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Valoremos debidamente el don de la vidaLa Atalaya 2004 | 15 de junio
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También estipulaba sacrificios de animales. Respecto a estos, Dios dijo: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación en virtud del alma en ella. Por eso he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre’”.
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Valoremos debidamente el don de la vidaLa Atalaya 2004 | 15 de junio
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9. ¿Cuál era el único uso que la Ley indicaba para la sangre, y qué propósito tenía?
9 Aquella ley no era un simple ritual religioso sin importancia alguna para nosotros. ¿Se dio cuenta de la razón por la que los israelitas no debían consumir sangre? Dios señaló: “Por eso he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre’”. ¿Cuál era la razón? “Yo mismo [...] he puesto [la sangre] sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas.” ¿Ve cómo aclara esto el motivo por el que Dios le dijo a Noé que los seres humanos no debían comer sangre? El Creador decidió dar a la sangre una importancia singular al reservarla para un uso especial que podría salvar muchas vidas. Desempeñaría un papel esencial en lo relacionado con cubrir, o expiar, los pecados. De modo que, bajo la Ley, el único uso que Dios autorizaba para la sangre era el de derramarla sobre el altar para hacer expiación por la vida de los israelitas, quienes buscaban el perdón de Jehová.
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