“Entre las multitudes congregadas bendeciré a Jehová”
1. (a) ¿Quiénes son las multitudes congregadas entre quienes David dijo: “Bendeciré a Jehová,” y por qué pudo decir esto? (b) ¿Cuál debe ser nuestro deseo sincero?
DAVID estaba expresando su deseo sincero cuando dijo: “Entre las multitudes congregadas bendeciré a Jehová.” (Sal. 26:12) David claramente identificó a las multitudes congregadas como adoradores de Jehová Dios, puesto que dijo: “Porque no me he sentado con hombres de falsedad; y con los que esconden lo que son yo no entro. He odiado la congregación de los malhechores, y con los inicuos no me siento.” (Sal. 26:4, 5) ¿Es nuestro deseo sincero igual al de David? Si es así, entonces entre las multitudes congregadas bendeciremos a Jehová, lo cual significa participar fielmente en las reuniones de congregación de los testigos de Jehová cada semana en el Salón del Reino así como asistir a las asambleas de circuito y distrito, nacionales o internacionales cada año.
2. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que debemos reunirnos con regularidad con el pueblo de Jehová?
2 Pero, ¿por qué debemos reunirnos con el pueblo de Jehová? ¿Qué beneficios obtenemos? ¿Cuántas razones bíblicas fuertes podemos mencionar como motivo para asistir a toda reunión de congregación cada semana, sea en una casa privada o en el Salón del Reino? Bueno, consideremos algunas de estas razones para que podamos apreciar la importancia de reunirnos. El reunirnos es parte de nuestra adoración, se manda en las Escrituras, y se nos entrena en las reuniones para ofrecer un sacrificio acepto de alabanza. También, demostramos que somos discípulos de Cristo, y el espíritu de Jehová está presente en las reuniones. Somos edificados por nuestros asociados cristianos y nosotros, a la vez, los edificamos. Las reuniones de congregación son una fuente de abundante alimento espiritual y también un puerto de paz.
3, 4. (a) ¿Qué base bíblica tenemos para reunirnos, y qué propósito debemos tener presente? (b) ¿Por qué es el reunirnos más esencial ahora que nunca antes?
3 El reunirnos como congregación es una parte esencial de nuestra adoración. Esto no es nuevo. Siempre ha sido así con los cristianos. El libro de Hechos revela que el estar juntos era una parte importante de la adoración de los cristianos primitivos. Se nos dice: “Y día tras día asistían constantemente y de común acuerdo al templo . . . alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo.” (Hech. 2:46, 47) Siguiendo el modelo de los cristianos primitivos, entonces, nosotros también tenemos que reunirnos para alabar a Dios.
4 También, el bendecir a Jehová entre compañeros cristianos no es simplemente un pensamiento que se originó de los hombres, sino que se manda en las Escrituras. Hallamos ese mandato claramente expresado por Pablo: “Y considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, no abandonando el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día va acercándose.” (Heb. 10:24, 25) ¡Ese día se ha acercado! ¡Lo contemplamos! Y por eso se nos manda que nos reunamos, bendiciendo a Jehová y edificándonos unos a otros.
5. ¿De qué manera afecta nuestro ministerio público el reunirnos con el pueblo de Jehová?
5 Entonces hay el asunto de la alabanza. En cada reunión que asistimos se nos entrena a ofrecer un sacrificio de alabanza más acepto a Jehová. Cada vez que nos congregamos, se nos da entrenamiento práctico para hacer el fruto de nuestros labios, nuestro ministerio público, aun más agradable a Jehová. Cada reunión hace más profundo nuestro deseo de bendecir a Jehová por medio de este ministerio.—1 Ped. 3:15.
6. ¿Qué ejemplo tenemos que nos estimula a asociarnos con las multitudes congregadas, y qué demostramos al hacerlo?
6 ¿Pensaría usted en no asistir a una reunión cuando usted supiera que Cristo Jesús iba a estar allí? Cristo Jesús nos dio una razón fuerte por la cual debemos asociarnos con las multitudes congregadas cuando dijo: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mat. 18:20) Sí, Cristo Jesús jamás deja de asistir a las reuniones con sus discípulos congregados en la Tierra, pues él asiste a todas las cinco reuniones de congregación que celebran los testigos cristianos de Jehová cada semana por medio de su presencia espiritual. ¿No debemos nosotros asistir por lo tanto? Esta es una manera esencial de demostrar que somos sus discípulos. Donde el pueblo de Jehová está reunido, allí está Su espíritu. El saber esto nos mueve a querer estar con el pueblo de Jehová. Allí es donde sentimos el espíritu de Jehová, exactamente como un poderoso reflector, con sus rayos dirigidos hacia cierto sitio, dando luz y dirección a los que están reunidos allí.
