CARTA A LOS ROMANOS
1 De Pablo, esclavo de Cristo Jesús y llamado a ser apóstol, apartado para anunciar las buenas noticias* de Dios,+ 2 que él ya había prometido mediante sus profetas en las santas Escrituras+ 3 y que hablan de su Hijo. Él vino de la descendencia de David+ como ser humano,+ 4 pero fue declarado Hijo de Dios+ con poder mediante el espíritu de santidad al ser resucitado de entre los muertos+ (así es, Jesucristo nuestro Señor, 5 por medio de quien recibimos bondad inmerecida y un apostolado+ para que gente de todas las naciones+ pueda obedecer por fe para la gloria de su nombre, 6 naciones de entre las que ustedes también fueron llamados para pertenecerle a Jesucristo). 7 A todos los amados de Dios que están en Roma y que han sido llamados para ser santos:+
Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
8 Ante todo, le doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo se habla de la fe de ustedes. 9 Pues Dios, a quien le doy servicio sagrado con todo mi espíritu anunciando las buenas noticias acerca de su Hijo, es mi testigo de que no me canso de mencionarlos siempre en mis oraciones,+ 10 y ruego que, si es posible y es la voluntad de Dios, ahora por fin logre visitarlos. 11 Estoy deseando verlos para transmitirles algún don espiritual a fin de fortalecerlos, 12 o, más bien, para que nos animemos unos a otros+ mediante nuestra fe, tanto la de ustedes como la mía.
13 Pero quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me propuse ir a verlos —aunque hasta ahora se me ha impedido hacerlo— con el fin de recoger algún fruto entre ustedes igual que entre las demás naciones. 14 Tengo una deuda con griegos y con extranjeros, con sabios y con insensatos.+ 15 Así que estoy deseando anunciarles las buenas noticias también a ustedes en Roma.+ 16 Porque no me avergüenzo de las buenas noticias.+ En realidad, son el poder de Dios para salvar a todo el que tiene fe,+ primero al judío+ y también al griego.+ 17 En ellas se revela la justicia de Dios debido a la fe y para la fe,+ tal como está escrito: “Pero el justo vivirá por su fe”.+
18 Así es, la ira de Dios+ se revela desde el cielo contra toda irreverencia e injusticia de los hombres que de un modo injusto dificultan el progreso de la verdad,+ 19 pues lo que puede conocerse de Dios lo tienen claramente a la vista, ya que Dios se lo ha mostrado con claridad.+ 20 Porque sus cualidades invisibles —su poder eterno+ y divinidad—+ se ven claramente desde la creación del mundo, pues se perciben por las cosas creadas,+ de modo que ellos no tienen excusa.+ 21 Aunque conocían a Dios, no le dieron gloria como a Dios ni le dieron gracias, sino que sus razonamientos se volvieron inútiles y su corazón insensato se oscureció.+ 22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron tontos 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por algo parecido a la imagen del hombre corruptible, así como de aves, animales de cuatro patas y reptiles.*+
24 Por lo tanto, de acuerdo con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la impureza* para que deshonraran sus propios cuerpos. 25 Ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y le dieron servicio sagrado a la creación más bien que al Creador, que es alabado para siempre. Amén. 26 Por eso Dios los entregó a una pasión sexual vergonzosa,+ porque las mujeres cambiaron las relaciones sexuales naturales por otras que son antinaturales.+ 27 Del mismo modo, los hombres dejaron las relaciones sexuales naturales con las mujeres, ardieron de pasión unos por otros y hombres con hombres+ hicieron lo que es obsceno, y ellos mismos recibieron el castigo completo que se merecían por su error.+
28 En vista de que no quisieron reconocer a Dios,* Dios los entregó a una mentalidad desaprobada para que hicieran cosas que no se deben hacer.+ 29 Estaban llenos de todo tipo de injusticia,+ perversidad, codicia+ y maldad; estaban llenos de envidia,+ asesinato,+ peleas, engaño+ y malicia;+ eran chismosos 30 y calumniadores;*+ odiaban a Dios; eran insolentes, arrogantes y fanfarrones;* planeaban cosas malas,* desobedecían a los padres,+ 31 no tenían entendimiento,+ no cumplían sus acuerdos, no tenían cariño natural y eran despiadados. 32 Aunque ellos conocen muy bien el justo decreto de Dios —es decir, que los que practican esas cosas merecen la muerte—,+ no solo siguen haciendo esas cosas, sino que también aplauden a los que las practican.
2 Así que, si tú juzgas, quienquiera que seas,+ no tienes excusa. Porque, cuando juzgas a otro, te condenas a ti mismo, pues tú que juzgas haces las mismas cosas.+ 2 Sabemos que Dios juzga de acuerdo con la verdad y condena a los que hacen esas cosas.
3 Pero, tú que juzgas a los que hacen esas cosas que tú también haces, ¿crees que te librarás del juicio de Dios? 4 ¿O es que desprecias las riquezas de su bondad,+ tolerancia+ y paciencia+ porque no sabes que en su bondad Dios está tratando de llevarte hacia el arrepentimiento?+ 5 Pero, debido a que eres terco y a que tu corazón no se arrepiente, estás acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.+ 6 Y él le dará a cada uno lo que merece por sus obras:+ 7 habrá vida eterna para los que buscan gloria, honra e incorrupción+ al aguantar* haciendo lo que está bien; 8 en cambio, habrá ira y furia+ para los que causan conflictos y desobedecen la verdad pero obedecen la injusticia. 9 Habrá dificultades* y sufrimientos para todo el que hace cosas malas, primero para el judío y también para el griego. 10 Pero habrá gloria, honra y paz para todo el que hace lo que está bien, primero para el judío+ y también para el griego.+ 11 Porque Dios no es parcial.+
12 Así, todos los que hayan pecado sin tener la ley también morirán sin la ley,+ pero todos los que hayan pecado estando bajo la ley serán juzgados según la ley.+ 13 Porque no son justos ante Dios los que escuchan la ley, sino que son los que cumplen la ley los que serán declarados justos.+ 14 Porque, cuando la gente de las naciones, que no tiene ley,+ cumple por naturaleza las cosas de la ley, ellos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. 15 Ellos mismos demuestran que la esencia de la ley está escrita en sus corazones, a la vez que su conciencia da testimonio con ellos, y ellos son acusados o incluso disculpados por* sus propios pensamientos. 16 Esto sucederá el día en que Dios juzgue mediante Cristo Jesús las cosas que la humanidad mantiene en secreto,+ según las buenas noticias que declaro.
