¿Muestra usted aprecio?
“Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento.... Estímala altamente, y ella te ensalzará.”—Pro. 4:5, 8.
1, 2. (a) ¿Cuáles son algunas de las cosas en la vida que debemos apreciar? (b) ¿Exactamente qué significa “aprecio,” y cómo se demuestra?
HAY muchas cosas en la vida que realmente debemos apreciar. Debemos apreciar a nuestro padre y a nuestra madre. Nos trajeron al mundo y dedicaron mucho tiempo a nuestra crianza. Debemos apreciar la atención que nos dieron. Si tenemos amigos verdaderos, tenemos buena razón para apreciarlos también. ¿Y qué hay de las cosas que aprendemos, el trabajo que hacemos y los regalos que recibimos... mostramos aprecio por todas estas cosas? Con frecuencia, cuando se recibe un regalo el individuo que lo recibe dice: “Gracias, lo aprecio mucho.” Pero pudiera hacerse la pregunta: ¿Realmente lo aprecia el individuo? ¿Desea en realidad que se le hubiese dado otra cosa, o mejor nada? ¿Qué hará con ello? ¿Exactamente qué significa “aprecio”?
2 La palabra “apreciar” significa “estimar, evaluar altamente, aprobar afectuosamente.” ¿Quiénes son las personas que usted como individuo estima? ¿Cuáles son las cosas que usted evalúa altamente y aprueba afectuosamente? ¿Cómo lo muestra usted? Si verdaderamente hay aprecio, será evidente en las cosas que usted diga y haga.
RELACIONES FAMILIARES
3. Aunque por lo general hay un fuerte apego a los padres de uno, ¿cómo puede mostrar un niño que realmente no les tiene aprecio?
3 Un niño muy joven realmente no tiene sentido de aprecio. Sin embargo, sí tiene un fuerte apego instintivo a su padre y a su madre. Cuando hay peligro, sabe adónde correr por protección. Por ejemplo, un jovencito puede estar retozando en el patio, estando cerca su madre. Súbitamente un extraño entra en el patio, y el niño quizás se asuste. Corre y agarra a su madre y esconde la cabeza en la falda de su madre, y se siente protegido. Si la madre ha tratado amorosamente al niño en el pasado, el niño se siente seguro aquí. Realmente cree que ésta es toda la protección que necesita contra todo intruso. Pero el niño instintivamente está preocupado en cuanto a sí mismo. El hecho de que realmente no le tenga aprecio a su madre y su guía puede hacerse fácilmente evidente por la manera en que responde cuando es censurado por alguna mala conducta.—Pro. 12:1.
4. (a) Con el tiempo, ¿qué puede contribuir a que uno aprecie a sus padres? (b) Cuando se desarrolla este aprecio, ¿cómo se puede mostrar?
4 Sin embargo, cuando una persona llega a la edad adulta considera los asuntos de una manera enteramente diferente de la manera en que los consideró cuando era niño. El apóstol Pablo dijo: “Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba como pequeñuelo; mas ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las cosas características de pequeñuelo.” (1 Cor. 13:11) Para tener aprecio uno tiene que tener conocimiento, y ese conocimiento tiene que llegar al corazón. A medida que el individuo crece a la edad adulta adquiere conocimiento, y sus propias experiencias pueden hacer que el conocimiento toque su corazón. Ahora llega al punto en que puede apreciar o ver el valor de lo que su padre y madre hicieron por él cuando era pequeñuelo. Puede ser que ahora esté criando a sus propios hijos, se enfrente a los problemas de la disciplina, se desvele por cuidar a los jovencitos cuando están enfermos, y trabaje horas extras para ver que estén alimentados y vestidos y abrigados. Ahora está aprendiendo él mismo la paciencia y el interés amoroso que se requieren para criar uno a sus hijos en “la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efe. 6:4) Estas experiencias pueden hacer que él y su esposa piensen en los días cuando eran jovencitos, y quizás por primera vez en su vida comprendan plenamente y aprecien lo que sus padres hicieron por ellos. Ahora pueden evaluar altamente y aprobar muy afectuosamente lo que hicieron sus propios padres. Cuando se desarrolla este aprecio, es bueno expresarlo, y esto se puede hacer vez tras vez, en una variedad de maneras.—1 Tim. 5:4.
