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¿Recuerda usted?La Atalaya 1976 | 15 de septiembre
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¿Recuerda usted?
¿Ha leído usted cuidadosamente los números recientes de La Atalaya? En tal caso, sin duda recordará los siguientes puntos:
● ¿Qué quiso decir el rey Salomón cuando dijo: “La tontedad ha sido colocada en muchos puestos encumbrados . . . He visto a siervos a caballo pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos”?—Ecl. 10:6, 7.
En este mundo, puede suceder que se coloque a personas ineptas en posición superior a la de hombres capacitados de disposición noble o principesca. Es posible que personas que tengan la autoridad, pero que en realidad no estén calificadas para ejercerla debidamente, no concedan ninguna dignidad a estos hombres principescos, sino que los traten como siervos.—Pág. 134.a
● ¿Por qué no sabemos cuándo empezó el “día de descanso” de Dios y cuándo terminará?
Aunque se puede determinar cuándo fue creado Adán, el principio del “día de descanso” de Dios no se puede determinar. Esto se debe a que hubo un lapso de duración no especificada entre la creación de Adán y la creación de Eva. No fue sino hasta después de la creación de Eva que empezó el “día de descanso” de Dios. Puesto que no se sabe cuándo empezó ese día, tampoco se sabe cuándo termina.—Pág. 163.
● ¿Por qué llaman las Escrituras “luz” y el “Padre de las luces celestiales” a Dios?—1 Juan 1:5; Sant. 1:17.
Jehová Dios es luz en el sentido de que es todo lo que es limpio, resplandeciente, claro e iluminador. Porque creó cuerpos que portan luz, o lumbreras —el Sol, la Luna y las estrellas— es el “Padre de las luces celestiales.”—Pág. 273.
● ¿Por qué se llama a Jesucristo correctamente el “Amén”?—Revelación 3:14.
Su derrotero de vida sin tacha en la Tierra, incluso su muerte en sacrificio, confirmó e hizo posible el cumplimiento de todas las promesas de Jehová Dios. Así Jesucristo vivió en armonía con el nombre “Amén,” que significa, literalmente, “seguro,” “verdaderamente,” “así sea,” “verdad.”—Pág. 317.
● ¿Cuándo puede un hombre de la congregación cristiana decir que ha sido ordenado?
Cuando recibe nombramiento como anciano o siervo ministerial en la congregación.—Pág. 349.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1976 | 15 de septiembre
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Preguntas de los lectores
● Si algunos cristianos ungidos sobreviven y entran en el Nuevo Orden, ¿envejecerán y morirán, o cómo terminará su vida terrestre?
Francamente, la Biblia no dice. Sea como sea que acontezca, la vida terrestre de estos cristianos que han sido ungidos con espíritu tendrá que terminar a fin de que reciban su galardón de vida en el cielo.—1 Cor. 15:35-38.
La ilustración de Jesús acerca del trigo y la mala hierba muestra que algunos “hijos del reino” estarán vivos en la Tierra en la “conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 13:24-30, 37-43) También, ciertos modelos bíblicos sugieren que algunos de estos ungidos quizás pasen con vida a través de la destructiva “grande tribulación.” (Mat. 24:21) Considere unos cuantos de estos modelos.
El capítulo 9 de Ezequiel describe a un “hombre” que llevaba un tintero de secretario y que había de ‘marcar’ a individuos que habían de pasar con vida a través de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C. Se entiende que en nuestro tiempo esto representa la obra de marcar en la cual el cuerpo colectivo de “hijos del reino” ungidos llevan la delantera. El relato de Ezequiel indica que fue después de haberse efectuado la obra de ejecución del juicio en Jerusalén que el “hombre” que completó la obra de marcar dio su informe a Jehová. Eso sugiere que algunos de la clase ungida estarán como sobrevivientes en la Tierra después de la obra de ejecución que le sobrevendrá a esta generación. (Eze. 9:4, 8, 11) Una cosa relacionada que es indicación de lo mismo es el hecho de que el profeta Ezequiel mismo siguió viviendo en Babilonia después de la destrucción de la antigua Jerusalén.
Además, la esposa de Noé (que representa a la clase de los ungidos que están desposados con el Noé Mayor, Jesús) pasó con vida a través del diluvio. (Mat. 24:37-42; Efe. 5:25-30) Considere también a Eliseo, que vivió a través de la obra destructiva que llevó a cabo Jehú, como el resto de los ungidos hoy espera pasar con vida a través de la obra destructiva del Jehú Mayor, Jesucristo. (Vea “Nuevos cielos y una nueva tierra,” páginas 95 y 323, y “Santificado
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