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La vía ancha de las divisiones religiosasLa Atalaya 1953 | 15 de septiembre
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Para confundir más el cuadro otros siguieron sus propios caprichos. La teoría de “dos semillas” de los bautistas predestinarios de las dos semillas en el espíritu (uno de los grupos de antimisión) es que allá en el Edén Dios puso una buena semilla en el hombre; Satanás, la mala. Los bebés, ellos creen, nacen con una semilla o la otra, por eso la obra misionera es inútil; el hombre con la semilla mala es impotente y el que tiene la buena vendrá a la iglesia de todos modos. Un informe último (de hace ocho años) muestra que sus números han bajado hasta sólo 200. Su doctrina se basa en una mala interpretación del Génesis 3:15 acerca de la simiente de la mujer.
Luego, como un escritor comentó: “En cualquier ciudad grande pueden localizarse sectas desconocidas, frecuentemente consistentes de sólo una o dos iglesias. Un predicador descontento halla fácil llevarse un grupo y comenzar una nueva denominación suya. . . . La mayor parte de los grupitos no tienen antecedentes salvo una disputa eclesiástica, y son pocos los que poseen doctrinas o prácticas distintivas.” Se ha calculado que posiblemente haya tantos como 3,000 de estos grupos independientes.
Allá en 1890 un librito, Historia breve de la Iglesia en los Estados Unidos, verídicamente dijo: “La multiplicación de las organizaciones eclesiásticas ha sido una de las características de la vida religiosa norteamericana.” A algunos les gusta llamarlas las “muchas mansiones” de la casa del Padre, torciendo Juan 14:2, que se refiere a bendiciones celestiales. En la mayoría de las mentes hoy ocurre una mezcla vergonzosamente confusa, hasta tal grado que la divergencia en doctrina y la diferencia de creencia son pasadas por alto, puestas a un lado con la opinión de que todas son vías diferentes que llevan al mismo lugar. Pero no van al mismo lugar. Mientras proponen sus propias teorías no pueden estar recogiendo con Cristo. A los caudillos religiosos seguidores de la tradición de su día que no se adhirieron a la doctrina recta mientras pretendían autoridad divina para sus actos él los llamó hipócritas, guías ciegos, insensatos, serpientes, raza de víboras condenada a la destrucción. (Mat. 12:30; 23:1-39) Los que buscan la vida y la verdad tienen que salirse de estas sendas anchas, sacudir el polvo de sus Biblias y aprender de esas mil páginas la diferencia entre todo este almodrote de doctrinas contradictorias en sí mismas y la verdadera Palabra inspirada dada por Jehová Dios. Pero para una discusión de esto y de su importancia tenemos que dirigirlo a nuestro siguiente artículo, “El camino angosto conduce a la vida.”
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El camino angosto conduce a la vidaLa Atalaya 1953 | 15 de septiembre
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El camino angosto conduce a la vida
¡Guárdese de las calles sin salida!
ALGUNAS personas creen que el propósito de la religión sólo es hacer buenos a los hombres. Su opinión es: “Si uno es sincero en su religión eso es todo lo que se espera de él.” Otros consideran la religión como una droga para los mentalmente angustiados o una ayuda para los que se encuentran en dificultad. Dicen ellos: “Todas estas religiones coinciden con las necesidades de alguna gente; si están haciendo bien, ¡esto está bueno!” Otros que creen que con tan sólo tener el nombre de “cristiano” es suficiente dicen: “Simplemente son diferentes vías, todas yendo al mismo lugar.” Por consiguiente, a menudo se propone que estas diversas vías se fundan en un ancho camino intermedio, una unión de todas las religiones. La condición de ánimo tras tal opinión la mostró el Dr. Norman Víncent Peale en la revista Americana de junio de 1948, donde él dijo que las diferencias doctrinales “son de poco significado verdadero para el hombre del término medio hoy”, y, “Ni un solo protestante moderno de 50 le podría decir a uno en qué respectos doctrinales difieren los metodistas de los bautistas o los presbiterianos de los congregacionalistas.”
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