Parte 3
¿Debe prohibirse el fumar?
“DISFRUTO muchísimo del fumar. Si me cuesta unos cuantos años de vida, vale la pena por el placer que me proporciona.” Así explicó un hombre a su nieto por qué fumaba. Más tarde el hombre murió de cáncer.
No obstante, algunas personas que han fumado por mucho tiempo viven hasta los 80 años de edad, o aun 90, y disfrutan de una salud relativamente buena. Por lo tanto, si un fumador reconoce los riesgos que está corriendo, ¿se le debería privar de disfrutar de algo que a él le gusta?
Además, ¿es el fumador responsable de alguna manera por el efecto que su hábito tiene en otros?
¿Una responsabilidad moral?
No se puede pasar por alto que la mayoría de los fumadores empezaron a fumar a edad temprana. Según informa la revista World Health, en la Unión Soviética “el 82,4 por ciento de los fumadores que fueron entrevistados habían empezado a fumar antes de tener 19 años de edad.” ¡Otro estudio reveló que más o menos la tercera parte de los que son fumadores asiduos empezaron a fumar antes de tener nueve años de edad!
¿Por qué emprenden los niños un hábito que ellos por la mayor parte luego dirán que quisieran abandonar? La razón principal es el ejemplo de los adultos. Los niños fuman por parecerse a los adultos. Desean imitar el mundo duro y sofisticado de los mayores. En la Unión Soviética, de cada cinco fumadores entrevistados, cuatro venían de hogares en los cuales un adulto fumaba. Por eso, aunque al fumador le parezca que lo que él hace es puramente asunto suyo, su ejemplo afecta a otros.
Esto es particularmente cierto en lo que tiene que ver con el ejemplo que dan a otras personas los médicos. A éstos por lo general se les considera como personas que saben si el fumar es realmente peligroso para la salud o no. Un artículo de fondo en Journal of the American Medical Association hizo el siguiente comentario:
“Todo ramo de la medicina organizada debería enfrentarse francamente al hecho de que el aspecto que presentan sus miembros es un factor primordial en determinar el comportamiento de los pacientes. Si fumamos o permitimos el fumar durante nuestras reuniones y en nuestras instituciones médicas, claramente estamos diciendo: ‘No crean nuestras palabras; miren lo que hacemos.’ Por eso, en todas sus funciones oficiales las instituciones médicas deberían prohibir el fumar y deberían instar a sus miembros a que individualmente practiquen lo mismo en sus propias oficinas y en las instituciones médicas con las que se asocian. Después de todo, si rehúsan tomar tales medidas los médicos, que son los que más saben acerca de las enfermedades causadas por el fumar, y que en general son personas bastante disciplinadas, ¿cómo podemos razonablemente esperar que proceda de mejor manera la persona de término medio, que no está informada y que es relativamente indisciplinada?”
Por lo tanto, se esperaría que, como apoyo a las advertencias médicas sobre los peligros del fumar, se prohibiera el fumar en los hospitales. Pero según informó la publicación Medical World News, de los 7.200 hospitales que hay en los Estados Unidos, solamente 472 habían designado áreas donde no se permite el fumar, y solo 491 habían prohibido la venta de cigarrillos. Un hospital que había dejado de vender cigarrillos hasta volvió a adoptar la práctica de venderlos “debido a que las ventas en general disminuyeron cuando en la tienda de regalos del hospital cesó la venta de cigarrillos.”
¿Qué opina usted de las personas que colocan el dinero y los intereses egoístas por encima del bienestar de otros? ¿Realmente le importa a usted cómo afecta a otros el ejemplo que usted da? Es cosa triste, pero lo frecuente es que el egoísmo domine. Por ejemplo, en 1978 la publicación Columbia Journalism Review no logró hallar un solo artículo extenso acerca de los peligros del fumar que se hubiese publicado durante los siete años precedentes en alguna de las principales revistas nacionales que aceptan anuncios de cigarrillos.
Se está prohibiendo el fumar
No obstante, se puede ver inequívocamente en qué dirección están yendo las cosas. En cada vez más lugares se está prohibiendo el fumar. Y cuando alguien empieza a fumar en áreas donde está prohibido hacerlo, frecuentemente se le pide que apague su cigarrillo.
En los Estados Unidos, algunos estados han adoptado leyes estrictas contra el fumar. En el estado de Minnesota se prohíbe el fumar en lugares públicos, y la definición de “lugares públicos” es: “cualquier área cerrada que no esté al aire libre y que el público en general utilice.” El estado de Utah ha puesto en vigor restricciones parecidas con relación al fumar, de modo que, según se explica, “¡en Utah los fumadores tienen plena libertad para fumar solamente cuando están al aire libre o en hogares privados!”
