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¿Qué le importa ya la religión a nadie?La Atalaya 1978 | 15 de abril
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O pudiera ser que usted sí se considere bastante religioso. Puede ser que se interese en su religión, y esté convencido de que es la correcta. Sea como sea, hay buena razón para que acepte una invitación a dar alguna consideración al asunto de la religión correcta. El libro The Great Religious Leaders (Los grandes líderes religiosos) presentó esta observación: “Cuando en realidad sabemos lo que la religión hace para el individuo y el efecto que tiene en él, y cómo el entendimiento y la asimilación inteligentes de la religión aumentan las capacidades de la persona, la vida debería ser infinitamente más digna de vivirse.”
La religión verdadera no solo debería ‘hacer que la vida fuera más digna de vivirse’; ¡podemos asegurarle que los hechos prueban que sí lo hace! Pero antes de que usted exprese acuerdo o desacuerdo con esa declaración, lo invitamos a seguir considerando el asunto de la religión verdadera. ¿Habrá solo una religión verdadera? Si así es, ¿cómo pudiera usted identificarla? ¿Y qué puede significar esa religión para usted?
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La religión verdadera... cómo identificarlaLa Atalaya 1978 | 15 de abril
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La religión verdadera... cómo identificarla
“Sean llenos del conocimiento exacto de su voluntad . . . a fin de que le agraden plenamente.”—Col. 1:9, 10.
1-4. (a) ¿Cuál es el pensar o sentir de muchas personas en cuanto a juzgar asuntos religiosos? (Hech. 18:12-17) (b) ¿Por qué pudiera ser que usted u otros pensaran así?
SI DOS personas estuvieran disputando sobre cuál es la religión verdadera, y le pidieran que se sentara como ‘juez’ y determinara quién tenía razón, ¿querría usted hacer eso?
2 Pocos temas hay que sean tan polémicos como el de la religión. La historia suministra un notable ejemplo que tiene que ver con uno de los líderes primitivos del cristianismo, el apóstol Pablo. Después de haberse producido casi un motín a causa de diferentes puntos de vista religiosos, Pablo fue arrestado. Festo, gobernador de la provincia romana de Judea, oyó su caso. Los acusadores de Pablo eran líderes religiosos judíos, entre ellos el sumo sacerdote Ananías. Más tarde, Festo le informó al rey Herodes Agripa II lo que había ocurrido:
3 “Sus acusadores comparecieron ante él [Pablo] pero no presentaron ninguna acusación de los crímenes que yo sospechaba; solamente tenían contra él unas discusiones sobre su propia religión.”—Hech. 25:18, 19, Biblia de Jerusalén.
4 Como usted bien podrá comprender, el gobernador Festo vacilaba en cuanto a envolverse en una disputa religiosa. Muchas personas creen que no sería prudente alegar que la religión de uno fuera la verdadera ni tratar de decidir si hay alguna religión que sea la verdadera. Indudablemente usted ha oído el punto de vista aparentemente sabio y liberal que dice: ‘Que cada hombre crea lo que quiera. En todas las religiones hay algo bueno.’
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