5. En cuanto a la actitud que hasta los niños jóvenes deben cultivar para con sus padres, ¿qué dice la Biblia?
5 Aunque ha de esperarse que el aprecio por lo que sus padres han hecho quizás no florezca plenamente hasta que uno llegue a la edad adulta, aun a los hijos jóvenes las Escrituras declaran: “Honra a tu padre y a tu madre, tal como Jehová tu Dios te ha mandado; para que resulten largos tus días y te vaya bien.” (Deu. 5:16) Si tú honras a tu padre y a tu madre, estarás mostrándoles alta estima o aprecio.
6. (a) ¿Qué ha observado usted que suministra evidencia de grave falta de aprecio de parte de los hijos por sus padres? (b) ¿Qué factores pueden contribuir a una situación como ésta en el hogar, pero qué podría ayudar a evitarla?
6 Por desgracia, en muchos hogares los hijos despliegan una horrible y persistente falta de aprecio por sus padres. (2 Tim. 3:1, 2; Deu. 27:16) El problema básico puede ser que los padres mismos no aprecian a sus hijos. Quizás realmente no los querían y por eso no los consideran de la manera que se expresa en Salmo 127:3: “¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón.” Por no tener ese punto de vista sano y edificante, quizás los padres no pasen tiempo con sus hijos, no les suministren el necesario compañerismo paternal y maternal y no contesten sus muchas preguntas. En otros casos, son los niños quienes, bajo la influencia de malas asociaciones, no han respondido a la amorosa superintendencia de sus padres. Pero si tanto los padres como los hijos aplican encarecidamente el consejo edificante de la Palabra de Dios esto les ayudará a impedir el desarrollo de un ambiente tan desagradable. Sin embargo, debe comprenderse que el simplemente decir que uno tiene aprecio no lo prueba. ¿Suministran evidencia de ella la actitud y acciones de uno sobre una base de día tras día?
7. (a) ¿Qué demuestra en cuanto a la actitud del padre para con sus hijos el hecho de que está dispuesto, o no está dispuesto, a suministrar disciplina? (b) ¿Cómo ha de administrarse esta disciplina?
7 Al contestar esa pregunta, debería considerarse la actitud manifiesta en el hogar para con el dar y el recibir disciplina. El padre que ama a sus hijos se encargará de que reciban la disciplina que necesitan. (Pro. 13:24) El libro de Proverbios, en el Pro. capítulo cuatro, versículo 1, nos insta a apreciar la disciplina, diciendo: “Escuchen, oh hijos, la disciplina de un padre y presten atención, para conocer entendimiento.” La disciplina no siempre significa castigo impuesto a modo de corrección o entrenamiento por medio de sufrimiento. El primer significado de “disciplina,” según el diccionario, es “el trato adecuado a un discípulo o aprendiz, educación, desarrollo de las facultades por instrucción, ejercicio, entrenamiento, ya sea físico, mental o moral.” Por eso, cuando leemos de un padre que administra disciplina no debemos visualizar a un hombre que simplemente vocifera órdenes a sus hijos y luego aplica castigo físico cuando no hacen lo que se les dice. De lo que estamos hablando es de un padre que realmente se interesa en sus hijos, que pasa tiempo con ellos y se interesa mucho en su desarrollo físico, mental y moral. Él quiere ayudar a sus hijos a que lleguen a conocer al Dios verdadero y Sus caminos como los conoce el padre. Quiere que tengan confianza en el cuidado de Dios por nosotros y en el cumplimiento de todo lo que Él ha prometido. (Gén. 18:19; Deu. 11:18, 19) El padre que se interesa así en sus hijos los ayudará pacientemente a cultivar cualidades piadosas como amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad y gobierno de uno mismo. (Gál. 5:22, 23) Por eso, aunque es cierto que hay ocasiones en que se necesite castigo, cuando la Biblia dice: “Escuchen, oh hijos, la disciplina de un padre y presten atención, para conocer entendimiento,” deberíamos pensar principalmente en un padre que pacientemente les suministra instrucción mental y moral a sus hijos.
8. ¿Cómo deben reaccionar los hijos a la disciplina paternal, y por qué?
8 Los hijos e hijas que honran a sus padres, y de este modo honran a Dios, no menospreciarán con rebeldía esta disciplina. Prestarán atención cuando las Escrituras les dicen: “Cualquiera que es tonto trata con falta de respeto la disciplina de su padre, pero cualquiera que hace caso de la censura es sagaz.” (Pro. 15:5) Pensarán seriamente en lo que está escrito en Proverbios 4:13: “Ásete de la disciplina; no sueltes. Salvaguárdala, pues ella misma es tu vida.” ¿Cómo reaccionas tú?
