TARTÁN
(posiblemente: “comandante”).
Se han descubierto listas epónimas asirias donde se menciona el título tartanu. Con respecto al orden de los títulos en estas listas, James B. Pritchard, quien compiló la Sabiduría del Antiguo Oriente, comenta: “Con el tiempo, la posición del oficial dentro de la jerarquía era decisiva para la sucesión; el oficial que ocupaba el puesto más elevado (tartanu) venía inmediatamente después del rey, mientras que otros importantes oficiales de palacio [...] y los gobernadores de las principales provincias, tenían su turno en un orden bien establecido”.
Una inscripción del rey asirio Asurbanipal, actualmente en el Museo Británico, dice en parte: “Me enfadé mucho debido a estos sucesos, mi alma estaba enardecida de cólera. Llamé al turtan, a los gobernadores, y también a sus ayudantes y di la orden inmediatamente”. Estos escritos asirios indican que el título “tartán” aplicaba a un funcionario de alto rango, que probablemente ocupaba el segundo lugar después del rey.
El rey Senaquerib “procedió a enviar a Tartán” junto con otros oficiales, como Rabsaqué, el copero principal del rey en calidad de vocero, para llevar un ultimátum de capitulación a Jerusalén. El nombre tartán está en primer lugar, posiblemente debido a que ocupaba el puesto superior. (2 Rey. 18:17, 28-35.) Posteriormente, el rey Sargón II de Asiria envió a otro tartán para sitiar la ciudad de Asdod, en los días del profeta Isaías. (Isa. 20:1.)