17 Ahora bien, si tú dices que eres judío+ y te apoyas en la ley y te enorgulleces de Dios, 18 si conoces su voluntad y apruebas las cosas que son excelentes* porque has sido instruido por la Ley,+ 19 si estás convencido de que eres un guía para los ciegos, una luz para los que están en oscuridad, 20 un instructor para los insensatos y un maestro para los niños pequeños, y si comprendes la estructura del conocimiento y de la verdad que contiene la Ley..., 21 entonces, tú que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo?+ Tú que predicas “No robes”,+ ¿robas? 22 Tú que dices “No cometas adulterio”,+ ¿cometes adulterio? Tú que detestas los ídolos, ¿les robas a los templos? 23 Tú que te enorgulleces de tener ley, ¿deshonras a Dios violando* la Ley? 24 Porque, tal como está escrito, “el nombre de Dios está siendo blasfemado entre las naciones a causa de ustedes”.+
25 En realidad, la circuncisión+ solo es provechosa si obedeces la ley.+ Pero, si violas* la ley, tu circuncisión se convierte en incircuncisión. 26 Por eso, si un hombre incircunciso+ obedece los justos requisitos de la Ley, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión?+ 27 Y el hombre que no está circuncidado físicamente, al obedecer la Ley, te juzgará a ti que violas* la ley a pesar de tener el código escrito y estar circuncidado. 28 Porque no es judío el que lo es exteriormente+ ni es la circuncisión algo externo, en el cuerpo.+ 29 Más bien, es judío el que lo es interiormente+ y su circuncisión es la del corazón,+ que se hace por el espíritu, y no por un código escrito.+ Esa persona no recibe alabanzas de los hombres, sino de Dios.+
3 Entonces, ¿qué ventaja tiene ser judío? ¿Qué ventaja tiene la circuncisión? 2 Es una gran ventaja, en todos los sentidos. Para empezar, a los judíos se les confiaron las declaraciones sagradas de Dios.+ 3 Entonces, ¿qué sucede? Si a algunos les faltó fe, ¿acaso su falta de fe anulará la fidelidad de Dios? 4 ¡Claro que no! Dios será veraz,+ aunque todos los hombres sean mentirosos,+ tal como está escrito: “Para que tus palabras demuestren que eres justo y ganes cuando te estén juzgando”.+ 5 Sin embargo, si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Acaso es Dios injusto cuando expresa su ira? (Estoy hablando en términos humanos).+ 6 ¡Claro que no! De otro modo, ¿cómo juzgará Dios al mundo?+
7 Pero, si por mi mentira se destaca todavía más la verdad de Dios para su gloria, ¿por qué entonces se me juzga como pecador? 8 ¿Y por qué no decimos “Hagamos las cosas malas para que vengan las cosas buenas”, tal como algunos nos acusan falsamente de decir? La condena contra esos hombres es justa.+
9 Entonces, ¿qué? ¿Estamos nosotros en mejor posición? ¡De ninguna manera! Porque, como ya hemos dejado claro, todos están bajo el pecado,+ tanto los judíos como los griegos. 10 Así está escrito: “No hay ni un solo hombre justo, ni siquiera uno;+ 11 no hay nadie que sea perspicaz; no hay nadie que busque a Dios. 12 Todos se han desviado, todos se han hecho inútiles; ninguno demuestra bondad, ni siquiera uno”.+ 13 “Su garganta es una tumba abierta; ellos engañan con su lengua”.+ “Hay veneno de serpientes* debajo de sus labios”.+ 14 “Y su boca está llena de maldiciones y amargura”.+ 15 “Sus pies van rápido a derramar sangre”.+ 16 “Hay ruina y miseria en sus caminos, 17 y no han conocido el camino de la paz”.+ 18 “No hay temor de Dios ante sus ojos”.+
19 Ahora bien, sabemos que todas las cosas que dice la Ley son para los que están bajo la Ley, para que todas las bocas callen y todo el mundo sea responsable de su castigo ante Dios.+ 20 Así es que nadie será declarado justo ante él por las obras de la ley,+ porque por la ley conocemos exactamente qué es el pecado.+
21 Pero ahora, sin depender de la ley, la justicia de Dios ha sido revelada,+ como lo confirman la Ley y los Profetas,+ 22 sí, la justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo para todos los que tienen fe.+ Porque no hay distinción.+ 23 Porque todos han pecado y no alcanzan la gloria de Dios,+ 24 y es un regalo*+ que por su bondad inmerecida se les esté declarando justos+ mediante la liberación por el rescate que pagó Cristo Jesús.+ 25 Dios lo presentó a él como ofrenda de reconciliación+ mediante la fe en su sangre.+ Esto lo hizo para demostrar su propia justicia, porque Dios fue paciente y perdonó los pecados del pasado. 26 Lo hizo para demostrar su propia justicia+ en este tiempo, para ser justo incluso cuando declara justo al que tiene fe en Jesús.+
27 Entonces, ¿se puede presumir de algo? No se puede. ¿Qué ley lo impide? ¿La de las obras?+ No, la ley de la fe. 28 Porque llegamos a la conclusión de que un hombre es declarado justo por la fe y no por las obras de la ley.+ 29 ¿Acaso es él solamente el Dios de los judíos?+ ¿No es también el Dios de la gente de las naciones?+ Sí, también lo es de la gente de las naciones.+ 30 Como Dios es uno solo,+ él declarará justos a los circuncisos+ como resultado de la fe y a los incircuncisos+ por medio de su fe. 31 Entonces, ¿anulamos la ley por medio de nuestra fe? ¡Claro que no! Al contrario, confirmamos la ley.+
4 Así pues, ¿qué diremos que consiguió Abrahán, nuestro antepasado?* 2 Por ejemplo, si a Abrahán se le hubiera declarado justo como resultado de sus obras, habría tenido motivos para presumir, aunque no delante de Dios. 3 Porque ¿qué dicen las Escrituras? “Abrahán puso su fe en Jehová y fue considerado justo”.+ 4 Pues bien, al que trabaja no se le cuenta el salario como bondad inmerecida, sino como algo que se le debe. 5 En cambio, al hombre que no realiza obras pero pone su fe en el que declara justo al hombre irreverente se le considera justo por su fe.*+ 6 David también habla de la felicidad del hombre al que Dios considera justo* pero no por sus obras: 7 “Felices aquellos a quienes se les han perdonado las cosas malas* que hicieron y a quienes se les han cubierto los pecados; 8 feliz el hombre a quien Jehová de ningún modo le tomará en cuenta su pecado”.+
9 Entonces, ¿tienen esta felicidad solo los circuncisos, o también los incircuncisos?+ Porque decimos: “Abrahán fue considerado justo por su fe”.*+ 10 Pues bien, ¿cuándo fue considerado justo?* ¿Cuando ya estaba circuncidado, o cuando no estaba circuncidado? Todavía no estaba circuncidado, así que era incircunciso. 11 Y recibió una señal+ —la circuncisión— como sello de la justicia por la fe que tuvo cuando no estaba circuncidado. Esto sucedió para que fuera el padre de todos los que tienen fe+ sin estar circuncidados, a fin de que sean considerados justos,* 12 y para que fuera el padre de una descendencia circuncidada, no solo de los que se aferran a la circuncisión, sino también de los que siguen de cerca los pasos de la fe que tuvo nuestro padre Abrahán+ cuando no estaba circuncidado.
