Vale la pena estar informado
CON una advertencia de solo doce horas de anticipación unos 50.000 residentes de la zona del Misisipí en la costa del golfo de México huyeron hacia el norte antes que anocheciera el 17 de agosto de 1969. Se salvaron en una tablita de la furia del huracán Camille, una de las mayores tormentas que jamás ha azotado a los Estados Unidos. ¡Cuán agradecidos estuvieron por haber sido informados!
En Pass Christian, la ciudad que fue azotada más severamente, el jefe de la policía Jerry Peralta estaba efectuando su ronda final de advertencia de casa en casa. En un elegante apartamiento se habían reunido varias personas para “despedir” la tormenta con una fiestecita. Rehusaron escuchar la advertencia de Peralta, ante lo cual Peralta anotó los nombres de los parientes más allegados de ellos. Se rieron de él. Un corto tiempo después el apartamiento fue completamente demolido, matando a veinte personas.
Dijo un refugiado en Pass Christian: “Las tormentas han azotado aquí muchas veces antes, y no hacemos mucho caso de ellas. Pero esta vez ésta realmente nos engañó, y créalo que pagamos por ello.”
En escala mundial se han puesto de manifiesto advertencias de otra clase. Los líderes expresan temor de desastre en muchos frentes. Pero la Biblia advierte de un peligro aun mayor. Si esta advertencia es cierta, y si usted se informa, quizás resulte en salvar la vida de usted y de su familia. Si no le presta atención, podría significar el encontrarse sin ninguna vía de escape.
Junto con su advertencia Dios bondadosamente señala la vía de escape. Uno sería tonto, por lo tanto, si pasara por alto la advertencia. Si, como el título del siguiente artículo de este número de La Atalaya indica, un choque de las naciones con Dios está en el futuro inmediato, éste es el mayor peligro posible. Ciertamente valdría la pena estar informado en cuanto a las razones del choque, y qué vía de escape existe.
Es por eso que los testigos de Jehová visitan a la gente en sus hogares con esta revista. No están expresando simple opinión. Realmente son testigos de Dios, quien no se complace en la muerte de nadie, sino que extiende amplia notificación de advertencia.—Eze. 33:11.
Los testigos de Jehová están preocupados con la vida de la gente. Sin embargo, ellos solo pueden ayudar a informarle a usted. Usted tiene el privilegio de considerar la información que se presenta, y luego obrar en armonía con ella o rehusar hacerlo. Pero es sumamente peligroso adoptar la actitud de que ‘este mundo ha capeado los temporales antes, de modo que vamos a pasar por alto esta advertencia.’ No se ría ni se mofe de esta advertencia cristiana antes de haber leído el artículo “Cuando todas las naciones chocan, de frente, con Dios.”