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“Estarás conmigo en el Paraíso”La Atalaya 1966 | 15 de septiembre
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ungidos de Jesús, y el paraíso terrestre que suministrará un hogar eterno para la mayoría de los humanos que vivirán después de que Dios acabe con el presente sistema inicuo de cosas, las Escrituras también se refieren a un paraíso espiritual. Hablando a los seguidores de Jesús sobre la Tierra, el apóstol Pablo dijo: “Ustedes son campo de Dios bajo cultivo.” (1 Cor. 3:9) De modo que el cuerpo de cristianos que se entrega al cultivo y entrenamiento por Dios, y produce el fruto de buenas obras y buen comportamiento, se puede decir que forma un jardín o paraíso espiritual. Esta ha sido la experiencia de los testigos de Jehová desde 1919, cuando Dios comenzó a librarlos de la esclavitud a este inicuo sistema de cosas y a sus religiones falsas, y a iluminarlos en cuanto a su adoración y servicio apropiados. La paz reina en medio de ellos. No sufren de falta de alimento espiritual. Mediante el favor de Dios se han desarrollado en un paraíso espiritual, en el cual los amadores de Dios y de la justicia se deleitan en entrar.
Hace mil novecientos años se le concedió al apóstol Pablo una visión anticipada de aquel paraíso espiritual en un tiempo cuando no le fue permitido que revelara su significado completo. Escribió: “Conozco a un hombre . . . que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar.” (2 Cor. 12:1-7) Ahora, sin embargo, es lícito hablar en cuanto al asunto, porque ahora vivimos en el tiempo cuando el pueblo de Jehová sobre la Tierra disfruta de la bendición de ese paraíso espiritual.
Aunque el malhechor del tiempo de Jesús no tuvo la oportunidad de entrar en un paraíso espiritual, multitudes de personas de todas las naciones y razas hoy en día tienen tal oportunidad. Pueden hacerlo asociándose con la congregación de testigos de Jehová. Aquel malhechor se puso de parte de Cristo durante los últimos instantes de su vida. Hoy en día las personas que aman la justicia pueden colocarse al lado de los hermanos espirituales de Cristo y de la organización de la cual forman el núcleo, haciéndolo durante el tiempo que todavía queda antes de que este inicuo sistema de cosas sea barrido a su destrucción. Al proceder así, no solo disfrutarán de bendiciones espirituales ahora con el pueblo de Jehová, sino que también pueden sobrevivir ilesos para entrar en el nuevo orden justo donde habrá de ser restaurado el paraíso terrestre.
Por eso, aunque sus pecados contra Dios y contra los hombres hayan sido grandes, o aunque usted hasta ahora simplemente haya pasado por alto a Dios y sus propósitos, ahora hay tiempo para que usted observe el tiempo crítico en que vivimos y luego muestre mediante su proceder qué posición ocupa en relación con su Creador. Al asociarse en el paraíso espiritual del pueblo de Dios sobre la Tierra hoy en día, usted puede aprender a rehacer su vida y su personalidad para obtener el favor de Dios y poder aplicar a usted mismo la maravillosa promesa que hizo Cristo Jesús: “Estarás conmigo en el Paraíso.”
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El encolerizarse es peligrosoLa Atalaya 1966 | 15 de septiembre
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El encolerizarse es peligroso
Según el libro del Dr. J. A. Schindler How to Live 365 Days a Year (Cómo vivir 365 días al año): “La velocidad del corazón aumenta señaladamente durante la cólera, frecuentemente a 180 ó 220, o más elevada, y se mantiene así hasta que haya pasado la cólera. La presión de la sangre sube señalada y precipitadamente desde un punto normal de 130 más o menos hasta 230 o más. Esta [la cólera] es una exhibición que a menudo produce resultados deplorables.” Claramente, son sabios los que obedecen el consejo de la Biblia sobre el ‘dejar sola la cólera y dejar el furor’ y cultivar los frutos del espíritu.—Sal. 37:8; Gál. 5:22, 23.
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