13 Porque no fue mediante la ley mediante lo que Abrahán o su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero de un mundo,+ sino que fue mediante la justicia que se obtiene por la fe.+ 14 Porque, si los que se aferran a la ley son los herederos, la fe es inútil y la promesa queda anulada. 15 En realidad, la Ley produce ira,+ pero donde no hay ley tampoco hay transgresión.+
16 Por eso la promesa se recibe mediante la fe, para que sea por bondad inmerecida,+ a fin de que la promesa sea segura para toda su descendencia,+ no solo para los que se aferran a la Ley, sino también para los que se aferran a la fe de Abrahán, el padre de todos nosotros.+ 17 (Es tal como está escrito: “Te he nombrado padre de muchas naciones”).+ Esto sucedió ante Dios, en quien Abrahán tenía fe, ante aquel que da vida a los muertos+ y llama a* las cosas que no son como si fueran. 18 Aunque no había esperanza, se basó en la esperanza y tuvo fe en que sería padre de muchas naciones, tal como se había dicho: “Así de numerosa será tu descendencia”.+ 19 Y, aunque su fe no se debilitó, sí se daba cuenta de que su cuerpo ya estaba como muerto (pues él tenía unos 100 años)+ y de que la matriz de Sara también estaba muerta.+ 20 Pero, a causa de la promesa de Dios, no dudó por falta de fe. Más bien, se hizo poderoso por su fe, de modo que le dio gloria a Dios 21 y estuvo plenamente convencido de que Dios podía hacer lo que le había prometido.+ 22 Por tanto, “fue considerado justo”.+
23 Sin embargo, las palabras “fue considerado” no se escribieron solo para él,+ 24 sino también para nosotros, que seremos considerados justos porque creemos en el que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor.+ 25 Él fue entregado a causa de nuestras ofensas+ y fue resucitado* para declararnos justos.+
5 Por lo tanto, ahora que hemos sido declarados justos como resultado de la fe,+ disfrutemos de la paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo,+ 2 mediante quien también hemos obtenido acceso por fe a esta bondad inmerecida de la que ahora disfrutamos.+ Y alegrémonos debido a la esperanza de recibir la gloria de Dios.+ 3 Es más, alegrémonos cuando pasemos por dificultades,+ porque sabemos que las dificultades producen aguante;+ 4 el aguante hace que tengamos la aprobación de Dios;+ la aprobación de Dios produce esperanza,+ 5 y la esperanza no decepciona;+ porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante el espíritu santo que hemos recibido.+
6 De hecho, mientras todavía éramos débiles,+ Cristo murió por hombres irreverentes al tiempo fijado. 7 Es difícil que alguien muera por un hombre justo, pero tal vez alguien esté dispuesto a morir por un hombre bueno. 8 Sin embargo, Dios nos ha demostrado* su propio amor de esta manera: cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.+ 9 Y, ahora que hemos sido declarados justos por su sangre,+ con mucha más razón seremos salvados de la ira por medio de él.+ 10 Porque, si fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo cuando éramos enemigos,+ con mucha más razón seremos salvados por medio de su vida ahora que estamos reconciliados. 11 Y no solo eso, también nos alegramos a causa de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, mediante quien ahora hemos recibido la reconciliación.+
12 Así pues, por medio de un solo hombre, el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte,+ y así fue como la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos habían pecado...+ 13 Porque ya existía el pecado en el mundo antes de que existiera la Ley, pero no se puede acusar a nadie de un pecado cuando no hay ley.+ 14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado de la misma manera en la que pecó* Adán, quien tiene cierto parecido con el que iba a venir.+
15 Pero el regalo no es como la ofensa. Porque, si muchos murieron por la ofensa de un solo hombre, más aún abundaron* para muchos la bondad inmerecida de Dios y su regalo* mediante la bondad inmerecida de un solo hombre,+ Jesucristo.+ 16 Además, no pasa lo mismo con el regalo* de Dios que lo que pasó con el pecado de un solo hombre:+ la sentencia después de una sola ofensa fue una condena,+ pero el regalo después de muchas ofensas fue una declaración de justicia.+ 17 Porque, si por la ofensa de un solo hombre la muerte reinó por medio de él,+ ¡con mucha más razón los que reciben en abundancia la bondad inmerecida y el regalo* de la justicia+ reinarán+ con vida por medio de una sola persona, Jesucristo!+
18 Así pues, tal como una sola ofensa tuvo como resultado que hombres de toda clase fueran condenados,+ del mismo modo un solo acto de justificación tiene como resultado que hombres de toda clase+ sean declarados justos y reciban vida.+ 19 Porque, tal como muchos llegaron a ser pecadores por la desobediencia de un solo hombre,+ del mismo modo muchos llegarán a ser justos por la obediencia de una sola persona.+ 20 Ahora bien, la Ley entró en escena para que aumentaran las ofensas.+ Pero donde abundó el pecado abundó todavía más la bondad inmerecida. 21 ¿Con qué fin? Para que, tal como el pecado reinó con la muerte,+ del mismo modo la bondad inmerecida reine por medio de la justicia que lleva a vida eterna mediante Jesucristo nuestro Señor.+
6 Entonces, ¿qué diremos? ¿Debemos seguir pecando para que aumente la bondad inmerecida? 2 ¡Claro que no! En vista de que hemos muerto con respecto al pecado,+ ¿cómo podemos seguir viviendo en él?+ 3 ¿O no saben que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús+ fuimos bautizados en su muerte?+ 4 Así que fuimos enterrados con él mediante nuestro bautismo en su muerte,+ para que, tal como Cristo fue levantado de entre los muertos mediante la gloria del Padre, también nosotros vivamos una nueva vida.+ 5 Si estamos unidos a él en una muerte como la suya,+ también estaremos unidos a él en una resurrección como la suya.+ 6 Porque sabemos que nuestra vieja personalidad fue clavada al madero con él,+ para que nuestro cuerpo pecador* perdiera su poder+ y así dejáramos de ser esclavos del pecado.+ 7 Porque el que muere queda absuelto de su pecado.
8 Además, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. 9 Porque sabemos que Cristo, ahora que ha sido levantado de entre los muertos,+ no morirá jamás;+ la muerte ya no tiene dominio sobre él. 10 Porque, cuando él murió, murió una vez y para siempre con respecto al pecado,+ pero la vida que vive, la vive para Dios. 11 Así mismo, ustedes consideren que han muerto con respecto al pecado pero que viven para Dios por Cristo Jesús.+
12 Por lo tanto, no dejen que el pecado siga reinando en sus cuerpos mortales+ de modo que tengan que obedecer sus deseos. 13 Tampoco sigan ofreciendo sus cuerpos al pecado como armas de la injusticia. Más bien, ofrézcanse a Dios como quienes han pasado de la muerte a la vida y ofrezcan sus cuerpos a Dios como armas de la justicia.+ 14 El pecado no debe ser* amo de ustedes, porque ustedes no están bajo la ley,+ sino bajo la bondad inmerecida.+
15 Entonces, ¿qué? ¿Cometeremos un pecado porque no estamos bajo la ley, sino bajo la bondad inmerecida?+ ¡Claro que no! 16 ¿No saben que, si se ofrecen a alguien como esclavos obedientes, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen,+ sea del pecado,+ que lleva a la muerte,+ o de la obediencia, que lleva a la justicia? 17 Pero le damos gracias a Dios porque, aunque ustedes fueron esclavos del pecado, se hicieron obedientes de corazón al modelo de enseñanza al que se les entregó. 18 Así es, como fueron liberados del pecado,+ se hicieron esclavos de la justicia.+ 19 Les estoy hablando en términos humanos porque son de naturaleza débil.* Tal como ofrecieron sus miembros como esclavos a la impureza* y a la maldad para hacer lo que es malo, ahora ofrezcan sus miembros como esclavos a la justicia para hacer lo que es santo.+ 20 Porque, cuando eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia.
21 Entonces, ¿qué fruto producían en aquel tiempo? Cosas de las que ahora se avergüenzan. Porque el resultado de esas cosas es la muerte.+ 22 Sin embargo, ahora que ustedes han sido liberados del pecado y se han hecho esclavos de Dios, el fruto que producen es la santidad+ y el resultado es la vida eterna.+ 23 Porque el salario que el pecado paga es la muerte,+ pero el regalo que Dios da es la vida eterna+ por Cristo Jesús nuestro Señor.+
7 ¿Será que no saben, hermanos (porque estoy hablándoles a los que conocen la ley), que la Ley tiene dominio sobre el hombre mientras vive? 2 Por ejemplo, la mujer casada* está atada por la ley a su esposo mientras él vive; pero, si su esposo muere, queda libre de la ley de su esposo.+ 3 Así que, mientras vive su esposo, ella sería llamada adúltera si llegara a ser de otro hombre.+ Pero, si su esposo muere, queda libre de la ley de él, de modo que no sería adúltera si llegara a ser de otro hombre.+
4 Así mismo, hermanos míos, a ustedes también se les hizo morir con respecto a la Ley mediante el cuerpo del Cristo para que llegaran a ser de otro,+ de aquel que fue levantado de entre los muertos,+ a fin de que produzcamos fruto para Dios.+ 5 Porque, cuando vivíamos de acuerdo con la carne, los deseos pecaminosos que despertaba la Ley actuaban en nuestros cuerpos para que produjéramos fruto que lleva a la muerte.+ 6 Pero ahora se nos ha liberado de la Ley,+ porque hemos muerto con respecto a lo que nos tenía sujetos, para que seamos esclavos en un sentido nuevo por medio del espíritu,+ y no en el sentido viejo por medio del código escrito.+
7 Entonces, ¿qué diremos? ¿Es pecado la Ley? ¡Claro que no! En realidad, yo no habría sabido qué es el pecado si no hubiera sido por la Ley.+ Por ejemplo, no habría sabido qué es la codicia si la Ley no hubiera dicho “No codicies”.+ 8 Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le daba el mandamiento, produjo en mí todo tipo de codicia, porque sin la ley el pecado estaba muerto.+ 9 De hecho, yo estaba vivo en otro tiempo sin la ley. Pero, cuando llegó el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.+ 10 Y descubrí que el mandamiento que debía llevarme a la vida+ en realidad me llevaba a la muerte. 11 Porque el pecado, aprovechando la oportunidad que le daba el mandamiento, me sedujo y mediante él me mató. 12 De manera que la Ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.+
13 Entonces, ¿es que algo que es bueno causó mi muerte? ¡Claro que no! Fue el pecado el que, para que se demostrara que era pecado, produjo mi muerte mediante lo que es bueno.+ De este modo, el pecado llegó a ser mucho más pecaminoso mediante el mandamiento.+ 14 Porque sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy carnal, fui vendido al pecado.+ 15 Porque no entiendo mi comportamiento: no practico lo que deseo,* sino que hago lo que odio. 16 Sin embargo, si hago lo que no deseo, estoy de acuerdo en que la Ley es buena. 17 Pero ahora ya no soy yo el que hace esas cosas, sino el pecado que vive en mí.+ 18 Porque sé que no hay nada bueno en mí —es decir, en mi carne—, pues, aunque deseo hacer lo que está bien, no soy capaz de hacerlo.+ 19 Porque no hago las cosas buenas que deseo hacer, sino que practico las cosas malas que no deseo. 20 Entonces, si hago lo que no deseo, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que vive en mí.
