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Seamos leales a Cristo y a su esclavo fielLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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En verdad les digo: Lo nombrará sobre todos sus bienes” (Mateo 24:3, 45-47).
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Seamos leales a Cristo y a su esclavo fielLa Atalaya 2007 | 1 de abril
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los reconoció como su “esclavo”, es decir, como su instrumento, y en 1919 les confió la administración de sus bienes en la Tierra.
El administrador de los bienes de Cristo en la Tierra
6, 7. a) ¿De qué otra manera llamó Jesús a su “esclavo” fiel? b) ¿Qué implica el que Jesús usara el término “mayordomo”?
6 Meses antes de dar la profecía sobre la señal de su presencia, lo que incluía la mención de un “esclavo” que lo representaría en la Tierra, Jesús ya había aludido a dicho “esclavo”. En esa ocasión se refirió a él con un vocabulario un tanto diferente que nos permite comprender mejor las tareas que realizaría: “¿Quién es verdaderamente el mayordomo fiel, el discreto, a quien su amo nombrará sobre su servidumbre para que siga dándoles su medida de víveres a su debido tiempo? Les digo en verdad: Lo nombrará sobre todos sus bienes” (Lucas 12:42, 44).
7 En este pasaje se llama al esclavo “mayordomo”, traducción de un término griego que designaba a “la persona que regentaba una casa o finca”. De modo que el mayordomo simbólico no sería meramente una agrupación de intelectuales que explicarían detalles interesantes acerca de la Biblia. No; además de proporcionar “a su debido tiempo” alimento espiritual nutritivo, “el mayordomo fiel” estaría a cargo del entero cuerpo de siervos de Cristo y administraría “todos sus bienes”, o sea, los intereses de Cristo en la Tierra. ¿Qué incluyen estos bienes?
8, 9. ¿Cuáles son los “bienes” que supervisa el esclavo?
8 Entre los deberes del esclavo figura supervisar las instalaciones que emplean los seguidores de Cristo —los testigos de Jehová— para realizar su obra mundial, lo que incluye las oficinas centrales, las sucursales y los centros de adoración, como los Salones del Reino y los Salones de Asambleas. Más importante aún es el hecho de que el esclavo también supervisa los programas de estudio y edificación espiritual de las reuniones semanales y asambleas periódicas. En estas reuniones se ofrece información sobre el cumplimiento de las profecías bíblicas y se dan instrucciones oportunas sobre cómo aplicar en la vida los principios de las Escrituras.
9 Asimismo, los deberes del esclavo abarcan la supervisión de la importantísima obra de predicar las “buenas nuevas del reino” y hacer “discípulos de gente de todas las naciones”. Esto incluye enseñarles a hacer todo lo que Cristo, Cabeza de la congregación, manda que hagamos ahora, durante el tiempo del fin (Mateo 24:14; 28:19, 20; Revelación 12:17). Gracias a esta obra se ha reunido a “una gran muchedumbre” de compañeros leales del resto ungido. Son las “cosas deseables de todas las naciones”, que sin duda alguna también forman parte de los valiosos “bienes” de Cristo administrados por el esclavo fiel (Revelación 7:9; Ageo 2:7).
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