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¿Conoce usted cien textos de la Biblia?La Atalaya 1961 | 15 de abril
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¿Conoce usted cien textos de la Biblia?
● Un vocabulario de cien textos de la Biblia le sería una ventaja a cualquier ministro cristiano de las buenas nuevas. Pero para algunos, como por ejemplo los indígenas de Nueva Guinea, les es casi indispensable tener tal vocabulario. ¿Cómo adquieren semejante vocabulario bíblico? Bueno, adjunto a un hogar de ministros precursores en ese país está un excelente Salón del Reino que dispone de magníficos medios para impartir instrucción a los 100 a 120 indígenas que cada noche salen de sus recintos bulliciosos para recibir enseñanza bíblica.
● Se forman clases de diez a doce estudiantes y cada una se pone a cargo de un Testigo maduro. Se da principio a la enseñanza mediante el uso de sermones sencillos acompañados de ilustraciones que se dibujan claramente en las pizarras; los dibujos ayudan mucho a transmitir la idea a la mente, mientras que la palabra hablada a menudo se entiende mal. Los textos de la Biblia se repiten vez tras vez, y es maravilloso notar cuántas de estas personas llanas conocen hasta cien textos bíblicos. Como resultado de dedicar unas cuantas horas cada noche a este estudio concentrado varios indígenas han logrado una madurez notable. Hace poco siete se bautizaron y muchos otros están pensando en dar ese paso. Cuatro han emprendido el ministerio del precursorado de vacaciones.—El Yearbook of Jehováh’s Witnesses para 1961.
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Abrahán, “padre de todos los que tienen fe”La Atalaya 1961 | 15 de abril
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Abrahán, “padre de todos los que tienen fe”
TU PALABRA es una lámpara para mi pie, y una luz para mi calzada.” Una manera en que esto es cierto respecto a la Palabra de Dios es por su registro de los tratos de Dios con hombres fieles, entre quienes se destaca señaladamente Abrahán. Vez tras vez se identifica al Dios verdadero Jehová como “el Dios de Abrahán,” y el estar en “la posición del seno de Abrahán” significaba gozar del favor de Jehová. No es sin buen motivo que se designa a Abrahán como el “amigo de Jehová,” y “el padre de todos los que tienen fe.”—Sal. 119:105; Mat. 22:32; Luc. 16:22; Sant. 2:23; Rom. 4:11.
Abrán, según se le conoció al principio, nombre que significa “padre excelso,” nació 352 años después del Diluvio y vivió hasta la avanzada edad de 175 años. De él provinieron los israelitas, edomitas e ismaelitas, también los medanitas y madianitas. No solo la arqueología testifica en cuanto a la historicidad de Abrán y sus antepasados, sino, sobre todo, Jesucristo y sus apóstoles lo hicieron, ya que se refirieron a Abrahán más de setenta veces.—1 Cró. 1:28, 32, 34.
Ur, la ciudad donde vivía, estaba ubicada a unos ochenta kilómetros del golfo Pérsico cerca del lugar donde se juntan los ríos Éufrates y Tigris. Se dijo que la ciudad era “de los caldeos,” porque estaba ubicada en la parte meridional de Mesopotamia, la cual, siglos después del día de Abrán, fue ocupada por los caldeos.—Gén. 11:28, 31; 15:7; Hech. 7:2.
En el día de Abrán Ur no era ninguna ciudad mediocre, aunque ya no era la poderosa capital sumeria que había sido unos 150 años antes, antes que la invadieran los elamitas. Dentro de su parcialmente derribado muro de forma ovalada vivía por lo menos un cuarto de un millón de habitantes. Según Keller, en The Bible as History, en ese tiempo Ur era una “ciudad capital bulliciosa y poderosa, próspera y pintoresca.”
Pero, sobre todo, Ur era una ciudad religiosa. La cuarta parte entera de ella que quedaba hacia el noroeste estaba dedicada a la adoración pagana, principalmente la del dios de la Luna, Nanna, y de su consorte Ningal, y en este sector se hallaban el zigurat y los templos. Como si esto no bastara, se hallaban esparcidas a través de la ciudad capillas para la adoración de otros dioses, y cada hogar, a excepción de los de la gente más pobre, tenía su propia capilla. “Su religión era un politeísmo de la clase más crasa,” dice el arqueólogo Woolley en su libro Abraham. Tal era, pues, la ciudad en que se crió Abrahán.
“PADRE DE TODOS LOS QUE TIENEN FE”
La fe se prueba por medio de obras. (Sant. 2:14-26) El que Abrán tuvo fe lo probó por medio de sus obras durante más de cien años. La primera prueba verdadera de fe que le sobrevino a Abrán, según la Palabra de Dios, fue cuando muy probablemente tenía alrededor de setenta años y Dios se le apareció y le
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