21 Por lo tanto, me doy cuenta de que existe esta ley en mi caso: cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está conmigo.+ 22 Al hombre que soy por dentro de veras le agrada la ley de Dios,+ 23 pero en mi cuerpo veo otra ley que lucha contra la ley de mi mente+ y que me hace prisionero de la ley del pecado+ que está en mi cuerpo. 24 ¡Qué desdichado soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está sufriendo esta muerte? 25 ¡A Dios le doy gracias por medio de Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con mi mente soy esclavo de la ley de Dios, pero con mi carne soy esclavo de la ley del pecado.+
8 Por lo tanto, los que están en unión con Cristo Jesús no son condenados.+ 2 Porque la ley del espíritu que da vida en unión con Cristo Jesús te liberó+ de la ley del pecado y de la muerte. 3 Dios hizo lo que la Ley era incapaz de hacer,+ porque esta era débil+ debido a la carne. Envió a su propio Hijo+ con una forma semejante a la de seres humanos pecadores*+ a fin de eliminar el* pecado. Así condenó el pecado en la carne, 4 para que se cumpliera el justo requisito de la Ley en nosotros,+ los que no andamos guiados por la carne, sino por el espíritu.+ 5 Porque los que viven guiados por la carne se concentran en las cosas de la carne,+ pero los que viven guiados por el espíritu se concentran en las cosas del espíritu.+ 6 Concentrarse en la carne acaba en muerte,+ mientras que concentrarse en el espíritu tiene como resultado vida y paz;+ 7 concentrarse en la carne acaba en enemistad con Dios,+ pues la carne no está sujeta a la ley de Dios ni lo puede estar. 8 Por eso los que viven guiados por la carne no pueden agradar a Dios.
9 Sin embargo, si el espíritu de Dios de veras reside en ustedes, ustedes no viven guiados por la carne, sino por el espíritu.+ Pero, si alguien no tiene el espíritu de Cristo, esa persona no le pertenece a él. 10 En cambio, si Cristo está en unión con ustedes,+ el cuerpo está muerto debido al pecado, mientras que el espíritu da vida debido a la justicia. 11 Pues bien, si el espíritu del que levantó a Jesús de entre los muertos reside en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos+ también les dará vida a sus cuerpos mortales+ por medio de su espíritu, que reside en ustedes.
12 Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es con la carne para vivir guiados por la carne.+ 13 Si ustedes viven guiados por la carne, de seguro morirán. En cambio, si con el espíritu dan muerte a las malas prácticas del cuerpo,+ vivirán.+ 14 Porque todos los que viven guiados por el espíritu de Dios sí son hijos de Dios.+ 15 Porque ustedes no recibieron un espíritu de esclavitud que les haga volver a tener miedo, sino que recibieron un espíritu que los adopta como hijos, el espíritu que nos motiva a exclamar: “¡Abba, Padre!”.+ 16 El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu+ de que somos hijos de Dios.+ 17 Así que, si somos hijos, también somos herederos —herederos de Dios, pero coherederos+ con Cristo—, siempre y cuando suframos con Cristo+ para que también seamos glorificados con él.+
18 Por eso pienso que los sufrimientos del presente no son nada en comparación con la gloria que va a ser revelada en nosotros.+ 19 Porque la creación espera con gran expectación la revelación de los hijos de Dios.+ 20 Porque la creación fue sometida a la inutilidad+ —no por su propia voluntad, sino por la de aquel que la sometió— tomando como base la esperanza+ 21 de que* la creación misma también será liberada+ de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que toda la creación junta sigue lamentándose y sintiendo dolor hasta ahora. 23 No solo eso, también nosotros mismos, sí, nosotros que tenemos las primicias —es decir, el espíritu—,+ nos lamentamos en nuestro interior+ mientras esperamos con mucho deseo la adopción como hijos,+ la liberación por rescate de nuestros cuerpos.+ 24 Porque fuimos salvados en esa esperanza. Sin embargo, la esperanza que se ve no es esperanza, porque ¿cómo puede alguien esperar algo si ya lo ve? 25 Pero, si esperamos+ lo que no vemos,+ seguimos esperándolo con aguante* y mucho deseo.+
26 De igual manera, el espíritu también acude en nuestra ayuda cuando estamos débiles.+ Porque el problema es que a veces no sabemos lo que necesitamos pedir en oración, pero el espíritu mismo ruega por nosotros con lamentos no expresados.* 27 Sin embargo, el que examina los corazones+ sabe cuál es la intención del espíritu, porque este ruega por los santos de acuerdo con la voluntad de Dios.
28 Sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen para beneficio de los que aman a Dios, aquellos que son llamados de acuerdo con su propósito.+ 29 Porque a los que primero dirigió su atención* también los escogió de antemano* para que fueran moldeados a la imagen de su Hijo,+ a fin de que él fuera el primogénito+ entre muchos hermanos.+ 30 Además, a los que escogió de antemano,*+ también los llamó;+ a los que llamó, también los declaró justos.+ Por último, a los que declaró justos, también los glorificó.+
31 Entonces, ¿qué diremos sobre estas cosas? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién podrá estar* en contra de nosotros?+ 32 En vista de que él no le perdonó la vida ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,+ ¿no nos dará bondadosamente, junto con él, todo lo demás? 33 ¿Quién va a presentar alguna acusación contra los escogidos de Dios?+ Dios es el que los declara justos.+ 34 ¿Quién va a condenarlos? Cristo Jesús es el que murió y, más que eso, el que fue resucitado, el que está a la derecha de Dios+ y el que también ruega por nosotros.+
35 ¿Quién va a separarnos del amor del Cristo?+ ¿Las dificultades? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?+ 36 Así está escrito: “A causa de ti nos están matando todo el tiempo. Nos consideran ovejas destinadas al matadero”.+ 37 Pero, gracias al que nos amó, salimos completamente victoriosos de todas estas cosas.+ 38 Porque estoy convencido de que ni muerte ni vida, ni ángeles ni gobiernos, ni cosas presentes ni cosas futuras, ni poderes,+ 39 ni altura ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.
