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Los muertos que recibirán resurrecciónLa Atalaya 1965 | 1 de julio
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Dieciséis (compuesto por David) se había cumplido entonces en el descendiente prometido de David, Jesucristo. Como dijo Pedro concerniente a David: “Vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción. A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos. . . . De hecho David no ascendió a los cielos.” (Hech. 2:1-34) Según las palabras de Pedro la resurrección de David todavía es futura.
29, 30. (a) ¿Con quiénes dijo la profetisa Hulda que sería juntado el rey Josías, y cómo se cumplió esto? (b) ¿Fueron enterrados en el mismo lugar todos los reyes antes de Josías?
29 Uno de los fieles sucesores de David al trono de Jerusalén fue Josías del séptimo siglo antes de nuestra era común. Al hacer volver a su pueblo a la ley de Jehová Dios, Josías trató de hacer lo que pudo para impedir que la calamidad nacional le sobreviniera. Cuando inquirió por medio de la profetisa Hulda lo que encerraba el futuro para su nación, Josías recibió esta promesa de Dios: “Aquí estoy juntándote a tus antepasados, y ciertamente serás juntado a tu propio cementerio en paz, y tus ojos no contemplarán toda la calamidad que estoy trayendo sobre este lugar.”—2 Rey. 22:20.
30 Josías murió de una herida que recibió en batalla en Megido. De modo que no fue durante la terrible calamidad que habría de venir sobre Jerusalén. Después que Josías fue herido fatalmente, “sus siervos lo bajaron del carro y lo hicieron viajar en el segundo carro de guerra que era suyo y lo trajeron a Jerusalén. Así murió y fue enterrado en el cementerio de sus antepasados; y todo Judá y Jerusalén estuvieron lamentándose a causa de Josías.” (2 Cró. 35:22-24) No todos los reyes de Jerusalén que precedieron a Josías fueron enterrados en el mismo lugar en Jerusalén, en los “lugares de entierro de los reyes de Israel.”—2 Cró. 28:27; 21:20; 24:25; 32:33; 16:14.
31, 32. (a) Para que tales personajes antiguos fuesen juntados a su pueblo, ¿qué hay acerca de sus sepulcros individuales? (b) ¿De dónde saldrán todos en común, y cómo?
31 El que todos estos reyes y patriarcas fueran juntados a su pueblo o fuesen a sus antepasados y yacieran con sus antepasados, no quiso decir que todos tuvieron que ser enterrados en el mismo sepulcro o tumba. Ciertamente cuando murió el patriarca Abrahán y fue “juntado a su pueblo,” no fue enterrado en el mismo sepulcro con su padre Téraj, que murió al norte en Harán en el valle de Mesopotamia, ni en el mismo cementerio con Noé y Sem.
32 Ciertamente cuando murió el sumo sacerdote Aarón en el monte Hor y su hermano Moisés murió en el monte Nebo y fueron juntados a su pueblo, no fueron enterrados con sus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob en la cueva en Macpela cerca de Hebrón en la Tierra Prometida. No obstante todos fueron juntados al Sheol o Hades. Todos yacen muertos en el único Sheol o Hades; y de allí, Revelación 20:13 nos dice, los muertos saldrán en una resurrección.
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Una tierra preciada por el bedelioLa Atalaya 1965 | 1 de julio
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Una tierra preciada por el bedelio
◆ Quizás usted conozca el oro y el ónice, pero ¿sabe usted lo que es el bedelio? La tierra de Havila tenía estas tres cosas. (Gén. 2:11, 12) Era obviamente precioso, pues se le menciona con la piedra de ónice y el oro. Los israelitas deben haberlo conocido, porque Moisés comparó la apariencia del maná al bedelio. (Núm. 11:7) Esta goma aromática era muy preciada en la antigüedad, y tanto judíos como gentiles la tenían en alta estima. La goma venía de un árbol, y, según Plinio, era transparente, cerosa, y aceitosa al tacto. Era fragante hasta considerable distancia alrededor, y tenía un aroma y sabor como el de la mirra, pero más débil. Cuando se le quema, el bedelio difunde olor balsámico. Los antiguos lo usaban como usaban la mirra—en perfumes, incienso y medicina.
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