9. ¿Qué significa ‘adquirir sabiduría,’ y cómo puede mostrar un joven que aprecia su valor?
9 Los proverbios inspirados instan además: “Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento. No te olvides, y no te desvíes de los dichos de mi boca. No la dejes, y ella te guardará. Ámala, y ella te salvaguardará. La sabiduría es la cosa principal. Adquiere sabiduría; y con todo lo que adquieres, adquiere entendimiento. Estímala altamente, y ella te ensalzará. Te glorificará porque la abrazas.” (Pro. 4:5-8) A medida que un joven escucha la instrucción de su padre, aceptando su disciplina, va a adquirir sabiduría. Va a aprender a aplicar en su propia vida las cosas que su padre le ha dicho. No simplemente dejará que la instrucción ‘le entre por un oído y le salga por el otro.’ Cuando un joven verdaderamente entiende bien esa amonestación bíblica, discerniendo que “la sabiduría es la cosa principal,” estará dispuesto a escuchar a sus padres y estará ansioso de sacar provecho de la experiencia que ellos han tenido en la vida. Él ‘estimará altamente’ o apreciará la sabiduría que imparten, y especialmente cuando está en armonía con la propia Palabra de Dios, la Biblia.
10. ¿De qué manera también afecta de modo provechoso la sabiduría piadosa a la relación de marido y mujer?
10 Cuando la sabiduría piadosa dirige el modo de pensar de los padres, no solo tendrán éxito en tratar con sus hijos, sino que la relación que tiene el uno para con el otro como marido y mujer será edificante y fortalecedora. La esposa no experimentará la frustración que resulta de hacer cosas para un esposo falto de aprecio, y el esposo confiará en el apoyo leal de su esposa. Ayudándolos a desarrollar un espíritu de aprecio el uno para con el otro, el Libro de sabiduría divina dice: “¿Ha hallado uno una esposa buena? Uno ha hallado una cosa buena, y consigue buena voluntad de Jehová.” (Pro. 18:22) También, “la esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.”—Efe. 5:33.
11. En vez de exigir que su esposo la aprecie, ¿de qué manera es mejor que proceda la esposa?
11 Aunque es cierto que los esposos y las esposas les deben a sus cónyuges el ser apreciativos, las expresiones de aprecio significan mucho más cuando no se exigen sino que se ganan por medio de hacer llamamiento al corazón de la otra persona. ¿Cómo se puede hacer esto? Aunque le es natural a la mujer querer ser físicamente atractiva, otras cosas son mucho más importantes. Proverbios 31:30 dice: “El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza.” Hasta el hombre que no sea creyente es ganado frecuentemente, con el tiempo, por la “conducta casta junto con profundo respeto” de parte de su esposa cristiana. (1 Ped. 3:1, 2) La mujer que demuestra ser una “esposa capaz,” diligente en su trabajo, es la que gana la aprobación afectuosa de su esposo. Acuérdese de que “apreciar” significa “evaluar altamente.” “Su valor es mucho más que el de los corales,” dice el proverbio. “En ella el corazón de su dueño ha cifrado confianza, y no falta ninguna ganancia. Ella le ha recompensado con bien, y no mal, todos los días de su vida.” (Pro. 31:10-12) Si uno tiene una “esposa buena,” entonces, como se declara en Proverbios 31:28, ha de esperarse que él ‘la alabe.’
12. ¿Qué cosas pueden hacer que la esposa y los hijos aprecien al cabeza de su familia?
12 De modo similar, el esposo cristiano se gana la amorosa admiración de su esposa cuando despliega excelentes cualidades. Si es duro e inconsiderado con los otros miembros de la familia, quizás respeten su posición pero se les hará difícil mostrarle aprecio o evaluarlo altamente como individuo. Por otra parte, cuando él ejerce su jefatura con un vivo sentido de que rendirá cuentas a aquel que es su cabeza, el Señor Jesucristo, y en imitación de ése, entonces solo es natural que los miembros de su casa respondan de manera apreciativa. (1 Cor. 11:3; Mat. 11:28-30) No basta con que sea generoso con su tiempo al tratar con personas fuera del hogar; su propia familia merece atención también. El hombre que pasa algún tiempo cada día en conversación edificante con su familia ciertamente será apreciado mucho más que aquel que simplemente trae a casa dinero y luego entierra su cabeza en un periódico o presta su atención al aparato de televisión. Y aunque su esposa puede admirarlo por ayudar a otros en la comunidad, es la anuencia de él a apartar tiempo con regularidad para estudiar la Biblia con ella lo que fortalecerá el amor que ella le tiene.
