La norma justa del Dios que no cambia
“Yo soy Jehová; no he cambiado.”—Mal. 3:6.
1. ¿Cuál es la actitud y propósito de Jehová en cuanto a todos los desórdenes?
GOBERNANTE Soberano de todo el universo es Jehová Dios, y como tal es el paladín de la paz y el orden. (1 Cor. 14:33) En esta capacidad su propósito inmovible es mantener el orden, y, donde surge el desorden, corregir la situación y restaurar la paz. Puede ‘tolerar con mucha y gran paciencia’ a los que no aprecian el valor del orden. (Rom. 9:22) Sin embargo, a éstos no se les permitirá que obstruyan indefinidamente su propósito. Los que rehúsen obrar de acuerdo con sus arreglos para el buen orden universal serán los que sufrirán irreparablemente.
2, 3. (a) ¿Qué debe impresionarnos acerca de las creaciones inanimadas de Dios en los cielos sobre nosotros? (b) ¿Qué resultaría probablemente si se aflojaran las leyes de Jehová que controlan?
2 Al contemplar los cielos que rodean nuestro planeta deberíamos quedar profundamente impresionados por el orden y armonía que se manifiestan en todas partes. Leyes maravillosas, muchas de las cuales todavía no conocen los hombres, enlazan el sinnúmero de estrellas en sus galaxias dentro de un enorme sistema en el cual no hay una sola nota discordante de independencia. Cada estrella mantiene su lugar en su órbita asignada, y todas juntas llevan a cabo la voluntad del Creador. A cada una él ha impartido tremenda energía para seguir girando sobre su eje y al mismo tiempo seguir lanzándose velozmente en su vuelo orbital. El profeta Isaías dice que Jehová es “Aquel que está sacando el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, él también siendo vigoroso en poder, ninguna de ellas falta.”—Isa. 40:26.
3 Si Dios aflojara las leyes de él que gobiernan los movimientos de sus enormes creaciones inanimadas en el cielo, ¿puede usted imaginarse lo que sucedería? Sin duda volarían desenfrenadamente en derroteros de choque que acabarían en desastres. Felizmente para nosotros, los que vivimos en esta esfera menuda, jamás habrá tal contingencia, por la mismísima razón de que Jehová es el sostenedor del orden.
4, 5. (a) ¿Por qué los cuerpos celestes son de interés más que superficial para nosotros? (b) ¿Qué rasgos en común tienen las creaciones astrales y humana?
4 En su Palabra escrita el gran Creador ha hecho que se compare a las estrellas con humanos. Daniel, por ejemplo, escribe: “Los que tengan perspicacia brillarán como el brillo de la expansión; y los que estén trayendo a los muchos a la justicia, como las estrellas hasta tiempo indefinido.” (Dan. 12:3) El bisnieto de Abrahán, José, recibió una visión en un sueño acerca de estrellas que representaron a los miembros de su propia familia. (Gén. 37:9) Y se profetizó que la prole de Abrahán llegaría a ser innumerable como las estrellas.—Gén. 22:17.
5 ¡La comparación también es muy apropiada! Los humanos, como las estrellas, tienen su propio lugar que ocupar en la vida, o su papel que desempeñar. Como las estrellas en su agregado, los humanos difieren unos de otros en apariencia y características. (1 Cor. 15:41) Los humanos, también, pueden reflejar exactamente, si quieren, la gloria de su Creador, así como lo hacen las estrellas. Y a los tontos que obstinadamente rehúsan obrar de acuerdo con la norma justa de Dios para los humanos se les describe apropiadamente como “estrellas sin rumbo fijo, para las cuales la negrura de la oscuridad permanece reservada para siempre,” lejos de toda oportunidad de chocar con las creaciones útiles de Dios.—Jud. 13.
EL HOMBRE NECESITA UNA NORMA CORRECTA
6. (a) ¿Qué, entonces, aprendemos del hecho de que hay leyes inmutables que gobiernan a la creación inanimada? (b) ¿Cómo respalda esto el propio registro de Dios tocante a su propósito?
