De nuestros lectores
Ansiedad de información Escribo para agradecerles la serie de artículos “¿Qué efecto tiene en usted la ansiedad de información?” (8 de enero de 1998). Soy un amante de la lectura, y acabo de darme cuenta de que estaba obsesionándome con el deseo de saberlo todo de todo. Los artículos me ayudaron a tener un punto de vista equilibrado.
M. E., Italia
Deseo felicitarlos por estos artículos tan exhaustivos. Agradecería mucho que me dieran su autorización para reproducir el artículo de introducción en el boletín de nuestra asociación para la tecnología de la educación y los medios informativos. La llamada superautopista de la información está saturada, y es mediante artículos como estos que uno recibe datos objetivos y puede hacer frente a la era de la información.
G. D., Ghana
Se concedió el permiso para reproducir el artículo.—La Redacción.
¿Temor de Dios? Me siento impulsada a expresar la enorme alegría que me causó el artículo: “El punto de vista bíblico: ¿Cómo se puede temer a un Dios de amor?” (8 de enero de 1998). Llevaba algún tiempo haciéndome esa misma pregunta. Sabía que temer a Dios significaba tener un temor sano de desagradarle, pero aun así necesitaba entender mejor el asunto. Fue entonces cuando leí el artículo. ¡Por fin hallo una explicación de lo que quiere decir temer a Dios que me deja satisfecha!
M. J. T., Estados Unidos
Injusticia reparada Gracias por el reportaje “Un tribunal europeo repara el daño” (8 de enero de 1998). Leer que nuestros hermanos acudieron a los tribunales para que se les dispensara del servicio militar, me recordó el modo como nuestros hermanos [de Estados Unidos] se ganaron el derecho a predicar de puerta en puerta los domingos. Relatos como estos me ayudan a no dar nunca por sentado dicho privilegio.
S. V., Estados Unidos
Los incas Después de leer el reportaje “Cómo perdieron los incas su imperio dorado” (8 de enero de 1998), debo expresar mi más profundo agradecimiento por este relato conmovedor y bellamente ilustrado. El empeño que ponen ustedes, los Testigos, por llevar su alentador mensaje a los descendientes de los incas, sin duda les proporcionará a estos mucho consuelo. Gracias, ¡Despertad!, por hablar la verdad.
S. B., Nigeria
Tengo 10 años, y quiero darles las gracias por el artículo. Me dejó asombrado el hecho de que los incas construyeran miles de kilómetros de caminos. También me gustó la forma en que enviaban los mensajes.
F. C., Estados Unidos
Los hijos se van de casa Les estoy muy agradecida por el reportaje “Cuando los hijos se van de casa” (22 de enero de 1998). Desprenderme de mis queridos hijos ha sido un proceso lento y doloroso. Sin embargo, ustedes tienen razón: el tiempo y el actuar con comprensión mejoran la vida en el nido vacío. Los padres podemos renovar los vínculos matrimoniales con nuestro cónyuge.
A. E., Canadá
Los artículos fueron verdaderamente una respuesta a mis oraciones. La partida de los hijos puede ser causa de amargura y conflictos. Pero con los buenos consejos que da este reportaje, la paz y el amor pueden triunfar.
P. N., Francia
Me dio la impresión de que los artículos habían sido escritos especialmente para mí. Hace poco me fui de casa para servir en un lugar donde se necesitan evangelizadores de tiempo completo. Los artículos me ayudaron a entender cómo se sienten mis padres y a vencer el sentimiento de culpa por haberlos dejado. Además, voy a seguir los consejos de la sección “Hijos adultos: háganles menos dura la separación”. Así, aunque esté lejos, podré sentirme cerca de mis padres. Gracias por estos artículos que llegan siempre en el momento oportuno.
G. U., Italia