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Portadores de luz, ¿con qué propósito?La Atalaya 1993 | 15 de enero
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Jesucristo mismo es la garantía de que se cumplirán estas magníficas perspectivas. El apóstol Mateo aplicó a Jesús las palabras de Isaías 42:1-4 con respecto a sus curaciones de personas afligidas. Este pasaje dice en parte: “¡Mira! ¡Mi siervo, a quien tengo firmemente asido! ¡Mi escogido, a quien mi alma ha aprobado! He puesto mi espíritu en él. Justicia para las naciones es lo que él sacará”.
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