¿Significa el fracaso de las iglesias que Dios está equivocado?
“LA IGLESIA EN CRISIS... ‘UNA HORA DE AUTODEMOLICIÓN.’”
“Vendan todas las iglesias.”
“La institución religiosa agoniza.”
“Si todas las iglesias fueran quemadas de la noche a la mañana estaríamos en muchísimo mejor situación.”
¿Quiénes están diciendo cosas tan alarmantes? Si fuesen ateos quienes las hubieran dicho uno no se sorprendería. Pero todas esas expresiones las hicieron clérigos religiosos... en este caso: el papa; un ministro metodista; el ex-obispo de Woolwich, el Dr. John Robinson; y un vicario anglicano. ¿Cómo pueden decir tales cosas?
Un comentarista escribe: “A pesar de párrocos consentidores, deanes entregados a lo moderno, obispos de amplio criterio y grupos folklóricos en los escalones del altar, las iglesias están quedándose vacías, los rebaños están disminuyendo y el número de las ovejas descarriadas está multiplicándose rápidamente.”a ¿Han hecho actividades de ese tipo que usted deje de ir a la iglesia?
“Los metodistas se preocupan por el descenso en el número de miembros,” informa un corresponsal de un periódico de Londres. “Revelan una disminución de 1.231 en el número de miembros metodistas de East Midlands las cifras de la agenda de la Conferencia Metodista Anual.” En la Iglesia Anglicana, “la proporción de bautismos de infantes ha disminuido en 10 años en un 15 por ciento . . . [la proporción de confirmaciones] casi en un tercio en seis años . . . [las ordenaciones] han sufrido una caída definitiva, de la cuarta parte durante los últimos cinco años.” Eso nos informa el ex-obispo de Woolwich.
Por todo el mundo, muchas personas sinceras están angustiadas por la evidencia abrumadora del fracaso de sus iglesias y el hecho de que sus líderes eclesiásticos confiesan abiertamente dicho fracaso. La mengua en la asistencia a las iglesias en muchos países muestra que muchedumbres de sus miembros han cesado de asistir a las iglesias. Otros, todavía miembros nominales, han cesado de tomar en serio lo que las iglesias hacen o dicen y ya no acuden a ellas para guía sobre los problemas serios de la vida.
¿HA FALLADO DIOS?
¿Qué significa todo esto? ¿Significa el fracaso de las religiones ortodoxas que Dios está muerto? ¿Significa el fracaso del “iglesianismo” que el cristianismo también ha fracasado?
Ciertamente que no. Hay un Dios que es el Creador, y la delincuencia y el fracaso del hombre no han cambiado esta verdad indisputable. Pero, ¿cómo podemos estar seguros de esto cuando instituciones que alegan representar a Dios, y que antes subsistían aparentemente “como rocas” e inmovibles, se estremecen y tiemblan como hojas en un viento de otoño?
Podemos sentirnos agradecidos de que la creación todavía testifique de manera maravillosa en cuanto a la existencia de Dios. “Porque sus cualidades invisibles se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por medio de las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad.” (Rom. 1:20) Las leyes naturales, que han permanecido sin cambiar desde la creación, todavía subsisten en todas partes del universo. Los hombres que se esfuerzan por conquistar el espacio reconocen que esto es cierto. Al planear sus viajes a la Luna se les hace necesario considerar plenamente estas leyes inalterables y que no se pueden desafiar, o afrontar el desastre. En medio de la confusión religiosa, la continuación de estas leyes inmutables demuestra que tampoco ha cambiado su Creador.
Pero ¿pudiera ser, como algunos temen, que Dios, aunque todavía existe, ya no se interese en la raza humana? De ninguna manera. La evidencia indica lo contrario. Por ejemplo, cuando los hombres se cansan de otros hombres, cesan de proveerles lo que necesitan y los abandonan. Pero nuestro Magnífico Creador todavía está haciendo provisión para todos nosotros de una manera sumamente maravillosa, aun para los impíos y desagradecidos. Todavía brilla el Sol, cae la lluvia, cambian las estaciones y se da el alimento. Dios puso en marcha todas estas fuerzas de la creación.
Piense en lo que esto significa para nosotros. Significa que nuestra vida está sustentada por los procesos que Jehová originó. Tenemos aire que inhalar y alimento que comer debido a Dios. Si él fuera a suspender su poder o los procesos que originó, ¿qué le sucedería a toda la vida humana? Por eso en nuestra vida cotidiana, en nuestro comer y beber y otras actividades, debemos estar conscientes del interés indefectible que Dios manifiesta tener en nosotros y darnos cuenta de las bondadosas provisiones que ha hecho para nosotros de tantas maneras. Cuando realmente apreciamos esto, fácilmente podemos aceptar el consejo que nos da el apóstol Pablo: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.”—1 Cor. 10:31.
