El beneficio de vivir para el nuevo mundo de Dios
1. ¿Qué dicen Santiago y Pablo en cuanto a la ira, contienda y el uso incorrecto de la lengua?
¿NO ES verdad que hoy día en este mundo la gente pierde la paciencia rápidamente, y se encoleriza? A menudo esto conduce a habla tosca e injuriosa, aun a habla inmunda y sucia. Habla de esta clase muestra una falta de bondad y consideración para otros y sólo es evidencia de la amargura, celos y contienda que son parte de las condiciones malas a nuestro alrededor. Por lo tanto el escritor bíblico Santiago pregunta: “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Muestre él por su comportamiento correcto sus obras con una mansedumbre que pertenece a la sabiduría. Pero si ustedes tienen amargos celos y espíritu de contradicción en su corazón, no estén jactándose y mintiendo contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de arriba... Porque allí donde hay celos y espíritu de contradicción, hay desorden y toda cosa vil.” (Sant. 3:13-16) Por eso Pablo dice apropiadamente, en Efesios 4:29-32: “No proceda de su boca ningún dicho corrupto, sino todo dicho que sea bueno para edificar según haya la necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes.... Quítense de ustedes toda amargura maliciosa e ira y cólera y gritería y habla injuriosa junto con todo lo perjudicial. Mas háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como también Dios mediante Cristo libremente los perdonó a ustedes.”
2. ¿Qué consejo debe seguirse cuando uno es vencido temporariamente por el calor de la ira?
2 Aun cuando sea necesario dar corrección o reprender, como el padre al hijo, o como un superintendente cristiano a uno de la congregación, el habla de uno no debe reflejar un espíritu sin freno. Si uno se siente vencido momentáneamente por el calor de la ira, ése es tiempo en que quedarse callado hasta que se haya enfriado la ira y uno pueda hablar sobre el asunto con equilibrio apropiado. Bajo tales circunstancias debe ser “lento en cuanto a hablar,” y más bien recordar que “el hombre encolerizado suscita contienda.” Para conseguir la aprobación de Dios tenemos que aprender a vivir en paz, ser pacíficos, porque “felices son los pacíficos, puesto que serán llamados ‘hijos de Dios’.”—Sant. 1:19; Pro. 15:18; Mat. 5:9.
3, 4. ¿Cuáles son algunas de las otras cosas para las cuales no hay lugar en la sociedad del nuevo mundo?
3 Hay veces cuando uno puede irritarse apropiadamente por indignación justa contra lo que es incorrecto y malo. Pero el que uno se sienta indignado contra lo que es incorrecto a causa de amor a Jehová y a lo que es recto, y porque uno se perturba al ver que se vitupera Su nombre y su pueblo, es diferente del encolerizarse debido a sentir uno que su orgullo ha sufrido una ofensa personal o por odio a otra persona, o para encubrir el temor de ser descubierto en algo malo que uno ha hecho.
4 Cualquier cosa que obrara en contra de la quietud y orden del arreglo de vivir que Dios ha señalado para su pueblo no puede tener cabida en su sociedad del nuevo mundo que ahora se está formando. Esto significa que cosas como el pelear y la borrachera (que tan a menudo conduce a la contienda) no son parte del vivir del nuevo mundo.—Rom. 13:13.
PRINCIPIOS PARA EL MATRIMONIO Y EL COMPORTAMIENTO MORAL
5. ¿Con qué propósito hizo Dios los dos sexos, y qué restricción se colocó sobre el privilegio de la unión sexual?
5 Cuando Dios colocó originalmente al hombre y a la mujer en el jardín de Edén fue Su propósito hacer que se reprodujeran y se multiplicaran para llegar a ser una sociedad de personas que con el tiempo poblarían toda la tierra con una raza justa. Para que pudieran multiplicarse, Dios los creó con la habilidad de reproducirse, y por eso hizo los dos sexos, el masculino y el femenino. Por medio de juntarse el hombre y la mujer en unión sexual engendrarían hijos “según su género.” Sería una cosa correcta y apropiada el que ellos hicieran esto, sin que estuviera conectado con ello ninguna vergüenza, y por lo tanto esto tenía el propósito de ser una experiencia agradable para ellos. Pero Dios estableció ciertas restricciones sobre el ejercicio del privilegio de la unión sexual. Había de practicarse sólo con el arreglo del matrimonio—el esposo con su propia esposa, la esposa con su propio esposo.