7. ¿Qué excelente razón tenemos para reunirnos? Dé un ejemplo.
7 En medio de las multitudes congregadas somos edificados por la buena asociación de nuestros hermanos, y, a la vez, nosotros edificamos a otros. Cada reunión suministra un intercambio de estímulo, y una oportunidad de demostrar nuestro amor a la entera asociación de compañeros cristianos y sentir su amor a nosotros. ¡Qué excelente razón es ésta para reunirnos! Un testigo de Jehová, ciego y sordo, que jamás perdía la oportunidad de reunirse con sus compañeros cristianos dijo: “Yo siempre espero con deleite las reuniones de congregación con mis hermanos porque esto me hace sentir mejor, y el que los hermanos simplemente me estrechen la mano o me toquen me anima de manera tremenda.” Si una persona sorda y ciega, que no puede oír ni ver lo que sucede en la plataforma, recibe tal edificación, cuánto más recibiremos nosotros, que podemos ver y oír, cuando estemos entre los alabadores de Jehová.—Rom. 1:12.
8, 9. ¿De quién y para quién es la invitación bíblica para participar del agua de la verdad, y qué beneficio inmediato recibimos por estar entre las multitudes congregadas?
8 Las reuniones también son una fuente de abundante alimento espiritual para nosotros, y por eso son vitales para nuestro crecimiento espiritual. Jehová es nuestro Anfitrión en cada una de estas comidas espirituales. Él es El que ha puesto la mesa para nosotros, y por medio de su espíritu sigue invitándonos a venir y beber del agua de verdad. Es justamente como lo escribió Juan: “El espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’ Y cualquiera que oye diga: ‘¡Ven” Y cualquiera que tenga sed venga; cualquiera que desee tome del agua de vida gratis.”—Rev. 22:17.
9 Finalmente, Jehová bendice a su pueblo congregado con paz. Las reuniones de congregación son una zona tranquila en un mundo desgarrado por la guerra. Allí nos juntamos con hermanos y hermanas cristianos que tienen la paz de Dios que supera todo pensamiento. Si amamos la paz y la queremos, se nos hallará entre las multitudes congregadas.—Fili. 4:7.
EL DAR DE TODA ALMA EN LAS MULTITUDES CONGREGADAS
10. ¿Qué pregunta podemos hacernos acerca de asociarnos con nuestros compañeros cristianos, y qué principio bíblico aplicaría?
10 Hasta ahora hemos estado considerando por qué debemos bendecir a Jehová en las multitudes congregadas. Ahora llegamos a otro aspecto de este asunto, y éste es: El dar de toda alma en las multitudes congregadas. En otras palabras, ¿qué puedo dar yo personalmente para bendecir y alabar a Jehová mientras me asocio con mis hermanos? El principio, “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir,” ciertamente aplica aquí. Si damos de toda alma, recibiremos una rica bendición en cambio.—Hech. 20:35.
PREPARÁNDONOS
11. (a) ¿Qué sugerencias pueden seguirse para obtener lo más posible de las reuniones de congregación, y el ejemplo de quién es bueno seguir en este respecto? (b) ¿Por qué se necesita preparación con anticipación? Ilustre.
11 La primera manera de dar es por medio de prepararnos cabalmente para todas las cinco reuniones. ¿Qué significa esto? Significa apartar un tiempo específico con anticipación para leer la materia asignada para la siguiente reunión. Podemos hacer esto como individuos o como familia, quizás subrayando los pensamientos claves para el estudio de La Atalaya o el estudio de libro, o quizás repasando la materia para la Escuela del Ministerio Teocrático o la Reunión de Servicio para que podamos llevar con nosotros un bosquejo mental de la materia que ha de considerarse. Las familias de Betel por todo el mundo son buenos ejemplos en cuanto a tener un horario para preparación con anticipación para las reuniones. Apartan cada lunes por la noche para su estudio de familia de la revista La Atalaya y para considerar la materia para la Escuela del Ministerio Teocrático. Pudiéramos ilustrar la importancia de la preparación con anticipación de esta manera: Ustedes esposos realmente disfrutan de llegar a casa después de un largo y duro día de trabajo y sentarse a una buena comida caliente preparada por su esposa. Pero digamos que una noche llegan a casa con mucho apetito y entran en la cocina y hallan en su plato una papa sin pelar y sin cocer con un bistec crudo junto a ella. Es muy bueno, sano y nutritivo. A todos nos gusta que nuestro alimento sea mejorado estando bien preparado, cocinado adecuadamente. De hecho, nuestro cuerpo digiere mejor algunos alimentos cuando se han cocido. Nuestra mente trabaja de modo muy semejante. Si no empleamos tiempo con anticipación para preparar el alimento espiritual que se nos servirá en las reuniones, si no lo “calentamos” en nuestra mente con anticipación, descubriremos que le es mucho más difícil a nuestra mente digerir plenamente los pensamientos presentados en las reuniones. Pero si leemos con anticipación la información que ha de presentarse, entonces le será mucho más fácil a nuestra mente recibir y absorber el buen alimento espiritual que se esté sirviendo.
