Los que llegaron a ser discípulos de Jesús

Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos

ESTOY pensando en una persona que es el mejor siervo de Dios que jamás ha vivido en la Tierra. ¿Sabes quién es? Tienes razón. Jesucristo.

¿Crees que tú y yo podemos ser como él? Bueno, la Biblia dice que él puso el ejemplo para que nosotros lo siguiéramos. Y él nos invita a ser sus discípulos.

¿Qué significa ser discípulos de Jesús? Significa varias cosas. Para ser discípulos de Jesús, tenemos que aprender de él. Pero eso no es todo. Realmente tenemos que creer lo que él dice. ¿Crees realmente todo lo que dice Jesús? Si realmente lo creemos, haremos lo que él nos diga, ¿verdad?

Muchas personas dicen que creen en Jesús. Pero, ¿son realmente todas ellas discípulos de él? ¿Crees tú que lo son? No; la mayoría de ellas no lo son. Quizás vayan a la iglesia de vez en cuando. Pero muchas de ellas nunca se han dado tiempo para aprender lo que Jesús enseñó. Si tratas de hablarles acerca de Jesús, quizás digan que están demasiado ocupadas. O dicen que no les interesa. Y no participan en la obra de predicar que Jesús les dijo a sus discípulos que hicieran. De modo que realmente no son discípulos de él.

¿Qué clase de personas llegan a ser discípulos de Jesús? ¿Sabes? Sería interesante conocer a algunos de los que fueron discípulos de Jesús cuando él fue un hombre en la Tierra. Déjame contarte acerca de ellos.

Algunos de ellos eran pescadores. Un día mientras Jesús andaba junto al mar de Galilea vio a Pedro y a su hermano Andrés. Estaban echando una red en el mar. Jesús les dijo: “Vengan en pos de mí.”

Yendo un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hombres que eran hermanos. Se llamaban Santiago y Juan. Estaban en un bote con su padre, reparando sus redes. Jesús llamó a Santiago y a Juan para que también fueran sus discípulos.

¿Qué habrías hecho tú? ¿Te habrías ido con Jesús inmediatamente? Estos hombres sabían quién era Jesús. Sabían que Jesús había sido enviado por Dios. De modo que inmediatamente dejaron su negocio de la pesca y siguieron a Jesús.—Mat. 4:18-22.

Es claro que estos hombres estaban dispuestos a ir, y eso es importante. Pero no eran perfectos. Considera a Pedro. Había veces en que decía lo incorrecto y se metía en dificultades. Pero tenía buen corazón. No trataba de aparentar que no había hecho mal cuando sabía que había hecho mal. Aceptaba la corrección y estaba dispuesto a cambiar. Si tenemos la buena disposición de Pedro, nosotros también podemos ser discípulos de Jesús.

Jesús también le habló a un joven gobernante rico. ¿Podría llegar a ser discípulo de Jesús un hombre como éste? Él mostró interés. Le preguntó a Jesús cómo conseguir la vida eterna. Jesús se lo explicó. Pero cuando el hombre se enteró de que el ser discípulo de Jesús tenía que ser más importante en su vida que sus riquezas materiales, se sintió infeliz. Jesús lo invitó: “Ven, sé mi seguidor.” Pero el hombre no fue con él. Amaba a su dinero más que a Dios.—Luc. 18:18-25.

Jesús invitó a gente de toda clase a ser discípulos de él. Aun los que habían llevado una vida mala podían cambiar. Pero tenían que estar dispuestos a aprender. Realmente tenían que querer agradar a Dios. ¿Es eso lo que tú quieres hacer?

Eso es lo que el apóstol Pablo quiso hacer. Él, antes de llegar a ser discípulo de Jesús, había hecho muchas cosas malas. Había echado a algunos cristianos en la prisión. Pero cuando llegó a ser discípulo de Jesús, cambió su entera manera de vivir. Ahora hizo cosas para ayudar a la gente, en vez de perjudicarle. Y empleó mucho tiempo enseñándole a la gente acerca de Dios y de su reino, tal como Jesús lo había hecho.

Un día Jesús escogió a doce de sus discípulos para ser apóstoles. Los apóstoles eran hombres que él envió a hacer trabajo especial. Dios usó a algunos de ellos para escribir partes de la Biblia. ¿Conoces los nombres de los doce apóstoles?

Participemos en un juego. Nombraré a cada uno de los apóstoles. Y tú repetirás los nombres después de mí:

(1) Pedro y (2) su hermano Andrés, (3) Santiago y (4) su hermano Juan, (5) Felipe, (6) Bartolomé, (7) Mateo, (8) Tomás, (9) Santiago hijo de Alfeo, (10) Simón que se llama “el celoso,” (11) Judas hijo de Santiago y (12) Judas Iscariote. Pero más tarde Judas Iscariote se hizo malo y se volvió contra Jesús. De modo que Pablo fue escogido por Jesús para ser apóstol.

¿Cuántos de esos nombres puedes recordar? Dime los nombres que sepas.

Los únicos discípulos de que hemos hablado hasta ahora eran varones. ¿Significa eso que solo hombres podían ser discípulos de Jesús? No. Hubo mujeres que llegaron a ser discípulas también. Algunas de ellas viajaban con Jesús cuando iba predicando. Estuvieron entre ellas María Magdalena, Juana, Susana y otras. Más tarde la Biblia habla acerca de una familia en la cual cuatro hijas estaban activas hablando a otras personas acerca de Dios. ¡Qué feliz familia debe haber sido aquélla!

Cuando Jesús enseñaba, se interesaba especialmente en los niñitos. ¿Por qué hacía eso? ¿Qué dirías tú? Sabía que los niños podían llegar a ser discípulos suyos. Es verdad que los adultos pueden hacer algunas cosas que los niños no pueden hacer. Pero los adultos no son los únicos que pueden aprender de Jesús. Y no son los únicos que pueden hablar acerca de Dios. Tú también puedes hacer esas cosas.

¿Quieres ser discípulo de Jesús? Yo sí. Eso realmente es lo mejor que cualquiera de nosotros podemos hacer.

Es una cosa especial ser discípulo de Jesús. Acuérdate, antes de que Jesús viniera a la Tierra había estado con Dios en el cielo. De modo que él sabe cosas que ningún otro hombre sabe. Cuando aprendemos de él aprendemos cosas que solo los discípulos de Jesús saben.

De modo que podemos ser como Jesús. Podemos ser discípulos de él. Y si verdaderamente somos discípulos de Jesús, entonces tendremos la aprobación de Dios.