6 Ahora bien, ¿empieza usted a comprender la necesidad de que Dios establezca su norma justa para la guía de todo humano que vive? No para privar a alguno de algo esencial para la felicidad verdadera. No simplemente para ser arbitrario ni para mostrar su autoridad. No debido a que él quiera retener de alguno libertad verdadera, porque el espíritu de Jehová es el espíritu de libertad. (2 Cor. 3:17) Más bien, su magnífico propósito es tener un arreglo de criaturas perfectas en el cielo y sobre la Tierra, como los miles de millones de estrellas en el cielo, en que todas cooperen juntas en paz, sin el menor indicio de intrusión por una en los derechos de otra. Lea acerca de este propósito de Dios, por favor, en los versículos 8 al 10 del capítulo 1 de Efesios.
7. ¿Qué podemos notar acerca de las personas que insisten en libertad ilimitada en cuanto a decisiones y acciones?
7 A las personas que se impacientan por el control, cualquier clase de requisito quizás parezca irritante. Quieren estar libres para hacer cuanto quieran. No desean rendir cuenta a la autoridad. Son como dijo cierto escritor popular, según se le citó: “Tengo que vivir como yo quiera o no quiero vivir en absoluto.” No es que quieran ser tratados como todos los demás. Desean ser tratados como excepciones, como casos especiales. No obstante, saben muy bien que, si todos insistieran en hacer exactamente lo que les diera la gana, las condiciones aquí en la Tierra serían aun más caóticas de lo que son. Rehusando tener en cuenta los límites impuestos por los derechos de sus semejantes, de hecho están dedicados a complacerse a sí mismos.
8. ¿Qué actitud infectó temprano a la familia humana, y con qué resultados?
8 La historia temprana ofrece muchos ejemplos de personas que reclamaron el derecho de trazar su propio derrotero. Eva desatendió el mandato de Dios, una acción que egoístamente arrastró a su esposo a dificultades. Ella permitió que sus ojos y su corazón la desviaran al camino del pecado. Adán, también, resolvió que prefería no vivir si no podía tener la vida con su compañera hermosa pero desaforada. Su primogénito, Caín, también resultó ser un hombre que quiso salirse con la suya. Aunque Dios lo amonestó, obstinadamente rehusó el consejo y acabó como asesino condenado. No fue simplemente que Caín había heredado la imperfección. No, porque Abel también vivió bajo tal desventaja, y no obstante agradó a Dios. Caín fue independiente, y esa actitud la han compartido multitudes de la posteridad de Adán desde aquellos días.—1 Juan 3:12.
9. ¿Qué actitudes que estaban en contraste eran evidentes precisamente antes del gran Diluvio?
9 Con el transcurso del tiempo ángeles egoístas “abandonaron su propio y debido lugar de habitación” en el cielo, se materializaron como hombres y participaron en corromper a la raza humana. (Jud. 6; Gén. 6:1-8) No obstante Noé “resultó exento de tacha entre sus contemporáneos.” Mantuvo control apropiado de su familia, protegiéndola de las corrupciones inmorales de un mundo inicuo. Rehusó andar con la muchedumbre de personas desaforadas que pasaban por alto la norma de Dios sobre la conducta correcta y pagaron con su vida su voluntariedad.—Gén. 6:9.
10. ¿Qué punto de vista en particular del Dios que no cambia se subrayó al ser abatidas Sodoma y sus ciudades hermanas?
10 Cuando el sobrino de Abrahán, Lot, moraba en la ciudad de Sodoma, “sumamente angustiado por la entrega a conducta relajada de parte de la gente desafiadora de ley,” Jehová Dios resolvió manifestar su odio a las prácticas sexuales inmundas de manera decisiva. Mientras se sacaba a Lot y su familia apresuradamente de la escena, “Jehová hizo llover azufre y fuego,” abatiendo completamente a Sodoma y a sus ciudades vecinas y extinguiendo la vida de sus habitantes. (2 Ped. 2:7; Gén. 19:1-28) El registro de ese terrible castigo debe ser para todos un recordatorio de que Dios insiste en la limpieza sexual y moral de los que quieren su favor.
11. ¿Cómo consideró José la norma justa de Dios para la conducta humana, y en contra de qué influencias poderosas se mantuvo firme?
