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“Servicio sagrado con su facultad de raciocinio”La Atalaya 1995 | 15 de junio
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1, 2. ¿De qué manera es como dominar otro idioma aprender a regirse por los principios bíblicos?
¿HA INTENTADO alguna vez aprender otro idioma? Si así es, sin duda concordará en que es una tarea difícil, pues implica más que solo aprender nuevas palabras. Dominar un idioma también implica conocer bien su gramática. Hay que entender la relación entre unas palabras y otras, y cómo se combinan para formar ideas completas.
2 Algo parecido sucede cuando adquirimos conocimiento de la Palabra de Dios. Implica más que sencillamente aprender ciertos textos bíblicos. También tenemos que aprender la gramática de la Biblia, por decirlo así. Hay que comprender cómo los textos se relacionan unos con otros y cómo constituyen principios que pueden aplicarse a la vida diaria. De este modo llegaremos a ser ‘enteramente competentes y estaremos completamente equipados para toda buena obra’. (2 Timoteo 3:17.)
3. ¿Qué cambio se produjo respecto al servicio de Dios en 33 E.C.?
3 Bajo el código de la Ley de Moisés, la fidelidad podía demostrarse en buena medida mediante la obediencia estricta de sus reglas bien definidas. Sin embargo, en 33 E.C. Jehová borró la Ley, ‘clavándola al madero de tormento’ en el que murió su Hijo. (Colosenses 2:13, 14.) A partir de entonces no se dio al pueblo de Dios una larga lista de los sacrificios que tenía que ofrecer ni de las reglas que debía seguir. Antes bien, se le dijo: “Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio”. (Romanos 12:1.) Los cristianos tenían que dar de sí mismos con todo su corazón, alma, mente y fuerzas en el servicio de Dios. (Marcos 12:30; compárese con Salmo 110:3.) Pero ¿qué significa ofrecer “servicio sagrado con su facultad de raciocinio”?
4, 5. ¿Qué implica que sirvamos a Dios con nuestra facultad de raciocinio?
4 La expresión “facultad de raciocinio” se traduce del término griego lo·gi·kós, que significa “racional” o “inteligente”. Se espera que los siervos de Dios nos rijamos por una conciencia educada por la Biblia. En vez de basar nuestras decisiones en numerosas reglas prefijadas, los cristianos meditamos en los principios bíblicos. Tenemos que entender la “gramática” de la Biblia, es decir, saber la relación entre los diferentes principios. Así podremos tomar decisiones equilibradas con nuestra facultad de raciocinio.
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“Servicio sagrado con su facultad de raciocinio”La Atalaya 1995 | 15 de junio
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Por ejemplo, examinemos el asunto de la crianza de los hijos. Proverbios 13:24 dice que el padre que ama a su hijo “de veras lo busca con disciplina”. Si nos limitamos a leer este versículo, pudiera aplicarse mal para justificar el castigo severo e implacable de los hijos. Ahora bien, Colosenses 3:21 da esta exhortación equilibrada: “Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen”. Los padres que se valen de su facultad de raciocinio y relacionan estos principios no recurrirán a ninguna forma de disciplina que pudiera calificarse de “abusiva”. Tratarán a sus hijos con cariño, comprensión y dignidad. (Efesios 6:4.) Por lo tanto, sea que se trate de la crianza de los hijos o de cualquier otro asunto en el que haya implicados principios bíblicos, podemos desarrollar nuestra facultad de raciocinio sopesando todos los factores relacionados. De este modo podremos comprender la “gramática” de los principios bíblicos, el propósito de Dios y cómo cumplirlo.
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“Servicio sagrado con su facultad de raciocinio”La Atalaya 1995 | 15 de junio
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Ellos conocían los tecnicismos de la Ley, pero no entendían su “gramática”. Podían recitar incontables detalles de la Ley, pero no comprendían a la Personalidad que la inspiró. Jesús les dijo: “Dan el décimo de la hierbabuena y de la ruda y de toda otra legumbre, pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios”. (Lucas 11:42.)
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