Cómo se salva de la ruina a la Tierra
UNA vez antes en la historia humana Dios salvó de la ruina a manos del hombre a la Tierra. Lo hizo mediante un diluvio que cubrió todo el planeta en los días de Noé. No hay indicación escrita de que en aquel tiempo el hombre estuviera arruinando el ambiente físico. Pero la Tierra fue arruinada de otra manera hasta tal grado que Dios vio necesario actuar con la mayor severidad.
La Biblia informa: “La tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios verdadero, y la tierra se llenó de violencia. De modo que Dios vio la tierra y, ¡mire!, estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra”. (Génesis 6:4, 11, 12.) Sí, en los días de Noé Dios consideró arruinada la Tierra debido a la violencia e iniquidad de la humanidad.
De manera similar, cuando el Israel antiguo empezó a entrar en la Tierra Prometida, Dios advirtió: “No deben corromper la tierra en que están; porque la sangre es lo que corrompe la tierra [...] Y no debes contaminar la tierra”. (Números 35:33, 34.) Por consiguiente, Canaán había sido arruinada por la culpa de derramamiento de sangre de sus habitantes. Un ejemplo horripilante de eso era su práctica de sacrificar niños a sus dioses.
Además, los cananeos eran crasamente inmorales, y aquello también afectó la manera como Dios veía aquella tierra. Él advirtió a Israel: “No se hagan inmundos por medio de ninguna de estas [prácticas inmorales], porque por medio de todas estas cosas se han hecho inmundas las naciones que voy a enviar de delante de ustedes. En consecuencia la tierra está inmunda, y [...] la tierra vomitará a sus habitantes”. (Levítico 18:24, 25.) La inmoralidad y el derramamiento de sangre arruinaron a Canaán a tal grado que Dios destruyó a las naciones cananeas.
El arruinamiento de la Tierra
¿Qué hay de nuestros días? ¿Acaso no vivimos en una época en que también cunden en desenfreno la violencia, el derramamiento de sangre y la inmoralidad? Prescindiendo de lo que el hombre haga para tratar de reparar el daño que ha causado a la Tierra física, nunca podrá restaurar la vida a los aproximadamente cien millones de personas que han muerto en las guerras de este siglo; tampoco puede resucitar a los millones que han sido asesinados por criminales ni a las muchísimas tristes víctimas que mueren de hambre. Ciertamente no puede devolver la vida a los bebés no nacidos que son abortados, cuya cifra es de unos cuarenta a sesenta millones cada año. ¿Podemos dudar que la Tierra esté siendo arruinada a la vista de Dios por esas razones... además de por la inmoralidad desenfrenada de hoy día?
La razón nos dice que pronto Dios tendrá que actuar para salvar de las actividades ruinosas del hombre a la Tierra, y la profecía bíblica confirma eso. Pero ¿qué hará? La Biblia dice que ‘causará la ruina de los que están arruinando la tierra’. (Revelación 11:18; compárese con Mateo 24:3-14.) Tal como un propietario desahucia a un inquilino destructivo, así “desahuciará” Dios a los que arruinan su hermosa creación, la Tierra.
La Biblia declara: “En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella”. (Proverbios 2:22.) La Biblia llama Armagedón a esta venidera acción divina. (Revelación 16:16.) Jesús también la llamó una “gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder”. (Mateo 24:21.) Será aun mayor que el Diluvio.
¿Es esta una solución extremada o injusta? No; Dios, Creador de la Tierra, tiene el derecho de decidir quién habitará en ella. También tiene el derecho de considerar responsable de sus acciones al hombre. Además, si Dios permite que el hombre siga su derrotero en desenfreno, la Tierra será arruinada para todos, y será imposible vivir en ella. Por otra parte, al “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” Dios conservará nuestra herencia terrestre para los que la aprecian. La Biblia promete: “Porque los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella”. (Proverbios 2:21.)
Con la ayuda de Dios, millones de personas han podido mantenerse sin culpa porque quieren quedar en la Tierra para disfrutar de la creación de Dios. También siguen las elevadas normas morales de Dios, y evitan la violencia y la culpa, hasta indirecta, por el derramamiento de sangre. Por consiguiente, en este sentido importante no participan en arruinar la Tierra.
Una Tierra salvada de la ruina
Esas personas ahora esperan tener el gozo de ver la Tierra transformada de la ruina que es ahora en un paraíso próspero. De hecho, hasta sus cuerpos serán limpiados, purificados de los efectos ruinosos del pecado. La provisión de Dios que hace todo esto posible se describe en el último libro de la Biblia como un simbólico “río de agua de vida”. A ambos lados del río “había árboles de vida que producían doce cosechas de fruto, y que daban sus frutos cada mes. Y las hojas de los árboles eran para la curación de las naciones”. (Revelación 22:1, 2.)
Esta visión inspirada es una garantía de que Dios salvará de ruina a la Tierra y sus habitantes. Hay otras profecías que permiten tener un cuadro de esa Tierra restaurada. Por ejemplo, considere la poética visión de Isaías: “El desierto y la región árida se alborozarán, y la llanura desértica estará gozosa, y florecerá como el azafrán. Sin falta florecerá, y realmente estará gozosa con gozo y con alegre gritería”. (Isaías 35:1, 2.) En aquel tiempo no habrá mares contaminados, no estará arruinado el mantillo o tierra fértil ni habrá una atmósfera tóxica.
Más importante aún, la Tierra ya no será arruinada por la violencia, el derramamiento de sangre ni la inmoralidad. Solo los que respeten a Dios, sus normas y su creación morarán en ella. (Revelación 21:7, 8.) Escuche ahora los gloriosos efectos que tendrá todo esto: “[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado. [...] ‘¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas’”. (Revelación 21:4, 5.)
¡Qué feliz resultado! ¡Cuánto nos alegra que Dios pronto haya de “causar la ruina de los que están arruinando la tierra”! ¡Y cuánto nos impulsan estas promesas inspiradas a querer servir al Dios que salvará de ruina a la Tierra y la transformará en un hogar paradisíaco para la humanidad de corazón recto!
[Comentario en la página 6]
La Biblia dice que Dios ‘causará la ruina de los que están arruinando la tierra’. —Revelación 11:18