12. ¿De qué otra manera podemos prepararnos, y por qué es bueno que los publicadores más jóvenes también tengan y usen sus propias ayudas para estudio en las reuniones cristianas?
12 Otra manera de prepararnos es que todos los de la familia tengan en orden y listos sus materiales de estudio para llevarlos a las reuniones. ¿Ha estado usted alguna vez en una reunión y ha descubierto que no trajo con usted su Ministerio del Reino, o su libro de cánticos, o su Biblia? Sí, esto nos ha sucedido a la mayoría de nosotros. Algunos publicadores evitan esto teniendo dos bolsas para libros, una que usan para el ministerio del campo y la otra para las reuniones que contiene las publicaciones que se necesitan. Un examen rápido a la bolsa para libros antes de salir para las reuniones puede asegurar que uno está preparado adecuadamente. Se recomienda que nuestros publicadores más jóvenes tengan sus propias publicaciones para las reuniones y sean entrenados por sus padres a ser responsables de traerlas consigo y usarlas durante el programa.
13. ¿Cómo pueden cooperar los padres, las madres y los hijos para que la familia llegue a tiempo a las reuniones, y qué se pierde si llegamos tarde?
13 Es esencial la buena cooperación de la familia al prepararse para llegar a tiempo a las reuniones. Esto significa que las esposas deben encargarse de que las comidas estén programadas apropiadamente, dejando suficiente tiempo para que la familia se aliste y viaje a las reuniones. Esto significa que los padres deben fijar cierta hora para salir, considerando la distancia que ha de viajarse hasta el Salón del Reino conduciendo el automóvil a una velocidad segura. Esto significa que los hijos deben cooperar con sus padres y madres vistiéndose rápidamente cuando es hora de alistarse para las reuniones. Cada miembro de la familia carga con una responsabilidad a fin de llegar a tiempo a las reuniones. Si no llegamos a tiempo para el cántico o la oración o la porción de apertura de la reunión, perdemos ese alimento espiritual, y, además, al llegar tarde podemos estorbar a nuestros hermanos y su disfrute del programa.
14. Por eso, entonces, ¿qué se necesita si queremos bendecir a Jehová eficazmente en las multitudes congregadas?
14 Por eso, tal como fue necesario hacer preparación cabal antes que los sacrificios de alabanza y bendición fueran ofrecidos a Jehová en el Israel de la antigüedad, así hay que hacer preparación individual con anticipación si queremos bendecir a Jehová en las multitudes congregadas con toda nuestra alma.—Lev., caps. 1, 2.
DANDO LA BIENVENIDA A NUESTROS HERMANOS Y VISITANTES
15. ¿Cómo podemos saludar a los más nuevos, a los visitantes y a nuestros propios hermanos cristianos cuando nos reunimos, y por qué es necesario esto?
