CNIDO
Ciudad situada en una península que se adentra en el mar Egeo desde el extremo SO. de Asia Menor, entre las islas de Rodas y Cos. Parte de la ciudad se construyó en una pequeña isla unida a tierra firme por un terraplén y un puente. Según el geógrafo griego Estrabón (del siglo I E.C.), las aguas de ambos lados del terraplén le servían a la ciudad como puertos gemelos, y esto hizo que la situación de Cnido fuese de gran importancia comercial, hecho que corroboraron las impresionantes ruinas encontradas allí el siglo pasado.
En el capítulo 27 de Hechos se menciona específicamente a Cnido en relación con el viaje de Pablo a Roma, en el año 58 E.C., para comparecer ante el emperador Nerón. Saliendo de Mira (vss. 5, 6), el barco en el que Pablo y otros prisioneros viajaban llegó a Cnido. (Vs. 7.) Con vientos favorables, este viaje de unos 210 Km. podía hacerse en solo un día, pero el viento adverso mencionado en el relato explica por qué se requirieron “bastantes días” para aquel trayecto en particular. El “barco de Alejandría” en el cual navegaban era un barco que transportaba grano (vs. 38), quizás uno de los muchos que traían a Roma con regularidad productos agrícolas de Egipto, y que normalmente podía navegar por una ruta más directa desde Alejandría a través del mar Mediterráneo hasta Roma. Sin embargo, el fuerte viento mencionado en los versículos 4 y 7 debió obligar a este barco a alterar su rumbo y hacer escala en Mira.
Después de referirse a la llegada a Cnido, el relato dice: “Porque el viento no nos dejaba seguir adelante, navegamos al abrigo de Creta junto a Salmone”. (Vs. 7.) Hay quien ha entendido que esto significa que el viento no permitió que el barco atracase y anclase en uno de los puertos bien preparados de Cnido, obligándoles a seguir adelante. Sin embargo, puede que más bien se refiera a que ellos no podían “seguir adelante” con la ruta que se habían propuesto de cruzar el mar Egeo bordeando el extremo sur de Grecia y entonces seguir hasta Roma, viéndose obligados por los vientos adversos a tomar una ruta hacia el sur, a Creta, y navegar al abrigo de sus orillas. En todo caso, como muestra el versículo 9, era a finales del año y los que estaban a cargo de la embarcación sin duda sentían la urgencia de avanzar tanto como fuese posible antes de que las condiciones propias de la estación hicieran que el navegar fuese aún más arriesgado.
En los días de Pablo, Cnido era, al igual que Quíos, una ciudad libre, y se dice que para el segundo siglo antes de la era común había pobladores judíos en esa ciudad.