Mantenga la salud... por medios naturales
Por el corresponsal de ¡Despertad! en la República Federal de Alemania
CUANDO dejó de fumar, Shirley empezó a ganar peso. Puesto que su marido quería que ella conservara su figura juvenil, decidió que ambos debían empezar a practicar jogging para estar en forma. De modo que, al igual que ha ocurrido en años recientes con otros millones de personas, empezaron un programa para mejorar su salud.
Como sucede en otros países, los alemanes son muy conscientes de su salud. Esto se refleja en los aproximadamente cuatro mil doscientos clubes de culturismo y de gimnasia de mantenimiento que se encuentran en Alemania. Casi la mitad de los miembros de esos clubes son mujeres, de modo que no sorprende que por tres años consecutivos la mejor culturista o “modeladora del cuerpo” del mundo haya sido una alemana.
Para aquellos que, a fin de mantenerse en forma, se adhieren al dicho “uno es lo que come”, Alemania cuenta con más de dos mil setecientas tiendas de productos de régimen y otras mil de productos biológicos, es decir, productos cultivados mediante el uso de métodos biológicos y a los que no se les ha añadido fertilizantes químicos u otros aditivos. Y, por supuesto, en Alemania también hay quienes creen que es bueno para la salud tomar vitaminas en comprimidos.
Estos diversos métodos naturales de mantener la salud van dirigidos a evitar las enfermedades más bien que a curarlas. Pero, ¿qué ocurre si fallan los medios naturales de prevención? Cuando eso sucede, muchos alemanes recurren a medios naturales similares para curarse.
Cuerpo, ¡cúrate a ti mismo!
Junto a la medicina ortodoxa o convencional, en Europa se puede encontrar una diversidad de herbolarios, naturópatas y otros facultativos que recomiendan otros tipos de tratamiento. Los remedios naturales que recetan, en lugar de ir dirigidos a aliviar los síntomas, tienen el propósito de fortalecer y apoyar las funciones y los sistemas de defensa del organismo para que este se cure a sí mismo.
Hace poco un periodista escribió: “Cada vez son más los pacientes que recurren a los poderes curativos de las plantas”. Sin embargo, a este respecto hay que tener en cuenta que muchos remedios naturales, como la digitalina —que viene de las hojas de la digital—, pueden producirse hoy día sintéticamente. En realidad, es posible que la digitalina sintética hasta sea más efectiva. Por supuesto, no todas las sustancias naturales son inocuas. Considérese, por ejemplo, el opio, la cicuta y las setas venenosas.
No obstante, hay que reconocer en justicia que tan solo en los últimos tiempos se han empezado a ver claramente los peligros de muchas de las terapias médicas modernas. Con frecuencia, esos peligros son más pronunciados que los de los remedios naturales, siendo un caso notorio el de la talidomida. Los medicamentos suelen tener algunos efectos secundarios, por lo que antes de usarlos, hay que sopesar con mucho cuidado los pros y los contras.
Se dice que hoy en día, de cada tres preparados medicinales que se venden en Alemania, uno está hecho de componentes naturales en lugar de químicos. Esta tendencia tiene el apoyo de una anterior primera dama de Alemania. La doctora Verónica Carstens, internista, dice: “No tengo nada en contra de la medicina convencional. Pero opino que los medios naturales de tratamiento son un excelente complemento para la medicina convencional”.
La doctora Carstens anima firmemente a los médicos a que se familiaricen con los dos tipos de tratamiento y que rompan las barreras que por tanto tiempo han existido entre ambos. Parece que eso ha dado resultados. Un estudio llevado a cabo a principios de esta década por la universidad de Friburgo reveló que el 60% de todos los médicos alemanes de medicina general recetan de vez en cuando, o hasta regularmente, remedios naturales cuando ven que la medicación convencional es innecesaria. En realidad, esta cifra puede aumentar a casi un 100% si se considera que en los casos de las lesiones de los tejidos blandos, de los músculos o de los tendones, la mayoría de los médicos reconocen el valor de la terapia del hidromasaje.
Por consiguiente, hoy día se están dando a conocer las propiedades curativas de la vara de oro, las ortigas, el ajo, la melisa, las bayas de enebro (enebrinas), etc. Es cierto que, puesto que se administran en infusiones, como compresas, en forma de extractos o como tinturas, no producen el alivio instantáneo que a veces producen las llamadas drogas milagrosas, pero al menos no hay que preocuparse tanto de los efectos secundarios adversos. Esto está en armonía con el principio médico “primo non nocere” (“primero, no hacer daño”).
El agua..., ¿qué podría ser más natural?