11 José hijo de Jacob fue vendido como esclavo en una tierra donde las mujeres ocupaban una posición prominente e influyente en la sociedad. Cuando estuvo expuesto a las importunidades seductoras de la esposa de su patrón, ¿qué derrotero escogió? Tenía una alternativa. Podía haber concluido que no había daño alguno en hacer lo que exigía su ama, dejándole a ella la plena responsabilidad. En cambio, tuvo en cuenta un asunto mucho más importante. Note las palabras de su decisión al arrancarse de la presencia de la seductora: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”—Gén. 39:9.
12. ¿Cómo manifestó la conducta de Esaú y Jacob sus respectivas actitudes hacia los requisitos de Dios?
12 Los nietos de Abrahán, Esaú y Jacob, manifestaron actitudes que estuvieron en contraste una con la otra para con la norma de conducta humana que Dios había comunicado a los hombres. Esaú llegó a ser “hombre que sabía cazar, hombre del campo, pero Jacob hombre sin culpa, que moraba en tiendas.” (Gén. 25:27) Lo que se deduce es que Esaú no estaba sin culpa. ¿Pudiera haber sido debido a que su amor a la caza lo alejaba de la superintendencia regular de una casa piadosa? Su derrotero subsecuente probó que era un hombre desenfrenado, independiente, que prefería libertad para agradarse a sí mismo en vez de la vida calmada y hacendosa del guardián de rebaños. Complaciéndose a sí mismo tomó esposas de entre las hijas de Het, causando gran vejación a su madre.—Gén. 27:46.
13. ¿Qué derrotero incorrecto pudo haberse sentido tentado Moisés a seguir, si no hubiera echado su suerte con el pueblo escogido de Dios?
13 Moisés, por otra parte, subsiste como excelente ejemplo de los que se interesan en adherirse a la norma excelente de Dios para sus siervos terrestres. Pudo haber continuado en el regazo del lujo como príncipe egipcio, haciendo y teniendo todo lo que desearan su corazón o sus ojos. Pero el relato dice que él “rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado.”—Heb. 11:24, 25.
SE DA UNA NORMA ESCRITA
14. ¿Cómo fue remunerado Moisés, y qué suministró entonces Jehová para la dirección de su nación típica?
14 Debido a que no se complació a sí mismo, sino que acudió al Dios invisible por dirección y poder para aguantar, Moisés fue sumamente favorecido al ser nombrado como el mediador por el cual Dios dio un código escrito a la nación que compró para sí de Egipto. Algunos de los estatutos básicos de ese código son como sigue: “No debes tener otros dioses contra mi rostro. Honra a tu padre y a tu madre para que resulten largos tus días sobre el suelo que Jehová tu Dios te está dando. No debes asesinar. No debes cometer adulterio. No debes hurtar. No debes dar testimonio falsamente como testigo contra tu semejante. No debes desear” ninguna cosa que le pertenezca a tu semejante.—Éxo. 20:3, 12-17.
15. ¿Qué principios de conducta netamente básicos incluyen las leyes básicas dadas a Israel en el monte Sinaí?
15 Es digno de notarse que el que cualquier israelita insistiera en ser su propio juez en cuanto a lo correcto y lo incorrecto, de hecho, sería establecerse como un dios. Se requiere sumisión a la autoridad familiar. El privar a un semejante del derecho de vivir, de tener un cuerpo limpio, de retener su propiedad y de tener buena reputación son acciones que Dios prohíbe. Finalmente, yendo a la fuente de todas las dificultades, la norma escrita de Dios advierte contra el abrigar en el corazón deseos ilícitos y codiciosos. Para que ningún israelita declarara que ignoraba estos requisitos justos, a los padres se les mandó que los inculcaran en sus hijos desde la infancia.—Deu. 6:6-9.
16. ¿Contra qué derrotero incorrecto advirtió especialmente Jehová a su pueblo, a fin de que éste continuara disfrutando de su favor?
16 Se advirtió en contra de los ritos sucios e inmorales de la adoración pagana: “Pues no debes postrarte ante otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, él es un Dios celoso; por temor de que celebres un pacto con los habitantes de la tierra, puesto que ellos ciertamente tendrán ayuntamiento inmoral con sus dioses y les harán sacrificios a sus dioses, y alguien de seguro te invitará, y seguramente comerás parte de su sacrificio. Entonces tendrás que tomar algunas de sus hijas para tus hijos, y sus hijas de seguro tendrán ayuntamiento inmoral con sus dioses y harán que tus hijos tengan ayuntamiento inmoral con los dioses de ellas.”—Éxo. 34:14-16.