Quizás usted conteste: “Pero yo siempre he creído que ya estaba viviendo mi vida ‘para gloria de Dios’ al seguir sinceramente mi religión e ir a la iglesia. Ahora que la gente está alejándose de las iglesias, y los ministros están confesando abiertamente su fracaso, estoy confundido. ¿Cómo sé lo que Dios quiere que yo haga cuando mi iglesia no puede decírmelo? ¿Se comunica realmente el Dios Todopoderoso con los hombres, revelando quién es y cuáles son sus propósitos?”
CÓMO NOS HABLA DIOS
Sí, realmente el Creador vivo de todas las cosas nos habla como un Padre habla a sus hijos. Él no esconde ninguna cosa buena de nosotros. Nos habla clara y autoritativamente, contestando nuestras preguntas naturales y señalando el camino por el cual tenemos que andar para agradarle. ¿Cómo? Por medio de su Palabra revelada, la Biblia.—2 Tim. 3:16, 17.
Jesucristo, el Hijo de Dios, dijo: “Tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17) Jesús sabía lo que era la verdad porque él había venido del Dios de la verdad y pudo explicar a sus seguidores exactamente quién es Dios. (Juan 1:18) Fue porque Jesús enseñó fielmente la Palabra de Dios que su enseñanza tuvo poder, cambió la vida de sus seguidores, y ha durado por casi dos mil años hasta nuestro día. Los que lo oyeron reconocieron el poder de sus palabras. En una ocasión ciertos oficiales, que fueron enviados por sacerdotes religiosos para arrestar a Jesús, regresaron con las manos vacías, diciendo: “Jamás ha hablado otro hombre así.” Al fin de su famoso sermón del monte se nos dice: “Ahora bien, cuando Jesús terminó estos dichos, el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar; porque les enseñaba como persona que tiene autoridad, y no como sus escribas.”—Juan 7:46; Mat. 7:28, 29.
Sí, cuando Jesús estuvo en la Tierra muchos habían perdido la fe en sus líderes religiosos que habían dejado la Palabra de Dios por las filosofías humanas. Pero los de corazón honrado que anhelaban conocer la voluntad de Dios para ellos gozosamente se dirigían a Jesús, reconociendo el sonido de verdad al oírlo enseñar la Palabra de Dios, la Biblia. De la misma manera, el que usted se sienta desanimado a causa de los líderes religiosos que alegan representar a Dios pero que ya no creen en su Palabra o no la enseñan no significa que usted también tenga que rechazar la Biblia.
Quizás usted mismo haya visto lo estériles y anticuados que son los dogmas y credos eclesiásticos, y quizás le haya parecido repugnante la afectación de la pompa y exhibición eclesiásticas. Pero, ¿sabe usted que la Biblia misma es la crítica más franca de la religión falsa? Lea como Jesús condenó a los líderes religiosos falsos, según se registra en Mateo 15:1-14. Entre otras cosas dijo: “Aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. Es en vano que siguen adorándome.’” Con razón aconseja a sus discípulos de este modo: “Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Si, pues, un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.”
Por eso, por favor, no vaya a seguir a esos guías ciegos. Siga la Palabra de Dios, que es ‘una lámpara para su pie, y una luz para su vereda.’ ¡La Palabra de Dios jamás lo llevará a usted a un hoyo!—Sal. 119:105.
LA BIBLIA UNA GUÍA VERDADERA HOY
Aunque hasta personas no cristianas reconocen que la Biblia contiene excelentes principios morales, es posible que usted todavía esté preguntándose si puede aceptarla como guía verdadera en su vida hoy o no. ¿No es anticuada la Biblia? ¿No fue escrita hace mucho, en tiempos totalmente diferentes? ¿Puede decirnos realmente en qué vendrán a parar los tiempos turbulentos en los que vivimos?
Por más sorprendente que parezca, usted mismo ha sido testigo presencial de acontecimientos que demuestran de manera concluyente que la guía más segura y más al día que tenemos hoy es la Biblia. Usted puede probar esto para su propia satisfacción abriendo su propia Biblia en los capítulos 24 y 25 de Mateo, cap. 13 de Marcos, cap. 21 de Lucas, cap. 3 de 2 Timoteo y cap. 6 de Revelación y leyendo allí una descripción exacta y detallada de las condiciones que en su alcance han abarcado toda la tierra habitada durante los pasados cincuenta y seis años. ¿Conoce usted a algún hombre o mujer hoy día que pueda predecir así con exactitud los acontecimientos con casi dos mil años de anticipación, o, siquiera con veinte años de anticipación? Cualquier persona razonable tiene que convenir en que estos escritos son de origen sobrehumano.
