Liberados del poder ocultista
GRANDES cantidades de personas que se han dedicado al ocultismo de modo superficial se hallan actualmente bajo el control de fuerzas sobrehumanas. No saben con certeza lo que éstas son, pero desean desesperadamente librarse de ellas. ¿Es posible esa liberación?
Al luchar por librarse, bien puede ser que se enfrenten a problemas graves. Algunas personas que buscan esa liberación oyen voces que las amenazan desde la región de los espíritus. A otras les presentan oposición los practicantes de las ciencias ocultas.
Hace siglos, en la isla de Chipre, vivía un judío llamado Bar-Jesús que practicaba el ocultismo. Era hechicero, y era conocido también por el nombre de Elimas, que es la forma griega de un título que originalmente se daba a los sacerdotes persas de la hechicería babilónica. Parece que Bar-Jesús ocupaba el puesto de mágico o mago de la corte y consejero del procónsul romano de Pafos. La Biblia, en Hechos 13:6-12, relata que cuando el apóstol Pablo entró en aquella zona y enseñó los principios del cristianismo al procónsul, Elimas se opuso ferozmente, empeñado en proteger su puesto de influencia como “sacerdote” del culto de adivinación. Pero el procónsul quedó libre de la influencia mala cuando abrazó “la enseñanza de Jehová,” el Dios verdadero, que le comunicó Pablo.
En este siglo veinte, muchos miles de personas también han sido liberadas del ocultismo por medio de tomar a pecho la “enseñanza de Jehová” que se halla en la Biblia y que los testigos de Jehová enseñan. Una de las cosas que estas personas aprenden es a identificar a las fuerzas sobrehumanas que hay detrás de las ciencias ocultas. Estas fuerzas no son espíritus benévolos, sino inicuos, demonios. Jesucristo, él mismo procedente de la región invisible, sabía acerca de la existencia de estos espíritus y habló de ellos. (Luc. 4:33-35; 10:18-20; 13:16) A fin de que uno pueda liberarse del control de estos espíritus, es preciso que reciba ayuda de una fuente más poderosa que ellos, a saber, de Dios mismo. La única manera en que esto se le hace posible a uno es por medio de aprender la verdad de la Biblia y aplicarla en su vida, confiando plenamente en Jehová Dios.
Considere algunos ejemplos, tomados de la vida real, de personas que han logrado liberarse durante los últimos años. Fíjese en cómo sucedió que estas personas se envolvieran en el ocultismo, y note la clase de prácticas que se basan en el poder ocultista. Observe, también, el efecto que el ocultismo tuvo en la vida de estas personas, y cómo lograron liberarse.
Un sumo sacerdote de la brujería busca la libertad
Gordon, quien vive en Inglaterra, era brujo. A continuación se presenta su propia historia:
“Empecé a interesarme activamente en el ocultismo cuando me hice miembro de la Sociedad de Investigación Síquica. Durante los años subsiguientes observé centenares de sesiones de espiritismo y participé en ellas y así presencié casi toda forma de fenómenos síquicos, entre ellos voz directa, levitación, ectoplasma y apports [la manifestación de objetos materiales por medio de poder ocultista]. Al mismo tiempo descubrí que yo mismo podía llegar a ser adivino, clarividente y participar en la adivinación de hechos relacionados con una persona o cosa por medio de contacto con un objeto.
“Deseoso de desarrollar aún más mis aptitudes ocultistas, emprendí la meditación trascendental como miembro de una sociedad budista. Pronto descubrí que las filosofías orientales son escalones naturales hacia el ocultismo fundamental. Un colega nuevo, un cabalista experto, me enseñó muchas cosas fascinantes. Un entero campo de misterios intrigantes se abrió delante de mí. Leí y estudié intensamente.
“A medida que aumentó mi comprensión de la magia ritual y trascendental, también aumentó mi círculo de amigos por todo el país. Me hice adepto en adivinar el significado de los naipes y en interpretar la cábala.a Se me inició en los grados progresivos de la brujería hasta que por fin llegué a ser sumo sacerdote de un grupo de brujos y brujas. Les enseñé estas artes a muchas otras personas, entre ellas mi esposa, quien llegó a ser mi suma sacerdotisa.
