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  • Cómo otras personas pueden ayudar
  • ¡Despertad! 1982
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¡Despertad! 1982
g82 22/1 págs. 11-13

Cómo otras personas pueden ayudar

ES VITAL que otros muestren empatía a los que están deprimidos... que se pongan en el lugar de la otra persona. Lo que esto significa se demostró en el siguiente caso. El padre deprimido, después de reprender severamente a su esposa, dijo sollozando: “¡No quiero ser así!” Se sintió profundamente conmovido ante la respuesta sencilla y comprensiva de su esposa: “Yo sé que no quieres ser así, cariño.”

El Dr. Ari Kiev, profesor clínico adjunto de siquiatría, advirtió lo siguiente: “Cuando familias ven la depresión como resultado de la terquedad, como una renuencia a combatirla, entonces eso tiende a aumentar la frustración del paciente. . . . Y se suele ver actos suicidas.” No obstante, él añade: “La gente podría soportar mejor la depresión si ellos y sus familias la aceptaran como una enfermedad que sigue un rumbo de naturaleza limitada y que pasará con el tiempo.” Este es un buen consejo tanto para la familia como para los amigos de la víctima de depresión.

“Hablen confortadoramente”

Se preguntó a algunos que habían padecido de depresión grave qué comentarios que habían hecho otros les habían beneficiado más. Dijeron: “Entiendo,” “Te amamos,” “Sé que pronto volverás a ser la misma persona de antes,” “Te ves mucho mejor hoy” y “No sé exactamente cómo te sientes, pero te apoyamos.” Una madre escribió: “El solo oír a mis hijos decir: ‘Te necesitamos,’ me alegraba muchísimo.” Pero, añadió: “La crítica excesiva a una persona que ya está deprimida es como un arma mortífera.” ¡Cuán práctico es el consejo inspirado de la Biblia! Este insta a lo siguiente: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos.”—1 Tesalonicenses 5:14.

También se les preguntó a los que habían padecido de depresión grave: ¿Qué dijeron otros que les causó daño? Algunas de las respuestas fueron: “Te compadezco,” “Ella solo quiere que se le preste atención” y “No te tengas tanta lástima; hay otras personas que están más enfermas que tú que no lloran ni se quejan.” ¡Imagínese cómo estos comentarios hicieron sentir a estas personas! “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” (Proverbios 12:18) No es que las personas tuvieran la intención de herir o de ‘dar una estocada’ a los deprimidos, pero a menudo simplemente no pensaron antes de hablar.

“La persona deprimida ya se siente enfadada consigo misma, así que no aumente su sentimiento de culpa por medio de corregir constantemente lo que ella hace,” aconseja un sicólogo que, por más de 20 años, ha trabajado con personas que padecen de trastornos mentales. “En vez de decirle: ‘¿Por qué sencillamente no te libras del problema?,’ quizás usted pudiera decirle: ‘Parece que es un verdadero problema para ti, y no lo puedo entender plenamente, pero quisiera entender lo que sientes. Quisiera ayudar.’ Muestre interés sincero. La persona puede discernir si el interés no es sincero.”

Busque oportunidades para dar encomio genuino. Sea específico. “Mira qué bien has criado a tus hijos,” “Tienes el gran don de hacer que otros se sientan cómodos,” y así sucesivamente. Ayude a la persona a recuperar su propia estimación. Pero sobre todo . . .

Sea un buen oyente

Comúnmente, la persona deprimida tiene mucho que decir, pero a menudo se siente indigna de expresarlo. Pudiera creer que nadie realmente está interesado en oír acerca de sus problemas o sentimientos. Una mujer de 27 años de edad, que por varios años padeció de ataques de depresión, dijo: “Necesitaba alguien que me escuchara y no que me sermoneara y me hiciera creer que me estaba comportando de esta manera a propósito. ¡Mis problemas eran verdaderos!”

