Parte 1
¿No desaparecerá nunca el fumar?
LA MAYOR parte de las personas de nuestro planeta hoy o fuman o se ven expuestas, en alguna ocasión, al humo que exhalan los fumadores. En casi todo lugar habitado está especialmente arraigado el hábito de fumar cigarrillos.
Por eso, años atrás, cuando se descubrió a la tribu tasaday en un bosque tropical de las Filipinas, el que ellos desconocieran el tabaco se consideró prueba convincente de su extraordinario aislamiento. Sin embargo, los cigarrillos son de origen relativamente reciente.
Una breve historia
Hace menos de 500 años Cristóbal Colón llegó a ser el primer europeo que observó en otras personas el hábito de fumar. Los indios del nuevo mundo fumaban tabaco en pipas. Para el siglo diecisiete los europeos estaban fumando cigarrillos liados a mano. Entonces, en los años ochenta del siglo pasado, se inventó la primera máquina eficiente para la fabricación de cigarrillos.
Fue especialmente durante la I Guerra Mundial cuando ganó extensa popularidad el fumar cigarrillos. Y, en general, han pasado solamente 40 años, más o menos, desde que las mujeres comenzaron a fumar. Ahora el uso del cigarrillo es fenomenal.
Una industria en auge
¡Durante 1978 se produjeron unos 4.200.000.000.000 de cigarrillos! ¡Eso representa suficientes cigarrillos como para que cada hombre, mujer y niño que hay en la Tierra pueda fumarse casi tres cigarrillos al día, o 1.000 al año! Puesto que más o menos la mitad de la población de la Tierra tiene menos de 20 años de edad, ¡eso representa 2.000 cigarrillos al año para cada miembro adulto de la familia humana!
Tan solo en China cientos de millones de personas fuman. Además, en los Estados Unidos más de 55 millones de personas fuman; en el Japón, 34 millones; en Gran Bretaña, 18 millones, y así sucesivamente. No es raro que alguien fume 10.000 cigarrillos o más al año. Usted tal vez suponga que ciertamente un hábito tan popular nunca ha de pasar de moda. No obstante, hay quienes tienen otro parecer.
Un ejecutivo de la industria de los cigarrillos declaró: “Nos estamos preparando para eliminar por etapas el tabaco. No el año que viene, pero tal vez en 20 años.” Las compañías de cigarrillos de los Estados Unidos también están envolviéndose en empresas comerciales de otra índole. Todas han dejado de emplear la palabra “tabaco” en el nombre de su compañía.
John Pinney, director de la Oficina Estadounidense sobre el Fumar y la Salud, alega: “El fumar está pasando de moda.” ¿Por qué diría él semejante cosa de un hábito al cual la mayor parte de la familia humana está esclavizada?
Desenmascarando a un asesino
“Estamos en una nueva era de pandemias,” escribió la Dra. Jean Mayer. Aproximadamente la mitad de los hombres de los países occidentales están muriendo de enfermedades cardíacas, y muchos de los demás mueren de cáncer. Los hechos revelan que estas terribles plagas tienen como causa principal el hábito de fumar cigarrillos.
El Colegio Real Británico de Médicos declaró que el fumar es “tan importante causa de muerte como lo fueron enfermedades epidémicas como la tifoidea, el cólera, y la tuberculosis.” El Servicio Público de Salud de los Estados Unidos declara que el fumar es nuestra “causa principal de enfermedades y muertes evitables.”
La prueba ha continuado amontonándose. En enero de 1979 el director general de Sanidad de los Estados Unidos publicó un informe sobre el fumar en el cual citó 30.000 obras de investigación como fuentes de referencia. El informe declara: “En los Estados Unidos, entre los factores ambientales que, funcionando por sí solos, contribuyen a las enfermedades, la incapacidad física y la muerte, el más evitable es el de fumar cigarrillos.” En un comentario editorial sobre ese informe, el Times de Nueva York indicó: “Esa cizaña está matando a más de 350.000 estadounidenses cada año.”
