Martes 26 de marzo
El amor del Cristo nos obliga, para que los que viven no vivan ya para sí mismos (2 Cor. 5:14, 15).
Cuando muere alguien muy querido, sentimos un vacío enorme. Tal vez al principio solo sintamos dolor, especialmente si la persona sufrió mucho antes de morir. Puede que con el tiempo recordemos detalles del ser querido que nos ayuden a recuperar la alegría, por ejemplo, algo que nos enseñó o algo que hizo o dijo para animarnos o hacernos sonreír. Lo mismo ocurre con el sufrimiento y la muerte de Jesús. Nos llena de dolor leer lo que cuenta la Biblia, como hacemos durante la época de la Conmemoración, cuando dedicamos más tiempo a reflexionar en el gran valor de su sacrificio (1 Cor. 11:24, 25). Pero, al pensar en las cosas que Jesús hizo y dijo cuando estuvo en la Tierra, nos sentimos muy felices. También nos da fuerzas pensar en lo que está haciendo ahora y en lo que hará por nosotros en el futuro. w23.01 26 párrs. 1, 2
Lectura bíblica para la Conmemoración: (durante el día: 15 de nisán) Mateo 27:62-66 (tras la puesta del sol: 16 de nisán) Marcos 16:1
Miércoles 27 de marzo
Sigan buscando primero el Reino (Mat. 6:33).
Cuando Jesús murió, sus discípulos sintieron una profunda tristeza. Habían perdido a un amigo muy querido y sus esperanzas se habían ido con él (Luc. 24:17-21). Pero Jesús se les apareció después y les dedicó tiempo para explicarles que él estaba cumpliendo profecías de la Biblia. Además, les encargó una labor muy importante (Luc. 24:26, 27, 45-48). Y, para cuando Jesús subió al cielo, la tristeza de sus discípulos ya se había convertido en una gran alegría. Los hacía muy felices saber que Jesús estaba vivo y que los ayudaría a cumplir con su nueva misión. Esa alegría los impulsó a alabar a Jehová sin parar (Luc. 24:52, 53; Hech. 5:42). Para seguir el ejemplo de los discípulos de Jesús, debemos poner el Reino de Dios en primer lugar. Es cierto que hay que ser perseverantes para seguir sirviendo a Jehová, pero él promete bendecirnos muchísimo si lo hacemos (Prov. 10:22). w23.01 30, 31 párrs. 15, 16
Lectura bíblica para la Conmemoración: (durante el día: 16 de nisán) Marcos 16:2-8
Jueves 28 de marzo
Al polvo volverás (Gén. 3:19).
¿Verdad que no queremos parecernos a Adán y Eva? Para no cometer el mismo error que ellos, debemos conocer cada vez mejor a Jehová, apreciar sus cualidades y esforzarnos por entender su forma de pensar. Si lo hacemos, seguro que nuestro amor por él crecerá. Fijémonos en Abrahán, que amaba profundamente a su Dios. Incluso cuando le resultó difícil comprender las decisiones de Jehová, no se rebeló. Al contrario, hizo todo lo posible por conocerlo mejor. Por ejemplo, ¿cómo reaccionó cuando se enteró de que Jehová había decidido destruir Sodoma y Gomorra? Al principio temía que “el Juez de toda la tierra” mataría a justos junto con malvados. Le parecía imposible que Dios hiciera algo así, por eso le hizo algunas preguntas con mucha humildad. Y Jehová fue paciente y le respondió. Al final de la conversación, Abrahán comprendió que Jehová examina el corazón de todos los seres humanos y que nunca castiga a los inocentes junto con los culpables (Gén. 18:20-32). w22.08 28 párrs. 9, 10