Sea en una terapia preventiva o en una de recuperación, como las que se aplican en los balnearios, un medio natural para mantener la salud es el agua. Según el semanario alemán Der Spiegel, los alemanes “están muy por delante de todos los demás, pues en ningún otro lugar puede verse tal variedad de curas a base de baños: con fines terapéuticos, de recuperación y preventivos”. Debe tenerse en cuenta que en Alemania se acude a los balnearios como medida para mantener la salud, no como una forma de recreo o de vacaciones. Y esto encaja con su propósito original. Desde hace mucho son famosas las aguas minerales naturales del balneario de Spa (Bélgica), lo que explica que la voz spa —término inglés para balneario— haya adquirido en ese idioma el concepto genérico de manantial mineral.
Durante 1985 casi una de cada ocho personas que viven en Alemania pasó cierto período de tiempo en uno de dichos balnearios. Algunos sufragaron los gastos personalmente, pero los abarcadores programas de la seguridad social alemana hicieron posible que muchos más pudiesen recibir ese tratamiento a un precio nominal. Por supuesto, cuando los gastos los cubre el seguro, la posibilidad de elegir tipos de terapia, así como la frecuencia con la que esta se puede recibir, es limitada.
Una forma de tratamiento particularmente popular que subraya el uso del agua es la terapia de Kneipp. Fue desarrollada por Sebastián Kneipp hace más de cien años en una pequeña ciudad al sudoeste de Múnich. Actualmente se ofrece esta terapia en docenas de balnearios por toda Europa, y hasta Japón tendrá pronto su primer balneario Kneipp. Esto no es de extrañar en vista del énfasis que en ese país se da a estar en plena forma física, como se indicó en el número del 22 de febrero de 1987 de la revista ¡Despertad!a
La terapia de Kneipp se basa en la hidroterapia, término que define “el tratamiento de enfermedades o incapacidades mediante la aplicación externa de agua”, y puede adoptar diferentes formas: bañeras de hidromasaje, duchas, baños, ejercicios bajo el agua, masajes, compresas frías y calientes, por mencionar algunas. La terapia de Kneipp se basa en la premisa de que el agua es eficaz para: 1) disolver o desmenuzar depósitos venenosos que impiden la adecuada circulación de la sangre, 2) eliminar dichos venenos y 3) fortalecer el organismo.
Por eso, la publicación Australian Family Physician, en su número de diciembre de 1984, dijo que ‘la hidroterapia, o ejercicio en agua caliente, es una técnica utilizada en el tratamiento y control de problemas reumáticos, neurológicos y ortopédicos’. Y en 1982, la revista médica rusa Akush Ginekol informó sobre ‘la normalización de la función reproductiva femenina después de recibir tratamiento en un balneario’.
Se dice que la terapia de Kneipp es particularmente eficaz en el tratamiento de enfermedades cardiacas y vasculares, así como de trastornos del sistema nervioso. También ha resultado muy eficaz al tratar dolores de espalda por medio de bañeras de hidromasaje o simplemente mediante hacer ejercicios en una bañera de agua caliente o fría. En realidad, se podría decir que Kneipp se adelantó muchas décadas a su tiempo, pues la medicina moderna reconoce el valor de la hidroterapia, como puede verse en cualquier número de la publicación Indexus Medicus.
El libro Die Kneipp Kur (La cura Kneipp), de Lothar Burghardt, dice que “después de recibir tratamiento en un balneario, el absentismo laboral por enfermedad bajó en más de un sesenta por ciento. Esto significa grandes ahorros en subsidios de enfermedad [...] y un incremento en la productividad. Después de recibir tratamiento en un balneario, hubo una considerable disminución en el consumo de medicamentos (unas dos terceras partes) [...]. Economistas y sociólogos de diversos países han descubierto, independientemente unos de otros, que por cada marco invertido específicamente en recibir tratamiento en un balneario, se ahorran tres marcos en posibles enfermedades”.
Fritz Allies, anterior médico jefe castrense, hace la siguiente observación: “Normalmente, los gastos de estancia en un balneario son cubiertos por la compañía de seguros del paciente o por el fondo de pensiones alemán, y puede ascender a muchos miles de marcos alemanes por cada paciente. Se espera que con el transcurso del tiempo, esos gastos se amortizarán, pues como resultado del tratamiento, el paciente podrá trabajar más y por lo tanto pagar sus contribuciones a la seguridad social, en lugar de recibir subsidios de enfermedad o una pensión de jubilación anticipada”.
Difícilmente puede decirse que las compañías de seguros sean crédulas o parciales en lo tocante a las terapias que prometen beneficios para la salud. A este respecto, la revista DAK Magazin, publicada por una prestigiosa compañía de seguros alemana, dijo lo siguiente en su número de marzo de 1987: “El tratamiento intensivo de cuatro semanas que ofrece el balneario DAK mejora la salud de un modo casi increíble”.