“Pero las cosas no marchaban bien conmigo ni con mis artes mágicas. En mi grupo brujesco reinaban las riñas y envidias. Existía rivalidad con otros grupos, pues un grupo hasta empleaba magia contra otro. Peor aún, acontecían suciedades de naturaleza sexual (factor que es excesivamente común en la brujería) que por fin me afectaron a mí, y, lamentablemente, fueron en detrimento de mi propio matrimonio.b Empecé a experimentar con las drogas ‘suaves,’ y me sentí cada vez más infeliz y más desilusionado.
“Fue en ese tiempo cuando un conocido, puesto que sabía que yo practicaba la brujería, me dio un ejemplar del libro ‘¡Babilonia la Grande ha caído!’ ¡El reino de Dios domina! El título captó mi interés inmediatamente. Bien sabía yo que la antigua Babilonia había sido la fuente o repositorio de toda la ‘religión secreta’ y que el libro bíblico de Revelación, en el cual se menciona a ‘Babilonia la Grande,’ también contenía muchos misterios. Aunque leí el libro con cuidado y vivo interés, todavía quedé en confusión, pero resultó que éste fue el primer paso positivo que di en dirección a conseguir libertad de los poderes sutiles del ocultismo.
“A medida que pasó el tiempo, las cosas fueron de mal en peor. Una noche, en mi desesperación, recordé lo que me había dicho el amigo que me había dado el libro ‘Babilonia,’ a saber: ‘Si necesitas ayuda, comunícate con los testigos de Jehová.’ Tomé la guía telefónica e hice una llamada al número de la dirección más cercana. Aunque era muy tarde aquella noche, el extraño con quien hablé escuchó atentamente. En cuestión de una hora se presentó a la puerta de mi habitación.
“Mi nuevo amigo, que era anciano de la congregación local, verdaderamente se preocupó por lo que le dije. Lo llevé a mi cuarto de magia. ¡Todavía recuerdo el asombro que mostró ante lo que vio! La habitación estaba llena de cuadros ocultistas. Yo tenía en exhibición mis dos espadas de la iniciación, cuentas de conjuro y vasos en los cuales quemar incienso, junto con mi puñal de Arthame... que los brujos emplean para dibujar círculos y pentáculos [símbolos mágicos de cinco puntas] cuando evocan a las fuerzas espirituales para que se pongan en contacto con los humanos. Un modelo negro de tamaño natural de la cabeza de Isis (la ‘Señora de la Magia’) estaba al lado de una estatua de color naranja subido de Amón-Ra (el ‘Rey de los dioses’ de los egipcios) y modelos de embarcaciones que supuestamente significan el transporte de almas a través del mar de los muertos. Nos quedamos hablando en aquel cuarto hasta casi la madrugada. Ciertamente yo necesitaba mucha ayuda.
“Nuestra consideración giró en torno a la Biblia, un libro por el cual yo siempre había tenido respeto natural, pero del cual sabía poco. Empleamos un librito, La verdad que lleva a vida eterna, como guía para un estudio sistemático de la Biblia. Durante las siguientes semanas aprendí la verdad sencilla acerca del mal y de los demonios, y del poder que tienen para controlar y dirigir la mente de los hombres.
“Recuerdo que una de las cosas que me perturbó muchísimo fue la primera vez que leí Deuteronomio 18:10-12, que dice: ‘No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.’
“No tenía la menor idea de que la Biblia contuviera semejante declaración, y aquello me causó una verdadera sacudida. De hecho, mi conciencia empezó a molestarme debido a que me daba cuenta de que cargaba mucha culpa por las cosas en que había estado envuelto. Por otra parte, esto resultó en que pudiera ver la verdad con más claridad y exactitud, y por esto me sentí muy agradecido.
