-
¿Comparte la gente la responsabilidad con los gobernantes?La Atalaya 1972 | 1 de abril
-
-
rieles e ir a campo traviesa. Jesucristo mostró que el sistema de cosas de este mundo llegaría a una “conclusión” bajo las circunstancias que hoy vemos en la Tierra.
A algunos les parece que la única manera de sobrevivir es marchar de acuerdo con el sistema de cosas y sus principios faltos de honradez. Pero el abandonar así los principios correctos hace que uno comparta la responsabilidad de su iniquidad, con destrucción venidera. Sin embargo, no hay por qué uno tenga que sentirse inevitablemente impelido a convenir o marchar de acuerdo con este sistema. Dios juzga responsable a cada individuo por sus actos. Por lo tanto él suministra una salida para los que realmente están dispuestos a seguir un proceder recto y limpio. (Sof. 2:3; 1 Cor. 10:13) Él preeminentemente es un Dios de amor. Su bondad amorosa es el tema que consideraremos enseguida.
-
-
Dios despliega bondad amorosa al poner en vigor la justiciaLa Atalaya 1972 | 1 de abril
-
-
Dios despliega bondad amorosa al poner en vigor la justicia
UN PROFETA de Dios, que recibió una visión de la ejecución de juicio contra los corrompidos y malignos opresores y adoradores de ídolos, pidió a Dios: “Durante la agitación, de mostrar misericordia quieras acordarte.” (Hab. 3:2) Otro profeta, al observar en visión profética el acto de destruir Dios la iniquidad entre Su propio pueblo profeso, Israel, clamó: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! ¿Estás arruinando a todos los que quedan de Israel mientras derramas tu furia sobre Jerusalén?”—Eze. 9:8, New World Translation.
Estos dos profetas se expresaron así porque sabían que Jehová es un Dios de amor y misericordia, tal como el amigo de Dios Abrahán se había dirigido mucho antes a Jehová al hablar del juicio que estaba por venir sobre Sodoma: “¡Es inconcebible de ti que estés obrando de esta manera para hacer morir al justo con el inicuo de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti.” Sí, Abrahán sabía que el destruir a los justos era diametralmente opuesto a los principios de Jehová.—Gén. 18:25.
Tanto Abrahán como Ezequiel recibieron la respuesta de que Dios ejercería selección en su juicio, y que los que no merecían la destrucción serían perdonados. Y así sucedió.
Estas ocasiones nos permiten discernir algo de la personalidad de Dios. Él declaró a Moisés: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad, que conserva bondad amorosa para miles, que perdona error y transgresión y pecado, pero de ninguna manera dará exención de castigo.” (Éxo. 34:6, 7) En su majestad y dignidad como Soberano supremo, Jehová tiene que mantener ley y orden en el universo. No puede condonar que se viole la ley. Sin embargo suministra misericordia y liberación para los que quieren hacer lo que es correcto.
Jesucristo aconsejó a sus discípulos: “Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen; para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.” (Mat. 5:44, 45) Dios da a todos plena oportunidad para mostrar lo que su corazón realmente desea. Permite
-