Honradamente, ¿ha habido otro tiempo en la historia humana en que la guerra mundial haya sido una realidad, y la destrucción completa de la raza humana una posibilidad clara? ¿No encaja en nuestra propia generación la descripción que los capítulos ya mencionados nos dan del desafuero, la falta de amor, la impiedad, la inseguridad, el temor del futuro y la desesperanza?
Entonces, ¿es verdaderamente desesperanzado el futuro? De ninguna manera, pues Jesús dijo: “Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca. Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios.” (Luc. 21:28, 31) Note, también, lo cerca que está este acontecimiento de cambio mundial: “En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas.” (Luc. 21:32) El reino de Dios esperado por largo tiempo está cerca ahora y transformará esta hermosa Tierra nuestra en un paraíso como Edén. ¡Y todo esto antes de que la generación que vio el principio de estos acontecimientos turbulentos en 1914 pase de la escena!
¿Comprende y reconoce usted plenamente lo que esto significa para usted y su familia? Ahora la vida de usted y la de ellos está en la balanza. Su felicidad presente y futura está intrínsecamente atada a una relación correcta con Dios. ¿Cómo puede usted edificar una relación excelente con su Creador? ¿Qué requiere él de usted?
Primero, es preciso que usted crea en la existencia de Dios y tenga fe firme en Él. “Sin fe es imposible agradarle bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) ¿Verdad que esto no es irrazonable? Dios difícilmente remuneraría a una persona que ni siquiera creyera en Su existencia, ¿verdad? Pero, ¿cómo puede usted edificar la fe? Adquiriendo conocimiento de Dios, estudiando su Palabra, la Biblia. (Rom. 10:17; Juan 17:3) ¿Está usted dedicando tiempo a hacer esto? ¿Está usted dispuesto a hacerlo?
Por supuesto, quizás a usted le parezca que un estudio de la Biblia es una tarea muy grande. Quizás se pregunte cómo podría hacerlo sin ayuda. ¿Adónde puede usted dirigirse por ayuda para obtener entendimiento dador de vida de la Palabra de Dios? Ciertamente no a las iglesias que están rechazando la Biblia y sus normas rectas.
¿Estaría usted dispuesto a aceptar la ayuda de cristianos que sostienen que la Biblia es inspirada y verdadera? Los testigos de Jehová creen eso. Toda su fe está edificada sobre esta Palabra revelada de Dios, todo el libro desde Génesis hasta Revelación. Cada semana celebran cinco reuniones que se basan enteramente en la Biblia. Ellos pueden ayudarle a usted y a su familia a aprender lo que usted necesita saber para disfrutar de tranquilidad de ánimo en la actualidad y tener esperanza para el futuro. Si usted quisiera que ellos le proporcionaran un curso de estudio bíblico básico de seis meses, gratis, en su propio hogar, lo único que tiene que hacer es escribir a los publicadores de esta revista y se harán los arreglos para ello a una hora mutuamente conveniente. También se le invita a participar con ellos en adorar en su Salón del Reino más cercano. Además de una cálida bienvenida, usted obtendrá un entendimiento claro de la Biblia y del camino a la vida en el nuevo orden de Dios que está cerca ahora.
No se desanime por el desmoronamiento de las iglesias de la cristiandad. Ellas están segando lo que han sembrado. (Gál. 6:7) El que las iglesias hayan abandonado la Biblia como la Palabra de Dios está haciendo que miles de individuos abandonen sus organizaciones desilusionados. “Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría tienen?” (Jer. 8:9) Uno no puede ser persona que agrade a Dios si sigue siendo parte de las iglesias que lo rechazan a Él y Su Palabra y les da su apoyo. Ellas están destinadas a la destrucción a manos de Dios, y el mandato de él para usted es que ‘se salga’ de ellas.—Rev. 18:4.
¡El fracaso de las iglesias no significa que Dios está equivocado! ¡Significa que los hombres y las organizaciones que rechazan la Palabra de Dios están equivocados! Dios no ha cambiado. Sus promesas no pueden fallar. (Isa. 55:11; 1 Ped. 1:24, 25) Por eso, escudriñe ahora su Palabra. Estúdiela, acéptela, ejerza fe en Jehová, y que así se le encuentre entre los que vivirán para siempre en una Tierra paradisíaca en el gozo y la felicidad de Su reino.
[Nota]
a Evening News de Londres, 13 de octubre de 1969, bajo “Por qué la Iglesia está perdiendo su dominio.”