“Más tarde quedé pasmado al leer que los cristianos primitivos también habían experimentado graves encuentros con el demonismo y las artes mágicas. Siempre había sabido que el fuego era símbolo de la destrucción, y cuando leí que las personas de Éfeso que se hicieron cristianas adoptaron voluntariamente el proceder de quemar sus libros de arte mágico,c vi la necesidad de hacer lo mismo. Así sucedió que, una noche, después de orar, salí a los páramos y quemé todos mis libros y cuadros. También quebré y tiré los muchos artículos de metal relacionados con mis artes, a pesar de su valor.
“Poco a poco, pero de modo seguro, fui librándome de la influencia demoníaca. No fue fácil. Los brujos y las brujas y otras personas con quienes anteriormente había tenido amistad hicieron cuanto pudieron por disuadirme pero yo apreciaba mi recién hallada libertad demasiado para transigir. Las fuerzas del mal son fuertes, pero pronto llegué a comprender que las fuerzas que están a favor del bien son más poderosas. Tengo toda razón para estar agradecido por la felicidad y seguridad de que disfruto ahora sirviendo a Jehová, el Dios de la verdad y la luz.—2 Cor. 4:3-6.”
Esperando OVNIS en Stonehenge
En los últimos años ha aumentado mucho la cantidad de informes que se reciben de personas que han visto Objetos Voladores No Identificados (OVNIS). Se hace bastante patente que muchas de estas experiencias se pueden explicar por tales cosas comunes como reflejos en las nubes, globos meteorológicos, aviones o simplemente imaginación. Por otra parte, el obispo de la Iglesia Anglicana radicado en Norwich, al dirigir la palabra a la Cámara de los Lores en el Parlamento de Londres, expresó verdadera preocupación, al decir lo siguiente acerca de los OVNIS: “He conocido muchos casos en que las personas se han agitado mucho, aun al grado de experimentar una forma de posesión por espíritus, la cual en muchos casos sin duda alguna es inicua.”
Stonehenge, en la llanura de Salisbury, es probablemente el más antiguo de unos 900 círculos de piedras y tierra que pueden verse en las Islas Británicas.d Es un lugar popular donde se reúne la gente con la esperanza de ver OVNIS.
Un joven, Roberto, iba con regularidad a ese lugar para avistar OVNIS, y vio muchos fenómenos inexplicables. Aspirando a saber más sobre el asunto, se puso a leer con avidez libros sobre el tema, lo cual hizo que él se sumiera cada vez más en el ocultismo. Al seguir con su historia, dice: “Cambié de personalidad. Empecé a creer que era profeta, alguien especial con una obra que cumplir. Desarrollé poderes extraordinarios y pude pasar día tras día sin comer, beber o dormir. Hasta podía correr un par de cortinas simplemente por medio de mirarlas. En una ocasión me llevaron a la comisaría de policía de la localidad y me examinó el siquiatra de la policía, quien pensaba que yo estaba bajo la influencia de drogas, pero no pudo ayudarme. Por fin fui a parar en una casa para los que padecen de enfermedades mentales. Cuando se me dio de alta, quedé muy deprimido e hice planes para suicidarme, pues unas voces dentro de mí me incitaban a hacer aquello.
“En lo profundo de mi ser todavía amaba la vida y anhelaba verme libre del poder malo que me cercaba. Fue entonces cuando recordé que años antes yo había estado presente con mi madre durante una consideración de la Biblia que estaban teniendo con ella los testigos de Jehová. De modo que decidí comunicarme con los Testigos que había llegado a conocer en aquella ocasión. En cuanto hice esto, comencé a estudiar la Biblia, usando el capítulo intitulado: ‘¿Hay espíritus inicuos?,’ que se halla en el libro La verdad que lleva a vida eterna. La presentación objetiva de las Escrituras por los Testigos en estas consideraciones me convenció de la verdad e hizo posible que consiguiera la libertad que tanto deseaba.”
“El exorcista”
Desde que empezó a exhibirse la película “El exorcista” hace unos años, se han archivado muchos informes acerca de los efectos adversos que ésta ha tenido en muchas personas que la vieron. Maureen era atea. Había oído hablar tanto de la película que decidió verla con una amiga. Los resultados fueron dramáticos.
