Preguntas de los lectores

● ¿Qué quiere decir Hechos 6:15 cuando dice que el rostro de Esteban “era como el rostro de un ángel”? ¿Se transfiguró, como Jesús?

El relato bíblico de Hechos, capítulos 6 y 7, refiere acerca de la defensa que hizo Esteban delante del Sanedrín, y el capítulo 6, versículo 15, dice: “Mientras todos los que estaban sentados en el Sanedrín lo miraban con fijeza, vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.” Este texto no necesariamente quiere decir que el rostro de Esteban se transfiguró, como en el caso de Jesús en el monte de la transfiguración. No obstante, debe haber habido algo acerca del rostro de Esteban que embelesó a los miembros del Sanedrín. No era raro, por supuesto, que los jueces observaran el semblante del prisionero que estaba delante de ellos, lo cual a veces es una indicación de culpabilidad o inocencia. Ahora bien, Esteban se presentó delante del tribunal, no con el rostro cabizbajo de alguien culpable de un crimen, sino con el semblante de un ángel, un mensajero enviado por Dios, alguien con confianza de que tenía el apoyo de Dios. Su rostro no daba evidencia de que fuera culpable de maldad. Desplegó ánimo. Su rostro mostró que estaba sereno e impertérrito, a causa de su confianza en Dios. Como Jesús había dicho no hacía mucho tiempo antes de esto: “Mi paz les doy. . . . No se les perturbe el corazón ni se les encoja de temor.”—Juan 14:27.

La descripción de la Biblia de las apariciones de ángeles que se manifestaron a veces a los siervos de Jehová también revela que la apariencia de un ángel impone. Por eso, Esteban, lleno de espíritu santo, reflejaba el semblante de un representante del Dios de gloria, y la apariencia facial de Esteban, de momento, pareció intimidar a sus jueces hostiles. Pero la impresión de los judíos opuestos cambió de admiración a disgusto cuando Esteban puso de manifiesto la culpabilidad de ellos en cuanto al asesinato del “Justo,” Jesucristo. Después de la reprensión por Esteban, los jueces “se sintieron cortados hasta el corazón y se pusieron a crujir los dientes contra él.” Pero Esteban, “estando lleno de espíritu santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios.” Con esta visión para fortalecerlo, pudo enfrentarse a esos jueces injustos con confianza de que de veras había hecho la voluntad de Dios.—Hech. 7:52, 54, 55.