Un año nuevo... ¿tiempo para cambiar?

“AÑO nuevo, vida nueva” es un antiguo proverbio español. A muchas personas hoy día —y no solo a las que están enfermas, o son víctimas de la pobreza, o padecen hambre o están amenazadas por la guerra y la violencia— les gustaría ver que el nuevo año trajera mejores condiciones en su vida personal.

Pero la mayoría de nosotros sabemos que el reemplazar un calendario viejo con uno nuevo en realidad no cambia nada. Al llegar a nuestras manos el periódico del 1 de enero de 1978 las noticias que traiga serán muy semejantes a las del día anterior. Eso se debe a que el cambio de año no cambia a la gente... y es la gente lo que hace que la vida sea lo que es.

Sin embargo, el fin de un año y el principio de un nuevo año sí efectúa algo. A menudo hace que la gente reflexione en cuanto a su vida y en cuanto al tiempo que ha transcurrido. Puede hacer que uno se pregunte: “¿Exactamente adónde voy? ¿Qué estoy haciendo con los años de mi vida? ¿Es hora de hacer un cambio?”

No podemos cambiar lo que otros son y ciertamente no podemos cambiar lo que el mundo entero es. Pero podemos dar a nuestra vida una nueva dirección que pueda aportarnos mayor felicidad. ¿Por medio de resoluciones de Año Nuevo? No. La mayoría de la gente viola estas resoluciones dentro del espacio de unos días después de hacerlas. El resolvernos a efectuar un cambio solo porque el año está cambiando no nos suministra motivación genuina y fuerte para cumplir tal resolución. Es necesario que haya una fuerza mayor, una esperanza sólida de algo mejor que nos impela a actuar.

Por esa razón la Biblia insta: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.”—Pro. 3:5, 6.

Si nuestras esperanzas de un futuro mejor se basan solamente en nosotros mismos y nuestro propio conocimiento imperfecto y nuestras propias habilidades imperfectas, tenemos que admitir que ese fundamento no es muy firme. Aunque se basen en una nación entera o en todo el mundo, la situación en realidad no es mejor. El mundo muestra las mismas imperfecciones que nosotros mismos tenemos, solo que en una escala más grande. Y eso resultará cierto en 1978 tanto como lo fue en 1977 ó en cualquier otro año. Se ve que tenemos que acudir a una fuente superior a nosotros... más elevada que el mundo de la humanidad imperfecta.

¿Le parece a usted, quizás, que solo está dejando pasar el tiempo, que realmente no está logrando nada con su vida? ¿O le parece que en su vida matrimonial o su vida familiar hay señales de tensión y hasta peligrosos problemas? ¿O se pregunta usted por qué la humanidad en conjunto simplemente parece no poder dirigir sus pasos rectamente?

En ese caso —no porque haya un cambio en el calendario, sino debido a lo que puede aportarle a usted a modo de ayuda sana y esperanza sólida— no podría haber mejor tiempo que éste para que usted investigara el contenido de la Biblia. Esto puede producir en su vida un cambio por el cual usted estará agradecido eternamente. Los publicadores de esta revista se interesan en mostrarle cómo puede conseguir tal entendimiento bíblico.

[Comentario de la página 3]

“Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.”—Pro. 3:5, 6.