9 Digo la verdad en Cristo; no miento, y mi conciencia da testimonio conmigo en el espíritu santo 2 de que tengo una gran tristeza y un dolor constante en mi corazón. 3 Porque preferiría que yo mismo fuera separado del Cristo como un hombre maldito si de esa forma ayudara a mis hermanos, mis parientes carnales, 4 los israelitas. A ellos les pertenecen la adopción como hijos,+ la gloria, los pactos,+ la Ley,+ el servicio sagrado+ y las promesas.+ 5 A ellos les pertenecen los patriarcas+ y de ellos descendió el Cristo.+ Que Dios, que está por encima de todo, sea alabado para siempre. Amén.
6 Sin embargo, no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los que son descendientes de Israel son realmente “Israel”.+ 7 Tampoco son todos hijos por ser descendencia de Abrahán,+ sino que es como está escrito: “Por medio de Isaac vendrá lo que será llamado tu descendencia”.+ 8 Es decir, los descendientes naturales* no son realmente los hijos de Dios.+ Más bien, son los hijos de la promesa+ los que son considerados como descendencia. 9 Porque esta fue la promesa: “Por estas fechas vendré, y Sara tendrá un hijo”.+ 10 Y no solo se hizo en esa ocasión, sino también cuando Rebeca concibió gemelos de un solo hombre, nuestro antepasado Isaac.+ 11 Cuando ellos todavía no habían nacido ni habían hecho nada bueno ni nada malo, para que el propósito de Dios de escoger a alguien siguiera dependiendo de aquel que llama y no de las obras, 12 se le dijo a ella: “El mayor será esclavo del más joven”.+ 13 Como está escrito: “Amé a Jacob, pero odié a Esaú”.+
14 Entonces, ¿qué diremos? ¿Es Dios injusto? ¡Claro que no!+ 15 Porque le dice a Moisés: “Le mostraré misericordia a quien yo quiera mostrarle misericordia, y le mostraré compasión a quien yo quiera mostrarle compasión”.+ 16 Por tanto, no depende del deseo de una persona ni de sus esfuerzos, sino de Dios, que muestra misericordia.+ 17 Porque cierto pasaje de las Escrituras le dice al faraón: “Te he dejado vivir por esta razón: para demostrar mi poder en tu caso y para que se proclame mi nombre por toda la tierra”.+ 18 Así que él le muestra misericordia a quien desea, pero deja que quien él desea se haga terco.+
19 Sin embargo, tú me dirás: “¿Por qué él todavía acusa a las personas? ¿Acaso puede alguien ir en contra de su voluntad?”. 20 Pero ¿quién eres tú, un simple hombre, para contestarle a Dios?+ ¿Acaso el objeto moldeado puede decirle al que lo moldeó “¿Por qué me hiciste así?”?+ 21 ¿Es que no tiene el alfarero el derecho de hacer con la misma masa de barro+ una vasija para un uso honroso y otra para un uso deshonroso? 22 ¿Y qué si Dios, aunque quería demostrar su ira y dar a conocer su poder, toleró con mucha paciencia a vasijas de ira hechas para ser destruidas? 23 ¿Y qué si lo hizo para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasijas de misericordia+ que él preparó de antemano para la gloria, 24 es decir, nosotros, a quienes llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre la gente de las naciones?+ 25 Es como él dice también en Oseas: “Llamaré mi pueblo a los que no son mi pueblo+ y llamaré amada a la que no era amada.+ 26 Y, en el lugar donde se les dijo ‘Ustedes no son mi pueblo’, allí serán llamados hijos del Dios vivo”.+
27 Además, Isaías proclama sobre Israel: “Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, solo un resto será salvado.+ 28 Porque Jehová hará un ajuste de cuentas sobre la tierra, de forma completa y sin demora”.+ 29 Y como Isaías también predijo: “Si Jehová de los ejércitos no nos hubiera dejado una descendencia, habríamos llegado a ser como Sodoma y nos habríamos parecido a Gomorra”.+
30 Entonces, ¿qué diremos? Que gente de las naciones, aunque no buscaba la justicia, alcanzó la justicia,+ la justicia que se obtiene por la fe.+ 31 Pero Israel, aunque buscaba una ley de justicia, no logró alcanzar esa ley. 32 ¿Por qué razón? Porque ellos no la buscaron por la fe, sino por las obras. Tropezaron con la “piedra que hace tropezar”;+ 33 como está escrito: “¡Miren! Pongo en Sion una piedra+ que hace tropezar y una roca que ofende,* pero el que ponga su fe en ella no será decepcionado”.+
10 Hermanos, lo que en realidad deseo de corazón y le ruego a Dios es que ellos sean salvados.+ 2 Porque doy fe* de que tienen devoción* por Dios,+ pero no se basa en conocimiento exacto. 3 Al no conocer la justicia de Dios+ y tratar de establecer la de ellos,+ no se sometieron a la justicia de Dios.+ 4 Porque Cristo es el fin de la Ley,+ para que todo el que demuestre fe alcance la justicia.+
5 Hablando de la justicia que se alcanza por la Ley, Moisés escribe: “El hombre que hace estas cosas vivirá gracias a ellas”.+ 6 Pero la justicia que se obtiene por la fe dice: “No digas en tu corazón+ ‘¿Quién subirá al cielo?’,+ o sea, para hacer bajar a Cristo. 7 Tampoco digas ‘¿Quién bajará al abismo?’,+ o sea, para hacer subir a Cristo de entre los muertos”. 8 Más bien, ¿qué dice? “La palabra está cerca de ti, en tu propia boca y en tu propio corazón”,+ es decir, “la palabra” de la fe, que nosotros predicamos. 9 Porque, si con la boca declaras públicamente que Jesús es el Señor+ y con el corazón demuestras fe en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvado. 10 Porque con el corazón se demuestra la fe que lleva a la justicia, pero con la boca se hace la declaración pública+ que lleva a la salvación.
11 Pues un pasaje de las Escrituras dice: “Nadie que ponga su fe en él será decepcionado”.+ 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego.+ Todos tienen el mismo Señor, que es generoso con* todos los que lo invocan. 13 Porque “todo el que invoque el nombre de Jehová será salvado”.+ 14 Sin embargo, ¿cómo lo invocarán si no han puesto su fe en él? ¿Y cómo pondrán su fe en él si no han oído hablar de él? ¿Y cómo oirán sin alguien que predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no han sido enviados?+ Tal como está escrito: “¡Qué hermosos son los pies de los que declaran buenas noticias de cosas buenas!”.+
16 Sin embargo, no todos hicieron caso a las buenas noticias, pues Isaías dice: “Jehová, ¿quién ha puesto su fe en nuestro mensaje?”.*+ 17 De modo que la fe sigue al mensaje que se oye,+ y el mensaje que se oye llega por medio de la palabra acerca de Cristo. 18 Pero yo pregunto: ¿es que no oyeron? Claro que sí, porque “por toda la tierra salió su sonido, y hasta el último rincón de la tierra habitada salió su mensaje”.+ 19 Pero yo pregunto: ¿es que Israel no sabía?+ Para empezar, Moisés dice: “Provocaré sus celos usando a los que no son una nación. Provocaré su furia violenta usando una nación insensata”.+ 20 Pero Isaías se llena de valor y dice: “Los que no me buscaban me encontraron.+ Los que no preguntaban por mí llegaron a conocerme”.+ 21 En cambio, de Israel dice: “Todo el día tuve mis manos extendidas hacia un pueblo desobediente y terco”.+
11 Así pues, yo pregunto: ¿es que Dios rechazó a su pueblo?+ ¡Claro que no! Pues yo también soy israelita, de la descendencia de Abrahán, de la tribu de Benjamín.+ 2 Dios no rechazó a su pueblo, al que dirigió su atención primero.*+ ¿No saben lo que dice cierto pasaje de las Escrituras sobre Elías cuando se queja de Israel a Dios? 3 “Jehová, han matado a tus profetas y han demolido tus altares; solo quedo yo y ahora tratan de quitarme la vida a mí”.+ 4 Sin embargo, ¿cuál fue la declaración divina? “Todavía me quedan 7.000 hombres que no se han arrodillado ante Baal”.+ 5 Del mismo modo, también en este tiempo hay un resto+ escogido por bondad inmerecida. 6 Ahora bien, si son escogidos por bondad inmerecida,+ ya no es por obras.+ De lo contrario, la bondad inmerecida ya no sería bondad inmerecida.