La revista médica alemana Münchener Medizinische Wochenschrift afirma algo similar: “Hace dos años examinamos al azar cien altas rellenadas después de haber recibido tratamiento en un balneario. En el 88% de los casos, los médicos del balneario verificaron un resultado positivo”.
Una palabra de advertencia
Una alimentación equilibrada, obtener el descanso necesario y hacer suficiente ejercicio, además de respirar mucho aire fresco, son grandes ayudas para mantenerse en forma. Los balnearios, donde se intenta proporcionar un ambiente sin estrés ni tensión, suelen ofrecer esos y otros beneficios más. A veces la estancia en un balneario de ese tipo hasta ayuda a cambiar los patrones de vida, como sucede cuando se vence el hábito del tabaco. Rita Süssmuth, ministra de Sanidad de la República Federal de Alemania, dice: “En el caso de muchas personas, una cura representa un punto de viraje en cómo se tratan a ellas mismas, y puede hacer que se empiece a llevar un estilo de vida mejor y más orientado hacia la salud”.
Sin embargo, hay que admitir que todo método para tratar de mantenerse en forma conlleva sus peligros. Algunos medicamentos, sean químicos o naturales, pueden causar efectos secundarios indeseables aunque se administren adecuadamente. Dietas imprudentes pueden llevar a una nutrición desequilibrada. Y demasiado ejercicio, o ejercicio no apropiado, puede producir problemas en los codos, los tobillos o la espalda... por no mencionar el tiempo perdido.
El someterse a tratamiento en un balneario también presenta el peligro de las malas compañías. Al estar lejos de casa y de la familia y disponer de más tiempo libre de lo normal, es fácil que una persona se sienta tentada a dedicarlo a actividades imprudentes. Sirvan como ilustración las palabras de una mujer cuando comentó sobre su estancia en un balneario: “Si tres semanas sin trabajo —y sin el marido— no son unas vacaciones, ¿qué son entonces? Una pequeña aventura romántica forma parte del tratamiento”.
Sin embargo, aquellos que desean mantener las normas cristianas de moralidad y conducta han visto que si hablan abiertamente a otros sobre el Reino de Dios, por lo general se protegen de personas con puntos de vista o motivos dudosos. En realidad, repetidas veces ha sucedido que testigos cristianos de Jehová que recibían tratamiento en un balneario han tenido mucho éxito en testificar y en colocar Biblias y literatura bíblica. La sabiduría de arriba indica que las personas casadas no deberían ir a un balneario a no ser acompañadas de su cónyuge.
No obstante, sea que uno esté recuperándose en casa, en un hospital o en un balneario, ciertamente es mucho más agradable meditar en los gozos de la salud futura que dar vueltas a las molestias de las enfermedades actuales. “Los dichos agradables son un panal de miel —dice un proverbio bíblico—, dulces al alma y una curación a los huesos.” (Proverbios 16:24.)
Se necesita equilibrio
“El problema de siempre estar intentando conservar la salud del cuerpo es que resulta muy difícil hacerlo sin destruir la salud de la mente.” Así se expresó el autor inglés G. K. Chesterton hace medio siglo. Parafraseando esas palabras, puede decirse que el dar demasiada atención a la salud física resulta forzosamente en detrimento espiritual.
Sí, es muy fácil irse a los extremos. La mayoría de las personas no prestan la suficiente atención a su salud, y entre las que sí lo hacen, siempre hay quien exagera. La clave es ser equilibrado. Eso significa ser realista. Recuerde también que lo que ayuda a unos puede ser ineficaz para otros, de ahí el dicho: “Lo que para uno es bueno para otro es veneno”. Además, hay que tener en cuenta que en la actualidad es imposible gozar de salud perfecta. No se desequilibre convirtiéndose en una especie de “apóstol de la salud” que predica su método para mantenerla como si fuese el mejor de todos, o que hace del mantenerse en forma la cosa más importante de la vida.
Jehová Dios, el Creador de la humanidad, garantiza que en su venidero nuevo mundo “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. (Isaías 33:24.) Pero para conseguir la vida en ese nuevo sistema, primero tenemos que ejercer fe en Dios y acercarnos a Él mediante el sacrificio de rescate de su Hijo, Jesucristo. (Hechos 4:12; Hebreos 7:25; 11:6.) ¡Qué felices serán los que vivan para ver ese día, cuando el gozar de buena salud será la cosa más natural del mundo!
[Nota a pie de página]
a ¡Despertad! no recomienda ningún método terapéutico en particular.
[Comentario en la página 26]
“Normalmente los gastos de estancia en un balneario son cubiertos por la compañía de seguros del paciente o por el fondo de pensiones alemán”
[Fotografías en las páginas 24, 25]
Terapia en balnearios alemanes
[Reconocimientos]
Kurverwaltung Bad Salzschlirf
Kurverwaltung Bad Camberg
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