cambia. Pero un hombre, al notar que hasta las modas de los hombres estaban cambiando más rápidamente ahora, declaró: “¡Esta vez no será así! No volveré a ser esclavo de los diseñadores de modas que tratan de hacer que me desprenda de mi dinero. Usaré lo que tengo mientras esté nítido, limpio y luzca respetable, sin importar lo que digan los que dictan las modas.”
El aprender a hacer reparaciones sencillas en el hogar es otra cosa que ha resultado en mucho ahorro para algunas personas. Eso no solo ahorra el coste de las reparaciones, sino que también permite que se puedan usar por mucho más tiempo los aparatos electrodomésticos, muebles y otros artículos.
Un esposo declaró que ha ahorrado unos 200 dólares al año en los cortes de pelo. Su esposa concordó en aprender a cortarle el pelo, y, a medida que adquiere experiencia, mejora. De todos modos, con la variedad de estilos de corte de pelo que hay hoy día, éste no tiene que ser perfecto.
Los gastos médicos pueden reducirse por medio de comparar los precios de los médicos, los tratamientos y las medicinas. Un equipo noticiero de televisión que visitó diferentes farmacias que estaban a unas cuantas manzanas de distancia unas de otras halló que, de una farmacia a otra, el precio de recetas médicas semejantes podía diferir en proporción de dos a cinco veces más.
Desde luego, la lista de las cosas que usted pudiera hacer para ahorrar dinero es mucho más larga. Pero estos ejemplos muestran que el pensar un poco en el asunto y el planear pueden ayudarle en este tiempo de aprietos económicos.
El tener demasiado apetito de cosas materiales ha causado el derrumbe de muchos hogares
Una de las mayores fuentes de dificultades en estos días es el tener demasiado apetito de cosas materiales. Para muchas familias eso ha sido la ruina económica y el derrumbe del hogar.
Hay quienes desean más cosas materiales para ‘no ser menos que el vecino.’ Pero ese falso orgullo puede ser muy costoso. Aptamente, cierta persona ingeniosa ya ha señalado que sencillamente no tiene sentido el ‘gastar dinero que uno no tiene, para comprar cosas que no necesita, sencillamente para impresionar a alguien a quien quizás ni siquiera le tenga simpatía.’
Respecto a la necesidad de controlar el deseo de adquirir cosas materiales, una familia escribió lo siguiente a U.S. News & World Report:
“Nuestra familia vive feliz con la cantidad de dinero que pagan a los centros que les cuidan los hijos muchos matrimonios que se caracterizan por el hecho de que ambos padres trabajan. Combatimos la inflación por medio de resistir el deseo de gastar demasiado en cosas materiales.
“Nos comunica una sensación de paz el poder criar nosotros mismos a nuestros hijos y nos comunica seguridad el ser una ‘familia tradicional.’ El ser ama de casa de tiempo completo nunca será cosa anticuada, porque es el modo en que Dios se propuso que la mujer hallara perfecta satisfacción. ‘Las expectativas en cuanto a lo que el matrimonio debería ser’ no tienen nada que ver con los ingresos. Lo que forma un matrimonio es la gente que entra en ese arreglo, no una combinación de ingresos. Lo que forma una familia es la gente que la integra, no los bienes materiales.”
El reprimir los deseos de poseer cosas materiales es particularmente provechoso si se quiere evitar algo que es una de las causas principales de la infelicidad: el estar sobrecargado de deudas. El pedir prestado demasiado, y vivir con la frustración de tratar de pagar las deudas, es un camino que con seguridad conduce a problemas. Acertadamente, la Biblia declara: “El que toma prestado es siervo del hombre que hace el préstamo.”—Pro. 22:7.
Según entrevistas que se han hecho a familias que se han metido en serios problemas por haber comprado a crédito, muchas de las compras que éstas hicieron no eran necesarias. Una pareja de jóvenes que ha estado casada por solo dos años ya había acumulado una inmensa deuda. En vez de pagar esas deudas primero, continuaron tomando prestado y gastando. La falta del gobierno de sí mismos respecto a cosas materiales hizo que al poco tiempo quedaran en bancarrota. Sin embargo, dijeron a un consejero en cuestiones de crédito que habían gastado el dinero solo “en artículos de primera necesidad.” Al interrogárseles, se descubrió que entre las ‘necesidades’ estaban vacaciones muy costosas y ropa muy cara que realmente no necesitaban en absoluto.
Los consejeros en asuntos de deudas sugieren que uno analice la paga que lleva al hogar para ver qué porcentaje de ésta uno usa para pagar deudas. Si, aparte del pago de la hipoteca del hogar, la cantidad es mucho más de 10 por ciento, uno va en dirección al peligro. Algunos de estos directores que tratan asuntos del crédito comentan que, cuando sus clientes no pueden controlarse en el uso de las tarjetas de crédito, ellos se las piden y las rompen en su presencia. Es interesante que con frecuencia estos directores comentan que esto causa “daño emocional” a los que consideraban las tarjetas de crédito como amigos en vez de posibles destructores, que es lo que son para los que no pueden usarlas sabiamente.
“El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales,” declara la Biblia. “Y haciendo esfuerzos por realizar este amor,” añade, muchas personas se “han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:10) Esas verdades se están haciendo más patentes cada día.
¿Qué sucede con los que hacen de la mira materialista la fuerza principal de su vida? Nuestro corresponsal en el Japón comenta:
“En el Japón, la familia de término medio simplemente carga con más trabajo. El esposo y la esposa trabajan de tiempo completo, y además hacen horas extraordinarias. Aunque quizás piensen que están haciendo frente a la inflación, es la familia lo que sufre debido a que no hay asociación mutua y edificante.
“Todo este esfuerzo revela gran falta de perspicacia. Solo se concentra en AHORA, en HOY. No se da importancia al futuro, y la esperanza no es parte de la vida diaria.”
Pero cuando no hay asociación edificante, y cuando no se mira al futuro con una esperanza genuina, ¿qué sucede si la esposa, o el esposo, o ambos, pierden la fuente de ingresos? ¿Qué sucederá a la gente que hace del adquirir cosas materiales su objetivo principal en la vida cuando venga la ruina de los sistemas económicos de este mundo?
¿Sucederá eso en realidad? Sí, ¡sin falta! Eso es lo que hace que el punto de vista de uno en cuanto a la inflación, al dinero y a las cosas materiales no sea simplemente un entrenamiento para hacer frente a dificultades económicas temporales. Para lo que uno necesita prepararse es para la venidera aniquilación de todos los sistemas económicos de hoy día.