EL APRECIO QUE MUESTRA JEHOVÁ
13. (a) Aunque miembros de la familia no muestren aprecio por los esfuerzos diligentes de uno para hacer lo bueno, ¿quién sí toma nota? (b) ¿Cómo mostró David confianza en esto?
13 A veces, aunque hacemos un esfuerzo diligente por expresar bondad amorosa a otros, encontramos una respuesta falta de aprecio. Pero debemos darnos cuenta de que hay alguien que ve y aprecia lo que hacemos, y ése es Jehová. David, el hijo de Jesé, fue uno que se dio cuenta de esto. El rey Saúl de Israel le hizo difícil la vida a David, pues, aunque era suegro de David, trató de desbaratar su hogar, finalmente casó a Mical, la esposa de David, con otro hombre, y repetidas veces trató de matar a David mismo. ¿Cuántas personas han pasado por experiencias tan severas como éstas? Sin embargo, David repetidamente obró con bondad amorosa para con el rey. Y, aunque David no esperaba expresión de agradecimiento o aprecio del rey, dijo: “Jehová es quien le pagará a cada cual su propia justicia y su propia fidelidad.” (1 Sam. 26:23) Sí, Jehová se encarga de que las bondadosas acciones de sus siervos no queden sin galardón.—Pro. 25:21, 22.
14. ¿De qué maneras ha mostrado Jehová su interés amoroso en toda la humanidad?
14 Jehová está vivamente interesado en la humanidad, y muestra esto por las provisiones generosas que hace para su disfrute. Aun a personas que no eran adoradoras del Dios verdadero, los apóstoles Pablo y Bernabé pudieron decir correctamente: “No se dejó a sí mismo sin testimonio por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando sus corazones por completo de alimento y de alegría.” (Hech. 14:17) Y, bajo inspiración, el rey Salomón escribió: “He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. Todo lo ha hecho bello a su tiempo. . . . He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien durante la vida de uno; y también que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios.” (Ecl. 3:10-13) Es evidente que Dios ama al mundo de la humanidad, y él quiere que disfruten de esta Tierra, que se tengan aprecio los unos a los otros y que lo amen y lo aprecien a él como Creador.
15. De todas las criaturas que hay en la Tierra, ¿son los humanos los únicos que son objetos del interés amoroso de Dios?
15 Pero el amoroso interés de Dios no se circunscribe a la humanidad. Pues, cuando Jesucristo habló a sus apóstoles acerca del amor de Dios por ellos, dijo: “¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin embargo ni uno de ellos caerá a tierra sin el conocimiento de su Padre. Mas los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Por lo tanto, no tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones.” (Mat. 10:29-31) Piense en eso... Dios se interesa aun en pájaros que los hombres quizás consideren de “poco valor.” ¿Y por qué no? Ellos, también, son obra de la mano de Dios. Jehová los creó y los conservó vivos a través del diluvio del día de Noé.
16. Sin embargo, ¿cómo ha mostrado Dios cariño especial a sus criaturas humanas?
16 Sin embargo, para la humanidad Dios tiene un cariño especial. No fue cuando formó a los animales sino cuando se preparó para hacer a las criaturas humanas que Dios le dijo a su Hijo: “Hagamos un hombre a nuestra imagen.” (Gén. 1:26) Aunque nuestros primeros padres humanos tomaron el camino del pecado, Dios no se enfrió en su amor a la familia humana. Amorosamente hizo provisiones para que todos los que en fe respondieran con aprecio a su Creador pudiesen vivir eternamente. Como lo explicó Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.”—Juan 3:16.
17. ¿Por qué es tan agradable la expectativa de vida eterna en el servicio de Jehová?