6. (a) ¿Fue el propósito de Dios que se practicara la poligamia en Israel? (b) ¿Qué dijo Jesús en cuanto al matrimonio y el divorcio en Mateo 19:4-9?
6 Aunque por un tiempo Dios permitió que los israelitas practicaran la poligamia, no obstante éste no fue el propósito de Dios para ellos, ni les mandó él que adoptaran esta práctica. Al instituir el matrimonio en primer lugar Dios dio a Adán sólo una esposa. Y por eso más tarde Jesús dijo concerniente a la práctica judía de poligamia y divorcio: “‘¿No han leído que el que los creó en el principio los hizo varón y hembra y dijo: “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una carne”? De modo que ellos ya no son dos, sino una carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido que ningún hombre lo separe.’ Ellos le dijeron: ‘¿Por qué, pues, prescribió Moisés que se diera un certificado de despedida y que se divorciara de ella?’ Él les dijo: ‘Moisés en consideración de la dureza de sus corazones, les hizo una concesión para que se divorciaran de sus esposas, pero ése no ha sido el caso desde el principio. Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa a no ser por motivo de fornicación y se case con otra comete adulterio.’”—Mat. 19:4-9.
7. (a) ¿Con quién únicamente puede el hombre o la mujer tener relaciones sexuales? (b) ¿Cuál es la única base para el divorcio que permite el volver a casarse?
7 Los principios bíblicos en conexión con el matrimonio realmente son muy sencillos. El cristiano puede tener únicamente una esposa viva, y la mujer cristiana puede tener únicamente un esposo vivo. El hombre puede tener relaciones sexuales únicamente con su esposa y con ninguna otra mujer; la mujer puede tener relaciones sexuales —únicamente con su esposo y con ningún otro hombre. Los dos han llegado a ser una carne. Si un cónyuge muere, entonces esto, por supuesto, termina el matrimonio y el que quede puede volver a casarse. (Rom. 7:2, 3) Pero mientras los dos todavía vivan la única base bíblica para el divorcio que permite el volver a casarse es cuando cualquiera de los dos, el hombre o la mujer, se sale de las restricciones del matrimonio y tiene relaciones sexuales con alguna otra persona, llegando a ser así una carne con aquella otra persona, cometiendo mediante ello adulterio. El que una persona casada tenga relaciones sexuales con otra persona que no sea su cónyuge es una violación y una contaminación de la ley de Dios en cuanto al matrimonio. (Heb. 13:4) Por lo tanto la Biblia no permite que un matrimonio sea terminado mediante un divorcio por otras razones, tales como el no dar a luz hijos, diferencia de religión, enfermedad o afección, crueldad, etc. Cuando una persona sí obtiene un divorcio por cualquiera de estas otras razones no estaría bíblicamente libre para volver a casarse y por lo tanto cometería adulterio si lo hiciera.
8. ¿Qué derrotero deben seguir las personas solteras o parejas comprometidas para casarse?
8 Puesto que la relación sexual sólo se permite en la condición matrimonial, eso significa que las personas solteras no pueden participar de ella. Las personas que han convenido en casarse, es decir, que están comprometidas, por lo tanto tienen que guardar su conducta y ejercer freno apropiado, esperando hasta después del matrimonio para entrar en la relación íntima que justamente pertenece sólo a la condición matrimonial. Cualquier relación sexual incorrecta por parte de personas no casadas o solteras es fornicación y se condena por Jehová Dios. Por eso Pablo escribió a los efesios que habían vuelto la espalda al viejo mundo y sus caminos: “Que la fornicación y la impureza de toda clase . . . ni siquiera se mencionen entre ustedes . . . Porque ustedes saben esto, . . . que ningún fornicario ni persona impura ni persona voraz—que significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.”—Efe. 5:3-5.
9. ¿Cuál ha sido el resultado de la falta de respeto que se les tiene en este mundo a los principios del matrimonio establecidos por Dios? ¿Cómo se mantiene limpia la sociedad del nuevo mundo de las prácticas incorrectas?
