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La familia de Jehová disfruta de preciosa unidadLa Atalaya 1996 | 15 de julio
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4. ¿Cómo expresaría en sus propias palabras lo que dice el Salmo 133 sobre la unidad fraternal?
4 El salmista David apreciaba profundamente la unidad fraternal. Incluso fue inspirado a cantarle. Imagíneselo acompañándose con el arpa mientras canta: “¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad! Es como el buen aceite sobre la cabeza, que viene bajando sobre la barba —la barba de Aarón—, que viene bajando hasta el cuello de sus prendas de vestir. Es como el rocío de Hermón que viene descendiendo sobre las montañas de Sión. Porque allí ordenó Jehová que estuviera la bendición, aun vida hasta tiempo indefinido”. (Salmo 133:1-3.)
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La familia de Jehová disfruta de preciosa unidadLa Atalaya 1996 | 15 de julio
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6, 7. ¿En qué se parecía la unidad de Israel al rocío del monte Hermón, y dónde podemos hallar la bendición de Jehová hoy?
6 ¿En qué sentido era la convivencia de Israel también como el rocío del Hermón? Puesto que la cima de esta montaña se eleva 2.800 metros sobre el nivel del mar, permanece coronada de nieve casi todo el año. Sus cumbres nevadas condensan los vapores nocturnos, y así producen el abundante rocío que conserva la vegetación durante la larga temporada seca. Las frías corrientes de aire procedentes de la cordillera del Hermón pueden transportar estos vapores muy al sur, hasta los alrededores de Jerusalén, donde se condensan en forma de rocío. De modo que el salmista no se equivocó al decir que ‘el rocío de Hermón desciende sobre las montañas de Sión’. ¡Qué magnífico recordatorio de la refrescante influencia que promueve la unidad de la familia de adoradores de Jehová!
7 Antes de que se estableciera la congregación cristiana, Sión, o Jerusalén, constituía el centro del culto verdadero. Por lo tanto, fue allí donde Dios ordenó que estuviera la bendición. En vista de que la Fuente de toda bendición residía de modo representativo en el santuario de Jerusalén, de allí emanarían las bendiciones. Sin embargo, puesto que el culto verdadero ya no depende de un lugar, la bendición, el amor y la unidad de los siervos de Dios se puede hallar por toda la Tierra hoy día. (Juan 13:34, 35.) ¿Cuáles son algunos de los factores que promueven dicha unidad?
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