17 ¡Qué deleitable es la expectativa de vida eterna en el servicio de Jehová! Él no es Amo falto de aprecio. Aun ahora, aunque nuestro servicio está estropeado por nuestra imperfección, él nos tranquiliza. Para nuestro estímulo movió al apóstol Pablo a escribir a los cristianos fieles: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo.” (Heb. 6:10) Debido a que Abrahán repetidas veces había desplegado fe genuina en Jehová, Dios le dijo: “Tu galardón será muy grande.” (Gén. 15:1) Y respecto a las “decisiones judiciales” de Jehová, el salmista escribió: “En guardarlas hay grande galardón.” (Sal. 19:11) Sí, Jehová remunera apreciativamente a los que hacen su voluntad, sean pequeños o grandes los actos que ejecutan. ¿Cómo nos afecta el conocimiento de esta actitud maravillosamente apreciativa de parte de Dios? ¿Estamos nosotros, a la vez, respondiendo con aprecio?
TENIENDO EN ALTA ESTIMA UNA BUENA RELACIÓN CON DIOS
18. Cuando se trata de disfrutar de una relación con Jehová, ¿a qué situación nos enfrentamos todos nosotros?
18 El tener una relación aprobada con Jehová no es algo que nosotros las criaturas humanas podemos dar por sentado. No la tenemos al nacer. Al contrario, nuestra situación es como la del rey David, que escribió: “¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5) Ninguno de nosotros es excepción. Las Escrituras dicen con certeza: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios.” (Rom. 3:23; también vea 1 Juan 1:8, 10.) Pero Jehová ha suministrado los medios por los cuales podemos conseguir su aprobación.
19, 20. ¿Cuál es el único medio por el cual podemos entrar en una relación con Jehová, y por qué es un privilegio tan magnífico el servirle?
19 Cuando nos detenemos a pensar en lo que son las criaturas humanas en comparación con Dios, esa provisión debería tocar nuestro corazón. Todos los que han viajado por avión saben que, aun desde unos cientos de metros de altura, los hombres casi desaparecen de la vista y sus casas y autos parecen juguetes. Desde su posición mucho más elevada, entonces, al mirar Jehová a la Tierra, ¡cuán pequeños e insignificantes deben parecerle los hombres! (Isa. 40:15) ¿Asombra que el salmista escribiera: “Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre que cuides de él?”—Sal. 8:3, 4.
20 Sin embargo, a nosotros los hombres mortales este Alto y Excelso, el Creador, el Gobernante Soberano del universo, nos extiende la oportunidad de tener una relación con él. Y para hacerlo posible, envió a su Hijo unigénito a la Tierra para entregar su vida como sacrificio expiatorio. Ese Hijo, Jesucristo, explicó él mismo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” También dijo a sus apóstoles: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.” (Juan 3:16; 14:6) Después de su propia muerte y resurrección, Jesús mandó a sus discípulos: “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) Puesto que apreciaron el magnífico privilegio que es servir de esta manera, hicieron lo que él les dijo.
21. Durante el año pasado, ¿cómo demostraron algunas personas alrededor de la Tierra que tienen en alta estima una buena relación con Dios?
21 Como resultado, gente en todas partes de la Tierra ha llegado a conocer a Jehová, el único Dios verdadero, y a su Hijo Jesucristo. El año pasado en 207 países la gente estuvo recibiendo ayuda para hacer esto de parte de los testigos cristianos de Jehová. Algunos tomaron a pechos lo que oyeron. Estos vieron la necesidad de arrepentirse de su derrotero anterior, volverse y usar su vida en hacer la voluntad de Dios. Al llegar a comprender con aprecio la maravillosa provisión que Dios ha hecho para redimir a la humanidad de la esclavitud al pecado y la muerte, gozosamente se repudiaron y se bautizaron en símbolo de su dedicación a Jehová para hacer su voluntad. (Mat. 16:24; 28:19, 20) No fueron solo unos cuantos los que dieron este paso importante. Hubo individuos en 181 países que se bautizaron durante el año pasado. En total, 297.872 personas se presentaron para bautismo por los testigos de Jehová durante el período de solo un año. Todas éstas son personas que han estudiado la Biblia, saben lo que ésta enseña y no se retraen de hacer declaración pública de su fe. (Rom. 10:9, 10) Se aplican encarecidamente a fin de llenar los requisitos para el bautismo porque tienen en alta estima una buena relación con Dios. ¿Tiene usted, también, este aprecio? Bendiciones magníficas, tanto ahora como en el futuro, están reservadas para los que lo tienen.
[Ilustración de la página 175]
Los padres que realmente aman a sus hijos se encargan de que reciban la disciplina que necesitan... no solo castigo, sino instrucción personal que promueve desarrollo mental y moral