7 Entonces, ¿qué? Israel no consiguió lo que sigue buscando con tanto empeño, mientras que los escogidos sí lo consiguieron.+ Los demás se hicieron insensibles,+ 8 tal como está escrito: “Hasta el mismo día de hoy, Dios les ha dado un espíritu de sueño profundo,+ ojos que no ven y oídos que no oyen”.+ 9 David también dice: “Que su mesa se convierta en un lazo, una trampa, un obstáculo* y un castigo para ellos. 10 Que sus ojos se nublen para que no vean. Y haz que siempre tengan que doblar sus espaldas”.+
11 Por lo tanto, yo pregunto: ¿es que ellos tropezaron y cayeron sin posibilidad de recuperarse? ¡Claro que no! Pero, debido a su paso en falso, gente de las naciones puede salvarse, y esto es para provocar sus celos.+ 12 Ahora bien, si su paso en falso enriquece al mundo y su disminución enriquece a gente de las naciones,+ ¡cuántas más riquezas habrá cuando su número esté completo!*
13 Ahora les hablo a ustedes, los que son gente de las naciones. En vista de que soy apóstol a las naciones,+ le doy gloria a mi ministerio+ 14 para ver si de algún modo puedo provocar los celos de mi propio pueblo y salvar a algunos de ellos. 15 Porque, si rechazarlos a ellos+ supone una reconciliación para el mundo, ¿qué supondrá aceptarlos? ¿No supondrá que pasen de la muerte a la vida? 16 Además, si la parte de la masa que se toma como primicias es santa, también lo es toda la masa. Y, si la raíz es santa, también lo son las ramas.
17 Sin embargo, si algunas ramas fueron arrancadas y tú que eres un olivo silvestre fuiste injertado entre las otras y participas de la rica raíz del olivo, 18 no trates con arrogancia a* las ramas. Y, si las tratas con arrogancia,*+ recuerda que tú no sostienes a la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti. 19 Entonces dirás: “Algunas ramas fueron arrancadas para que yo fuera injertado”.+ 20 ¡Es cierto! Ellas fueron arrancadas por su falta de fe,+ pero tú estás de pie por la fe.+ En vez de ser arrogante, teme. 21 Porque, si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco te perdonará a ti. 22 Así que piensa en la bondad+ y en la severidad de Dios. Él es severo con los que cayeron,+ pero es bondadoso contigo, siempre y cuando permanezcas en su bondad. Si no, tú también serás cortado. 23 Y ellos también, si abandonan su falta de fe, serán injertados,+ pues Dios puede injertarlos de nuevo. 24 Porque, si tú fuiste cortado de un olivo que es silvestre por naturaleza y fuiste injertado contrario a lo que es natural en un olivo cultivado, ¡con mucha más razón serán injertadas las ramas naturales en su propio olivo!
25 Hermanos, no quiero que desconozcan este secreto sagrado+ a fin de que no se vuelvan sabios a sus propios ojos: parte de Israel ha quedado insensible+ hasta que entre el número completo* de gente de las naciones, 26 y así todo Israel+ será salvado. Tal como está escrito: “El libertador saldrá de Sion+ y apartará de Jacob las prácticas irreverentes. 27 Y este es mi pacto con ellos+ cuando elimine sus pecados”.+ 28 Cierto, en lo relacionado con las buenas noticias, ellos son enemigos para beneficio de ustedes; pero, en lo relacionado con la elección de Dios, ellos son amados a causa de sus antepasados.+ 29 Porque Dios no se arrepentirá de* sus regalos ni de su llamada. 30 Ustedes fueron en un tiempo desobedientes a Dios,+ pero ahora se les ha mostrado misericordia+ debido a la desobediencia de ellos.+ 31 De igual modo, ellos ahora han sido desobedientes y, como resultado, se les ha mostrado misericordia a ustedes, a fin de que a ellos también ahora se les pueda mostrar misericordia. 32 Porque Dios hizo que todos fueran prisioneros de la desobediencia+ para poder mostrarles misericordia a todos.+
33 ¡Oh, qué profundas son las riquezas, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Qué inexplicables son sus juicios e inexplorables sus caminos!+ 34 Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová? ¿O quién se ha convertido en su consejero?”.+ 35 O “¿quién le ha dado algo a Dios primero para que él tenga que darle algo a cambio?”.+ 36 Porque todas las cosas vienen de él y son por él y para él. A él vaya la gloria para siempre. Amén.
12 Por lo tanto, hermanos, les suplico por la compasión de Dios que ofrezcan sus cuerpos+ como un sacrificio vivo, santo+ y que agrade a Dios;+ así darán un servicio sagrado con su capacidad de razonar.+ 2 Y dejen de amoldarse a este sistema;+ más bien, transfórmense renovando su mente,+ para que comprueben por ustedes mismos+ cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
3 Por la bondad inmerecida que se me ha mostrado, le digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar,+ sino que piense de un modo que demuestre buen juicio,+ según la medida de fe que Dios le haya dado.*+ 4 Porque, tal como en un solo cuerpo hay muchos miembros+ pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en unión con Cristo, pero individualmente somos miembros que nos pertenecemos unos a otros.+ 6 Así que tenemos distintos dones según la bondad inmerecida que se nos ha mostrado.+ Si es el de profetizar, profeticemos según la fe que se nos ha dado; 7 si es el de servir* a los demás, esforcémonos al máximo en este ministerio; si alguien tiene el don de enseñar, que enseñe;+ 8 el que anima, que anime;+ el que da, que lo haga con generosidad;+ el que dirige, que lo haga con diligencia;*+ el que muestra misericordia, que lo haga con alegría.+
9 Que su amor no sea hipócrita.+ Detesten lo que es malo;+ apéguense a lo que es bueno.+ 10 Con amor fraternal, muéstrense tierno cariño.+ Tomen la iniciativa de honrarse unos a otros.+ 11 Sean trabajadores, no holgazanes.*+ Que el espíritu los llene de fervor.+ Sean esclavos de Jehová.+ 12 Alégrense por la esperanza. Aguanten* cuando tengan dificultades.+ Perseveren en la oración.+ 13 Compartan lo que tienen con los santos según las necesidades de ellos.+ Sean siempre hospitalarios.+ 14 Siempre bendigan a los que los persiguen;+ bendigan y no maldigan.+ 15 Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran. 16 Tengan hacia los demás la misma actitud que tienen hacia ustedes mismos; no se concentren en cosas grandiosas,* sino déjense llevar por cosas humildes.+ No se vuelvan sabios a sus propios ojos.+
17 No devuelvan mal por mal a nadie.+ Tengan en cuenta lo que toda la gente piensa que está bien. 18 Si es posible, hasta donde dependa de ustedes, vivan en paz con todos.+ 19 Amados, no se venguen, sino cédanle el lugar a la ira.+ Porque está escrito: “‘Mía es la venganza; yo les daré su merecido’, dice Jehová”.+ 20 Más bien, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”.+ 21 No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.+
13 Que todos se sometan a las autoridades superiores,+ porque no hay autoridad que no venga de Dios;+ las autoridades que existen han sido colocadas por Dios en sus posiciones relativas.+ 2 Por lo tanto, el que se opone* a la autoridad se ha puesto en contra del orden establecido por Dios; los que se han puesto en contra de este orden recibirán su condena. 3 Los que hacen cosas buenas no tienen miedo de los que gobiernan, pero los que hacen cosas malas sí.+ Así que ¿quieres vivir sin miedo a la autoridad? Entonces sigue haciendo el bien+ y recibirás sus alabanzas, 4 pues está al servicio* de Dios para tu beneficio. Pero, si estás haciendo cosas malas, ten miedo, porque la autoridad no lleva la espada sin motivo. Está al servicio* de Dios para ejecutar venganza y castigar al que practica cosas malas.