17. ¿A qué se debió la proscripción contra las amenidades sociales ordinarias con los pueblos de las naciones que los rodeaban?
17 Jehová bien sabía el modelo que se podía esperar que siguieran las cosas. Comenzaría con amenidades sociales aparentemente inofensivas. Simplemente el aceptar la hospitalidad de aquellos paganos. Después, antes de que la víctima se diera cuenta de ello, habría aceptado algún alimento sagrado ofrecido al ídolo pagano, y se habría obligado a obrar de acuerdo con otros requisitos de la religión falsa, sin importar lo inmorales y degradantes que fueran. En tiempos antiguos, el comer pan a la mesa de un hombre obligaba a uno a permanecer en términos amistosos, de pacto, con su anfitrión. El comer a la mesa de un dios falso igualmente colocaba al participante en relación amistosa con tal dios. Sin embargo, Jehová exigía devoción exclusiva de parte de sus adoradores.
18. ¿De qué manera removió Jehová toda base para hacer lo que todos los demás hacían?
18 Sabiendo que en tiempos venideros su pueblo observaría las costumbres de las naciones vecinas que habían establecido sus propias normas independientes, y sabiendo que los grupos compuestos por la mayoría tratarían de empujarlos en masa al camino incorrecto, Jehová mandó: “No debes seguir tras la muchedumbre para efectuar fines malos; y no debes testificar acerca de una controversia para desviarte con la muchedumbre a fin de pervertir la justicia.” (Éxo. 23:2) No dejó base alguna para que se hicieran malos y luego reclamaran, justificándose: ‘Todos los demás lo hacen.’
19. ¿Cómo habrían de guardarse los israelitas contra el violar la norma justa de Dios, y por qué fallaron Zimri y otros israelitas?
19 Para que su pueblo se protegiera en contra del comienzo del pecado seductor, Jehová le mandó: “Tienen que . . . acordarse de todos los mandamientos de Jehová y ponerlos por obra, y ustedes no deben andar siguiendo sus corazones y sus ojos, los cuales ustedes están siguiendo en ayuntamiento inmoral.” (Núm. 15:39) De modo que su seguridad estribaba en tener continuamente presente la norma correcta de conducta de Dios y amoldar su vida a ella. Si Zimri, hijo de Salu, y 24.000 israelitas más, hubieran prestado atención a este consejo, no habrían tenido que sufrir ejecución por entregarse a relaciones inmorales con las mujeres degradadas de Moab.—Núm. 25:1-9.
NADIE EXENTO DE LA NORMA DE DIOS
20. ¿Qué ejemplo bíblico muestra la relación que a menudo existe entre el materialismo y el relajamiento moral, y por qué actuó velozmente Jehová en aquel caso?
20 La codicia y la falta de temor piadoso van aunados con el relajamiento sexual, como se puede notar en el relato acerca de Finees y su hermano Ofni, hijos del sacerdote Elí que servía en el tabernáculo de Dios en Silo. No solo trataban con falta de respeto las ofrendas de sacrificio del pueblo a Jehová, sino que, aprovechándose de su puesto de confianza, “se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión.” (1 Sam. 2:17, 22, 34) Dios obró para sostener Su norma. Después de habérsele dado amplia oportunidad a Elí para disciplinar a sus hijos, se le apareció un hombre de Dios con el sorprendente mensaje: “En un mismo día ambos [hijos tuyos] morirán.” Esa sentencia pronto se ejecutó cuando los filisteos derrotaron a los israelitas en la batalla y se llevaron el arca sagrada del pacto. Ni el puesto ni el privilegio excusaron a Elí de la responsabilidad paternal, ni a sus hijos de castigo por sacrilegio.
21. ¿Qué aprendemos de las experiencias amargas del rey David después de su pecado en el asunto de Bat-seba?
21 Nadie puede alegar ante Dios que él o ella es un caso especial que exige un apartarse de las estrictas leyes que gobiernan la conducta correcta. Ni siquiera el puesto regio del rey David pudo excusarlo por codiciar la esposa de otro y después procurar la muerte del esposo para poder satisfacer su deseo incorrecto. Aunque le fue perdonada su propia vida, murió el niño que le dio a luz Bat-seba y él fue destinado a sufrir a través del resto de su vida por constantes congojas y dificultades fomentadas por sus propios hijos y siervos de confianza. Aun sus esposas, sus concubinas, habrían de ser violadas públicamente por un hijo rebelde de su propia casa.—2 Sam. 12:1-14; 16:21, 22.
