Los rinocerontes huérfanos de Kenia
De nuestro corresponsal en Kenia
¿QUÉ ocurre cuando un animal joven se separa de sus padres en su hábitat natural? Es probable que lo devoren los predadores. Para evitar esta tragedia, los guardabosques de Kenia rescatan a estos pequeños y los llevan a orfanatos de animales. Uno de los más conocidos es el que dirige Daphne Sheldrick en el Parque Nacional de Nairobi. Por décadas, ella ha criado y ha devuelto a su hábitat natural muchos animales, entre ellos búfalos, antílopes, gatos de algalia, jabalíes verrugosos, mangostas, elefantes y rinocerontes.
El año pasado cuidó a dos jóvenes rinocerontes negros, Magnette y Magnum. Magnette es cría de Edith, que aún vive en el Parque de Nairobi. Se llevó a la pequeña al orfanato a mediados de febrero de 1997, al haber quedado de alguna forma apartada de su madre. Los guardabosques encontraron a la madre cinco días más tarde. Para entonces, no era muy probable que aceptara a Magnette debido al tiempo que habían estado separadas y porque la hija olía a ser humano.
Magnum nació el 30 de enero de 1997, y es cría de Scud, que perdió el uso de su pata delantera derecha, posiblemente por haberla metido en un hoyo cuando iba a galope tendido. Aunque se hizo todo lo posible por curar la lesión, se le infectó el hueso y hubo que poner fin a la vida de Scud tres semanas después de haber alumbrado a Magnum.
Cómo criar un rinoceronte
Los rinocerontes jóvenes son fáciles de complacer y manejar, pero no dentro de la casa. Beben leche entera de un enorme biberón a intervalos de cuatro horas durante el día. También se alimentan de arbustos y matorrales. Aunque los rinocerontes tienen una alzada de aproximadamente 40 centímetros y pesan entre 30 y 40 kilogramos al nacer, engordan a un ritmo asombroso, ¡pues aumentan un kilo al día! De adultos pesan más de una tonelada.
Los guardabosques dan largas caminatas por el parque todos los días con Magnette y Magnum. Estos recorridos no tienen como único objetivo que hagan ejercicio, sino que cumplen el importante propósito de integrarlos en su hábitat natural. Examinemos cómo se logra esto.
Los rinocerontes son cortos de vista, pero tienen un sentido del olfato muy desarrollado y una memoria prodigiosa. Por eso, llegan a reconocerse unos a otros primeramente por el olor. Señalizan las fronteras de su territorio con montones de excremento (estercoleros) y al impregnar los arbustos con su orina.
En condiciones normales, el joven cuenta con la protección de su madre, y el rastro de su olor característico se mezcla con el de ella hasta que esta alumbra a un nuevo pequeño. Para entonces, la cría anterior se habrá integrado completamente en la comunidad establecida de rinocerontes, que la habrá aceptado. En el caso de los recién llegados, como Magnette y Magnum, la situación es diferente. Ellos tienen que defecar en los estercoleros habituales de los rinocerontes de la zona antes de juntarse con estos. De modo que durante sus largas caminatas, los huérfanos depositan sus heces en los estercoleros habituales. De esta forma, los rinocerontes de la comunidad descubrirán, investigarán y finalmente aceptarán el olor de los pequeños. Por lo tanto, devolver a su hábitat natural a los rinocerontes que ha cuidado el hombre es un proceso complicado que puede durar varios años.
¿Qué depara el futuro para los huérfanos?
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, en 1970 había unos sesenta y cinco mil rinocerontes negros en África. Actualmente la cifra no llega a dos mil quinientos. Esta drástica disminución ha sido causada por los cazadores furtivos que han matado a los rinocerontes por su piel y su cuerno. En el mercado negro, el cuerno de este animal supera el valor de su peso en oro. ¿Por qué es tan valorado?
Por una parte, en algunos países del Lejano Oriente está muy difundida la creencia de que el cuerno pulverizado reduce la fiebre. Las pruebas químicas han demostrado que pudiera haber algo de verdad en esto, pero la persona tendría que ingerir cantidades mucho mayores de las que contienen los remedios comunes. Desde luego, hay muchas otras medicinas que reducen la fiebre.
El cuerno del rinoceronte también es anhelado por razones culturales. En un país del Lejano Oriente la daga curva es un codiciado emblema de virilidad. Se valora tanto la daga con empuñadura de cuerno de rinoceronte, que los compradores están dispuestos a pagar 580 dólares por la empuñadura si es de cuerno nuevo y 1.200 dólares si es de cuerno antiguo.
Como consecuencia de la caza furtiva, Kenia ha perdido más del noventa y cinco por ciento de sus rinocerontes en menos de veinte años. A principios de los años noventa la cantidad había disminuido de 20.000 a apenas 400. Desde entonces, gracias a las estrictas medidas de protección, la población ha aumentado a unos cuatrocientos cincuenta. Kenia es uno de los tres únicos países africanos cuya población de rinocerontes negros permanece estable o está incrementándose. Así que el futuro de Magnette y Magnum parece prometedor, y sus guardas esperan que con el tiempo se unan a la comunidad de rinocerontes y tengan una vida larga y feliz.
[Ilustración de la página 12]
Magnum (izquierda) y Magnette a los cuatro meses de edad