5 Por lo tanto, es necesario que ustedes se sometan, y no solo por causa del castigo,* sino también por causa de su conciencia.+ 6 Por eso ustedes también pagan impuestos, pues los que gobiernan son siervos públicos de Dios que prestan este servicio constantemente. 7 Denles a todos lo que les corresponde: al que pide impuesto, el impuesto;+ al que pide tributo, el tributo; al que pide temor, dicho temor;+ al que pide honra, dicha honra.+
8 No le deban nada a nadie excepto amarse unos a otros;+ porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley.+ 9 Porque los mandamientos —“no cometas adulterio,+ no asesines,+ no robes,+ no codicies”+ y cualquier otro mandamiento que haya— se resumen en estas palabras: “Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo”.+ 10 El amor no le hace nada malo al prójimo.+ Por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.+
11 Hagan esto también porque ustedes conocen el tiempo en el que estamos. Saben que ya es hora de que despierten del sueño,+ porque nuestra salvación está más cerca ahora que cuando nos hicimos creyentes. 12 La noche está muy avanzada; el día está cerca. Así que quitémonos las obras de la oscuridad+ y vistámonos con las armas de la luz.+ 13 Comportémonos* decentemente+ como si fuera de día; nada de fiestas descontroladas ni borracheras, nada de relaciones sexuales inmorales ni conducta descarada,+ nada de peleas ni celos.+ 14 Más bien, vístanse del Señor Jesucristo+ y no estén haciendo planes para satisfacer los deseos de la carne.+
14 Reciban con gusto al que tiene debilidades en su fe,+ pero no juzguen cuestiones de diferencias de opinión. 2 Puede que un hombre tenga fe para comer de todo pero que otro que es débil solo coma vegetales. 3 Que el que come no desprecie al que no come, y que el que no come no juzgue al que come,+ porque Dios lo ha recibido con gusto. 4 ¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de otro?+ Es asunto de su amo que él se mantenga en pie o que caiga.+ De hecho, él se mantendrá en pie porque Jehová puede mantenerlo en pie.
5 Un hombre considera que un día es más importante que los demás,+ mientras que otro considera que todos los días son iguales.+ Cada uno debe estar completamente convencido en su propia mente. 6 El que celebra el día lo celebra por Jehová. Del mismo modo, el que come lo hace por Jehová, pues le da gracias a Dios,+ y el que no come también lo hace por Jehová y, sin embargo, le da gracias a Dios.+ 7 De hecho, ninguno de nosotros vive solo para sí mismo+ ni ninguno muere solo para sí mismo. 8 Porque, si vivimos, vivimos para Jehová+ y, si morimos, morimos para Jehová. Así que, tanto si vivimos como si morimos, le pertenecemos a Jehová.+ 9 Porque Cristo murió y volvió a vivir con este fin: para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.+
10 Pero ¿por qué juzgas tú a tu hermano?+ ¿O por qué también desprecias a tu hermano?+ Pues todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios.+ 11 Porque está escrito: “Tan cierto como que yo vivo+ —dice Jehová—, toda rodilla se doblará ante mí y toda lengua reconocerá públicamente que soy Dios”.+ 12 De manera que cada uno de nosotros rendirá cuentas de sí mismo a Dios.+
13 Por lo tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros.+ Más bien, estén decididos a no poner ningún estorbo* ni obstáculo delante de un hermano.+ 14 Soy consciente y estoy convencido en el Señor Jesús de que nada es impuro en sí mismo.+ Solo cuando un hombre considera que algo es impuro, entonces es impuro para él. 15 Por eso, si ofendes a tu hermano por lo que comes, ya no sigues el camino del amor.+ No eches a perder* con lo que comes a aquel por quien Cristo murió.+ 16 Así pues, no permitan que se hable mal del bien que ustedes hacen. 17 Porque el Reino de Dios no tiene que ver con* comer y beber,+ sino con* la justicia, la paz y la felicidad* mediante espíritu santo. 18 Pues cualquiera que de este modo sirve a Cristo como esclavo agrada a Dios y tiene la aprobación de los hombres.
19 Así que sigamos buscando las cosas que fomentan la paz+ y las cosas que nos edifican unos a otros.+ 20 Deja de demoler la obra de Dios solo a causa de la comida.+ Es verdad que todas las cosas son puras, pero es perjudicial que alguien coma* si eso hace tropezar.+ 21 Es mejor no comer carne ni beber vino ni hacer nada que haga tropezar a tu hermano.+ 22 La fe que tienes, mantenla entre tú y Dios. Feliz el hombre que no se condena a sí mismo por lo que decide hacer. 23 Pero, si él tiene dudas y come, ya está condenado, porque no come por fe. En realidad, todo lo que no se hace por fe es pecado.
15 Pero nosotros, los que somos fuertes, debemos soportar* las debilidades de los que no son fuertes,+ y no debemos agradarnos a nosotros mismos.+ 2 Que cada uno de nosotros agrade a su prójimo para beneficio de este, para edificarlo.+ 3 Porque ni siquiera el Cristo se agradó a sí mismo,+ sino que ocurrió tal como está escrito: “Los insultos de los que te insultan han recaído sobre mí”.+ 4 Porque todas las cosas que fueron escritas anteriormente fueron escritas para nuestra enseñanza,+ para que mediante nuestro aguante*+ y el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.+ 5 Que el Dios que da aguante y consuelo les conceda a todos ustedes tener la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús, 6 para que, unidos+ y con una sola voz, le den gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Así que recíbanse con gusto unos a otros,+ tal como el Cristo también los recibió con gusto a ustedes,+ para que Dios reciba la gloria. 8 Porque les digo que Cristo llegó a ser ministro de los circuncisos+ para mostrar la veracidad de Dios y confirmar las promesas que Dios les hizo a los antepasados de ellos,+ 9 y para que las naciones le dieran gloria a Dios por su misericordia.+ Tal como está escrito: “Por eso te alabaré públicamente entre las naciones y le cantaré alabanzas a tu nombre”.+ 10 Y él también dice: “Alégrense, naciones, con su pueblo”.+ 11 Y en otro pasaje dice: “Alaben a Jehová, todas las naciones. Que todos los pueblos lo alaben”.+ 12 También Isaías dice: “Aparecerá la raíz de Jesé,+ el que viene para gobernar a las naciones;+ las naciones pondrán su esperanza en él”.+ 13 Que el Dios que da esperanza los llene de felicidad y paz por su confianza en él, para que tengan mucha* esperanza por el poder del espíritu santo.+
14 Hermanos míos, yo estoy convencido de que ustedes también están llenos de bondad y de todo conocimiento, y de que pueden aconsejarse* unos a otros. 15 Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos puntos para recordárselos otra vez. Lo hago por la bondad inmerecida que Dios me mostró 16 para que fuera un siervo público de Cristo Jesús para las naciones.+ Estoy participando en la obra santa de las buenas noticias de Dios+ para que estas naciones puedan ser una ofrenda agradable, santificada con espíritu santo.