9 La falta de respeto que este viejo mundo muestra a los principios justos de Dios que gobiernan el matrimonio ha llevado a toda clase de dificultades: matrimonios desbaratados, hogares desbaratados, e hijos pervirtiéndose a causa de la falta de cuidado y entrenamiento y ejemplo de los padres. A los que desean ver la vida en el nuevo mundo de Dios, donde el matrimonio sólo existirá en consonancia con la ley divina, no les conviene copiar la manera pervertida de hacer las cosas de este mundo en este asunto. Aun ahora, mientras viven en este mundo, los que viven para el nuevo mundo tienen que seguir los principios de Jehová en cuanto al matrimonio y el comportamiento moral. Por eso es correcto y apropiado que las congregaciones cristianas estén alerta para mantener limpia su asociación, expulsando de en medio de ellas a los practicantes voluntariosos de tal maldad.—1 Cor. 5:11, 13; 6:9, 10.
10. ¿Por qué es correcto que se registre legalmente un matrimonio?
10 Debido a la seriedad del matrimonio y para guardarse de cualquier abuso de sus derechos y privilegios, es correcto que el matrimonio de un hombre y una mujer sea registrado y reconocido apropiadamente por la comunidad. En la mayoría de los países el matrimonio tiene que ser registrado con la autoridad gubernamental local y así llegar a ser conocido oficialmente, y la pareja recibe un acta de matrimonio.
11. ¿Cuál es la base para el matrimonio de buen éxito, y qué cambios pueden ser necesarios si una familia ha de vivir junta en consonancia con los principios bíblicos?
11 La base para el matrimonio de buen éxito es el amor y no la satisfacción egoísta de la pasión carnal. En algunas comunidades ha sido la costumbre que los hombres desprecien a las mujeres como muy inferiores a ellos, aun al grado de que a la esposa se le considera más como una posesión que como una ayudante y compañera. Bajo tales circunstancias no se participa de la vida juntos de la manera que Dios se propuso que se hiciera en el matrimonio. El amoldarse a los requisitos del vivir del nuevo mundo significa un cambio completo en su actitud para con el matrimonio y las responsabilidades de uno para con su cónyuge. El esposo tiene que reconocer que su esposa no es una esclava o sierva doméstica. Ella también puede recibir de Jehová Dios las mismas bendiciones de vida que él mismo, y su adoración y servicio son igualmente aceptables y agradables a Él. A medida que el hombre y su esposa llegan a enterarse de la esperanza del nuevo mundo tienen algo que compartir, algo por cual trabajar juntos. El hombre animará a su esposa, hablará con ella de las esperanzas que tienen y de su trabajo cristiano. En vez de que el hombre desatienda a su esposa para estar con sus amigos mundanos, discernirá la necesidad de aprender a vivir con su esposa e hijos como una familia, entrenándolos en casa en un estudio de la Biblia y en la adoración verdadera de Dios. La esposa, por otra parte, mostrará amor y respeto apropiado a su esposo, cooperando con él en criar a los hijos en la “disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” De esta manera el esposo, la esposa y los hijos se unen estrechamente en amor y entendimiento, en bondad y mutua ayuda, viviendo y trabajando juntos para el nuevo mundo.—Efe. 5:22, 23, 28, 33; 6:1-4.
12. ¿Por qué es necesario que hoy día los cristianos “luchen vigorosamente por la fe”?
12 Toda clase de inmoralidad se practica hoy día en este mundo inicuo: hay relaciones sexuales relajadas entre solteros jóvenes, hay hombres y mujeres que, estando casados, tienen relaciones sexuales con otros, y en algunos casos hay matrimonios que hasta convienen en hacer un intercambio de esposas y esposos para satisfacer sus deseos egoístas. La mente de algunos está tan pervertida que tratan de seducir a otros a tales prácticas incorrectas bajo el disfraz de enseñanza religiosa falsa. Todas esas cosas son inicuas y violan los principios del matrimonio de Dios. Con razón, entonces, el apóstol escribió que tales personas “mentalmente están en tinieblas, y alejadas de la vida que pertenece a Dios . . . Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia.” (Efe. 4:18, 19) Y el discípulo Judas advierte al pueblo de Dios que algunos de tales hombres aun ‘se introducirían disimuladamente,’ “hombres impíos, que convierten la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para la conducta relajada.” Y por eso Judas amonesta a los cristianos a quienes escribió a que “luchen vigorosamente por la fe.”—Jud. 3, 4.
