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¿Has considerado el servir en Betel?La Atalaya 1967 | 1 de mayo
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hermanos y cómo asociarme con hermanas, en grupos, de una manera edificante. Sí, también, finalmente aprendí a disfrutar de la soltería con su libertad para el ministerio, su medida de independencia, la oportunidad de viajar y de estar solo de vez en cuando. He aprendido algo acerca del arte de imprimir. He aprendido a escuchar más y hablar menos; la necesidad de ser puntual y de tener organización personal, y otras lecciones en la vida demasiado numerosas para mencionarlas. También aprecié la educación directa concerniente a la vida en otros países por medio de asociarme con estudiantes de Galaad.
“Jamás olvidaré las oraciones diarias en Betel por los hermanos en el campo y, a su vez, lo mencionaré en mis oraciones junto con recordar a los buenos hermanos en Betel y en muchos países alrededor del mundo.”
No muchas personas tienen el privilegio de recibir una carta tan agradable. Pero cualquier joven cristiano que diligentemente se aplica después de venir a Betel hallará razón para expresarse de manera semejante.
El punto de vista de los padres cuyos hijos han servido en Betel también es interesante. Por ejemplo, un siervo de circuito, padre de dos hijos que sirvieron en Betel, escribió a la Sociedad Watch Tower, diciendo:
“Ya no tenemos a nuestros hijos en Betel. Nuestro hijo mayor salió de Betel hace tres años para casarse. Nuestro hijo más joven salió de Betel el primero de octubre por la misma razón, después de seis años de servicio en Betel. . . . Nuestro hijo mayor estuvo allí cinco años . . . . Se pudiera decir que hemos tenido a un miembro de nuestra familia en Betel durante los pasados siete años y medio.
“Nos pareció bueno participarles, desde el punto de vista de padres, que hemos apreciado la vida de Betel que le brindaron a nuestros hijos. La educación y asociación que recibieron mientras estuvieron en Betel será de gran valor para ellos para toda su vida. Nuestros hijos fueron a Betel como muchachos y salieron como hombres capacitados.”
Muchos padres opinan lo mismo en cuanto a tener sus hijos en Betel. No hay mejor lugar en la Tierra donde podrían estar. Los jóvenes que se aprovechan de este privilegio aprecian la experiencia el resto de su vida. ¿Has considerado el servir en Betel?
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Se insta a misioneros gozosos a apreciar la vidaLa Atalaya 1967 | 1 de mayo
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Se insta a misioneros gozosos a apreciar la vida
“USTEDES estudiantes o alumnos, ¿están felices?” Esa fue la pregunta que hizo F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, el 12 de marzo, a la clase 43a de la Escuela Bíblica de Galaad de la Sociedad Watchtower reunida en la ciudad de Nueva York con motivo de su graduación. “No pregunto si están felices porque se están graduando, sino felices en general. Pues, deberían estar felices porque hemos entrado en el quinto decenio de un tiempo maravilloso.”
¿Cuál tiempo es ése? Franz dijo que era el tiempo bendito que se menciona en Daniel 12:12; esto se debe al hecho de que el ‘conocimiento verdadero se ha hecho abundante debido a que muchos han discurrido’ en la Palabra de Dios. (Dan. 12:4) Como resultado, hoy los testigos de Jehová están experimentando una explosión de conocimiento. Al concluir Franz dijo a los estudiantes: “¡Felices son ustedes por haber discurrido en la Biblia y participado de este abundante conocimiento! ¡Felices serán ustedes a medida que lo compartan bondadosa y celosamente con otros!”
Max Larson, otro orador, señaló un ejemplo de la felicidad que les espera. Relató una experiencia acerca de una población a unos 800 kilómetros de Santiago, Chile, donde se iba a celebrar una asamblea. Había un grupo de misioneros celosos y una congregación de treinta y seis Testigos en esa población. ¿Cuántos asistieron a la asamblea? ¿Los treinta y seis? Más que eso; ¡100 personas viajaron los 800 kilómetros a esa asamblea de testigos de Jehová!
N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watch Tower, habló a estos misioneros felices, con perspectivas tan felices, sobre el aprecio a la vida y el papel que desempeña la madurez al mantenerse uno asido de esa vida. Él empezó así: “¿Qué pensamos acerca de la vida? ¿Cuánto tiempo dedicamos a meditar sobre la vida? ¿Cómo llegamos a existir? Ahora que ya estamos aquí . . . ¿qué vamos a hacer con la vida? ¿De dónde conseguimos esta vida? La vida de ustedes, en efecto, originó
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