17 Así que tengo razones para sentir una gran alegría en Cristo Jesús por las cosas que tienen que ver con Dios. 18 Pues no me atreveré a hablar de nada que no sea de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que las naciones sean obedientes. Esto lo ha hecho por medio de mis palabras y acciones, 19 con el poder de milagros* y cosas impresionantes,+ con el poder del espíritu de Dios, de modo que desde Jerusalén y por todas partes hasta Ilírico he predicado ampliamente las buenas noticias acerca del Cristo.+ 20 De este modo, me propuse no predicar las buenas noticias donde el nombre de Cristo ya se había dado a conocer, para no estar edificando sobre el fundamento de otro. 21 Tal como está escrito: “Los que no recibieron noticias de él verán, y los que no han oído entenderán”.+
22 Es por esto también por lo que tantas veces se me hizo difícil visitarlos. 23 Pero ya no me quedan lugares sin abarcar en estas regiones y hace muchos* años que deseo ir a verlos.+ 24 Por eso, cuando vaya de camino a España, espero verlos y que me acompañen parte del camino después de primero haber disfrutado de su compañía por un tiempo. 25 Pero ahora estoy a punto de viajar a Jerusalén para servir a los santos.+ 26 Porque los de Macedonia y de Acaya han compartido con mucho gusto sus cosas haciendo una contribución a los santos de Jerusalén que son pobres.+ 27 Es cierto que lo han hecho con gusto; pero, en realidad, estaban en deuda con ellos, porque, si las naciones se han beneficiado de las cosas espirituales de los santos, también están obligadas a servirles a ellos con sus cosas materiales.+ 28 Así que, después de terminar esta tarea y de haberme asegurado de que reciban esa contribución, partiré para España y pasaré por donde están ustedes. 29 Además, sé que cuando vaya a visitarlos iré con la abundante bendición de Cristo.+
30 Hermanos, les suplico por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del espíritu que se esfuercen, como hago yo, por orarle a Dios por mí,+ 31 para que se me salve+ de los no creyentes de Judea y para que mi servicio a favor de los santos de Jerusalén sea bien recibido por ellos.+ 32 De este modo, si es la voluntad de Dios, los visitaré con alegría y nos animaremos unos a otros. 33 Que el Dios que da paz esté con todos ustedes.+ Amén.
16 Les presento a nuestra hermana Febe, una ministra de la congregación que está en Cencreas,+ 2 para que la reciban con gusto en el Señor de una manera digna de los santos y para que la ayuden en lo que necesite,+ porque ella también demostró ser defensora de muchos, entre ellos yo mismo.
3 Den mis saludos a Prisca y Áquila,+ mis colaboradores en Cristo Jesús, 4 quienes arriesgaron el cuello por mí+ y a quienes damos gracias tanto yo como todas las congregaciones de las naciones. 5 Saluden también a la congregación que está en su casa.+ Saluden a mi amado Epéneto, que es de las primicias de Asia para Cristo. 6 Saluden a María, que ha trabajado duro por ustedes. 7 Saluden a Andrónico y a Junias, mis parientes+ y compañeros de prisión, a quienes los apóstoles conocen bien y quienes llevan más tiempo que yo en unión con Cristo.
8 Den mis saludos a Ampliato, mi amado en el Señor. 9 Saluden a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a mi amado Estaquis. 10 Saluden a Apeles, el aprobado en Cristo. Saluden a los de la casa de Aristóbulo. 11 Saluden a mi pariente Herodión. Saluden a los de la casa de Narciso que están en el Señor. 12 Saluden a Trifena y Trifosa, mujeres que están trabajando con empeño en el Señor. Saluden a nuestra amada Pérsida, porque ella ha trabajado mucho en el Señor. 13 Saluden a Rufo, el escogido en el Señor, así como a su madre, que es como una madre para mí. 14 Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. 15 Saluden a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. 16 Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las congregaciones del Cristo los saludan a ustedes.
17 Hermanos, ahora les ruego con firmeza que vigilen a los que crean divisiones y obstáculos* que van en contra de las enseñanzas que ustedes han aprendido, y que los eviten.+ 18 Hombres como estos no son esclavos de nuestro Señor Cristo, sino de sus propios deseos, y con palabras melosas y halagos seducen los corazones de los ingenuos.+ 19 La obediencia de ustedes ha llegado a oídos de todos, y yo me alegro por ustedes.+ Pero deseo que sean sabios para lo que es bueno y que sean inocentes para lo que es malo.+ 20 Por su parte, el Dios que da paz aplastará dentro de poco a Satanás+ bajo los pies de ustedes. Que la bondad inmerecida de nuestro Señor Jesús esté con ustedes.
21 Timoteo,+ mi colaborador, les envía sus saludos. También los saludan mis parientes+ Lucio, Jasón y Sosípatro.
22 Yo, Tercio, que he puesto por escrito esta carta, los saludo en el Señor.
23 Gayo,+ que nos da hospedaje a mí y a toda la congregación, les envía sus saludos. Erasto, el tesorero de la ciudad, y su hermano Cuarto los saludan. 24 --
25 Ahora, al que puede hacerlos firmes según las buenas noticias que yo declaro y* la predicación de Jesucristo, según la revelación del secreto sagrado+ que se ha mantenido oculto por muchísimo tiempo, 26 pero que ahora ha sido puesto de manifiesto* y se ha dado a conocer entre todas las naciones mediante las Escrituras proféticas según el mandato del Dios eterno a fin de promover la obediencia por la fe, 27 a Dios, el único que es sabio,+ vaya la gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.
O “buenas nuevas”.
O “criaturas que se arrastran”.
O “inmundicia”.
O “no consideraron que valiera la pena tener conocimiento exacto de Dios”. Lit. “no aprobaron tener a Dios en conocimiento exacto”.
O “difamadores solapados”.
O “presumidos”.
O “eran inventores de cosas perjudiciales”.
O “perseverar”.
Lit. “tribulación”.
Lit. “entre”.
O “y disciernes las cosas que son importantes”. O quizás “y pones a prueba las cosas que son diferentes”.
O “transgrediendo”.
O “eres un transgresor de”.
O “eres un transgresor de”.
O “áspides”.
O “una dádiva gratuita”.
O “antepasado según la carne”.
O “su fe se le cuenta como justicia”.
O “le imputa justicia”.
Lit. “contrarias a la ley”.
O “La fe de Abrahán se le contó como justicia”.
O “se le contó como justicia”.
O “se les impute justicia”.
O “convoca a”. O quizás “habla de”.
Lit. “levantado”.
O “nos ha recomendado”.
O “transgredió”.
O “se desbordaron”.
O “dádiva gratuita”.
O “la dádiva gratuita”.
O “la dádiva gratuita”.
O “nuestro cuerpo que pertenece al pecado”.
O “no será”.
Lit. “por la debilidad de su carne”.
O “inmundicia”.
O “la mujer que está sujeta a un esposo”.
O “lo que quiero hacer”.
Lit. “carne pecadora”.
O “con relación al”.
O “porque”.
O “perseverancia”.
O “no expresados con palabras”.
O “reconoció”.
O “predeterminó”.
O “predeterminó”.
O “puede estar”, “está”.
Lit. “los hijos de la carne”.
O “que hace caer”.
O “testimonio”.
Lit. “celo”.
O “que es rico con”, “que da con abundancia a”.
O “nuestro anuncio”. Lit. “la cosa oída de nosotros”.
O “reconoció primero”. O quizás “conoció de antemano”, “preconoció”.
O “tropiezo”.
O “con su plenitud”.
O “no presumas a costa de”.
O “presumes a costa de ellas”.
O “la plenitud”.
O “sentirá pesar por”.
O “distribuido”, “repartido”.
O “ministrar”.
O “con empeño”.
O “No sean perezosos en sus quehaceres”.
O “Perseveren”.
O “no alimenten ideas llenas de grandeza”, “no sean arrogantes”.
O “el que resiste”.
Lit. “es siervo”, “es ministro”.
Lit. “Es siervo”, “Es ministro”.
O “de esa ira”.
Lit. “Andemos”.
O “tropiezo”.
O “destruyas”.
O “no significa”. Lit. “no es”.
O “sino significa”. Lit. “sino es”.
O “el gozo”.
O “es malo que alguien coma”.
O “llevar”.
O “nuestra perseverancia”.
O “rebosen de”.
O “instruirse”.
Lit. “señales”.
O quizás “algunos”.
O “tropiezos”.
O quizás “es decir”.
O “ha sido revelado”.