El informe de 1980 presentado por el director general de Sanidad de los Estados Unidos destacó los efectos desastrosos que el fumar tiene en las mujeres, entre las cuales el hábito de fumar se ha generalizado extensamente en época más reciente. El informe declaró: “Ya están presentándose entre las mujeres las primeras señales de una epidemia de enfermedades relacionadas con el fumar. Se calcula que dentro de tres años la cantidad de casos de cáncer pulmonar excederá a la de casos de cáncer mamario.”
El Dr. Halfdan Mahler, director general de la Organización Mundial de la Salud, declaró en marzo del año pasado: “Entre las cosas evitables que, funcionando por sí solas, son causa de mala salud en el mundo, la mayor, probablemente, sea el fumar.”
Si usted fuera fumador y centenares de respetadas autoridades médicas le dijeran esas cosas en cuanto a su hábito, ¿qué haría usted?
¿Pasando de moda?
Decenas de millones de fumadores han dejado de fumar como resultado de toda esta prueba. Tan solo en los Estados Unidos hay 30 millones de ex fumadores. En 1965 la mayoría de los hombres de los Estados Unidos fumaban, pero para 1979 menos del 37 por ciento de los hombres lo hacían. Durante ese mismo tiempo, hasta la cantidad de las mujeres que fumaban disminuyó de 32 por ciento a 28 por ciento. Más de la mitad de la población adulta del Canadá fumaba en 1965; ahora menos del 42 por ciento fuma.
Sí, se ha ayudado a muchos fumadores a dejar el vicio. En 1978 los estadounidenses se fumaron 2.000.000.000 menos cigarrillos que en el año anterior. Daniel Horn, representante de la Agencia Nacional Distribuidora de Información sobre el Fumar y la Salud, proclamó: “La batalla contra el fumar se ha ganado.” Pero, ¿es cierto eso?
¡Ni por asomo! Según contestó un ejecutivo del Instituto del Tabaco: “No tenemos ninguna intención de quedarnos sentados con los brazos cruzados y observar mientras se destruye nuestra industria.” De modo que en cierto año, poco tiempo atrás, invirtieron 875 millones de dólares (E.U.A.) en dar publicidad a los cigarrillos, una suma mayor de la que se invirtió en todo otro producto que se vende en los Estados Unidos. Realmente, la rebaja de 2.000.000.000 en el consumo de cigarrillos en los Estados Unidos simplemente fue bajar de 617 mil millones de cigarrillos a 615 mil millones, una disminución de menos de un tercio de 1 por ciento.
La realidad es que la industria del cigarrillo continúa creciendo, a medida que se abren y aprovechan nuevos mercados en países del tal llamado Tercer Mundo. ¡En cierto año, hace poco, los Estados Unidos aumentaron su exportación de tabaco en más de 20 por ciento! Así, pues, la producción mundial de cigarrillos de 1978 excedió por 100 mil millones a la de 1977.
Para asegurarse de que el fumar no pase de moda, la industria del tabaco se ha aprovechado de otro mercado... la juventud. Según explica el Dr. Ronald Shor, sicólogo: “Los adolescentes tratan de identificarse significativamente con los adultos y tratan de descubrir cómo vivir vidas felices y normales como adultos sin tener que renunciar a su espíritu juvenil. Los anuncios [de cigarrillos] dicen que eso es exactamente lo que se puede lograr cuando se fuma.”
De modo que en los Estados Unidos 6.000.000 de jóvenes de menos de 20 años de edad ahora fuman. Parece que en otros países la cantidad de fumadores jóvenes es mayor, según indica la revista World Health: “En Bélgica, el 50 por ciento de los jóvenes fuman al llegar a la edad de 15 años. En la República Federal de Alemania, el 36 por ciento de los jóvenes entre las edades de 10 a 12 años ya son fumadores empedernidos.”
Pero, ¿por qué no se prohíbe un producto del cual se reconoce que causa enfermedades tan terribles, en vez de dar publicidad tan llamativa al producto como algo que fuera tan provechoso? Y, si los peligros del fumar están tan bien establecidos, ¿a qué se debe que tantos millones de personas continúen fumando?
[Ilustraciones en la página 6]
“Ya están presentándose entre las mujeres las primeras señales de una epidemia de enfermedades relacionadas con el fumar”
La industria del tabaco explota a los adolescentes que buscan identificarse con adultos