22. ¿Por qué llegó a merecer Salomón el anuncio de la calamidad venidera de su reino?
22 En la parte final de su reinado, Salomón, el segundo hijo de David por Bat–seba, pasó por alto la norma correcta establecida por Dios. Se multiplicó las esposas, tomando mujeres de naciones paganas, mujeres que insistían en importar la adoración de sus dioses falsos a la tierra de Israel. El registro dice que él complació los gustos de esas mujeres insubordinadas que despreciaban al Dios de su esposo, y que construyó templos para los ídolos de ellas. Jehová decretó que le sobrevendría una calamidad a su reino después de morir Salomón. Diez tribus se sublevaron del gobierno de su hijo y establecieron un reino independiente. Solo dos tribus dieron lealtad al rey de Jerusalén.
23. (a) ¿Por qué predijo y permitió Jehová la caída desdichada de los reyes de Israel y Judá? (b) ¿Qué lección todavía no había hecho impresión en los judíos del destierro individualmente hasta el tiempo de Esdras?
23 Los reyes posteriores de Judá e Israel, con pocas excepciones, también resultaron infieles en cuanto a los requisitos de Dios, pues fueron inmorales en su ayuntamiento con los dioses falsos de las naciones que los rodeaban y sucios en su práctica de ritos religiosos lascivos. Con el tiempo Jehová dio sus reinos a los conquistadores asirios y babilonios, dejando la tierra de Judá en desolación, en ruinas, durante setenta años. Después misericordiosamente los libró y los hizo regresar a su propia tierra. Pero, ¿se sujetaron entonces a la norma de conducta correcta? No, porque no se mantuvieron separados de los cananeos y otros pueblos mixtos a su alrededor. El escriba Esdras se asombró al enterarse de que habían tomado mujeres paganas como esposas para sí y para sus hijos. No perdió tiempo en dar la advertencia del juicio adverso de Dios en contra de los malhechores. Ante su recordatorio sobrio los judíos concordaron en limpiarse completamente de su condición inmunda: “Celebremos con nuestro Dios un pacto de despedir a todas las esposas [paganas] y a los nacidos de ellas conforme al consejo de Jehová.” (Esd. 10:3) La selección era vital. Impidieron las terribles consecuencias de la ira de Jehová.
NACIONES JUZGADAS SEGÚN LA NORMA DE DIOS
24. Al aplicar su norma justa, ¿limita Jehová su acción a individuos que pasan por alto sus requisitos? Dé ejemplos.
24 En tiempos pasados, no solo individuos, sino enteras naciones se mantuvieron de pie o cayeron según honraban o pasaban por alto la norma correcta del Dios que no cambia. Moab, Amón y Edom, todas ellas naciones semíticas que se mofaron de Israel y lo odiaron, codiciaron su tierra y se dieron ínfulas en contra de Jehová, fueron arruinadas y desoladas por decreto del Dios justo. (Eze. 25:1-14) Los fenicios, dominados por la codicia comercial, rompieron el pacto con Israel y se pusieron a traficar con judíos cautivos, enviándolos a la esclavitud. El Dios de Israel trajo calamidad sobre ellos primero por medio de Nabucodonosor de Babilonia y más tarde por medio de Alejandro de Grecia.
25. ¿Cómo obró la justicia de Dios para con las naciones de Judá e Israel, y por qué?
25 Aun los reinos de Judá e Israel insistieron en complacerse y seguir en el camino de las naciones paganas a su alrededor. Jehová por medio de sus profetas los censuró a causa de sus prácticas sucias e inmorales. Los llama “hijas de prostitución” y los describe como “deseando lujuriosamente a los que [los] amaban apasionadamente.” Sin embargo, pasaron por alto sus advertencias, y él ejecutó en ellos el juicio de matanza atroz que había anunciado: “Habrá el hacer subir una congregación contra ellas y un hacer de ellas objeto asustador y algo que saquear. Y la congregación tendrá que apedrearlas, y habrá un cortarlas con sus espadas. A sus hijos y sus hijas matarán, y con fuego sus casas quemarán. Y ciertamente haré que la conducta relajada cese de la tierra.” (Eze. 23:46-48) ¡Qué tontos aquellos pueblos sumamente favorecidos al despreciar la mismísima norma que Jehová formuló para su bienestar y felicidad!