Esta joven, que deseaba morir, añadió: “Tenía un par de amigos a quienes realmente podía abrir mi corazón. A pesar de que yo misma no podía comprender plenamente mis sentimientos, esta conversación realmente me ayudó.” Así que, permita a la persona deprimida “descargar” sus sentimientos. No hay necesidad de juzgar todo lo que dice. Puede que haga ciertas declaraciones que parezcan extremadas. A menudo el deprimido no está hablando realmente en serio. No obstante, si usted es un buen oyente y gana su confianza, puede que al razonar bondadosamente con él, paso a paso, logre corregir la manera en que éste piensa.—Mateo 7:1.

“Den su apoyo a los débiles”

Un antiguo adagio dice: “Los amigos ayudan, los otros muestran compasión.” Ciertamente, amigos genuinos y miembros de la familia cuyas circunstancias se lo permitan toman medidas para apoyar a los que están estrechamente relacionados con ellos y se hallan deprimidos. En las congregaciones de los testigos de Jehová hay hombres capacitados espiritualmente que a menudo han sido de gran ayuda a personas deprimidas. Se insta a los deprimidos a pedir esta ayuda comprensiva y amorosa. Cierta persona que padecía de depresión confesó lo siguiente: “No era demasiado orgullosa para pedir ayuda.”—Santiago 5:14, 15.

Dependiendo de las circunstancias, hay muchas cosas que las personas pueden hacer. Si el paciente no puede dormir, permanezca despierto con él. Si no quiere comer, no lo presione, sino trate de inducirlo por medio de ofrecerle cantidades pequeñas de alimento nutritivo que se haya preparado de modo sabroso. Si no quiere hacer ejercicios, entonces llévelo a dar una caminata o participe con él en algún tipo de ejercicio físico vigoroso. Puede que no sea fácil ayudar al paciente de estas maneras.

Cierta mujer generosa ha ayudado a varias personas que padecían de depresión grave. Una de éstas, a quien invitó a vivir con ella hasta que se recuperara, estaba pasando por un mal momento. Muy afectuosamente, Doreen dijo a esta joven: “Ponte el abrigo, el sombrero y las botas.” Pero ella respondió: “No quiero ir de paseo.” “De manera bondadosa, pero firme le dije: ‘Sí, vas a venir. Póntelos,’” explicó Doreen. “Ella lo hizo. Caminamos cuatro millas. Cuando regresamos ella estaba cansada, pero se sentía mejor. Nadie cree lo beneficioso que es el ejercicio vigoroso sino hasta que se les obligue a hacer algún ejercicio. Entonces se dan cuenta.”

El prestar apoyo también pudiera incluir ayudar a la persona que está en un grave estado de depresión a conseguir ayuda profesional apropiada. Puede que en casos de depresión más graves se necesite la ayuda de personas que tienen un adiestramiento especializado para tratar con la enfermedad. Actualmente hay una variedad de tratamientos disponibles.

Otras acciones beneficiosas que mencionaron las personas deprimidas fueron: “No invite a tantas personas a visitar el enfermo; impida que otros hagan ruido innecesario... como música estrepitosa.” “Las visitas breves de personas que muestran interés sincero son agradables.” “Mi familia cuidaba de mí, me llamaban regularmente por teléfono, me llevaban a pasear y, en algunas ocasiones, hasta me ayudaban a vestirme.”

A menudo es cuestión de simplemente estar muy cerca y mostrar amor. Cierta mujer, que anteriormente se hallaba deprimida, declaró qué fue lo que le ayudó a por fin salir de nueve meses de sentirse “atrapada en una terrible pesadilla.” En cierto momento ella dijo sollozando a su esposo: “¡Ya no puedo aguantarlo más! No me estoy reponiendo. ¡Parece que la situación es como un hoyo que me está tragando!” Él le respondió tiernamente: “¡Si te traga, entonces dejaré que me trague contigo!” Al reflexionar en esto, la mujer dijo: “En otras palabras... él siempre estaba conmigo para brindarme apoyo.”

Sí, el apoyo genuino, acompañado de palabras consoladoras, y un oído que escuche es la mejor ayuda que otras personas pueden dar a “las almas abatidas.”

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