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Valoremos debidamente el don de la vidaLa Atalaya 2004 | 15 de junio
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[Recuadro de la página 18]
¿LA SANGRE DE QUIÉN SALVA VIDAS?
“Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo.” (Hechos 20:28.)
“Mucho más, pues, dado que hemos sido declarados justos ahora por su sangre, seremos salvados mediante él de la ira.” (Romanos 5:9.)
“No tenían esperanza, y estaban sin Dios en el mundo. Pero ahora, en unión con Cristo Jesús, ustedes los que en un tiempo estaban lejos han llegado a estar cerca por la sangre del Cristo.” (Efesios 2:12, 13.)
“Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara en él, y mediante él reconciliar de nuevo consigo mismo todas las otras cosas, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en el madero de tormento.” (Colosenses 1:19, 20.)
“Por lo tanto, hermanos, [...] tenemos denuedo respecto al camino de entrada al lugar santo por la sangre de Jesús.” (Hebreos 10:19.)
“No fue con cosas corruptibles [...] con lo que fueron librados de su forma de conducta infructuosa recibida por tradición de sus antepasados. Más bien, fue con sangre preciosa, como la de un cordero sin tacha e inmaculado, sí, la de Cristo.” (1 Pedro 1:18, 19.)
“Si andamos en la luz, como él mismo está en la luz, sí tenemos participación unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7.)
“Eres digno de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios personas de toda tribu y lengua y pueblo y nación.” (Revelación 5:9.)
“Ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos [...] [.] Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra del testimonio que dieron.” (Revelación 12:10, 11.)
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Valoremos debidamente el don de la vidaLa Atalaya 2004 | 15 de junio
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Al leer los libros de las Escrituras Griegas Cristianas, encontrará muchas referencias a la sangre de Cristo (véase el recuadro). Estas dejan claro que todo cristiano debe tener fe “en su sangre”, la de Jesús (Romanos 3:25). Solo “mediante la sangre que [Jesús] derramó” nos es posible obtener perdón y estar en paz con Dios (Colosenses 1:20). Eso no solo es aplicable a aquellos con quienes Jesús hizo un pacto especial para reinar con él en el cielo (Lucas 22:20, 28-30; 1 Corintios 11:25; Hebreos 13:20), sino también a la “gran muchedumbre” que sobrevivirá a la venidera “gran tribulación” y disfrutará de vida eterna en un paraíso terrestre. Respecto a estos supervivientes se dice que, en sentido figurado, ‘lavan sus ropas largas en la sangre del Cordero’ (Revelación [Apocalipsis] 7:9, 14).
19, 20. a) ¿Por qué ha optado Dios por limitar el uso que se le da a la sangre, y cómo deberíamos sentirnos por ello? b) ¿Qué deberíamos estar interesados en saber?
19 Está claro que la sangre tiene un significado especial para Dios, y también debería tenerlo para nosotros. El Creador, que se interesa por la vida, está en el derecho de limitar el uso que los seres humanos dan a la sangre. En su gran interés por la vida humana en particular, decidió reservar la sangre para que se empleara de una sola e importantísima manera, la única que permite obtener vida eterna. Dicho uso guarda relación con la sangre preciosa de Jesús. ¡Qué agradecidos podemos estar de que Jehová Dios utilizara la sangre de Jesús para nuestra salvación! ¡Y qué agradecidos deberíamos estar a Jesús por derramar su sangre en sacrificio por nosotros! Ahora sí podemos captar bien los sentimientos que expresó el apóstol Juan: “Al que nos ama y que nos desató de nuestros pecados por medio de su propia sangre —e hizo que fuéramos un reino, sacerdotes para su Dios y Padre—, sí, a él sea la gloria y la potencia para siempre. Amén” (Revelación 1:5, 6).
20 Nuestro Dios omnisapiente, el Dador de la vida, atribuyó a la sangre esta función de salvar vidas hace mucho tiempo.
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