La fascinación por los números
IMAGINÉMONOS un mundo sin números. No habría dinero, y el comercio se limitaría al trueque directo. ¿Y qué sucedería con los deportes? No solo seríamos incapaces de llevar la cuenta de los puntos, sino que ni siquiera podríamos establecer cuántos jugadores debe haber en cada equipo.
Pero además de ser prácticos, los números poseen un aura de misterio en virtud de su carácter abstracto, el cual nos impide percibirlos por la vista, el tacto o algún otro sentido. A modo de ilustración, las manzanas se caracterizan por su color, textura, tamaño, forma, aroma y sabor, lo que nos permite diferenciarlas de los limones, las pelotas u otros objetos. Pero no ocurre igual con los números. Así, entre una docena de artículos y otra tal vez no haya nada más en común que el hecho de contener doce unidades. De modo que comprender el significado de las cifras —por ejemplo, la diferencia entre 11 y 12— implica captar una idea muy abstracta, y es ahí donde entra en juego la mística de los números.
De Pitágoras a la pseudociencia
En las culturas antiguas era común atribuir un sentido especial a las cifras. Según Pitágoras, filósofo y matemático griego del siglo VI a.E.C., todo se reducía a patrones numéricos. Tanto él como sus seguidores creían que el universo denota orden y proporción. ¿No era posible, entonces, que las relaciones matemáticas constituyeran un elemento esencial de todo lo material?
Desde los tiempos de Pitágoras, se ha recurrido a los números para predecir el futuro, interpretar los sueños y auxiliar a la memoria. Hallamos adeptos a tales métodos en la cultura griega, el islam y la cristiandad. En el judaísmo, los cabalistas utilizaban un sistema numerológico denominado gematría, en el que atribuían un valor numérico a cada una de las veintidós letras de su alfabeto y decían que por este medio encontraban mensajes ocultos en las Escrituras Hebreas.
La numerología moderna es parecida. El especialista suele tomar como punto de partida el nombre y la fecha de nacimiento de una persona. Tras asignar el valor numérico correspondiente a cada letra del nombre, suma las cifras, junto con las del día y mes del nacimiento, para establecer los números clave del individuo. Luego les atribuye un sentido especial, y de este modo realiza lo que considera una descripción completa, que incluye detalles como su personalidad, deseos inconscientes y el destino que le espera.
El atractivo de esta técnica tal vez resida en la aparente exactitud de su análisis. “Muchos han llegado a creer en la numerología al ver lo bien que encajan los números con aquellos a quienes se aplican”, dice Edward Albertson en su libro Prophecy for the Millions. Pero también se la ha tildado de pseudociencia. ¿Por qué? ¿Habrá motivos para poner en duda sus afirmaciones?
[Ilustraciones y recuadro de la página 5]
¿Encierra la Biblia mensajes ocultos?
En su libro El código secreto de la Biblia, el periodista Michael Drosnin afirma que, con la ayuda del análisis informático, descubrió mensajes secretos en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, dice que el “código” reveló las palabras “asesino que asesinará” junto con el nombre del primer ministro israelí Yitzhak Rabin, y que lo descubrió un año antes del magnicidio.
Como cabía esperar, El código secreto de la Biblia generó bastante polémica. Dave Thomas, matemático y físico, demostró que el análisis informático de cualquier texto dado produce aparentes mensajes crípticos. Al aplicar dicho sistema al propio texto de Drosnin, Thomas obtuvo las palabras “código”, “tonto” y “fraude”. “Los mensajes ocultos pueden encontrarse en todas las obras —indica Thomas—, con tal de que uno esté dispuesto a dedicar tiempo y esfuerzo a examinar el inmenso campo de las probabilidades.”
Dado que una computadora posee la capacidad de realizar un sinfín de cálculos, es probable que encuentre alguna combinación de letras que pudiera considerarse una especie de predicción. Pero es tan solo una coincidencia, y no prueba en modo alguno que la Biblia contenga mensajes ocultos.a
[Nota]
a Para más información, véase La Atalaya del 1 de abril de 2000, págs. 29-31.
[Ilustración de la página 4]
Pitágoras enseñó que todo sigue patrones numéricos
[Reconocimiento]
Por gentileza de National Library of Medicine