“Nunca había visto nada tan aterrador. Fue horrible. Pude sentir que algo me estaba pasando. Estaba temblando desde la cabeza hasta los pies y apenas pude levantarme del asiento y salir. Pero esto solo fue el principio de mis dificultades.
“Al llegar a casa, estuve a punto de deshacerme en lágrimas. Mi esposo me ofreció poco consuelo, puesto que, en primer lugar, él me había dicho que no fuera a ver la película. ¡De veras él había tenido razón! Esa noche no pude dormir, pues soñaba con la película.
“Durante las siguientes semanas las cosas fueron de mal en peor. Temía acostarme, y cuando lo hacía despertaba en un sudor frío. Sabía que había algo en mi casa, puesto que podía sentir que me acompañaba adondequiera. Me parecía que me estaba volviendo loca.
“Se me ocurrió que, si había tal cosa como fuerzas malas, ciertamente tendría que haber fuerzas buenas también. De modo que me puse a buscar una cruz que pudiera llevar conmigo para protección. Con aquel mismo propósito me compré una medalla de San Cristóbal. Cada noche tomaba aquellas cosas en la mano y oraba, esperando que, si había un Dios, él me ayudara. Pero las cosas no mejoraron. De hecho, parecía que empeoraban.
“Un día estaba contándole a mi amiga mis problemas cuando ella dijo que tenía un libro que posiblemente me ayudaría. Ella misma lo había recibido de un testigo de Jehová. Se intitulaba ‘La verdad que lleva a vida eterna.’ En seguida me puse a leerlo, dirigiéndome primero al capítulo sobre los espíritus inicuos y entonces al capítulo intitulado ‘¿Quién es Dios?’
“Fue durante mi lectura que me topé con lo que Jesús dijo a Satanás, a saber: ‘¡¿Vete, Satanás! Porque está escrito: “Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar.”’ Después de eso, según decía el libro, el Diablo dejó a Jesús.e Seguí leyendo y pensé en hacer lo mismo. Al principio repetía las palabras en mi corazón, pero más tarde me armé de suficiente valor como para decirlas en voz alta. Fue solo después que hice eso cuando pude dormir.
“Cuando volví a ver a mi amiga, ella quiso saber si el libro me había ayudado, y me dijo que si deseaba más información debía comunicarme con los testigos de Jehová.
“Yo conocía a una familia de Testigos que vivía cerca de mí, y aproveché la oportunidad cuando se me hizo la oferta de estudiar la Biblia con ellos. Poco a poco las cosas fueron mejorando a medida que el conocimiento de la Biblia reemplazó mi anterior ignorancia. Pero no experimenté libertad completa sino hasta cuando me deshice de todos mis objetos y dijes relacionados con la religión pagana.”
¿Está usted tratando de liberarse de alguna forma de poder ocultista? Si así es, comuníquese con los testigos de Jehová. Ellos no son exorcistas, pero saben lo que la Biblia dice que usted tiene que hacer a fin de que Jehová Dios mismo le ayude.—Sant. 4:7, 8.
[Notas a pie de página]
a Básicamente, la cábala es una interpretación oculta de las Escrituras Hebreas de la Biblia. Sus enseñanzas son completas y oscuras y entre ellas está el reducir las letras dentro de las Escrituras a varios valores numéricos. Estudiantes del ocultismo han dedicado mucho tiempo a tratar de comprender su misticismo, pero son pocos los que pueden alegar que han dominado dicha ciencia o los numerosos comentarios que se han escrito sobre ella.
b Es digno de notar que, según la Biblia, a los que se hicieron demonios se les identifica con seres espirituales que se materializaron como humanos en el mundo prediluviano a fin de satisfacer deseos sexuales perversos.—Véase Génesis 6:1-4, 11; Judas 6, 7.
c Lea el relato de Hechos 19:11-20.
d Estos monumentos de piedra llamados “megalitos” fueron empleados por los druidas en relación con una forma de adoración en la cual figuraban la magia y la creencia en la inmortalidad y transmigración del alma.
[Ilustraciones en la página 9]
Isis
Amón-Ra