15 Una segunda manera en que todos podemos dar en las reuniones es extendiendo una calurosa bienvenida a nuestros hermanos cristianos, a los más nuevos, y a los visitantes al Salón del Reino de los testigos de Jehová. A algunos de nosotros que somos callados por naturaleza esto quizás nos parezca un poco difícil de hacer. ¿Se encuentra usted alguna vez preguntando a otro publicador: “¿Quién es esa persona? Me gustaría saber si es Testigo.” Bueno, ¿no sería mejor dirigirse al individuo y averiguarlo? No es difícil si recordamos que la cosa principal es estar interesados en otros. Preséntese y luego haga al recién llegado unas cuantas preguntas amigables: ¿Dónde vive? ¿Ha venido antes al Salón del Reino? ¿Cómo es que asistió hoy? Entonces, si dejamos que el recién interesado hable, pronto se sentirá bienvenido y reconocerá que nuestro interés en él es genuino. Haga una gira de Salón del Reino. Hay muchas cosas que mostrarle al visitante y explicarle. Recuerde cómo nos sentimos nosotros cuando vinimos por primera vez al Salón del Reino y lo que nos pareció interesante. Luego muestre algunas de estas cosas al recién interesado. Podemos explicar el propósito de las diferentes reuniones y cómo se conducen, mostrarle la biblioteca del Salón del Reino, el mostrador de la literatura; también podemos explicarle cómo se hace la literatura bíblica, y cómo se lleva a cabo nuestro ministerio individual. Si descubrimos que estamos hablando con un Testigo, tenemos tantas cosas en común que compartir. Podemos preguntarle acerca de su congregación, cuántos publicadores hay en ella, qué clase de territorio tiene para trabajar; podemos animarlo a contar algunas de sus experiencias, y también podemos familiarizarlo con nuestra congregación. Sí, hagamos todos cuanto podamos para extender a todos una calurosa bienvenida a las reuniones, incluso a nuestros compañeros cristianos con quienes hemos servido por muchos años. Esta es otra manera de dar en las multitudes congregadas.
ESCUCHANDO ATENTAMENTE
16. ¿Qué podemos hacer para concentrarnos plenamente y sacar el mayor provecho de la presentación del orador?
16 Una tercera manera es escuchar atentamente el programa a medida que se presenta. El orador de término medio habla mucho más lentamente que lo que piensa el oyente de término medio. ¿Qué haremos con todo ese tiempo para pensar que nos sobra? Si no tenemos cuidado nos hallaremos haciendo viajes mentales lejos de lo que el orador está diciendo. Podemos usar este tiempo para pensar que a todos nos sobra de la siguiente manera a fin de sacar el mayor provecho: A medida que el orador avanza en su discurso, no solo queremos avanzar con él, sino también estar en órbita alrededor de sus pensamientos a medida que progresamos con él. Al oír cada nuevo pensamiento, podemos preguntarnos: ¿Por qué dijo eso? ¿Cómo se relaciona esto con los puntos que ya ha establecido? ¿Cómo encaja con lo que ya sé? De esta manera escuchamos de todo corazón y mantenemos nuestra mente activa y concentrada en los pensamientos del orador a todo tiempo.
17. (a) ¿Necesitamos tener qué por el alimento espiritual que se está presentando? (b) ¿Qué podemos aprender del ejemplo de un Testigo japonés que aprendió la verdad mientras estuvo en la prisión?
17 Para escuchar de esta manera es preciso que tengamos interés genuino y aprecio profundo por el alimento espiritual que se está presentando. Tenemos que sentirnos lo mismo que se sintió cierto Testigo japonés acerca de reunirse. Aprendió la verdad mientras estaba en una prisión japonesa aguardando su ejecución. A la edad de dieciocho años había matado a dos hombres, fue condenado a muerte, y por ocho años había esperado que su propia ejecución llegara a cualquier hora. En su noveno año en la prisión, aprendió la verdad y se hizo muy celoso en predicar a sus compañeros reclusos y a todos los que podía afuera de la prisión por carta. Fue un gran estímulo para los Testigos japoneses debido a su gozoso aprecio de la verdad. Este Testigo dijo que daría cualquier cosa en el mundo por asistir a una sola reunión con la congregación, pero no se le permitió. Murió sin haber asistido jamás a una reunión. Cinco veces cada semana nosotros como cristianos tenemos la mismísima cosa que anhelaba esta persona. Si apreciamos el estar en cada reunión estaremos escuchando con todo el corazón, obedeciendo este mandato de Jehová: “Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, y halle su alma su deleite exquisito en la grosura misma.”—Isa. 55:2.
18. ¿Qué obtenemos al comentar en las reuniones, y qué debe movernos a hacer estas expresiones?
18 Una cuarta manera en que podemos dar en las multitudes congregadas es comentando y participando en las reuniones. ¿No es cierto que aunque solo participemos un poco en la reunión, quizás haciendo simplemente un comentario breve, obtenemos mayor satisfacción y disfrute de la reunión? Sí, el verdadero disfrute viene cuando la persona expresa su propia fe en Jehová entre sus hermanos cristianos. No se trata de sentirse obligado a hacer un comentario y luego descansar y dejar el resto de la reunión a otros. No, es nuestro amor a Jehová el que nos llena y rebosa de modo que queremos bendecir a Jehová y expresar nuestro amor por él. Así ofrecemos a Jehová el fruto de nuestros labios mientras estamos congregados con su pueblo en adoración unida.—Heb. 13:15.