26. ¿Cómo asegura Jehová, por medio de su profeta Malaquías, a su pueblo típico que él no cambia en lo que toca a su norma justa?
26 Aun después del día de Esdras los judíos volvieron a caer en el bajo nivel moral de los pueblos paganos a su alrededor. De nuevo por medio de su profeta Malaquías Dios envió advertencia solemne de su peligro: “Me acercaré a ustedes para el juicio, y ciertamente llegaré a ser testigo veloz contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran falsamente, y contra los que actúan fraudulentamente con el salario del trabajador asalariado, con la viuda y con el huérfano de padre, y los que apartan al residente forastero, mientras que no me han temido. . . . Porque yo soy Jehová; no he cambiado.” (Mal. 3:5, 6) El punto de vista de Dios acerca de estos males específicamente mencionados sigue siendo el mismo. Él no ha cambiado y nunca cambiará con respecto a esto. El no pasará por alto a los violadores voluntariosos de su norma justa.
LA MAYORÍA NO INFLUYÓ EN ELLOS
27. ¿Qué ha de decirse acerca del punto de vista de la mayoría de los humanos imperfectos en cuanto a todos esos asuntos?
27 El que un individuo o una nación se deje influir indebidamente por la conducta de la mayoría de los humanos imperfectos y pecaminosos le conduce a una trampa. Los que modelaron su vida según el ejemplo de la mayoría en el día de Noé, por ejemplo, resultaron estar en lo incorrecto y les sobrevino el juicio adverso de Dios. La seguridad no estribó en números. La manera popular, ortodoxa, de considerar las cosas rara vez es la manera que concuerda con la voluntad de Dios.
28. ¿Qué actitud mental correcta exhibieron todos los hombres fieles de la antigüedad que reciben encomio en la Palabra escrita de Dios?
28 Por otra parte, los que consideraron con sospecha el camino fácil de la mayoría fueron los que optaron por mantener su vida en armonía con la voluntad de Dios. Noé, Abrahán, Job, Jacob, Moisés y otros siervos fieles de Jehová siguieron el camino de la minoría. El predominio por la cantidad no influyó en ellos. Sabían que los pensamientos y caminos del Creador eran más elevados y de mucho más valor que los pensamientos y caminos de los hombres. (Isa. 55:9) Escogieron la remuneración futura, eterna, de vida en un nuevo orden limpio prometido por Dios, en vez de “disfrutar temporalmente del pecado,” o tener la satisfacción de complacerse ellos mismos. (Heb. 11:25) Ya pronto aquellos fieles recibirán esa rica remuneración.
29. ¿Cuáles son algunas de las conclusiones a que deben llegar personas temerosas de Dios hoy día?
29 Hoy es prudente discernir en estos registros selectos de la historia humana que se manifiestan en la Biblia el consejo y la dirección que tan urgentemente se necesitan en este día de crisis global. ¡Qué prudente es reconocer que ningún individuo apropiadamente puede reclamar el derecho de dirigir su propia vida como le agrade, sin considerar el interés y el bienestar de sus semejantes y sin respetar la correcta norma de conducta decretada por el Creador! Los individuos o naciones que se toman la libertad de obrar independientemente del arreglo de Dios, que violan la norma moral que él ha establecido para guiar a sus criaturas, van camino al desastre.
30. ¿De qué podemos estar seguros en cuanto a los tratos de Dios con gente del pasado?
30 Los tratos de Dios con los que en el pasado han honrado o han despreciado su justa norma de conducta son de vital trascendencia para nosotros los que vivimos hoy en día. ¿Por qué? Pablo, un apóstol de Jesucristo, contesta: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4) En el ínterin podemos estar seguros de que la norma de Dios sobre la conducta humana no cambia, porque se describe correctamente a Jehová como el “Padre de las luces celestes, y con él no hay la variación del giro de la sombra.” (Sant. 1:17) Es, verdaderamente, el Dios eterno, que no cambia.
[Ilustración de la página 366]
José huyó de la seducción