13. Describa las condiciones que reinarán en la tierra cuando la iniquidad sea eliminada de ella por completo.
13 ¡Qué tiempo bendito será cuando la tierra esté purificada una vez por todas de tal maldad; cuando la honradez y la integridad y la rectitud florezcan, y la mentira, el robo y el engaño no sean más; cuando la gente se trate mutuamente con confianza, no con duda y sospecha; cuando, en vez de los sonidos toscos de la ira, el pelear y el habla injuriosa, uno disfrute del ambiente calmado y feliz del amor, la bondad y la consideración; cuando la vida de familia florezca en limpieza moral y los hijos se críen con cariño y entrenamiento sano para disfrutar de las bendiciones de una tierra paradisíaca! ¡Qué cambio será eso del modo que el mundo es ahora! Describiendo ese tiempo, Apocalipsis 21:3, 4 declara: “¡Mira! la tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni tampoco habrá más duelo ni lloro ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”
14, 15. (a) ¿Por qué es prudente escoger el vivir ahora para el nuevo mundo de la promesa de Dios? (b) Si queremos vivir para el nuevo mundo, ¿qué mandamientos debemos obedecer según lo declararon Pedro y Pablo?
14 ¿No desea usted vivir en tal mundo? Si desea vivir en él, entonces usted querrá comenzar a vivir para ese nuevo mundo ahora. ¿Qué se puede ganar dedicando todo nuestro tiempo y energía a las cosas de este viejo mundo? El sabio Salomón contestó esa pregunta: “Pues ¿qué llega a tener el hombre por todo su afán y por el esforzarse de su corazón con lo cual está afanándose bajo el sol? Porque todos sus días su ocupación significa dolores y vejación, también durante la noche su corazón simplemente no se acuesta. Esto también es mera vanidad.” (Ecl. 2:22, 23) El vivir para el nuevo mundo no resulta en vanidad, sino trae las recompensas de vida eterna en verdadero contentamiento y felicidad.
15 El tiempo que queda para que nos apartemos de vivir según el modo de las naciones y vivamos según los principios justos del nuevo mundo es corto. Del que quiere emprender este derrotero el apóstol Pedro escribe que debe “vivir el resto de su tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.” Ese es un mandamiento muy positivo, pero ¿cuántos están llevándolo a cabo? Pregúntese usted mismo, ¿estoy llevándolo a cabo yo? El apóstol subraya además su instrucción diciendo: “Porque el tiempo que ha pasado basta para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones.” Este es exactamente el punto que Pablo recalcó en su carta a los efesios: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea cual personas imprudentes sino cual personas prudentes, comprando el tiempo oportuno que queda para ustedes mismos, porque los días son malos. Debido a esto dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cual es la voluntad de Jehová.”—1 Ped. 4:2, 3; Efe. 5:15-17.
CÓMO EFECTUAR EL CAMBIO PARA EL VIVIR DEL NUEVO MUNDO
16. ¿Cómo únicamente podemos aprender a vivir para el nuevo mundo y continuar viviendo así?
16 No podemos efectuar este cambio del vivir del viejo mundo al vivir del nuevo mundo sólo mediante nuestros propios esfuerzos. El apóstol advierte que tenemos un gran adversario, Satanás el Diablo, que, junto con sus inicuos demonios espíritus, está engañando a las naciones y esforzándose por hacer que todos hagan lo que es malo, no lo que es bueno. Para vencer todos sus engaños y trampas necesitamos más que sólo un deseo de nuestra parte de hacer lo que es correcto. Necesitamos la ayuda de Jehová, y ésta él la provee libremente a los que en realidad desean adorarle y servirle. Por medio de su Palabra, la Biblia, él provee conocimiento acertado, y al estudiar la Biblia llegamos a entender Su voluntad y propósito. Por medio de su espíritu santo, que es la fuerza activa invisible de Dios, él nos fortalece y nos da el poder para hacer su voluntad. Por medio de su organización visible entre sus testigos fieles sobre la tierra él nos guía y nos dirige enseñándonos a usar el conocimiento que hemos obtenido de modo práctico y nos introduce en unidad con otros que ahora viven para el nuevo mundo. Mediante el estudiar diligentemente la Palabra de Dios, buscar la ayuda del espíritu santo y de Su organización, podemos ponernos “la armadura completa que proviene de Dios” y así resistir la influencia inicua de Satanás y de este mundo malo.—Efe. 6:10-18.
17. (a) El vivir ahora para el nuevo mundo ¿nos libra de toda obligación para con este presente sistema de cosas? (b) ¿Cuáles son algunas de las maneras en que seguimos el mandamiento de Jesús en Mateo 22:21 de “devuelvan las cosas de César a César”? (c) ¿Cómo damos “las cosas de Dios a Dios”?