Además, ahora se requiere por ley que en los aviones comerciales de los Estados Unidos a todo pasajero que lo pida se le provea un asiento en una sección donde esté prohibido fumar.
Muchos fumadores se resienten de que se les restrinja cada vez más su libertad de fumar. ¡En diciembre del año pasado un hombre mató a tiros a un policía después que éste le pidió que apagara su cigarrillo! ¿Hay buena razón para las prohibiciones contra el fumar?
Cómo afecta a los que no fuman
Tal vez pocas personas se den cuenta del enorme daño que el fumar causa a otras personas, además de a los fumadores. Por ejemplo, cada año mueren muchos miles de personas en incendios causados por el fumar, ¡2.000 personas anualmente tan solo en los Estados Unidos! En el Canadá, más del 40 por ciento de todos los incendios están directamente relacionados con el fumar.
Además, el humo del cigarrillo contamina terriblemente el aire. Durante un juego de futbol en el estadio Silverdome, de Pontiac, Michigan, E.U.A., una prueba del aire reveló que el nivel de partículas era lo suficientemente elevado como para haber exigido que se emitiera un aviso acerca de la contaminación del aire si se hubiese tratado del aire de afuera. Esto se debía a que muchos de los 80.000 entusiastas presentes estaban fumando.
El respirar aire lleno de humo puede afectar a una persona de la misma manera que el fumar. American Medical News citó al Dr. Charles F. Tate como sigue: “Ahora hay estudios que demuestran que si uno se sienta en un cuarto donde la gente está fumando, dependiendo del número de personas que estén fumando en el cuarto y el tamaño de éste, la persona que no fuma puede estar fumándose el equivalente de una cajetilla al día.” Además, el inhalar el humo de un cigarrillo que se haya dejado encendido sin que nadie lo esté fumando es en realidad más perjudicial, puesto que ese humo contiene casi dos veces más brea y nicotina que la cantidad que inhala una persona al fumar.
Ya hace bastante tiempo que se reconoce que tanto adultos no fumadores que padecen del corazón y de los pulmones como los niños de tierna edad reciben efectos adversos del humo de cigarrillo en su ambiente. Recientemente un estudio que se publicó en New England Journal of Medicine reveló que los adultos saludables que no fuman también sufren malas consecuencias al inhalar el humo de cigarrillos ajenos. “Ahora, por primera vez, sabemos en términos cuantitativos el cambio físico que ocurre,” escriben el Dr. Claude Lenfant y Barbara Liu en un artículo de fondo que aparece en la publicación ya mencionada.
El que una mujer que está encinta fume es especialmente peligroso para el niño en gestación. El fumar encoge los vasos sanguíneos y las arterias del útero, de modo que el infante queda privado del oxígeno y el alimento que necesita. Además, el venenoso gas monóxido de carbono pasa a través de la placenta y llega al bebé. Según la Dra. Mary B. Meyer, de la Escuela de Higiene y Salud Pública de Johns Hopkins, “está bastante claro que el fumar aumenta el riesgo de que ocurra un aborto, un parto muerto o un alumbramiento prematuro.”
En vista del daño que el fumar causa al fumador, así como a los que tal vez se vean obligados a respirar el humo que él exhala, ¿no puede usted ver buena razón para prohibir el fumar? Por largo tiempo los testigos de Jehová han mostrado que el fumar es incompatible con los principios bíblicos. “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu,” dice la Palabra de Dios. (2 Cor. 7:1) Queda claro que el fumar contamina y frecuentemente enferma al fumador, como también a los que estén cerca de él. ¿Cómo, entonces, puede alguien fumar y a la vez amar a otros que desean permanecer libres de la contaminación del humo?—Mat. 22:39.
Cuando el reino de Dios haya destruido el viejo sistema de cosas donde falta el amor, ya no habrá personas que fumen tabaco. El fumar ciertamente no permanecerá para siempre. Por eso, si usted quiere seguir existiendo para disfrutar de las bendiciones del nuevo orden de Dios —y usted por casualidad es fumador de tabaco— tiene que deshacerse de este hábito contaminador. Si usted realmente quiere hacerlo, ¡puede hacerlo!
[Ilustraciones en la página 10]
La razón principal por la cual los jóvenes empiezan a fumar es el ejemplo de los adultos
[Ilustraciones en la página 11]
En cada vez más lugares se está prohibiendo fumar
El inhalar humo de un cigarrillo encendido que nadie está fumando es más perjudicial que inhalar el humo mientras se fuma el cigarrillo
[Ilustraciones en la página 12]
El fumar aumenta el riesgo de abortos, partos muertos y alumbramientos prematuros
¿Puede alguien vivir en armonía con principios bíblicos y también fumar?