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La bondad tiene poderLa Atalaya 1980 | 15 de agosto
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La bondad tiene poder
En El Salvador, dos precursoras especiales (proclamadoras de tiempo completo del Reino) fueron asignadas a testificar en un pueblo en lo alto de las montañas. Una de las vecinas allí era una ferviente católica que iba a misa diariamente. En una ocasión esta señora enfermó de gravedad y las precursoras la oyeron gemir. Inmediatamente fueron a prestarle ayuda, y, mientras eso hacían, le dieron un breve testimonio. La señora no había estado interesada en la verdad de la Biblia, pero a partir de aquel día su actitud fue diferente.
Esta señora contrastó la bondad de las precursoras con la conducta de otra vecina... una señora con quien iba a misa cada día. Aunque la vecina católica sabía que esta señora estaba enferma, nunca se había molestado en visitarla y ofrecerle ayuda.
Sin embargo, la bondad que desplegaron las precursoras tuvo gran efecto. La señora aceptó la oferta de tener un estudio bíblico, conducido por una de las precursoras, y estimuló a sus dos hijas a participar en éste. Una de las hijas se tuvo que enfrentar a la oposición de su esposo, pero el amor a Jehová le dio fortaleza para continuar progresando espiritualmente. Con el tiempo, la madre y las dos hijas se bautizaron como cristianas.
La esposa del hombre opuesto usaba bien las oportunidades que tenía para dar testimonio a su esposo, y las precursoras también hablaron con él de manera bondadosa y amigable. Algún tiempo después, el hombre y su esposa se mudaron a otro lugar. Allí él estudió la Biblia y comenzó a declarar las “buenas nuevas” a otras personas. De hecho, él mismo comenzó estudios bíblicos con diferentes personas que mostraron interés en la Biblia. Tanto él como aquellos estudiantes de la Biblia fueron aprendiendo la verdad a la misma vez. Con el tiempo, él y dos individuos con quienes conducía estudios dieron el paso de bautizarse en una asamblea de distrito.
Todos estos sucesos comenzaron con un acto de bondad. ¡Cuán apropiado es para los cristianos el seguir el consejo de ‘vestirse de bondad’!—Col. 3:12.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1980 | 15 de agosto
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Preguntas de los lectores
● En Colosenses 3:23 se aconseja a los cristianos que sirvan a sus amos “de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.” ¿Quiere decir eso que el trabajo seglar que hacemos como para Jehová es parte de nuestro servicio sagrado?
La palabra griega latreia, que se traduce “servicio sagrado” en la Traducción del Nuevo Mundo se refiere a la adoración o servicio dedicado que se da a Dios. (Rom. 12:1) Jesús mismo mostró que en ello está envuelto el dar uno su principal y primera fidelidad a Jehová. (Mat. 4:8-10; Luc. 4:5-8) Es servicio dirigido al adelanto de los intereses del reino de Jehová.
En la antigüedad, la nación de Israel, dedicada a Dios, rendía a Dios “servicio sagrado” en obediencia a los requisitos del pacto de la Ley, a fin de llegar a ser para Jehová “un reino de sacerdotes y una nación santa.” (Éxo. 19:5, 6) Este servicio suministró tipos y sombras de realidades que se presentarían más tarde bajo el arreglo del Nuevo Pacto, en relación con el reino de Dios mediante Cristo Jesús. (Heb. 8:5; 9:9, 14) Por eso se dice a los cristianos ungidos: “Siendo que hemos de recibir un reino que no puede ser sacudido, continuemos teniendo bondad inmerecida, por la cual podamos rendir a Dios de manera acepta servicio sagrado, con temor piadoso y reverencia.” (Heb. 12:28) Los compañeros de los cristianos ungidos, los de la “grande muchedumbre” que esperan con anhelo vivir para siempre en la Tierra, también tienen que desplegar temor piadoso a medida que en el
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