17 El que vivamos para el nuevo mundo no significa que automáticamente somos librados de toda obligación a los arreglos presentes de los hombres en este mundo. El cristiano recibe muchos beneficios de los servicios desempeñados por los gobiernos humanos. Por ejemplo, se hacen leyes para restringir a gente inicua para que no dañe a otros ni dañe su propiedad, y la policía sirve para aplicar estas leyes y proteger a la gente de los criminales y de otras maneras guardar el orden en la comunidad. Se proveen hospitales, escuelas y otros servicios de los cuales todos sacamos provecho. Debido a tales servicios los gobiernos requieren el pago de impuestos. Los cristianos son pacíficos, observantes de la ley, y pagan sus impuestos. No tratan de defraudar a los gobiernos de este mundo de lo que es justamente suyo. Siguen el principio que Jesús declaró en Mateo 22:21: “Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César.” En consonancia con este principio, los testigos de Jehová, por ejemplo, siguen las leyes que gobiernan el obtener la propiedad para edificar Salones del Reino, o para celebrar asambleas grandes y ordenadas. Sin embargo, no transigen pagando a César lo que en realidad pertenece a Dios, pero ellos devuelven “las cosas de Dios a Dios.” Por eso se adhieren firmemente al mandamiento bíblico de predicar las buenas nuevas del reino de Dios aun donde gobiernos comunistas o totalitarios tratan de prohibirlos, y no violan su neutralidad cristiana y por eso no se envuelven en reyertas internacionales o entre razas de este viejo mundo. Sobre todo, dan su adoración exclusivamente a Dios, puesto que justamente le pertenece a él y no a los hombres.—Hech. 5:27-29.
18. (a) Aun si comenzamos ahora a vivir para el nuevo mundo, ¿por qué no es esto causa para jactarnos? (b) Mediante nuestros esfuerzos sinceros por hacer lo que es correcto podemos dar prueba ¿de qué?
18 Al vivir para el nuevo mundo no debemos hacerlo impulsados por algún motivo de orgullo o fariseísmo. No es asunto de tratar de probar que somos mejores o más justos que otros, de modo que podamos jactarnos. No debemos medir lo que somos o lo que estamos tratando de hacer con lo que otros hombres imperfectos hacen. Más bien, debemos usar como nuestro metro el ejemplo perfecto de Cristo Jesús, quien siempre hizo la voluntad de su Padre y fue perfecto en su vivir para el nuevo mundo. Nos falta mucho para cumplir con esa norma, ¿no es verdad? Por eso en nosotros mismos no tenemos nada de lo cual jactarnos. No merecemos el maravilloso don de la vida eterna. Más bien, la vida eterna en el nuevo mundo es el resultado de la bondad inmerecida de Dios. (Efe. 2:8-10) Aunque somos imperfectos, podemos demostrar que nuestro corazón es de la clase correcta. Mediante nuestro apoyo de todo corazón a los propósitos de Jehová y su reino bajo Cristo Jesús, y mediante nuestros esfuerzos sinceros al tratar de practicar la justicia ahora, podemos mostrar que somos la clase de personas que aprecia la bondad de Dios y sus principios del vivir, y que continuaremos procediendo así cuando las condiciones del nuevo mundo estén plenamente en vigor en la tierra. Nos es tan correcto ahora ‘buscar la paz e ir en pos de ella. Porque los ojos de Jehová están sobre los justos.’ (1 Ped. 3:11, 12) Eso significa ser cristiano no de nombre únicamente, no sólo por ser miembro de alguna organización, sino más bien ser un adorador genuino de Dios en espíritu y verdad.
19. ¿Qué invitación se extiende aquí a todo el que ama la justicia?
19 ¡Aquí, entonces, esta una oportunidad conmovedora! Vivimos ahora en el umbral del nuevo mundo de justicia. ¿Será usted uno de los que entrarán en sus bendiciones de vida eterna? Esperamos que sí. Los testigos de Jehová están muy agradecidos de poder compartir esta esperanza feliz con usted. Le invitan a asociarse con ellos, a aprender junto con ellos el conocimiento acertado de la voluntad de Dios, a disfrutar de la misma fe confiada en la esperanza del nuevo mundo, sí, y a asociarse con ellos en hacer declaración pública de esa esperanza a otros. ¡Haga que su vida verdaderamente valga la pena viviendo ahora para el nuevo mundo!