Compartiendo con otros las revistas
COMPARTIENDOLAS AHORA CON LOS VECINOS
Una testigo de Jehová escribe: “He estado trabajando en un territorio tres años con La Atalaya y ¡Despertad! Un amo de casa tomaba las revistas a veces. Durante la campaña de ¡Despertad! di el sermón y ofrecí la suscripción por un año. Tanto el señor de la casa como su esposa oyeron el sermón. El hombre dijo: ‘Tenemos demasiado que leer ya.’ Mostré cómo ¡Despertad! ahorraba el tiempo de muchas maneras. Se suscribió. Entregué las copias de ¡Despertad! hasta que la suscripción comenzó a venir por correo y también dejé copias de La Atalaya. Durante diciembre coloqué la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras con ellos. En enero los visité y presenté para la señora de la casa el sermón: ‘¿Quiénes son los Testigos de Jehová?’ Ella dijo: ‘Regrese.’ Regresé a las dos semanas, y se suscribió a La Atalaya. He estado entregando el ejemplar más reciente de La Atalaya y al mismo tiempo conduciendo un estudio bíblico con el folleto ‘Buenas nuevas.’ El señor de la casa estaba presente cuando estuve en la casa recientemente. Dijo: ‘He tenido oportunidades de conseguir esta literatura por años, pero apenas he llegado a comprender cuán interesante es cada artículo de estas publicaciones, y cada uno es cierto.’ Y agregó: ‘La semana pasada le di algunos ejemplares a un vecino a quien le gusta leerlas también.’”
COMPARTIENDOLAS CON COLEGAS Y PACIENTES
Otro testigo de Jehová informa: “Cuando visité a mi quiropráctico atraje su atención a la ¡Despertad! y a su artículo ‘El arte y la ciencia de la quiropráctica.’ Me pidió un ejemplar y también uno extra. Prometí volver con otro ejemplar. Poco después, llegué a casa y sonó el teléfono; era el quiropráctico. Estaba muy entusiasmado por el artículo y quería aumentar su pedido a veinte ejemplares. Cuando las entregué, averigüé que las iba a distribuir a otros quiroprácticos. Mi doctor entonces pidió veinte ejemplares más de ¡Despertad! Hace unas cuantas semanas cierta persona le habló a un Testigo y le preguntó si este quiropráctico era testigo de Jehová. El Testigo respondió que no, y quiso saber por qué había preguntado esto esta persona, puesto que el doctor es católico. Ella contestó: ‘Yo estuve en su oficina y me dio un ejemplar de ¡Despertad!’”
ENVIANDOLAS POR CORREO A AMIGOS
Un hombre que no es testigo de Jehová, sino consultor de empresas de servicio público en Wáshington, D.C., escribió a la Sociedad Watchtower, diciendo: “Soy suscriptor a ¡Despertad! y La Atalaya. Hace algún tiempo hice un experimento que tuvo tanto éxito que les paso la información. Después de leer estas publicaciones las adjunto en la misma envoltura y les pongo la dirección de algún amigo [agregando la pequeña cantidad del porte]. En otro experimento suministré a una de sus representantes una lista que contenía los nombres de ocho amigos, a los cuales ella envió cierto número. En el curso de dos semanas recibí respuestas de seis de estos amigos. Ahora son suscriptores a las publicaciones de ustedes. Según las pruebas anteriores, creo que sería un plan excelente el que ustedes imprimieran en la primera página de cada publicación una solicitud de una línea de que los lectores pasen la publicación a algún amigo cuando terminen de leerla. Esto, estoy seguro, traería a su Sociedad muchos miles de nuevos miembros cada año. Su Sociedad está efectuando un trabajo maravilloso en el interés público general, especialmente al contener la marea de decadencia moral que está oprimiendo a nuestro pueblo 365 días de cada año.”