La tierra de los mil dioses
“UNA de las confirmaciones sorprendentes de la historia bíblica que procede de la ciencia de la arqueología,” dice Juan Elder en Prophets, Idols and Diggers, “es la ‘recuperación’ de los pueblos heteos y sus imperios. Aquí está un pueblo cuyo nombre aparece vez tras vez en el Antiguo Testamento, pero el cual en la historia seglar estaba completamente olvidado y cuya misma existencia se consideraba como algo extremadamente dudoso.
◆ “En Génesis 26:34, Esaú toma por esposa a una joven hetea, causándole gran pena a su madre. En el Libro de Éxodo, se menciona con frecuencia a los heteos en las listas de los pueblos cuya tierra se propusieron conquistar los hebreos. En Josué 11:1-9, los heteos se unen a la confederación de naciones que trata de resistir el avance de Josué, solo para ser derrotada junto a las aguas de Merom. En Jueces se encuentra la unión matrimonial entre hebreos y heteos. En 1 Samuel 26, los heteos se alistan en el ejército de David, y durante su reinado Salomón hace esclavos del elemento heteo en su reino y permite a su pueblo tomar esposas heteas. Pero hasta las investigaciones de los arqueólogos modernos, los heteos permanecieron como un pueblo oscuro e indefinido.
◆ “Tabletas de arcilla que se hallaron en Asiria y Egipto nos dan la primera descripción de los heteos y su forma de vida. Los artistas egipcios los pintan como teniendo rasgos que identificamos como armenios. . . . Una tableta egipcia registra una terrible batalla entre Ramsés II y los heteos en Cades junto al río Orontes.... En el primer día de batalla Ramsés fue vencido y capturado, pero la llegada oportuna de refuerzos al segundo día cambió el curso de la batalla....
◆ “Les tocó al asiriólogo Dr. A. H. Sayce y al Dr. Guillermo Wright . . . el recuperar los primeros restos existentes de los heteos. Con el tiempo se hallaron éstos por todo el oeste de Asia Menor y la Turquía actual. Sayce registró la historia de sus hallazgos en el libro The Hittites, Story of a Forgotten Empire. En 1906, el Dr. Hugo Winckler, al excavar en Hoghos-Keui junto al río Halys a 145 kilómetros al este de Angora, descubrió la antigua capital y un tesoro en inscripciones sobre tabletas de arcilla en escritura cuneiforme y escritas en los idiomas babilónico y heteo. Tomó algún tiempo descifrar el idioma heteo, pero se hizo....
◆ “El tratado internacional más antiguo que se haya recobrado hasta ahora es uno que se firmó entre Ramsés II de Egipto y Hattushilish II del imperio heteo—un tratado en que se promete mantener la paz y armonía entre ellos.”
◆ Gran parte del texto de este tratado de paz se cita en el libro The Secret of the Hittites de C. W. Ceram. El tratado oficial fue grabado sobre una placa de plata. Dice: “El tratado que el Gran Príncipe de Hatti, el poderoso Hattusilis [Hattushilish II] . . . hizo sobre una placa de plata para Ramsés II, el Grande y Poderoso Gobernante de Egipto, ... el buen tratado de paz y hermandad que creará paz entre ellos para todo tiempo.”
◆ La frase de conclusión del tratado de paz nos dice algo interesante acerca del número de deidades heteas: “Y respecto a estas palabras que están escritas sobre estas placas de plata por la tierra de Hatti y la tierra de Egipto—quienquiera que no las obedezca, ¡que los mil dioses de la tierra de Hatti y los mil dioses de la tierra de Egipto destruyan su casa, su tierra y sus siervos!”
◆ Se menciona por nombre a algunas de las deidades heteas en una fórmula de sacrificios hetea en jeroglíficos traducida por H. T. Bossert en 1953: “Pero para ellos entre estos dioses se desangrará, por comida anual: al dios Karhuha un novillo y una oveja; a la diosa Küpapa un novillo y una oveja; a la divinidad Sarku una oveja; y una oveja kutupalis para las divinidades masculinas.” La nación hetea, dice el escritor Ceram, “no estaba unida espiritualmente por una sola religión. (‘Los heteos tenían mil dioses.’) Había muchas religiones lado a lado, mezcladas con innumerables cultos nacionales y locales.”
◆ Los falsos dioses de los heteos no pudieron impedir el derrocamiento de su nación por el rey asirlo Sargón II; como pueblo los heteos desaparecieron de la historia seglar. Los estudiantes de la Biblia, no obstante, no tuvieron que esperar a la resurrección arqueológica para saber acerca del pueblo heteo. Los heteos eran cananeos, descendientes de Het, el hijo de Canaán.—Gén. 10:15.