CANTANDO
19. Aunque quizás estemos sin pulir en nuestro cantar, ¿cómo debemos considerar nuestros cánticos de alabanza a Jehová?
19 El cantar los cánticos del Reino con nuestro corazón y mente, así como con nuestros labios, es una quinta manera en que podemos dar de todo corazón. Queremos pensar en el significado de la letra al cantar con la congregación. Debemos guardarnos de dejar que nuestra mente vague mientras cantamos palabras conocidas. También, queremos cantar con sentimiento profundo, dejando que la hermosa melodía despierte nuestras emociones y corazón para bendecir a Jehová. Es verdad que quizás algunos tengan mejor voz para cantar, pero nuestro canto sin pulir es más hermoso y melodioso a Jehová y a nuestros hermanos que el mejor cantante o coro de todas las iglesias de Babilonia la Grande. Tan solo nuestro canto nos da, junto con otros cristianos congregados, varias oportunidades cada semana de bendecir a Jehová.
ORANDO UNIDAMENTE
20. (a) ¿Por qué es necesario que cada uno de nosotros se concentre en las oraciones hechas en la congregación? (b) ¿Cómo podemos dar personalmente en la oración de los congregados?
20 Finalmente, nuestra actitud para con la oración de congregación debe reflejar un espíritu dadivoso aunque no seamos la persona a quien se le pida que represente en oración a la congregación. Cuando se hace oración al principio y al fin de la reunión, ¿escuchamos con atención absorta, concentrándonos en los pensamientos de la oración para que verdaderamente podamos decir “Amén” a lo que se ha dicho? ¿O permitimos que nuestra mente vague de la oración a las cosas que tenemos que hacer durante o después de la reunión como el guardar nuestra materia de estudio, o ver a cierto hermano, o problemas en casa? Jehová, el personaje más importante de todo el universo, está escuchando la oración. Jehová está prestando atención a todo lo que se dice a pesar de las cuestiones principales que le interesan. Si él muestra tan grande interés por una oración que se hace a favor nuestro, ¿no debemos nosotros prestar atención estricta para que podamos concordar y decir “Amén”? Jehová aceptará esa oración como si viniera de cada uno de nosotros si nuestro corazón y mente están con la oración. Así es como nosotros damos individualmente en la oración de los congregados para que llegue a ser una oración unida de bendición a Jehová.
21. (a) Bosqueje las diversas maneras en que podemos bendecir a Jehová entre las multitudes congregadas. (b) ¿Cuál debe ser nuestro deseo como declaró David en el Salmo 27:4?
21 De modo que hemos visto cuántas razones vitales hay para bendecir a Jehová entre las multitudes congregadas, y hemos considerado cómo nosotros podemos dar de toda alma hacia la bendición unida de Jehová como congregación. Lo hacemos preparándonos cabalmente, dando la bienvenida a todos a las reuniones, escuchando atentamente con todo nuestro corazón, participando en comentar, y uniéndonos al cántico y oración con nuestro corazón y mente. Dando de todas estas maneras experimentaremos y veremos la agradabilidad de Jehová entre las multitudes congregadas. Entonces siempre nos sentiremos como se sintió David cuando dijo: “Una cosa he pedido a Jehová... es lo que buscaré, que pueda morar en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la agradabilidad de Jehová y para mirar con aprecio a su templo.” (Sal. 27:4) ¡Sí, sea siempre nuestro ferviente deseo el bendecir y alabar a Jehová entre las multitudes congregadas!
[Ilustración de la página 696]
Para bendecir a Jehová en la multitud congregada, tenemos que estudiar con anticipación el material asignado
[Ilustración de la página 697]
Una calurosa bienvenida a los visitantes, y a nuestros propios hermanos, en el Salón del Reino, puede estimularlos en sus esfuerzos por acercarse a Dios
[Ilustración de la página 698]
El cantar cánticos del Reino con nuestro corazón y mente es un modo de bendecir a Jehová
[Ilustración de la página 699]
Cuando se hace oración en una reunión, ¿escucha usted atentamente, participando así en esta expresión de adoración?